…me llamo Erick, Erick Fox. Yo era un chico común y corriente, que provino de una familia ordinaria y vivió en un pueblito cualquiera, en una época no muy épica, y mi existencia no tenía más propósito que el de preservar al Homo sapiens sobre la faz de esta Tierra.
¿O…no?
I. ¿Qué cuentas?
- ¡Oigan, oigan! ¡Esperen! ¿Qué hacen?-
- Es por precaución-
- Su precaución me lastima las muñecas-
- Por favor siéntese-
- ¿En serio ...?- alguien sale desde las sombras del cuarto.
- Coopere con nosotros Sr. Fox y todo será más sencillo- dijo mientras despedimos a sus bravucones con un gesto: - Lamento que lo hayamos importunado así, pero esto es muy importante- dijo sentándose en la silla de enfrente.
- Eso espero ... ya estaba progresando con mi nueva vida ¿Tiene idea de lo difícil que es eso? -
- Mm ... no, en realidad no- dijo husmeando una carpetilla.
- ¡Muy difícil!-
- ¿Qué tan veces hemos pasado por esta situación? -
- No lo sé, como 20-
- ¿Y cuántas veces te ha salido con la tuya? - sonreí.
- No lo sé, como 20-
- Buena marca-
- Al parecer soy muy interrogable-
- Es porque tienes muchos secretos ... ¿Qué pasará esta vez? -
- Esta vez no hay nada que esconder mi amigo-
- Lo siento mucho Erick, en verdad-
- No es cierto, pero gracias-
Verán hace unas horas estaba dando mi clase de instrumentos, luego me llama el decano a su oficina ¿Y con que me encuentro? Con una bandada de arpías esperándome. Y ahora estoy aquí, en algún lugar remoto del planeta a 5 km del suelo, esposado a una mesa dentro de una súpercelda voladora. El sujeto que está sentado enfrente de mí es el actual director de S.H.I.E.L.D., el Agente Phil Coulson.
Coulson: - Hemos tratado de reclutarte en repetidas ocasiones-
- Y me rehusado en todas esas ocasiones-
Coulson: - Soy alguien muy perseverante-
- Bueno ¿Qué quieres saber Phil?-
Coulson: - Todo-
- "Todo" es un término muy amplio-
Coulson: - Cuéntame de tu vida, el orfanato, el colegio… la Biblioteca-
- ¿Esto es un interrogatorio o una sesión de terapia?
Coulson: - Solo quiero saber ¿Cómo es que un niño llega un mezclar con ciertas, ENTIDADES?
- Es una larga, larga, larguísima historia-
Coulson: - No tengo nada que hacer en este momento-
- ¿Desde dónde quieres saber?-
Coulson: - Dime como fue que lo consiste-
- En realidad fueron muchas cosas que me llevaron a eso-
Coulson: - Cuéntame-
Me levantaba todos los días bien de madrugada junto con los demás niños del orfanato. Nos duchábamos y luego nos vestíamos lo más presentable posible y bajábamos a desayunar, luego subíamos a nuestro feo y viejo autobús para ir a la escuela.
A mí me habían castigado ese año. La cosa fue así: una noche me escabullí hasta la habitación de las niñas y le pinté el cabello de verde a Lucía con un frasco de tinta que había conseguido en el colegio. No es que yo fuera un chico problemático, pero Lucía era una verdadera tarada; ella me había visto en la escuela guardando un libro en mi mochila y fue a decirle a la maestra que me lo estaba robando, la maestra le contó a una de las monjas y cuando revisaron bajo mi ropa, encontraron dos libros; uno de ellos era sobre mitología, lectura prohibida si vives con monjas.
Coulson: - Así que viene desde temprano esa costumbre de robarte libros-
- Oye, no soy un ladrón. Verás es más complicado que eso-
Últimamente no tenía muchos amigos, así que andaba solo en los recreos. Hace un año atrás hubiera salido a jugar con mi mejor amigo, Goes, un chico de pelo castaño; también era mi compañero en el orfanato y por cuatro años fuimos inseparables, hasta que apareció su hermana mayor, Kimberley. A ella se la habían llevado a otro orfanato; pero ya era adulta así que se llevó a Goes con ella. Y una vez más me había quedado solo.
