Este es el capítulo donde todo inicia, centrado principalmente con los protagonistas que son los personajes de Hetalia.
Las frases escritas con cursiva son frases dichas en los idiomas de cada nación, se me hacía algo tedioso el estar traduciéndolas en gogo y que ustedes tuvieran que leer lo que decía al final, así que simplemente lo pondré en cursiva.
Cuando el correo lechuza llegó en la mitad de la reunión Inglaterra estaba a punto de salir corriendo.
No es que quisiera evadir su responsabilidad con el mundo mágico (el cual le correspondió a Escocia por supuesto) más nunca espero que terminaría teniendo una citación como representante internacional del mundo mágico de gran Bretaña en medio de una representación de gran Bretaña muggle.
Odiaba cuando ambos ministerios se juntaban para atacarlo con más trabajo que el que le correspondía.
Por lo visto el incidente tampoco sería olvidado en la junta, ya que no paró de recibir extraños comentarios acerca de su correspondencia y miradas de total disgusto por parte de algunos países.
- Courrier magique- Francia que se sentaba a su lado no puedo evitar comentar acerca del altercado- No es aquel el trabajo de Scott ¿qué hace eso aquí contigo?
- Por lo visto es tan incompetente que me lo han mandado a mi- soltó con acidez- No puedo creer que esté ocurriendo de nuevo…
La mirada que les lanzó Alemania fue suficiente para detener su conversación por algunos minutos.
- Vamos ambos sabemos que te encanta esto- le dijo sonriente- adoras tener que hacer el trabajo de tus hermanos Arthur, si no estarías…
Pero la llegada de una nueva lechuza interrumpió todo, más esta vez no estaba dirigida a Arthur.
Arthur hizo todo lo humanamente posible para lanzarse donde los hermanos italianos. Era extraño que ambos países hubieran recibido una carta por parte de sus ministerios ¿Estarían en otra guerra mágica? No, imposible.
Cuando llegó donde ellos puedo ver que ninguno estaba de un buen humor, por lo general era solo Romano quien tenía una cara amargada en su rostro cada que se encontraba con una persona, sin embargo esta vez Feliciano tampoco tenía un rostro totalmente amable.
Se sentó frente a ellos a esperar que terminaran de leer su correspondencia. Tomo uno que otros vistazo y siguió su ejemplo para leer igual la suya, no eran nada fuera de lugar.
Un citatorio para esa misma tarde con el jefe de Aurores, Harry Potter.
Romano fue el primero en despegar su vista de la carta para lanzarle dagas con los ojos, mientras Feliciano abría y cerraba la boca con leves quejidos y ojos acuosos.
- Creía que las cosas estaban bien ahora en tu estúpida escuela- le soltó de golpe alejándose de su hermano para acortar la distancia entre ambos- "El lugar más seguro del mundo mágico" "Nada malo pasara ahora en Hogwarts" puras mentiras cejudo bastardo.
Arthur intentó preguntarle sobre lo sucedido, más una oleada de insultos y amenazas en italiano le decían que era mejor esperar a que ambos hermanos calmaran sus aires.
No fue hasta que Feliciano le tendió la carta que las cosas que tenían tomaron sentido.
Una muerte en Hogwarts. Una muerte de algún estudiante transferido. Italianos.
- Imposible- contestó sin dar crédito a lo que sus ojos veían- ¡Esto tiene que ser un error!- ambos italianos le fulminaron con la mirada- ustedes saben que nada malo está pasando en las comunidades mágicas. Nada ha sucedido desde, desde… ¡Tiene que haber sido…!
Suicidio.
- ¡No te atrevas siquiera a decirlo!- le amenazó Romano tomándolo por la camisa- esos niños no tenían problema alguno, simples niño Arthur ¡niños!
- Estoy seguro que Escocia está al tanto de las cosas ahora- declaro- esto se resolverá, se los aseguro.
Arthur no sabía que más podía decirles.
- Resolverás esto, me escuchaste ¡Resolverás esto bastardo!- el grito de Romano retumbó en la sala, haciendo que algunas otras naciones se asomaron para ver si estaban aún en una sola pieza- Esos niños eran hijos míos, mi tierra, mi casa, mi familia… - Arthur comprendía su enojo, estaba más que justificado; pero eso no le daba el derecho de desquitarse con el- Si este caso no llegara a resolverse- dijo amenazante- si no estoy conforme con lo que los papeles dirán como veredicto, mandaré a cerrar esa estúpida escuela tuya.
Los ojos de Arthur se abrieron con asombro e incredulidad.
Nadie, absolutamente nadie podía meterse así con Hogwarts.
- Romano, estamos exagerando las cosas…
- A mí sí me interesan mis personas, Arthur- dicho eso tomo el brazo de su hermano, quien no había podido comentar nada en ningún momentos- nos vamos.
Así ambos italianos, seguidos de un alemán algo confundido, salieron del cuarto apartando a todo el que se metiera en su camino con insultos y amenazas.
¿Algún futuro para esta historia?
