Disclaimer : Los Personajes pertenecen a Pendleton Ward.

Este fic es la secuela de mi otro fic "A traves del camino", y esta semi-relacionado con otras dos historias : "Cuentos de Anochecer" y "Ultimo Amanecer"

Se puede decir que siguen una cronologia, aunque cada una tiene su propio argumento :)


Soledad

La primera noche que Marceline pasó sin ninguna compañía fue también una noche sin sueño. La sal de sus lágrimas secas le irritaban las mejillas. Sujetaba a Hambo cerca de su corazón.

Durante toda la noche, esperó el regreso de Simon.

Pero no volvió. Ni él, ni nadie.

Fue entonces que Marceline se dió totalmente cuenta de su situación:estaba sola.

Abandonos

Marceline trató de buscar una explicación lógica. Pasó días enteros sin hacer más que preguntarse que pudo haber hecho tan mal para que Simon terminara por abandonarla.

¿Qué fue tan imperdonable? ¿Qué?

Conclusiones

Tal vez, concluyó Marceline tras una semana de divagar, Simon era igual que su padre.

Ambos la habían abandonando sin ninguna razón.

Se mordió el labio hasta hacérselo sangrar, pero no lloró. Ya estaba cansada de las lágrimas.

Amigo

Quizá no estaba completamente sola. Hambo aun estaba a su lado.

Provisiones

Nunca antes Marceline se había dado cuenta del valor de la comida hasta que sus provisiones se agotaron. Sin Simon, ella tendría que abastecer sus provisiones por su cuenta. Lo que más le preocupaba era el agua, pues recordaba como Simon siempre se quejaba de lo difícil que era encontrarla. Pero por lo visto, Simon exageraba, pues Marceline no tardó en encontrar bastante lagos de los cuales poder beber.

Lección

Igual de rápido, Marceline aprendió algo: No porque sea agua,significa que es bebible. Un buen dolor estómago se encargaría de plasmar esa lección en su memoria para siempre.

Carencia y abundancia

La comida enlatada era generosa, pero no infinita. Para complicarlo todo, la radiación empezaba a descomponer más rápido las alimentos, aun los enlatados. Marceline sabía que pronto tendría que buscar otra forma de conseguir alimento.

Deseaba que Simon estuviera con ella.

El hubiera sabido que hacer.

Fuego

Marceline contemplaba el fuego en silencio todas las noches. El recuerdo de su primer intento de prender una fogata, que terminó en un incendio que solo se detuvo gracias a una oportuna lluvia, la hacía sonreír.

Desde que Simon la había abandonado, no eran muchas las cosas que causaban ese mismo efecto.

Cacería

Marceline tardo meses en aprender como cazar, y mucho tiempo más en aprender cómo cazar decentemente. La sola idea le desagradaba, pero no tuvo más remedio una vez que su paladar se asqueó de las golosinas y de la comida en conserva. Aun así, estaba segura de que si Simon pudiera verla,estaría orgulloso de ella.

Conflictos

¿Hasta cuando podría pensar en Simon sin que su corazón se afligiera? Y más importante, ¿Por qué seguía importandole tanto el recuerdo de ese estúpido egoísta que la había abandonado?

Suvenir

De un manotazo, aventó a Hambo a una distancia considerable de ella. De pronto, no soportaba ni verlo.

Ideas

Marceline iba a deshacerse de Hambo. Se había convencido a si misma de que no podría olvidarse completamente de Simon si ese molesto oso de peluche estaba siempre a su lado. Y si Simon la había abandonado, entonces Marceline lo abandonaría a él. Era lo justo.

Pero cuando notó que Hambo había perdido uno de sus ojos, Marceline se vió incapaz de arrojarlo al fuego. Lo apretó entre sus manos, y lo abrazó justo como cuantas veces había hecho en el pasado, cuando era más pequeña.

¿Cómo se le había podido ocurrir deshacerse de él?

