Hola queridisimos lectores! Pues verán, este no es mi primer fic, pero si el primero que publico aquí en fanfiction. Comencé esta historia hace dos años si mal no recuerdo, pero no había podido continuarla hasta ahora. Antes de que comiencen a leerlo debo explicar algunas cositas.

* No hay una pareja o personaje principal.

*Aún no termino de escribir el fic. Las ideas dan vueltas en mi cabeza pero no termino de acomodarlas todas. Haré todo lo posible por no tardarme en publicar, sobre todo porque ya casi salgo de vacaciones (Este año me gradúo de la escuela ¡Yupi!) así que tendré mas tiempo de escribir, sin embargo les pido compresión y paciencia si por algún motivo tardo mas de la cuenta.

*El lenguaje puede resultar ofensivo, y no se sorprendan si mas adelante encuentran algo de lemon o lime. Mi fic esta enfocado mas que nada en la vida adolescente, y creo que pueden imaginarse todo lo que eso conlleva. Después de todo es la mejor época o eso dicen jajaja. De cualquier modo, ya lo advertí nyu!

*A lo largo del fic, en ciertas partes, van a encontrarse con algo como esto: [Canción - Interprete]. No piensen que estoy loca porfis n.ñ Eso es porque yo amo la música y al escribir esta historia, la imagino como una película, o una serie, y díganme ¿que es una serie o película sin un buen soundtrack?. Las canciones que vallan encontrando son las que me inspiraron a escribir esa parte en especial. Justo cuando aparezca el nombre es cuando empieza a sonar, así es, justo como la música de fondo en las series. Esta a su elección el descargarlas o escucharlas en youtube mientras leen, yo solo lo digo para hacer mas emocionante la historia.

*Frases en cursiva- Significan pensamientos.

*"Frases en cursiva y entre comillas"-Significan recuerdos, nombres o marcas conocidos, o cosas escritas.

Creo que eso es todo. Sin mas que decir, espero muchisimo que les agrade mi fic. Nos vemos abajito n.n

Memorias de vida

Capitulo 1:Adiós días libres.

La melodía resonaba fuertemente a través de aquellas gigantescas bocinas volviéndose casi ensordecedora, mientras que las coloridas e inquietas luces de aquella disco móvil iluminaban los cuerpos danzantes de todos los presentes en la pista de baile.

La brisa helada que recorría aquel abierto y espacioso terreno baldío parecía no tener efecto en aquella enorme masa de jóvenes que, en su mayoría, recurrían a los cigarrillos, bebidas, y alguno que otro paso de baile para mantener sus cuerpos lo más tibios posibles.

Conforme aumentaban las horas, lo hacían las personas, que no paraban nunca de llegar. En otro lugar bastante alejado de la pista de baile, donde también habían reunidas una gran cantidad de personas, las carreras de autos estaban a punto de comenzar.

La gente en estados deplorables debido a los efectos del alcohol, se tambaleaban y amontonaban por doquier. Se formaban también, riñas que nadie detenía, y en cualquier esquina habían parejas acariciándose y besándose de una forma tan escandalosa que ni en sueños debería ser pública.

Se escuchaba el rugir de los motores de aquellos autos competidores, impacientes por dar inicio a la carrera. Se veían personas agitando los brazos y caderas al ritmo fuerte de aquella música. El aire de aquel lugar era seco, lleno de humo y polvo. Y todo aquello tenía como causa, una sola razón:

Día siguiente, primer día de clases.

-Esto parece un circo.-Susurró un apuesto joven de desordenados cabellos amarillos tras largar un pequeño silbido, alzando sus cejas en señal de sorpresa.

Los dos chicos que le acompañaban voltearon a ver en la misma dirección que él, para comprobar lo cierto de sus palabras. Uno de ellos, de largos y sedosos cabellos castaños, sonrió maliciosamente para luego mirar al chico que había pronunciado dicha frase otra vez.

-Pues, si sigues tomando así, no dudo que pronto pases a formar parte de ese circo, viejo.-Señaló el castaño en respuesta, dirigiendo sus inusuales orbes color perla al vaso que el rubio sostenía entre sus manos.-Enserio, Naruto, tómatelo con calma.

-Hermano, ¿acaso ya olvidaste que mañana empieza la escuela?-Alegó con completa naturalidad el chico, como si aquello lo excusara, mientras se bebía de un sorbo el resto de la bebida.- ¿Qué mierda era eso? Sabía bien.- Dijo arrojando el vaso a la hierba.

