Como saben Bleach no me pertenece es obra de Tite Kube. La historia por otra parte si

Conociendo a la familia.

En la hermosa ciudad de Karakura, la familia Kurosaki se encontraba desayunando, como era costumbre en algunas familias pero en esta no, ya que como tradición el padre y sus dos hijos varones se encontraban en medio debate de golpes .

- Maldita seas-rugió un joven de cabello naranja eléctrico y ojos chocolate-viejo de mierda acabamos de llegar y ya nos recibes a los golpes-mascullo molesto mientras le respondía una patada en la cara.

-¿Así le responden a su padre que deseaba verlos luego de siete años sin vernos?-les pregunto indignado un hombre de pelo negro con ojos grises oscuros-menudo par de hijos tengo, no son como mi hime-chan-lloriqueo apuntándolos a ambos, una patada lo mando al suelo.

-Viejo exagerado nos hemos visto en las fiestas importantes-le recrimino un joven de pelo blanco y de ojos color amarillo buen físico al igual que su hermano.

-A mi cumpleaños no vinieron-los acuso apuntándolos.

-Dije fechas importantes-le recalco enojado.

-Masaki nuestros hijos me odian-lloriqueo en el hombro de una hermosa mujer.

-A Isshin-susurro con cansancio pero con una enorme sonrisa en su rostro, sus tres hijos, sus bebitos estaban de nuevo en casa, con ella.

-Etto mamá-llamo una joven de ojos color grises y pelo naranja como su hermano pero más oscuro un cuerpo de infarto, grandes senos cintura fina y ancha cadera un cuerpo que dejaría a cualquiera en el mundo de pervertilandia y bobalandia, imaginando cosas no muy sanas.

-¿Si cielo?- pregunto con cariño una mujer de pelo castaño ojos color chocolate al igual que su hija tenía el cuerpo muy bien proporcionado.

-Yo...-las palabras murieron al ver como su padre la abrasaba, y estaría bien pero para desgracia de ella los abrazos de su padre eran letales-pa-pá no puedo respirar-susurro en un hilo de voz.

-Oh mi pequeña hime-chan ha vuelto a los brazos de su apuesto y joven padre-lloraba a mares apretando más el agarre dejando violeta a su "pequeña niña".

-Suéltala viejo loco-recrimino el peliblanco.

-Planeas matarla-acuso mientras abrazaba a su hermana la cual se encontraba azul-hime reacciona-susurro y la sacudió un poco para traerla de vuelta.

-S-si aniki-susurro mareada por falta de oxígeno.

-Viejo loco casi me la matas-acuso mientras hacía sonar sus nudillos-muere-exclamó tétricamente junto a su hermano alvino.

-Quiero a mi mami-lloriqueo.

En la entrada de la gran casa de los Kurosaki se podría ver a dos jóvenes, una pelinegra ojos grises oscuros y una castaña ojos color miel, ambas con el uniforme del instituto y maletín en mano, caminaban sin mucho interés pero un repentino grito hiso que los pájaros, los cuales estaban muy cómodamente en las ramas, tuvieran que volar asustados ante el grito casi afeminado, el cual hiso que las jóvenes detuvieran sus pasos y miraran con cierto horror hacia su casa.

-¿E-ese fue papá?-pregunto algo asustada la castaña a una pelinegra que en ese momento mostraba una sonrisa.

-Eso parece-mientras afilaba el oído para escuchar más de esa hermosa melodía-y parece que nuestros hermanos han regresado-exclamó feliz igual que su hermana, pero no era por lo mismo la diferencia era que una se alegraba de tenerlos de nuevo y ser una familia unida y la otra era porque si estaban sus hermanos significaba que su padre seria el que saliera perjudicado, ya que el muy cabron tenía un amor por joder a sus hijos con esa forma extraña de demostrar su "cariño" por lo cual casi siempre terminaba golpeado y ni que hablar cuando estaban sus hermanos mayores, principalmente los varones, sus ojos grises resplandecieron de felicidad, ya que recordó que si sus hermanos estaban aquí su padre seria su víctima y no al revés-mejor vamos la diversión nos espera-comento feliz para comenzar a correr por nada del mundo iba a perderse la golpiza que le debería estar recibiendo en ese momento su padre.

Mientras en la casa se podía apreciar el ruido de golpes, quejas, maldiciones, llantos, risas macabras y unos cuantos sonidos como si se estuvieran usando muebles con el fin de hacer daño a alguien, muy diferente en la sala.

