"¡SIRIUS!"Harry grito al ver a Bellatrix lanzar un hechizo a su padrino. Instintivamente lo empujo fuera del camino, apartándolo de la trayectoria del hechizo. La mala noticia era que el hechizo le golpeo en su lugar y atravesó el Velo. Lo último que escucho antes de que la oscuridad de la inconsciencia lo envolviesen fueron los gritos de Hermione y los susurros de los muertos.


Harry se levanto con dificultad en lo que parecía ser King Cross solo que completamente blanco y cubierto de niebla. Se dio cuenta de que estaba desnudo y de inmediato una muda limpia apareció a su lado. Tras ponérsela comenzó a preguntarse donde estaba.

"Este es el limbo entre la vida y la muerte"

Harry se dio la vuelta para ver quién había hablado, encontrando lo que debía ser el dementor más grande que jamas había visto en su corta vida. Tratando de no mostrar miedo pregunto"¿Quién eres?"

La figura soltó una carcajada"He recibido muchos nombres, pero puedes llamarme El-Que-Juzga. La Muerte y el Destino me crearon para juzgar a quienes pasen por la Puerta. Si sus almas están podridas los llevo a la Muerte para su reciclaje. Si están en buen estado los llevo al Destino para que decida que hacer con ellos, como es tu caso actualmente"

La estación se convirtió en una oficina repentinamente y Harry se encontró ante una mujer inhumana sentada tras un escritorio. Inhumana no era un insulto, es que simplemente no se le ocurría como describirla.

"Puedes irte"dijo a El-Que-Juzga con una sonrisa que parecía salir de cada posible angulo"Soy el Destino, Harry, y tengo que admitir que hay planes para ti"

"No pareces muy sorprendida al verme"

El Destino rió entre dientes"Soy el Destino. Conozco tu vida. Conozco todas las vidas de este universo antes de que Muerte os meta en los vientres de vuestras madres, pero admito que de vez en cuando hay gente que llega a impresionarme. Ya que tu alma esta en buen estado normalmente te enviaría al Mundo de los Muertos directamente, pero Normalidad ha tomado unas vacaciones así que te voy a enviar de vuelta"

Harry gimió"Y yo que creía que iba a estar con mis padres"

"Piensa en ello como unas vacaciones. Unos cuantos años sin Voldemort, sin basilisco, sin Dursleys y sin idiotas incompetentes, viviendo una vida casi normal sin fans estúpidos señalando y creyendo cada mentira y rumor que se les da para comer. Incluso te voy a dar dinero suficiente para poder vivir en tu nueva identidad"

"¿Y esa identidad sería?"pregunto Harry.

El Destino sonrió otra vez...


Emma Barnes suspiro mientras su mochila se rompió y todos sus libros cayeron al suelo. Deberías haber tirado esa mochila hace dos años, le habían dicho sus amigos. Necesitas una mochila nueva, le había dicho su padre. Tal vez usar la misma mochila que a los quince cuando tenias veintiún años no era una idea muy buena.

Suspirando con frustración, la estudiante universitaria se agacho para recoger los libros sin darse cuenta del hombre joven que se acerco a ella.

"¿Necesitas ayuda?"pregunto. Emma levanto la vista y sus ojos coincidieron con un hombre bastante guapo. Parecía tener su misma edad, con el pelo negro desordenado y los ojos más verdes que había visto en su vida brillando como joyas tras sus gafas.

Ruborizándose ligeramente, Emma respondió"Si, claro"

El hombre sonrió y se arrodillo para ayudarla con sus libros"Hola, soy Daniel"se presento"Daniel Granger"

Emma sonrió mientras cogía los libros"Emma Barnes"


"¿Así que la magia existe?"Emma dijo aturdida"¿Vienes desde el futuro? ¿Y tu nombre no es Daniel Granger?"

Daniel asintió. Tras un año de noviazgo había decidido contarle la verdad. La mujer lo había logrado atrapar y no podía seguir mintiéndole. Incluso había sacado su varita y había hecho magia ante ella tras haber conjurado las barreras adecuadas para que el Ministerio no lo detectase"Si"dijo con un remordimiento profundo.

Vio como sus ojos se llenaban de lagrimas"¿Hay algo cierto en cualquier cosa que me hubieses dicho?"

Con el corazón encogido, Harry se arrodillo ante ella"Excepto todo lo que has mencionado, si"miro a la mujer de pelo castaño y ojos de chocolate"Nunca te mentí acerca de mi amor por ti. Tampoco acerca de los Dursleys"

Sacudiendo la cabeza, ella se levanto y le mostró su espalda"Creo que deberías marcharte, Dan...o Harry...quién quieras ser"

Dan cerro los ojos"Emma..."

"Fuera"

Si hubiese sido un cómic ella estaría maravillada, pero era la vida real.

Y en la vida real mentir durante tanto tiempo acaba doliendo a ambas partes.


Daniel Granger palpo la caja que tenia en el bolsillo de su traje.

Tras un mes y medio de separación, que se había sentido como un infierno para ambos, habían vuelto a juntarse. Eso fue once meses antes.

Y ahora iba a dar el gran paso. Había estado buscando durante semanas el anillo perfecto. Había reservado una mesa en el mejor y más romántico restaurante que pudo encontrar. Dio gracias a que los duendes habían hecho la vista gorda cuando había ido a coger dinero de su bóveda para cambiarlo por dinero mundano. Después de todo, como habían explicado, seguía siendo el dueño de su fortuna a pesar del viaje temporal y la existencia actual de sus padres y abuelos, que jamas conocería.

Respirando profundamente golpeo la puerta del apartamento de Emma.


Era hermosa.

Mirando a Emma caminando por el pasillo hacia él todo dejo de tener sentido. Invitados, familiares y amigos no importaban, solo él y su novia. Ni siquiera recordaba haber dicho sí.

Lo que si recordaba era el beso que compartieron y provoco una avalancha de silbidos de los invitados cuando el predicador dijo"Puedes besar a la novia"

Tras varios minutos el sacerdote carraspeo un poco mientras tenia una sonrisa en su rostro.


Comenzar una nueva vida era difícil. Entre comprar una casa, poner en marcha un negocio y mantenerse al día con sus conocimientos de la magia esos meses habían sido muy intensos. Se encontraba en ese momento estudiando libros para la práctica cuando Emma entro en la oficina y dijo su nombre.

"¿Si?"la sonrisa tímida en su cara no era habitual"¿Pasa algo?"pregunto con preocupación. En lugar de decir nada, ella le entrego una prueba de embarazo. Era positiva.


Tras veinte horas de labor Emma estaba durmiendo mientras él sonreía a la niña en sus brazos. Su hija y futura mejor amiga acababa de venir al mundo hace unos minutos.

No por primera vez se pregunto si seria capaz de seguir las instrucciones dejadas por el Destino. Vive tu vida pero no interfieras en lo que ya ha pasado. No había hecho ningún cambio hasta ahora y se había enamorado de Emma por su cuenta, sin saber el nombre de la madre de Hermione.

Pero él sabia los peligros que su hija iba a pasar cuando asistiese a Hogwarts. Había estado a través de ellos, así que sabia de que hablaba, y cada instinto de su cuerpo le decía que tenían que irse del país para no volver jamas. Para alejarla de los peligros que sabia que afrontaría. Pero desgraciadamente era un bucle temporal, así que ella sencillamente no existiría si no pasaba por todos esos desafíos y decepciones.

Solo esperaba que le perdonase por ello.