-No lo sé, pero sigo pensando que deberías controlarte, precisamente por que mañana empieza la escuela, idiota.- Volvió a hablar el castaño de tés pálida y mirada misteriosa, observando su reloj de pulso.-O debería decir en una horas.

-Al diablo con eso, Neji- Naruto ignoró las palabras de su amigo mientras trataba de divisar un lugar en el cuál conseguir más alcohol. Parecía inquieto, molesto. –Es mi último día libre. Planeo irme ebrio de aquí.

-¡Ja! Ya quiero ver las fotos en internet.-Se reía el tercer acompañante: un chico regordete de rebeldes cabellos castaños y ojos chinos.-"El último día libre del capitán del equipo". Genial.

-Je, no sería la primera vez, ¿o si?-Decía el rubio de lo más divertido, mientras sacudía sus cabellos.

-Hey, ¿no te cansas de meterte en problemas?-Neji lucía incrédulo, pero la expresión burlona no abandonaba su rostro.

-Yo vivo para eso.-Respondió Naruto, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón, mientras sonreía de forma diabólica.-Además, no se de que tanto hablas. Ni que tú fueres un pan de Dios.-El aludido simplemente le devolvió la sonrisa.

-Olvídalo, Neji. No tiene caso.-El gordito de apariencia agradable sacó un caja de cigarrillos de su chaqueta.-Todos sabemos la verdadera razón por la cuál Namikaze se quiere emborrachar, precisamente hoy.

-Sabes que no es por eso, Choji.- Naruto le dedicó una mirada casi asesina al rellenito castaño, mientras que este sólo sonreía tranquilamente.

-¿Qué es, Choji?- Preguntó curioso Neji, con una sonrisa.

-¿En serio no lo sabes?-Choji llevó un cigarrillo a sus labios, y expiró lentamente él humo de este, para luego eliminarlo de la misma forma. -Pues me extraña, es tu adorada prima la involucrada.

-¿Qué hay con Hinata?-Volvió a preguntar Neji, pero esta vez con la sonrisa, extrañamente más pequeña y notablemente menos sincera.

-Cállate, Choji. Te lo advierto.-Naruto tampoco parecía para nada divertido con aquel tema.

-Hinata y Kiba están saliendo.-Soltó por fin Choji, con un tono normal y apacible, sin que la sonrisa divertida y perceptiblemente burlona abandonase su rostro.

-Ah, eso... estaba enterado.-Neji observó a Naruto con la misma expresión de Choji en el rostro, mientras que le daba unas cuantas palmadas en el hombro.- ¿Es triste no tener chica, eh? ¿Quieres otro trago para ahogar las penas?

-Púdranse, malditos.

Un pequeño silencio invadió el lugar antes de que Choji y Neji estallaran en carcajadas. Naruto tan sólo largó un suspiro de resignación al dar por sentado que esa noche, él sería el blanco de sus burlas. Esa noche y todas las oportunidades que se les presentaran para fastidiarlo, lo cuál no le agradaba del todo, ¿pero que más podría hacer?

-¡Naruto, eres una perra!-Exclamó Choji entre carcajadas, mientras que Neji no podía siquiera hablar.- ¡Esto te pasó por lento!

Naruto Namikaze, era el típico chico apuesto que conquistaba nueve de cada diez muchachas. Iba en quinto año de la academia elemental, junto con Neji y Choji y era el capitán del equipo de fútbol americano de dicha institución. Tenía diecisiete años. Famoso por ser llevado al despacho de la directora en varias ocasiones, ya sea por armar una que otra pelea, o haber sido atrapado haciendo cualquier tipo de vandalismo estudiantil. Entre las chicas era más bien popular por su físico y sus dotes para la conquista. Se le había escuchado haciendo de las suyas en los baños de la escuela con más de una chica, y se rumoraba también que había salido con mujeres hasta mayores que él. Disfrutaba de pasar tiempo con sus amigos bebiendo o haciendo cualquier otra cosa estúpida, y en más de una ocasión había corrido con la mala suerte de haber sido atrapado por la policía de menores, deambulando por las calles a altas horas, sin identificación. Su madre había tenido que dejar una considerable cantidad de dolarcillos en la comisaría.

-Si te hace sentir mejor, Inuzuka no me cae tan bien.-Decía Neji, haciendo un notable esfuerzo por obviar el rostro enfurecido de Naruto y no estallar en risas una vez más.

