Este es mi primer Dramione, pensaba hacerlo sólo un One-Shot, pero salieron muchas páginas sin darme cuenta.
Los personajes pertenecen a J.K. Rowling.
Draco lo sabía.
La guerra apenas comenzaba, Draco en sexto año, lo sabía y ya no estaba muy seguro a cual lado pertenecía, no después de lo que había vivido ese verano, con su padre en Azkaban, con él siendo relevado a mortífago y ahora llegando de las vacaciones de invierno no había parado de pensar en una cosa. Esa cosa a quien nunca había notado hasta entonces.
Sabía que desde el momento en que la había visto con su cabello crespo, sus ojos castaños y su semblante de insufrible sabelotodo, él había caído; como aquellas múltiples veces que se había caído de su escoba, era doloroso pero a diferencia de un accidente de Quidditch, lo que sentía al ver a Hermione Granger…
"Esa sangre sucia" se reclamaba Draco tercamente.
Lo que sentía era un dolor indescriptible pero podía decir que era un dolor que le deleitaba tener, cada día que pasaba, Draco sabía que no lo podría contener por mucho más.
Resopló cansado y por quinta vez se removió en su cama, tratando de no pensar en la chica castaña.
Al día siguiente, Draco se levantó con ojeras y se le veía más arisco de lo usual; le quitó puntos a todo aquel que se cruzaba en su camino, incluso casi le quito puntos a unos alumnos de su propia casa; de no ser porque los niños le reclamaron y le acusaron de ser idiota, el rubio muy a regañadientes se los devolvió, no sin antes darles una inútil advertencia que no sirvió menos que su mirada fría para hacerlos correr.
"Malditos mocosos" pensó viéndolos alejarse.
Ya era medio día y aún no podía sacarse de la cabeza a cierta castaña, no lo había podido hacer desde que comenzaron el curso. No entendía porque le pasaba eso a él, de tantas chicas guapas y bien dispuestas hubiera caído por una, una…
-Sangre sucia.- susurró Draco para sí.
Iba tan sumido en sus pensamientos que no se percato de la figura que dio vuelta en la esquina y corría apresurada a toda celeridad en su dirección.
Hermione Granger estaba al borde de las lágrimas, había salido rápidamente de la Sala Común, al ver a Ron y a Lavender intercambiando saliva, por décima vez.
"¿Pero qué le ve? No es la más avispada, sólo porque se arregla más de lo usual y su blusa amenaza con romperse por esas dos cosas."
No quería llorar otra vez, no esta vez; estaba fastidiada de llorar por él, quien era una idiota y por ella misma por ser aún más idiota al llorar por un idiota.
"Idiota, Idiota" pensó Hermione con amargura.
A veces se lamentaba de no sentirse más fuerte y valiente; y en muchas ocasiones (más de las que a ella le gustaría admitir), deseaba ser más bonita y más segura de sí misma.
Dobló la esquina del pasillo y siguió corriendo sin importarle realmente a donde iba, cuando sintió que chocaba con algo y por el sonido que emitió ese algo, su bien adiestrada inteligencia que fallaba ahora un poco por la confusión del momento, le dijo que se trataba de un alguien.
-¡Maldición!- exclamó ese alguien al perder el equilibrio, cayendo ambos al suelo.
Draco iba a decirle a ese idiota que se moviera y a demandarle que le iba a costar haber tirado a alguien como él, pero se quedo sin palabras al ver quien estaba sobre él.
Enrojecida por la vergüenza y tartamudeando una disculpa la muchacha finalmente poso sus ojos en los de él, al darse cuenta quien era, su mirada se torno indiferente.
-Oh, eres tú.- soltó despectivamente y trato de incorporarse, pero una mano de Draco Malfoy la retuvo por la cintura con ímpetu.
-Eso es, Granger; soy yo.- convino él en tono indignado, molesto por la reacción de la chica.- ¿Qué pasa? ¿Es qué los sangre sucia además de inútiles tampoco saben caminar sin caer?- preguntó con sorna.
Hermione le fulminó con la mirada antes de tratar de incorporarse pero Draco poseído por su ira o alguna otra cosa de la cual no quería saber en ese momento, la siguió sosteniendo con su brazo.
-Veo que también son realmente desconsiderados, acabas de hacer tropezar a un sangre limpia, Granger; debes de pagar las consecuencias.- dijo con una sonrisa malévola.
-No vengas con eso, Malfoy, fue un accidente.- Hermione rodó sus ojos para después tratar de quitar el brazo del rubio de su cintura.- ¡Y quita tu brazo!
Pero este no se inmutó.
-¡Malfoy! ¡Mueve tu brazo! - exclama perdiendo su calma, rasguñándolo, al ver que no funcionaba lo miró a los ojos.
La forma en cómo Draco la miraba, la hacía sentirse incomoda; este no la soltaba, y pasaba sus ojos grises en los ojos y boca de ella como hipnotizado, comenzó a acercarse lentamente a la boca de ella, Hermione escuchaba la respiración agitada de ambos conforme Draco iba acortando la distancia.
Iba a besarla.
No podía creerlo, en ese momento no sabía si quería que la besara, pero la cercanía del chico, su aroma, sus ojos grises mirándola como la miraba, la desoriento por completo, sobre todo por ese deseo que apareció en su cuerpo y el creciente cosquilleo en sus labios ansiando ya ser tocados desde hacia tiempo.