-Cuéntame hime-chan ¿cómo estuvo tú último año en la universidad?-pregunto emocionada.

-B-bueno teníamos mucho trabajo, pero en lo general bien-respondió en un susurro, pero como conocía a su madre sabía algo, Masaki Kurosaki jamás da puntada sin hilo.

-Y los chicos ¿eran guapos?-pregunto con un toque de picardía.

-¡Mamá!-recrimino roja-b-bueno si pero...-agacho la cabeza derrotada con un aura negra a su alrededor.

-No me digas nada, tus hermanos-respondió con sabiduría, cruzando los brazos y teniendo los ojos cerrados.

-Si-respondió y su aura negra aumento.

-Esos dos-susurro abriendo los ojos dejando el ceño marcado y elevando el puño-planean dejarte soltera ¿o qué?-se preguntó más para ella que para su hija.

-No tengo idea pero mamá pero había un joven que desafío a mis hermanos-contó con melancolía.

-¿En serio?-pregunto sorprendida- y ¿quién era?, ¿qué hacía?, ¿era guapo?-con cada pregunta se acercaba más y más.

-Eh si, se llama Erick Thompson, estudiaba cirugía y si era muy guapo-respondió cada una de sus preguntas.

-Y ¿qué paso?-pregunto más interesada e inclinando el rostro hacia su hija.

-B-bueno él...-sus ojos se llenaron de lágrimas pero no derramo ninguno.

-Él muy infeliz solo quería propasarse con hime, sacarle su virginidad, la cual cuesta trabajo mantenérsela con tantas escorias rondándola, ya te decía yo mándala a un convento pero tú decías que tú bebe tenía el mismo derecho de estudiar con nosotros y mira que costo, horas en vela cuidando las ventanas para que ningún Romeo aventurero quisiera entrar por las sedosas, planchadas, bien perfumadas y puras cortinas, y yo como buen carcelero, quiero decir-se corrigió rápidamente al ver la mirada afilada de su madre-hermano cagarles la imagen apareciendo en ocasiones en la misma ventana tirándolos por ella, o tirándoles agua helada para ver si con eso se les iba las ideas incorrectas, y mira que a veces me hacía pasar por hime-chan esperándolos en la cama, fumándome la chorreadas de estupideces que jamás diré para no quedar como un idiota-aclaro con cara de asco al recordar algunos "piropos"-y joderlos golpeándolos un rato y luego tirarlos por la ventana como la basura que eran, y eso te hablo de las noches mejor ni te cuento en los días, donde los perseguía viéndolos sacándoles fotos e intentando hablar con ella, pero siempre intercedía -sonrió al recordar los celulares que rompió algunas-por no decir la mayoría-tenía su mano o el puño rumbo al rostro de los jóvenes, o las veces que los seguía por detrás para golpearlos dejarlos inconscientes y comerse los chocolates sentados en su espalda con las piernas extendidas y cruzadas mientras su brazo derecho estaba detrás de su cabeza sobre el árbol, el cual los cubría de las actividades de su hermana, la cual ni enterada de que su hermano golpeo dejo inconsciente y para colmo saboreaba los chocolates que se suponían eran suyos, no pudo evitar sonreír alarmando a las mujeres-pero ese desgraciado-menciono alzando el puño furioso- me desobedeció y todo era para creerse el mejor del campus-respondió el alvino sentándose mientras tomaba el control remoto.

-¿Qué?-pregunto atónica, mirando a su bebita-¡¿qué?!-volvió a preguntar algo alterada.

-No te preocupes ya nos encargamos de eso, ¿no es así Ogichi?-le pregunto a su hermano, el cual al terminar de escuchar la frase comenzó a reírse hasta llorar.

- Y como lo disfrute-recordó limpiándose las lágrimas.

-¿Qué hicieron con él?, pero antes, ¿y su padre?-pregunto algo temerosa de recordar las últimas hazañas de sus bebes contra su progenitor.

-A bueno él debe estar por ahí, ya sabes-respondió agitando la mano quitándole importancia al tema mientras cambiaba de canal con aburrimiento el alvino.

-Y en cuanto al desgraciado, digamos que nunca más en su vida va a joder a una mujer-sonrió orgulloso de sus actos.

-Ustedes juntos dan miedo-murmuro con una gota estilo anime al ver como sus hermanos se miraban sonriendo de forma macabra sin contar esas miradas siniestras que tenían.

-Así son los hombres en nuestra familia-comento con orgullo de sus bebes.