Reparación

A la mañana siguiente, lo primero que hizo Marceline fue salir a la búsqueda de un poco de hilo y un botón. Paso el resto de la mañana arreglando a Hambo.

Vigilante

Desde las sombras, Hunson veía como su hija crecía. A veces, lo único que deseaba era poder estar junto a ella sin la necesidad de estar escondido, pero Marceline aun no estaba preparada para reencontrase con su padre.

Y Hunson tampoco estaba listo para enfrentarse a su hija.

Susurros

Por mucho que se esforzara, Marceline no podía evitar siempre susurrarle las buenas noches a Simon. Se preguntaba si podría escucharla. Era una idea infantil, pero no podía evitar tenerla siempre en mente.

Habia ocasiones, cuando empezaba a sumergirse en los sueños, en las que Marceline podía escuchar como una débil voz le respondía: "Buenas noches, Marceline".

Molestias

Hunson no sabía ni por qué se tomaba la molestia de desearle las buenas noches a su hija.

Cambios

Marceline ya no era la niña llorona y dependiente de antaño. Tras varios años de soledad, se había vuelto una niña independiente y valiente. Era una verdadera tristeza ver que el mundo en donde vivía seguía siendo tan pútrido como siempre.

Música

Al pasar por una tienda de música vacía, Marceline se prometió algo así misma: cuando encontrara los utensilios necesarios, se construiría un bajo. Podría incluso tocar las melodías que Simon le enseñó con su guitarra, en los días en los que ella era solo una niña.

Y Simon , algo más que un recuerdo.

Recuerdos

"Los recuerdos son vida. Una persona siempre vive en nuestros recuerdos ,incluso si ya no está a nuestro lado."

Fue este pensamiento lo que evitó que Marceline olvidara a Simon por completo. A pesar del rencor que le guardaba, Marceline no quería que Simon muriera, y mucho menos, que muriera dentro de sus recuerdos.

Lágrima

Por primera vez en años, Marceline se permitió derramar una lágrima por su amigo perdido. Una sola, no más.

Pero a su manera, era suficiente.

Debilidad

Había alejado a su hija de Petrikov por una sola razón: para evitar que Simon la volviera humanamente inútil. De haber permitido que siguiera bajo su peligroso cuidado, Marceline se habría vuelto una niña dependiente y patética. Hunson no podía quedarse de brazos cruzados y entregar a su hija a ese destino, no cuando la Noche Esfera rechazaría como líder a alguien tan débil. Lo que Hunson había hecho, lo había hecho por amor, y nada más.

Y si su amor significaba sufrimiento para Marceline, pues que asi fuera. Ademas, su hija era fuerte.

Hunson deseaba poder serlo también.

Tesoro

Con las presas de su cacería colgando de su hombro, Marceline se adentró a un establecimiento de comida rápida que estaba sorpresivamente estable. En una de las mesas, encontró un paquete de papas fritas. No se las comió, sino que la guardó como si fueran un tesoro.

A Simon siempre le habían gustado tanto...

Hora

Ya había pospuesto ese momento por mucho tiempo. Su hija ya estaba lista para encontrarse de nuevo con su padre.

Pero, ¿estaba el padre listo para encontrarse con su hija?

Re-encuentros.

Había alguien en las sombras.

Marceline podía percibirlo. Era una presencia misteriosa y fría, muy fría.

Podría ser…

-¿Simon?-

El extraño surgió de entre la oscuridad. El corazón de Marceline se detuvo en su pecho, y de sus labios no salió ninguna palara. Creyó estar soñando, pues ese a quien tenía enfrente no podía ser su padre.

-Hola, Marceline.-

Pero lo era.

Padre e hija se miraron el uno al otro en silencio. El surrealismo de la situación invadió al mundo por un segundo.

Los Abadeer se habían reencontrado.


De nuevo, esto sera un two-shot.

!Gracias por leer!