"¡Pero es Malfoy!" se reclamó a sí misma. "Te llama sangre sucia todo el tiempo, se mete con tus amigos, un mortífago, no lo beses si tienes aún algo de cordura, por Merlín"
Este pensamiento la hizo volver a la realidad, así que empujo Malfoy de nuevo al suelo, movió su brazo de un manotazo, Draco demasiado perdido en su deseo apenas pudo percatarse cuando Hermione se había levantado de un brinco y huido por la misma dirección de donde había aparecido.
Lo dejo tirado, con la respiración agitad; la cabeza dándole vueltas, aún confuso por haberla tenido tan cerca; y el deseo ardiendo como nunca lo había sentido en todo su cuerpo.
"¡Acaso te volviste loca!" se recriminó a cada hora del día entre clase y clase, Harry quien ahora estaba más al pendiente de ella le pregunto en la hora de comer qué era lo que le pasaba, pues paso de estar triste y desconsolada a un manojo de nervios de un rato a otro, Hermione solo le dijo que estaba algo cansada, no le dijo de qué estaba cansada, pero estaba claro para Harry que se trataba de todo el asunto de Ron y Lavender ; y Hermione no se sintió del todo mal por darle esa excusa pues era bastante cierto que estaba harta de llorar en cada esquina del colegio por Ron, pero también estaba aquel otro asunto…Aquel encuentro con Malfoy, su mente volvió a vagar a ese pasillo donde se toparon y vio de nuevo con claridad la mirada del rubio, ¿Porqué la miraba así?, ¿Por qué iba a besarla?; porque Malfoy iba a besarla de eso estaba segura, "¿Le habrán dado una poción amorosa?" se pregunto varias veces pero además de la parte del intento de besarla no había ningún efecto secundario que diera indicio que estuviera bajo el control de esa poción, pero entonces quitando eso, la razón para que Malfoy actuara de esa forma seguía siéndole un misterio.
"Maldita sea, ¿Y a qué demonios jugaba Malfoy?" El quería besarla, eso era obvio…pero y ella ¿Porqué no se había apartado desde el principio? ¿Porqué se quedo quieta y deseosa que prosiguiera?, el porqué de esas preguntas no lo sabía pero al mirar al frente hacia la mesa de los Slytherins y ver la expresión peligrosa de Malfoy, aseguró que no quería averiguarlo aunque valieran puntos extra.
-Hermione ¿Qué pasa?- pregunta Harry mirando hacia la mesa de los Slytherins.
-¿¡Que!? No, no nada.- se apresuro a contestar.- Sólo veía sin mirar.
Harry asintió aún no muy convencido pero siguió comiendo.
Draco por otra parte estaba considerando muy seriamente internarse en San Mungo.
"Esto no me puede estar pasando a mi ¡Merlín! ¡¿Por qué?!"
Entre clase y clase, Draco se prometió que al ver a la castaña nuevamente le dirigiría miradas de asco y odio, ese asco y odio que él debía sentir hacia los sangre sucias como ella, no lo otro sintió cuando el aliento cálido de Hermione lo hizo perder el juicio, su mente volvió a perderse en esos labios rosados, en sus ojos castaños, en cómo sus rizos, que antes le parecían una maraña de escombro, caían rozando sobre su rostro, en ese cuerpo tibio y probablemente suave como la seda arriba del suyo…No pudo evitar pensar en lo comprometedor de su posición y trago saliva con fuerza al notar que la sangre bajaba a la parte baja de su cuerpo. "¡Mierda!" esperando que nadie notara su pecado; trató de cubrirlo con su túnica.
Estaba en el comedor, por suerte nadie lo había notado, el rubio miró hacia la mesa donde estaba la castaña y cuando esta se giró a verlo, Draco recordó en como ella había huido dejándolo solo y la miro con todo el rencor que fue capaz. No se sentía tan mal por el hecho de haber tratado de besarla, también aunque le costara admitirlo le había dolido como Hermione había huido ¿Tan malo sería besarlo?, ¿Acaso no sabía que él era un experto en eso?, además el era un sangre limpia debía de sentirse afortunada porque él quisiera besarla.
El quería besarla.
A una sangre sucia.
Reprimió un escalofrío, Draco sabía que no soportaría mucho tiempo, no después de haberla sentido tan cerca, y cuando él quería algo, debía tenerlo y aunque eso implicara a una sangre sucia, la tendría.
Muy dentro de él, aunque lo negará, iba a tratar…
"No"
Iba a conseguir…
"¡NO!" se gritó mentalmente
Iba a conseguir otro encuentro con ella.
-Mierda.- murmuró sin poder evitarlo, Pansy quien se encontraba comiendo a su lado, lo miro sonriendo embelesada.
-¿Pasa algo, Draco?- preguntó ladeando la cabeza con coquetería.
-Nada.- contesta cortante y se concentro en comer.
Bueno este es mi primer Dramione y espero sea también mi primer long-fic
Y sobre aviso no hay engaño, de varios Dramiones que he leído he notado que Hermione es la que más sufre, así que haré sufrir más a Draco...
Aunque me encante el personaje XD
Comentarios y críticas son bienvenidos. :D