-Mamá ya llegamos-gritó una pelinegra entrando corriendo a la sala- Ichi-nii, Ogi-nii, hime-nee-chan-mención feliz, aunque intento demostrar indiferencia, no podía negar que le agradaba volver a verlos.

-Karin-chan-menciono para luego tirarse para abrasarla- ¿cómo has crecido en estos meses?-menciono separándose de ella-te dejaste crecer el pelo-menciono feliz tomando su suave cabello negro de la coleta alta de du hermana.

-Tú también has crecido hime-nee-chan-menciono apuntando el pecho de su hermana-mamá ¿yo tendré unas de esas?-pregunto apuntando el pecho de su hermana mayor.

-Eso espero-respondió con una sonrisa ante la inocencia de su hija.

-Yo ruego que no-mascullo bajo el peli naranjo siendo escuchado por su hermano el cual largo la carcajada-no te rías tarado, si Karin y Yuzu heredan lo mismo que hime habrán más Erick-estupido-sin-cerebro-me-creo-lo-mejor-del-mundo-mirame-y-gozame-por-que-nunca-me-tendras, y eso significa que no daremos a basto-recordó mientras fruncía el ceño.

-Y yo que pensaba anotarme a un gimnasio-murmuro -pero bueno que se le va hacer todo por el bien de las mujeres de la familia-dijo encogiéndose de hombros-golpear a nuevos idiotas me dejaran en forma-sonrió sádicamente.

-No tienes remedio-regaño entre cerrando los ojos.

- En eso te equivocas, yo soy él que deja caliente a tantas mujeres y enfermos a tantos cornudos, que me han hecho sentirme infinitamente culpable por ser tan jodidamente sexy, mira que a veces siento vergüenza salir y escucharlos decir "mira que chico tan elegante y chulo y yo tan poca cosa"-mención con falso pesar, sacando la risa de su madre y una gota de anime a sus hermanas, en cuanto a su hermano le hiso poner una mueca de asco al verlo en una pose, según él ridícula, pero que le vamos hacer a él le pasa lo mismo con las mujeres, asique se resigna.

-Karin-chan no me esperaste-regaño la peli castaña haciendo un puchero, que duro poco al ver a sus hermanos, los cuales les sonrieron, lagrimas se acumularon en sus ojos color miel-hermanos-susurro para luego tirarse en los brazos del más cercanos, la cual resulto ser su hermana, mientras los otros dos esperaban pacientes el suyo.

-Yuzu-chan como has crecido, ambas están hermosas desde la última vez -le sonrió tiernamente.

-Es lógico hime-nee-chan tenemos 17 años- le recordó la castaña.

-¿En serio?, creí que tenían menos-menciono el alvino sin mucho interés, pero al ganarse unas miradas entendibles suspiro y explico todo-ya saben hime-chan a esa edad tenía los senos más grandes-apunto a las gemelas las cuales lo miraron ofendidas.

-¡Ogichi!-grito el peli naranjo-esas cosas no se dicen-le regaño para acercarse y susurrarle-recuerda que son mujeres y peor adolescentes y son muy sensibles con el tema de su cuerpo, se vuelven obsesionadas con su cuerpo y llenas de inseguridad ante su belleza, recuerda cómo se ponía hime-el alvino solo abrió los ojos de golpe.

-Oh mierda-menciono y luego miro a sus hermanas las cuales estaban dispuestas a golpearlo-me lleva-susurro mientras un escalofrío recorría su espalda al ver como el pelo de las tres se elevaba de una manera amenazante, sin contar el brillo sádico.

-Oh si Ogichi y pide que te lleve bien lejos y si es posible ya-sonrió triunfante al ver el terror en los ojos amarillos de su hermano y no lo culpaba sus hermanas enojadas dan miedo.

-Corre-susurro su madre con cierta alegría en sus ojos chocolates.

-Ni se te ocurra-susurro tétrica la pelinegra logrando que el alvino se le volviera chinita la piel, pero con amenaza y todo no dudo en salir corriendo por su integridad física y mental.

-¡Vuelve aquí Ogichi-kun!-grito la peli naranja para luego salir corriendo tras él.

En la casa se escuchaba gritos, llantos, hasta plegarias y promesas sospechosas de no ser cumplidas pero con la desesperación todo vale, y sin contar que se podía escuchar como jarrones eran destruidos, al no poder alcanzar al alvino planeaban por lo menos noquearlo, despertarlo y luego golpearlo hasta dejarlo nuevamente inconsciente.

