FUERA DE LA LEY

DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en la siguiente historia no me pertenecen. En este caso, la BBC es la que se lleva los beneficios.

Conjunto de siete viñetas para la comunidad "Retos a la carta"

TABLA: Pecados.

FANDOM: Robin Hood – BBC.

PERSONAJE: Varios.

TEMA 1: Ira.

ADVERTENCIA: Contiene spoilers de las dos primeras temporadas. Leer con precaución.

PALABRAS:752.

RESUMEN: John Little es un hombre muerto con una familia a la que cuidar.

PECADO 1 – IRA

John Little

Alguien a quien amar

John alzó una mano en señal de despedida. Un sabor amargo inundó su garganta mientras veía alejarse el carro. Sabía que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera volver a Alice o al niño –si es que volvía a verlos- y eso dolía como muy pocas cosas en el mundo. Más que la vida salvaje del bosque, los años de soledad y las heridas de batallas pasadas que plagaban su cuerpo.

No es distancia lo único que existirá entre su familia y él a partir de ese día. Cuando se fue de la aldea, abandonando a Alice y a la vida del viejo John Little, una parte de su corazón conservó la esperanza de reencontrarse con ella algún día. Durante años, confió en poder volver a casa para hacerse escuchar por Alice. Se convenció a sí mismo de que ella le escucharía y le entendería, y ese pensamiento fue un hilo conector entre su cordura y su vida de forajido. Pero, ahora, sabía que Alice no volvería a estar junto a él. No como John quería tenerla.

El reencuentro con la mujer y su pasado fue agridulce. Dulce por volver a ver su bello rostro y escuchar su dulce voz. Amargo por las circunstancias y porque supo que Alice había encontrado otra persona con la que unir su existencia y compartir planes de futuro. A pesar de sentirse celoso, furioso, John podía entenderla. Siempre supo que ella no esperaría eternamente, y saber que contaba con alguien capaz de defenderla y protegerla era el mejor consuelo para un corazón que, con los años, se había endurecido, pero que seguía latiendo con fuerza a pesar de todo.

John también conoció entonces al hijo de Alice. Su hijo. En la aldea le llamaban Pequeño John en recuerdo a un padre que él creía muerto. El gran John jamás se había sentido tan orgulloso de nadie, jamás había sentido que su existencia realmente sirvió para algo en algún momento hasta que no lo vio a él. Lo supo despierto, inteligente, y la sensación de inmensa calidez que invadió su pecho casi lo abrasa por dentro.

En cierta forma, aquel niño era el principal responsable de la vida que llevaba ahora. Por él decidió abandonar su vida de hombre muerto y unirse a Robin Hood. No la gratitud que sintió cuando salvó a Alice de las garras del Sheriff, ni el saber que aquel hombre de rostro aniñado y mirada pícara tenía razón en lo que decía. No. Él podría haber seguido viviendo en los bosques como un vulgar ladrón, obteniendo a penas una cuantas monedas y malviviendo entre gente que rara vez lo respetaba porque ya eran incapaces de respetarse a sí mismo.

No. No fue por eso. Fue por el pequeño John. Porque la primera vez que habló con él tuvo el convencimiento de que él merecía crecer en un mundo mejor que aquel que tenían en esos días. Porque John se convirtió en su fuerza vital, su esperanza, su orgullo y en la principal persona a quién amar. Porque sólo John rompió las barreras que él había creado, muchos años atrás, cuando huyó y abandonó todo lo que tenía por algo que ya era incapaz de recordar.

Cuando llevaron a John y a Alice al castillo, había sido incapaz de controlar su ira. La sintió subir desde las puntas de los pies y estallar en su cabeza, eclipsando cualquier capacidad de pensar sensatamente que aún pudiera conversar. No escuchó a Robin, no meditó ni planeó acciones para salvarlos. No. Sólo actuó, enérgico e implacable, capaz de enfrentarse a un ejército de asesinos con tal de ver a su hijo y a Alice a salvo. Poco importaban los golpes o el ser capturado. Ni siquiera la muerte, si con eso conseguía liberarlos. No. Para John sólo tuvo sentido que ellos estuvieran a salvo, porque ellos eran su mundo y porque si algo les ocurría él sería incapaz de seguir luchando.

A pesar de su insensatez, las cosas no salieron del todo mal. Rescató a su familia, Robin pudo poner en evidencia al Sheriff una vez más y él volvió a sentirse liberado. Feliz y orgullo. No había sido un mal balance, aunque ahora tuviera que observar la carreta de su familia mientras se alejaba rumbo a un lugar demasiado lejano para él. John bajó la mano y cerró los ojos un segundo, rezando por primera vez en años. Cualquier cosa era poca para conseguir que ellos estuvieran bien, aunque eso supusiera volver a estar solo.