Unos días después de que Goes se fuera, durante el recreo, me escondí en la biblioteca de la escuela. Solo buscaba un lugar tranquilo donde nadie me molestara, pero me quede dormido. Cuando desperté ya era de noche, la escuela estaba cerrada, las luces apagadas y yo cagado de miedo. Me vinieron a la mente dos cosas, la primera: ¡Diablos! que bien me escondo… y la segunda: No le importo a nadie. Como solo estaba la luz de la biblioteca prendida, me senté en el sillón del escritorio, y tomé una decisión que cambiaría mi vida para siempre, leer un libro. La mañana siguiente solo llegó y me acoplé a mis compañeros como si nada hubiera pasado.
El resto de la semana consistió en esperar el toque del timbre, ir a la biblioteca, y ver qué libro podía sacar. Al principio me los llevaba así nada más, hasta que la nueva bibliotecaria, la señorita Kelly me atrapó.
Seño Kelly: ― ¿Acaso eso que llevas debajo es un libro?― no podía mirarla a los ojos: ― Así que con que es usted es quién se ha estado llevando los libros― abrí los ojos grandes, creí que iría a la cárcel: ― Entonces tendré que tomar serias medidas, acompáñame jovencito―me llevó hasta su escritorio, tomó una birome y un papel: ― ¿Tu nombre?―
―Erick―
Seño Kelly: ―Tu nombre completo, y tú grado―
―Erick Fox, soy de cuarto grado ¿Qué va a pasar con migo señorita?―
Seño Kelly: ― Bueno, para empezar llámame Kelly, te voy a dar este carnet para que puedas llevarte los libros a tu casa―
Ya había pasado un poco más de un año desde que Goes se había ido y la señorita Kelly se convirtió en mi segunda amiga. Era una chica flaquita, de tiernos ojos cafés, una buena persona. Empecé a leer todos los libros que había en la biblioteca, hasta que llegue a los cuentos fantásticos; esos que hablan de criaturas míticas.
Coulson: ―Cuando dices criaturas míticas ¿A qué te refieres en concreto?―
―De lo que te imagines, elfos, duendes, hadas, dragones, magos―
Coulson: ― ¿Qué tal… dioses?―
― Todavía no llegaba a esa parte, pero sí―
Coulson: ―Todavía no entiendo cómo encaja él en todo esto―
Miren, Coulson no lo sabe aún, debe creer que lo estoy chamuyando de nuevo, pero en realidad tiene todo que ver con los libros, los libros son historias y a él le encantan las historias, o bueno le encantaban.
―Para empezar los libros fueron los que me hicieron hacerme amigo de la señorita Kelly y ella fue la que luego consiguió hacer una salida a la Gran Biblioteca Central―
Coulson: ―De ahí que nos conocemos―
―Más o menos, pero falta todavía para eso―
Las historias terminaban y continuaba a fuera del libro, materializándose dentro de mi mundo. De los personajes empecé a copiar algunas cosas, explosión de personalidades fue lo que Kelly me dijo. Yo le juraba que podía ver el color del cielo y de la hierba, podía escuchar el canto de los pájaros, el sonido de los ríos, leía de comida y me daba hambre, montaba a caballo, corría, saltaba, hasta la presencia de los personajes, sentía que podía hablar, llorar, reír y pelear con ellos. Pero ella solo se me reía.
Hasta que llegaron las leyendas y los mitos; historias que estaban en un abismo entre la verdad y la fantasía. Eran historias que los hombres antiguos contaban para explicarse a ellos mismos los fenómenos que ocurrían en su mundo. ¿Puedes imaginarte? La necesidad que estas personas tenían de entender ¿Por qué un día tranquilo podía de repente, convertirse en una horrible tormenta que lo destruye todo? Tormenta que a su vez podía ser una simple llovizna, devolviéndole a la tierra su vida ¿Cómo explicarlo? Si no existía la ciencia en ese tiempo. Es dónde aparecen las criaturas mitológicas como los Titanes, hombres bestias, serpientes gigantes, animales mágicos, etc., etc., etc. Y así, llegamos a los DIOSES.
Los dioses ¿Has sentido esa sensación, mezcla de fascinación y miedo? Bueno, eso fue lo que me hacían sentir ellos; les encantaba jugar con las almas humanas y destruir el mundo para su divino placer; a la misma vez que se sacrificaban para salvarlo; igual que una tormenta.
Descubrí dioses de todas las clases, desde el fuego al hielo, del amor a la guerra; No eran de mí agrado. Pero uno de ellos me despertaba mucha curiosidad; un dios diferente a todos los demás, una deidad nórdica caprichosa, un ser aislado, misterioso y retorcido, increíblemente astuto e impredecible, lleno de artimañas, implacable como el frío y cambiante como el fuego
Coulson: - Loki…