-Están locas-susurro aterrado-¡ha!-grito al ver venir otro jarrón, gracias a su reflejos logro esquivarlo para luego mirar hacia atrás-todo esto por una estupidez de los senos, ¡yo no tengo la culpa que a una le sobre y a otras les falta!-les grito pero como dicen no aclares que oscurece, ya no era uno si no tres floreros dar de lleno contra la pared donde el justamente doblo, y continuo corriendo por el pasillo, vio la unión de las escaleras y sonrió no dudo de gritar a todo lo que sus pulmones exhaustos de correr le permitieron-¡mami!-corrió a todo lo que sus piernas le permitió-ayuda-rogó y se tiro a los brazos de su madre-unas locas me siguen-lloro temblando de miedo y eso era raro en él.

-¿Hijo quieres un consejo?-le pregunto mientras tomaba las pálidas mejillas de su retoño entre sus manos.

-Si-respondió con los labios echo un puchero.

-Corre hasta que se desintegren tus hermosos piecitos-sonrió como si dijera lo hermoso que estaba el día, dejando de piedra al joven -y que sea rápido escucho que bajan las escaleras, sigue corriendo mientras ideo un plan-le sonrió, bueno no era tan malo darle falsas esperanzas a su pequeño retoño ¿no?

El mencionado no dudo en continuar la carrera a tal velocidad que levanto una nube de polvo.

-Tiene motivos para correr así-susurro su madre mientras llevaba sus manos entrelazadas a su pecho, su pelo se elevó y luego se dirigió hacia adelante por causa de la velocidad de sus tres hijas que iban en caza de su hijo-y muchos-sonrió al ver correr a su bebes.

-Él se lo busco nunca fue bueno en el tacto y menos con mis hermanas y eso que tendría que aprender de ellas-sonrió de solo pensar lo que le aria sus hermanas al descerebrado de su hermano, minutos más tarde el timbre la puerta principal retumbo en toda la casa, causando que el peli naranjo tuviera que abrir, al hacerlo se llevó una sorpresa-¿Rangiku?-pregunto frunciendo el ceño, al ver a su prima, una mujer rubia alta piernas firmes y torneadas, caderas anchas, cintura fina y uno senos grandes, los cuales se podrían apreciar por su escote, sus ojos celeste mostraban picardía y a la vez sabiduría, su hermosa cabellera rubia y larga resaltaba aún más su belleza, iba vestida con unos shorts cortos color crema y una camisa de color rosa dejando una generosa vista a sus senos

-¿Ichigo?-respondió sorprendida.

-Si-sonrió-pasa-ofreció dejándole lugar para pasar con las maletas, las cuales eran dos, cosa rara-Rangiku ¿solo dos maletas traes con tigo?-pregunto sorprendido.

-¿Qué?-pregunto divertida-ah Ichigo no te recordaba tan bromista-le sonrió-las otras las tiene Grim-menciono para luego desaparecer de su vista.

-Esa mujer no cambia-menciono al ver la cabellera rubia de su prima desaparecer de su vista.

-Oye inútil quítate-le grito un joven de pelo celeste rebelde, ojos del mismo color alto de buen físico, usaba una pescadora negra con una remera blanca.

-¿Qué?-pregunto, pero al voltear casi se cae al estilo anime al ver al peli celeste con dos maletas debajo del brazo, cuatro, una sobre la otra, sobre sus manos y una chica apretada entre sus piernas dejándolo caminar de forma cómica, pareciendo a una mujer chueca con tacones altos.

-Que te quites-le grito más molesto-no ves que vengo cargado-le grito molesto.

-Déjame ayudarte-menciono dejando una de las maletas en la entrada, tomo la que tenía entre las piernas y las que se encontraban debajo de los brazos.

-Hasta que haces algo útil fresa-se burló.

-Pensándolo bien que te ayude kami-sama-menciono para luego colocar todas las maletas una sobre la otra en los brazo de su primo y como si no fuese demasiado castigo se había atrevido a cerrar la puerta con el pie mientras cargaba las dos que dejo.

-Eres un hijo de...-escupió al ver la actitud de su primo.

-Qué lindo es ayudar a la gente uno se siente tan bien ayudando al prójimo, deberían llamarme San Ichigo, el magnífico-sonrió llevando las maletas a la sala donde se encontraba su madre y prima.

-Oh pero que grande estas y guapo-halago su prima al verlo con una remera negra, unos jeans azul oscuro, su pelo algo largo y rebelde.