A diferencia de Choji, quién había estado en la academia desde cuarto grado, Neji había ingresado a esta en primer año. Su atractivo y el hecho de que pertenecía a una de las familias más adineradas de Konoha, hicieron que no tardara en convertirse en uno de los chicos más populares. Aún así, tenía una actitud sencilla y humilde. Normalmente era callado, pero al igual que Naruto, sabía como divertirse entre amigos. También formaba parte del equipo de fútbol, pero no era algo que le interesara mucho. Disfrutaba de las relaciones serias, con niñas amables y educadas, sin embargo, decían las malas lenguas, que él también tenía algunos enredos amorosos que ponían en juego su reputación de chico serio.

-Oigan, ¿con quién vinieron ustedes?-Les preguntó Choji al par de chicos que le acompañaban.

-Shikamaru.-Contestó Neji, mientras se agachaba para atar el cordón de sus zapatillas.

-Si, pero ni idea de a donde se metió ese imbécil.-Agregó Naruto mientras miraba a sus alrededores, en busca del susodicho.

-¿Shikamaru?-Choji se deshizo de la colilla del cigarrillo, tirándola al suelo, luego a haberla apagado.- ¿Dónde más va a estar?

-No nos dijo que iba a competir.-Neji dirigió su vista a la pista de carreras, tratando de obviar la fuerte música que sonaba, para poder oír quienes serían los competidores.

-Pareciera que no lo conocen. ¿Ya vieron siquiera la pista?

-¿Sabes contra quien va a competir?-Preguntó Naruto a Choji. Este último tan solo sonrió maliciosamente.

-Creo que contra Kiba.-La mirada azulina del rubio pareció encenderse en llamas cuando Choji mencionó aquellas palabras.

-Andando.-Fue lo último que salió de sus labios, antes de disponerse a caminar, con Choji siguiéndole los pasos.

-Adelántense, yo iré por una cerveza.-Neji se alejó de ellos, y empezó a caminar hacia otra dirección.

-0-

-¡Aléjate de mi hermanita, imbécil! ¡No quiero verte otra vez cerca de ella!-Gritaba un rubio de lisos y largos cabellos, haciendo ademán de lanzarse a golpes a otro chico si este no desaparecía en los próximos cinco segundos.- ¡Fuera de aquí!

-¡Basta ya, Deidara!-Exclamó preocupada una hermosa jovencita de celestino mirar y sedosos y claros cabellos rubios, que se encontraba tras el enfurecido chico, mientras lo sostenía por los hombros, tratando de evitar que se descontrolara.

-¿¡Quien demonios te crees para decirle esas cosas a ella!? ¡He dicho que te fueras!

-¡Dei!

-L-lo siento, no sabía que era tu hermana. Lo siento en verdad.-Se excusaba con nerviosismo, aquel desconocido de pecas y cortos cabellos rojizos.

-¡Largo!

Y así lo hizo. Aquel pobre y asustado muchacho huyó instintivamente como un venado, antes de que su nariz y alguna de sus costillas terminaran rotas. Una vez solos, la rubia soltó a su hermano y le miró hecha una furia.

-¿¡Por que demonios siempre es lo mismo contigo, eh!?-Le gritó, cerrando sus puños fuertemente, mientas estampaba uno de ellos en el hombro del chico. Este se volteo a verla enseguida, una vez hubo comprobado que aquel chico se había ido lo suficientemente lejos.

-¿Qué rayos querías que hiciera, Ino? ¿Qué me quedara sentado viendo como ese imbécil prácticamente te comía con la mirada? Estas loca-Se excusó el chico, mientras que su enojo disminuía poco a poco, sin embargo el de la joven frente a él parecía elevarse cada vez más.

-¿Por qué tienes que ser tan celoso? Como si fuera a hacerle caso a ese bobo, nunca en mi vida lo había visto, ¡me hartas, Dei!-Seguía gritándole su hermana, mientras colocaba sus manos en sus caderas, adoptando una postura de regaño.- De veras no sé cuándo vas a parar de pelearte

-Las peleas nunca van a cesar, Ino. No voy a permitir que ningún inepto venga, te diga ese tipo de cosas y salga bien librado.

-¿Y qué harás cuando tenga novio y me diga que soy linda? ¿También vas a pelearte con él?-Le retó la chica.

-Espera, ¿entendí bien? ¿Tú has dicho novio?-Repitió burlescamente el chico mientras veía como Ino inflaba sus mejillas cómicamente y se ponía roja de ira. Se acercó aún más a ella, quedando frente a frente a tan solo unos pocos centímetros, notándose así la diferencia de tamaños existente entre ellos, con Deidara llevándole por poco más de una cabeza. -Solo tienes dieciséis, Ino. Mejor saca esa palabra de tu vocabulario.

