Día de la Cosecha. No un día que disfrute mucho. Nadie lo disfruta, en realidad.
Como cualquier otro día bajo temprano a ayudar a mi padre con los saco des harina y facilitarle el trabajo. Antes de bajar, me visto con una sencilla playera gris y un pantalón. Al encontrarme con mi padre me dice que me espera un trabajo muy pesado. Y es verdad, mas de 15 sacos de harina me esperan en la puerta trasera de la panadería. Tomo el primer saco de harina y casi no noto el peso pues llevo muchos años tomando este trabajo sin ningún problema, claro que al principio me costo un poco, pues solo tenia 12 años y era el día de mi primera cosecha.
Escucho ruidos en las escaleras y se que mis hermanos han despertado.
-Buenos días.
-Buenos días ,Peeta – me responden ambos claramente cansados, hasta se podría decir que han olvidado que hoy es el día de la cosecha.
Despues de que ellos terminen de bajar las escaleras, mi mama las empieza a bajar.
-Buenos días-le digo sin obtener respuesta solo un gruñido, pero al cabo de unos segundo me dice:
-Sigue cargando sacos.
Siempre sido la oveja negra para mi madre, en cambio, mi padre me tiene cariño, me quiere, todo lo contrario a lo que mi madre muestra. Sigo llevando los sacos a la zona donde se encuentran los hornos hasta que solo queda un saco y cuando lo llevo, mi madre sale a ser quien sabe que y me encuentro a mi padre negociando con Gale, pero no esta solo, viene con Katniss. Sus bellos ojos grises se encuentran con los mios durante un segundo como lo hemos hecho continuamente en la escuela. Mi padre les otorga una hogaza de pan por un ardilla.
Lo único que puedo desear es que ella no sea elegida en la Cosecha.
La bella chica que escuche cantando la canción del valle, aquel primer día de clases , con tan solo cinco años, con dos trenzas y un vestido rojo con cuadritos blancos. La chica por la que e estado enamorado durante años. No puede ser escogida como tributo, no, no la chica que amo.
-Peeta..
-¿Hum?
-Sube a cambiarte, casi son las dos.-me dice mi padre.
Subo las escaleras rápidamente y me pongo la ropa que me encuentro en mi cama. Entonces mi hermano sale del baño con el pelo húmedo y recuerdo que debo bañarme. Me meto al agua helada durante unos minutos pensando en que haría si Katniss sale elegida. Lo único de lo que estoy seguro es que el mundo se derrumbaría a mis pies.
Salgo rápidamente y me visto arreglado como el Capitolio quiere, como si nosotros disfrutáramos esto.
Son las dos en punto y ya estoy en la plaza esp0erando a que escojan a los tributos de estos juegos. Y ahí esta Effie, con una peluca color rosa y unos labios rosa chillón.
-¡Y que la suerte este siempre, siempre de vuestra parte!-dice con su horrible acento del Capitolio y con una amplia sonrisa en la cara.
Como la odio. La odio a ella y al Capitolio por encontrar esto alegre. Cuando en realidad estamos siendo obligados a una muerte segura. Entra el alcalde Undersee y da el discurso de cada año recordándonos porque existen estos juegos.
Y luego entra Effie de nuevo.
-¡Las damas primero!
Que no sea Katniss, que no sea ella, por favor.
Y no es Primrose Everdeen. Su hermana.
Solo escucho unos gritos , pero lo que verdaderamente me importa es escuchar la voz de Katniss ofreciéndose voluntaria.
-¡Me ofrezco Voluntaria!
Y el mundo se derrumba a mis pies.