-Etto, gracias-menciono arroscándose la nuca con la mano derecha-tú también has crecido-menciono y no pudo evitar que sus ojos se fueran al escote, se sonrojo y evito la mirada, juraría que tenía el mismo cuerpo que su hermana, la diferencia era que una era demasiada tímida y la otra era la perversión rencarnada.

-Por supuesto Ichigo-chan todos crecemos algún día-le sonrió de forma picara haciendo sonrojar al pobre joven-y ¿mi querido Grim?-pregunto al no verlo detrás del peli naranjo.

-Digamos que él quiere probarse su fuerza e inteligencia-sonrió ante su propia picardía.

-Eso es muy típico de Grim-menciono con una gota estilo anime-pero ¿Ogichi, Orihime-chan, Yuzu-chan, y Karin-chan?-pregunto al no verlos.

-Ellos están, ¿cómo decirlo?-se preguntó así mismo mientras se cruzaba de brazos y se daba golpecitos con el dedo índice de la mano derecha en el labio-se reunieron para intercambiar ideas y sentimientos-menciono con malicia.

-Oh ya-sonrió de forma picara-seguro mis queridas primas le están haciendo una recordación a mi querido Ogichi de algo que no puede olvidar jamás por su falta de tacto-menciono mientras tomaba unas galletitas dejando con la mandíbula desencajada a su primo y haciendo reír a su tía.

-¿Cómo sabes eso?-pregunto curioso-hace años no nos vemos-le recordó en una pieza.

-Simple, ¿recuerdas el día de campo donde me llamo gorda por mi vestido?-aún con furia a pesar de los años-él jamás tubo tacto con las mujeres-menciono mientras se encogía de hombros, lo que no espero fue la carcajada de su primo-sigue y te hare lo mismo que a él -sentencio con una mirada fría obligando a callar de golpe.

-¿Qué le hiciste?-pregunto entre curioso y temeroso.

-Le coloque hormigas rojas en la cama, lo único que lamento fue no haberlo atado, ya que las pobres hormiguitas apenas lograron morderlo, y recién le estaban agarrando gustito cuando el muy cobarde grito como niña por toda la casa-recordó el grito de su primo puso en alerta a toda la familia, creyendo que una de las niñas les pasaba algo, sorpresa fue descubrir al salir al corredor y ver una mancha blanca ir y venir por el corredor gritando "me comen" con voz de niña, costo una hora agarrarlo para poder quitarle las que se habían salvado, al recordar no pudo evitar reírse contagiando a su primo y la mismísima tía-pero ya cuéntenme ¿qué hiso esta vez el cavernícola?-pregunto con interés. Si no mal recordaba hacer enojar a su prima era un reto y merecía ser recordado.

-Bueno veras, Hime a los quince años tenía unos senos demasiado grandes para su edad-comento algo sonrojado-a causa de eso se ganó varios, por no decir muchos, admiradores, hasta mujeres lograron ser presa de mi hime-recordó a una pelirroja en particular, un escalofrío recorrió su cuerpo-en fin, gracias a eso hime fue excluida del grupo femenino, bueno no todas Tatsuki y Rukia no, pero eso no evito que los hombres continuaran acosándola y las mujeres haciéndola sufrir, obligándola a refugiarse en nosotros dos-recordó con tristeza.

-Eso me pasa por hacerlos con muchas ganas-menciono culpable la castaña, haciendo que su hijo sintiera ganas de cometer suicidio al imaginarse a sus padres, de su madre ya, pero el viejo, su frente se volvió azul al visualizar a su padre en, según él mismo, una pose sexy con una sunga color roja chillón.

-Mátenme-rogó haciendo reír a su prima-bueno ahora Karin y Yuzu tienen quince y gracias kami no tienen el mismo tamaño que hime si no unos más a su edad, ósea más, bueno-menciono arroscándose la nuca-normales, ya sabes tamaños más normales, y como sabrás Ogichi no perdió la oportunidad y se mandó uno de sus comentarios ácidos, los cuales los están obligando a correr por su vida-termino con una gran sonrisa.

-Ese Ogichi es un tonto-menciono para luego reír.

-Oye fresa lo que hiciste fue muy pero muy infantil-menciono el peli celeste entrando a la sala, sintió un escalofrío, busco la mirada que le causo que la piel se le volviera chinita y encima le diera mala vibra y la encontró-joder-menciono dando un brinco, llevando sus manos al pecho al notar que era su tía , la cual le sonreía de manera tranquila, pero eso fue lo que lo asusto, porque tenía los ojos cerrados y un aura tétrica lo rodeaba-buenos días tía-menciono al recordar el comportamiento hostil al entrar en la sala.

