Título: Deadly Assault

Claim: Canadá/Estados Unidos

Prompt: Videojuegos

Extensión: 594

Alfred tomó una de las cajitas dispersas entre muchas otras en el suelo. La ilustración de la tapa le llamaba mucho la atención.

-¿Qué es esto Matt?

-Deadly Assault, se vende bastante en mi país, pensé que sería bueno que lo probáramos en tu consola.

-Por favor hermano, no te creas que vamos a pasar todo el día pegados frente a la pantalla con esto.

Pero el clima era pésimo en Nueva York, y el ascensor estaba descompuesto. Alfred no pensaba bajar la docena de pisos a pie, por lo que decretó un receso temporal obligatorio en su propio apartamento.

-Pero ni creas que voy a encender ese aparato. Para que sepas, mi vida es muy activa, y en este tipo de situaciones de emergencia tengo muchas otras formas de divertirme sin recurrir a los videojuegos.

oOoOo

Comenzaron a la hora del almuerzo con un partido de jockey sobre hielo, luego con uno de combate, luego con otro de carreras de autos y finamente se habían decidido por retarse en un duelo de guerras inexistente entre alienígenas y mutantes, ya que en eso consistía el juego que había traído el canadiense.

Pausaron varias veces para tomar algún refresco o pancitos con miel de maple, en una ocasión decidieron tomarse un largo descanso para comer algo más nutritivo, por lo que la medianoche los sorprendió en un mar de bolsitas vacías del delivery de Mc Donald's, sobrecitos de mayonesa y ketchup, varios vasos de gaseosa vacíos rodando en el suelo y en medio de todo ese desastre, los cuerpos de ambos jóvenes inmóviles, con los ojos enrojecidos fijos en la pantalla y sus dedos moviéndose descontroladamente por sobre los botones de los joysticks. Escucharon las cuatro campanadas de la iglesia cercana, luego cinco, seis, siete, ocho, nueve...y dieron por finalizada la partida con un ataque masivo del ejército de mutantes, el cual destruyó por competo la base militar espacial del canadiense, que entre murmullos de desaprobación tuvo que declararse derrotado exactamente a las 10:45 de la mañana.

Matthew no dudó un instante. Se arrojó al sillón y quitándose los zapatos primero, se quedó profundamente dormido, bajo la somnolienta mirada de su hermano que estaba a punto de sugerirle que se acostara en el suelo ya que él como ganador del combate, merecía estar más cómodo.

Aún le quedaba su habitación, si juntaba fuerzas para caminar unos pasos y alcanzar la cama, podía considerarse afortunado. Eso fue lo que hizo, y luego de cubrirse con las sábanas, se dispuso a cerrar los ojos. Sin embargo, su instinto de héroe lo asaltó. No podía permitir que su hermano muriera de frío en living mientras él disfrutaba la tibieza de sus tres mantas de lana.

Sacando fuerzas de algún lugar, se dirigió hasta donde descansaba Matt, esquivando en el camino cables y residuos. Dio gracias a cielo que fuera tan liviano, no le costó nada alzarlo y depositarlo en un costado de su cama, cubriéndolo mientras él mismo se acomodaba a su lado.

-Thanks...– murmuró apenas el de ojos violetas, quitándose los lentes y acurrucándose más entre las sábanas.

-¿Que? ¿Te hacías el dormido?

Matthew soltó una risita.

-Lo siento Alfred. Igual…gracias…porque allí hacía mucho frío. Cuando nos levantemos, cocinare algo para los dos, ¿te parece? Y ya que mañana vuelvo a mi país, podríamos salir de noche a divertirnos un rato, a menos que quieras una revancha con el "Deadly Assault"

Alfred lo abrazó y cerró los ojos, sonriendo. Más tarde tendría tiempo para pensar eso.

-¿Sabes, Mattie? eres el mejor hermano que un héroe puede tener.