Promesa.
Se despertó sobresaltado en la mitad de la noche, a causa de las visiones que había tenido de aquella horrenda tarde. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, y tratando de ocultarlas, se dirigió a la habitación más próxima.
Estaban preparando una emboscada, por lo cual todo estaba en completo orden. Todos dormían, excepto él: no podía olvidar lo ocurrido. El olvido no se hallaba en él.
Aún podía recordar como clavo el puñal en la carne muerta; como lo clavaba y lo volvía a sacar varias veces.
Aunque todos pensaran que el difunto reciente era un tipo borracho, solitario, demente y patético, él lo quería igual, porque a pesar de todo era su hermano. Y por ese motivo lamentaba mucho su muerte; y ese era el motivo, a la vez, de que no podía controlar sus lágrimas.
Recordó como cayo en el césped, luego de matarlo por completo. Él, su hermano, el sujeto con la misma sangre fluyendo en las venas, había acabado con su vida. Bueno, tampoco se le podía llamar vida estando en ese estado, y tampoco se podía decir que había matado a su hermano. Merle había muerto cuando el gobernador le disparo. Allí había perdido la vida, no por Daryl.
Pero él no lo entendía así. Y aunque todos pensaban que él no sufría, que por no mostrar sus sentimientos frente a ellos, por no llorar, por no decir nada y por seguir como si todo estuviese bien significaba que a él no le importaba, estaban equivocados. Merle podría haber sido la persona más odiosa del mundo, pero él sabía que hubiera dado la vida por su hermano, y fue lo que hizo. Sabía que estando allí empeoraría las cosas, ya el hecho de secuestrar a Michonne había sido peligroso, por lo que decidió acabar con su vida. Un acto muy valiente, y Daryl respetaba eso.
Pero no respetaba el hecho de no tenerlo a su lado, de no poder escuchar sus comentarios idiotas y, por sobre todas las cosas, de saber que estaba vivo.
¿Por qué no le había dicho que le quería? ¿Por qué? ¿Por qué no era tan cercano a él? Por un lado quería decir cómo se sentía, explotar, pero por el otro….No, claro que no.
No iba a demostrarles lo triste que estaba. Se guardaría la pena y las lágrimas para él mismo, para que nadie se preocupe por él.
Y por esa razón, agarró la manga de su remera y se limpió las estúpidas lágrimas de las mejillas y se sorbió la nariz, listo para volver a dormir. Pero no contó con que alguien lo estuviese espiando.
-Eh, ¿te encuentras bien? – la voz de Michonne surgió de las sombras. No era dura y firme como la de costumbre, sino que era un susurro comprensible, sabiendo de lo que padecía Daryl.
-Estoy bien. – Trato de mantenerse fuerte y de que su voz saliera lo más firme posible. Pero no lo logro.
Michonne se acercó rápidamente a él y lo abrazo. En esos momentos así, lo único que se podía hacer era dar abrazos. Daryl rompió a llorar, en silencio, sin poder aguantar toda la angustia que lo embargaba. Pero tuvo la fuerza suficiente para poder decir:
-Ni una palabra a nadie, ¿lo prometes?
-Lo prometo. – susurro Michonne, al tiempo que hacía más cálido el abrazo.
Sé que tal vez haya modificado la actitud de Daryl, pero qué más da, siempre me ha gustado pensar en él en una forma un tanto…triste y con sentimientos. ¡Gracias por leer!