-Oh pero Grim-chan que guapo estas-menciono parándose para darle un beso a su sobrino, el cual temblaba al verla acercarse causando la risa de los otros dos.

-Muere fresa-pensó mientras ideaba un plan para joderlo un rato- gracias tía usted no cambia, pasan los años y sigue joven y guapa, usted es un misterio para la ciencia-menciono de forma galante, al darle una vuelta chiflo-ese viejo tiene mucha suerte mira la mina de oro que tiene en la casa-menciono sonriéndole.

-Oye te recuerdo que es mi madre y tú tía-menciono celoso haciendo reír al peli celeste.

-Pues te jodes solo digo la verdad-menciono ganando puntos extras a lo loco con su tía-en algún momento me servirán-pensó orgulloso de su proeza.

-Ichigo-chan ¿insinúas que tú primo está mintiendo y soy una vieja ama de casa?-pregunto con un tono dolido pero lo que en realidad decía "di si y desearas no haber nacido jovencito".

-Claro que no mami es solo que no me gustan que otros hombres te miren-respondió rapidito con temor al imaginarse a su madre enojada.

-Oh pero mi amor tú siempre serás mi bebe-menciono sonriendo, pero lejos de alagarlo, él peli naranjo vio a su primo, el cual hacia una fuerza sobre humana para no reírse en su cara, por respeto a su madre, ya que todos sabían los castigos de Masaki Kurosaki, pero juro vengarse de ese loco roba mamis.

-Te juro que me vengare-le transmitió a través de la mirada-retomando al tema-menciono tranquilo para luego fruncir el ceño y señalarlo-pues te jodes eso te pasa por llamarme fresa, fracasado-reto, sabiendo como reaccionaria y esperaba que se mandara una para fregarla con su mami, mientras le tiraba rayitos azules con los ojos.

-Repite eso fresa-menciono devolviéndole el insulto y ya sea de paso los rayitos, montando así una guerra de miradas.

-Grim, ¿dónde están las maletas?-pregunto su hermana.

-En la entrada-respondió sin borrar el contacto visual con su némesis, pero en eso que la rubia iba rumbo a la entrada sonó la puerta principal.

-Yo voy-menciono mientras desaparecía, para abrir la puerta, no más lo hiso tuvo que hacerse a un lado ya que un pelirrojo paso exprés por su lado estrellándose contra un mueble de la casa, el cual era de madera color caoba, encima un florero blanco con garabatos en gris, decorado en flores de varios colores, un hermoso espejo en forma de ovalo con marco dorado con diferentes garabatos, lo adornaban, el pobre joven se encontraba con los pies sobre la cabeza y la cabeza en lugar de los pies-oh valla-menciono entre risas, para luego con cuidado mirar por la puerta notando a una joven pelinegra, con un puño en alto, el cual salía aún humo acusándola como culpable por la repentina entrada del joven pelirrojo, a pesar de tener un tamaño algo pequeño poseía una fuerza asombrosa, no paso por alto lo hermosa que era a pesar, de en ese momento sus hermosos ojos violáceos, eran rojos por la rabia, usaba un vestido rosa bien pálido con unas sandalias a juego, noto que al lado de la joven había dos personas más, un joven peli azul oscuro, alto, de buen físico, no tanto como su hermano pero no era muy flacucho, poseía uno ojos de color azul claro cubiertos por unas gafas, su piel clara y bien cuidada, tenía puesto una remera blanca, una pescadora vaquera, con unos tenis blancos, su compañera, era una pelinegra, pelo largo y en ese momento suelto, tenía el cuerpo bien para su altura y edad, no muy, muy, ni tan poco menos, normal, usaba una musculosa amarilla, con un short crema y unas sandalias en negro, la cual sonreía por el espectáculo-y ¿ustedes son?-pregunto curiosa.

-Yo soy Rukia Kuchiki-se presentó educadamente-y él que acaba de pasar volando por tú puerta es mi prometido Renji Abarai-presento con una sonrisa cálida, pareciendo humana y no aquel demonio que vio.

-Nosotros somos Tatsuki Ishida y él que está a mi lado es Uryuu Ishida mi esposo-se presentó sonriente.

-¿Tú eres Tatsuki?-señalo sonriente.

-¿He?, si soy yo-menciono de forma tímida.

-Tú ayudaste a mi prima en la secundaria-exclamó feliz para luego salir y dejar verse a cuerpo completo, para saludar a los jóvenes.

-No voy a dudar que perteneces a la familia de Kurosaki-san-pensó el joven al ver el cuerpo de la mujer.

-¿Eres prima de Orihime?-pregunto dudosa la pelinegra.

-Si así es-les sonrió de manera cálida sacándoles un sonrojo- pero que descuidada soy no me presente soy Rangiku Kurosaki-se presentó sonriendo-pero quiero agradecerles que hayan ayudado a mi prima en la secundaria-volvió agradecer sinceramente.

-No fue nada-respondió la pequeña pelinegra.

-Pero pasen-menciono mientras los ayudaba con las maletas-tía Masaki tenemos más invitados-menciono entrando con los demás.

-¿Quiénes?-pregunto saliendo de la cocina-oh pero si son Rukia-chan, Tatsuki-chan, Uryuu-chan-menciono feliz pero frunció el ceño al no ver a uno-¿dónde está Renji-chan?-pregunto curiosa.

-Bueno él está durmiendo la siesta-respondió nerviosa la pelinegra.

-Si en uno de sus muebles-aclaro la rubia sonriendo.

-Muy típico de las peleas de ambos-menciono recordando las anteriores.

-Buenos días Masaki-san-saludo amigablemente el pelirrojo

-Oh buenos días Renji-kun, pero que guapo te has vuelto-alago con picardía.

-G-gracias-agradeció sonrojado.

-¿Y los demás?-pregunto la karateka.

-A bueno ellos están algo ocupados-sonrió-Ogichi-chan, hime-chan, Karin-chan y Yuzu-chan están reunidos en una charla que no es bueno interferir-ante esto todos rieron al descubrir a que se refería-y mi pequeño Ichi-chan esta "charlando" con su primo Grim-chan-informo sin borrar la sonrisa.

-Y conociendo al fresa hay pelea segura-susurro con una sonrisa el pelirrojo-Masaki-san ¿dónde están Ichigo y Grimmjow?-pregunto con falsa inocencia.

-Oh ellos eran en la sala-menciono también con falsa inocencia.

-Masaki-san usted sabe que él ira con la idea de molestar a Ichigo ¿verada?-pregunto la pelinegra.

-Si lo sé-reconoció, sacándole una gota estilo anime a todos-pero así es la familia Rukia-chan-sonrió amigablemente, sacándole escalofríos a los presentes.

-La tía Masaki es de temer-susurro a los presentes mirando la espalda de su tía, la cual estaba preparando el desayuno.

-Bueno vamos a la sala-aviso Tatsuki, llevándose a rastras a su esposo, seguida de los demás.

No muy lejos de ahí, un auto Toyota último modelo, negro con los vidrios ahumados se acercaba a la mansión Kurosaki.

-¿Estas segura que este es el camino hermana?-pregunto un joven de unos veinti seis años de edad, cabello negro, ojos igual estatura promedio y un poco excesivo de peso.

-Cállate tarado-le grito logrando causar terror en él joven-yo sé a dónde voy-comunico una joven de unos veinti ocho años de cuerpo de infarto pelo negro, ojos color grises oscuro.

-Yo solo comunicaba Kukaku-susurro mientras se encogía en el asiente negro de cuero y de forma inconsciente, aunque parecía que más consiente, se pegaba a la puerta del auto.

-Pues ahórratelos-le devolvió a gritar pero esta vez le proporciono un golpe en la cabeza.

-Kukaku será mejor que mires la carretera o nos chocaremos-aviso un joven de pelo negro azulado, ojos grises oscuros, buen físico, algo alto de unos veinti cinco años de edad.

-Kaien no me provoques que para ti también hay-aviso mirando el retrovisor, logrando ver como él le sonreía-mocoso malcriado-susurro entre dientes.

-Oye Ganju-llamo a su hermano-¿hace cuánto no vemos a nuestros primos?-le pregunto el joven.

-Bueno yo hace unos diecinueve años-recordó.

-Y ¿tú Kukaku?-pregunto a su hermana.

-Yo hace cinco años-comunico pero al ver la cara de sus hermanos decidió dar más información-los encontré en un viaje de negocios, la verdad Kaien te pareces mucho a Ichigo y Ogichi-le comunico-no solo en lo físico si no en el resto, eres un tarado, insoportable, irritas al más santo, sacas de casillas hasta el mismísimo papa, a veces creo que eres el engendro del mal y tus primos del demonio, conociendo al tío que nos cargamos no me sorprendería, sin contar un mal educado, un retrasado mocoso consentido y mimado por unas golfas ciegas, sin cerebro, insoportables y chillonas, vives para tus comentarios irónicos e hirientes-recordó sacándole una gota anime a sus hermanos.

-No sabía que me querías tanto-ironizo sacando de casillas a su hermana.

-Pero la que me sorprendió fue Orihime, esa muchacha creció mucho-sonrió al recordar el cuerpo de su prima y cambiar de tema o de lo contrario mataría a su hermano menor.

-Mmm la última vez que la vi, era plana, cabello anaranjado corto y le faltaban los dientes delanteros-recordó lo más que pudo e su prima.

-No será tarado porque era una niña de seis años-le recordó mientras lo miraba de forma acecina.

-Mmm puedo ser-menciono tomando su barbilla mientras pensaba.

-¿Puede ser?, eres un idiota-le grito, pero al ver cómo le sonreía de manera burlona la enfureció-ahora si te mato-amenazo soltando el volante para poder golpear a su hermano como kami manda.

-Kukaku-grito temeroso su hermano desprendiéndose de la puerta para saltar al volante y manejar el salvándolos de un accidente seguro.

-Mira lo que haces loca-le grito el ojigris esquivando los ataques de su hermana, la cual parecía una mujer loba a la cual se le pego la rabia, el pelo de su hermana siempre estaba bien arreglado, en ese momento parecía que fuese medusa, sus ojos grises siempre estaban tranquilo ya que mantenía el control de todo lo que la rodeaba, en ese momento parecían dos gemas rojas sedientas de sangre específicamente suya sin contar que seguían cada movimiento que hacía, sus manos eran tratadas por una excelente pedicura, pero en ese momento parecían garras dispuestas a sacarle uno que otro miembro y algún órgano si se podía, y su boca, o kami juro ver colmillos y algo de saliva colarse por la comisura de sus labios siendo acompañado de algunos gruñidos-aparta mujer-ordeno temeroso ante la imagen-y todavía te quejas por no tener novio y dices que no quedaras soltera y vieja-acuso pero eso solo empeoro las cosas, tuvo que moverse más rápido y esquivar cuanto golpe quería darle mientras gritaba.

-Kukaku por favor-rogo su hermano tratando de manejar lo mejor posible, pero valla por dios, su hermana no se quedaba quieta, perdió la cuenta de cuantos culetazos recibió-Kaien no la provoques-ordeno tratando de esquivar un tacho de basura-hay kami-susurro al ver venir un auto en su misma dirección, como pudo lo esquivo, pero se comió unos bocinazos y unas palabras nada lindas.

-Hijo de puta tu madre infeliz-respondió la pelinegra tomando el volante, sentándose como debía, pero saco la cabeza para gritarle-¿quién carajos le dio la libreta a ese retrasado?-se preguntó arreglándose el pelo, noto que su hermano menor estaba con algunos chichones y su ropa desarreglada, mirándola con temor, estaba segura que en cualquier momento sacaría una biblia y aria la cruz con los dedos.

-Eso me pregunto yo, mira que le dan a cada uno libretas para conducir y ni siquiera manejan bien-acuso el menor mirándola acusadoramente.

-Debería demandar al perro ese, donde provoque un choque le refundo el trasero en la cárcel por inepto, mal educado, troglodita, pésimo chofer-acuso sacándole una gota de anime a sus hermanos, el cual él menor no iba a quedarse con esa oportunidad de molestarla, al divisar eso Ganju no dudo en intervenir.

-Ni se te ocurra-advirtió, tratando de llegar sano a la casa de sus tíos.

-Te pareces a Ogichi-le acuso la pelinegra.

-¿Y por qué a él?-pregunto curioso arreglándose la ropa.

-Porque él muy tonto ni tiene tacto con las mujeres y tú eres igual, no tienes tacto con mujeres con las cuales no te acuestas, pero ahora que recuerdo eres igual con las golfas, diferencia que las muy estúpidas aun así te quieren, pobres idiotas-menciono incrédula.

-Que te puedo decir el amor deja pendejo a uno, tengo suerte de no tener ese letal virus-menciono sonriéndole-bueno avísenme cuando lleguemos-pidió colocándose los lentes, cruzándose los brazos sonriéndole.

-Tsk menudo par me vengo a cargar-menciono, al notar que sus dos hermanos la ignoraban.