-¡Eres un tonto, Deidara! ¡No te soporto!-Gritó otra vez, mientras volvía a golpear a su hermano en el hombro, esta vez un poco más fuerte.-Ya verás, tendré novio algún día, ¡y ni se te ocurra acercártele para golpearlo! ¿Está claro?

-He dicho que no. No vas a tener novio, Ino. Y esta discusión se termina aquí.

-Por ahora.-Finalizó ella, dedicándole una última mirada fulminante a su hermano, mientras apartaba con su mano, un largo y rubio flequillo que cubría parte derecha de su rostro para poder observarle mejor. Este tan solo le sonrió, momentáneamente resignado.

Ino Yamanaka era sin duda, una de las chicas más populares de la academia elemental, debido a su actitud rebelde, y a su deslumbrante belleza. Tenía dieciséis, y cursaba cuarto año, mientras que Deidara estaba próximo a cumplir dieciocho, y cursaba el sexto año de esa misma institución. Deidara siempre había sido muy protector con su pequeña hermana. Ambos siempre habían sido muy unidos, pero su protección hacia ella pareció aumentar conforme Ino crecía, y dejaba de ser aquella niña consentida, para convertirse en una muy hermosa chica. Ahora, su figura delicada y esbelta, sus largas y lindas piernas, su mirada celestina y alegre y sus cabellos rubios que acomodaba casi siempre en una alta y elegante coleta, eran factores que traían a más de uno haciendo hasta lo imposible por conquistarla, situación que le desagradaba por completo a Deidara, quien siempre era participe de peleas y discusiones con los chicos que intentaban acercársele para coquetear con ella. Deidara también eran conocido entre los profesores y demás superiores de la academia por su pésima actitud para con ellos, además podría decirse que se encontraba entre los estudiantes con peor rendimiento académico de su salón. Se había ganado varias visitas a la oficina de la directora e incluso en detención, él ya tenían su puesto fijo.

-Necia.-Le dijo para luego envolverla en un fuerte abrazo.-Eres muy linda, Ino. No quiero que ningún chico te lastime, es por eso que me pongo así. Tú no entiendes. No sabes cómo somos nosotros, los hombres.

-Dei, no quiero que en alguna de esas peleas tú salgas herido. Me sentiría mal sabiendo que es por mi culpa.-El tono en la voz de la rubia había cambiado a uno sereno y completamente sincero.- ¡Te quiero muchísimo, hermanito!

-Yo también, pequeña, te amo.-Le sonrió y luego tomó el rostro de Ino entre sus manos, para plantarle un sonoro beso en su mejilla.-Y no te preocupes por mí. Yo sé bien como apañármelas. Tú lo sabes.

-Que necio eres.-Suspiró ella, para luego reforzar la alta coleta de caballo a la cual tenía atados sus envidiables y larguísimos cabellos rubios, pues su peinado se había desacomodado un poco con el abrazo de su hermano.- ¿Me dejas ir a buscar a mis amigas?

-No.

-¡Deidara! ¿Y qué rayos se supone que voy a hacer contigo y tus amigos?

-¿Traes tu celular contigo?-Le preguntó esperanzado de que ella lo hubiera olvidado en casa, para que así no pudiera estar lejos de él, y poder mantenerla alejada de aquellos buitres que siempre estaban al asecho de su pequeña hermanita.

-Si, aquí esta.-Respondió Ino mostrándole el pequeño aparatito al rubio. Este le miró entrecerrando sus ojos, mientras intentaba parecer no muy convencido.

-¿Qué amigas?

-Sakura y Matsuri… y tal vez también esté Hinata, no lo sé.-Contestó Ino mientras se preguntaba por qué rayos tenía que darle ese tipo de detalles a su hermano. ¡Como si fuera su padre!

-¿Sakura? ¿Sakura Haruno?

-Sí, ¿qué hay con ella? ¿Te gusta?-Cuestionó Ino de forma arrogante, mientras alzaba una rubia ceja.

-Es linda.-Deidara sonrió pícaramente.

-Y tú eres un cerdo.

-Ya, ya… no estés celosa.-Decía sereno, sin borrar aquella sonrisa de su rostro.-Tú eres el amor de mi vida.

-Sí, sí. Bueno, nos vemos.-Se despidió mientras se daba la vuelta.

-Hey, hey, hey… ¿A dónde crees que vas?-Deidara tomó a Ino por el brazo con delicadeza, mientras que con su mano libre apartaba un rubio flequillo idéntico al de ella, que cubría la parte izquierda de su rostro. Tras dicho flequillo Ino pudo observar una ceja levemente levantada. Trató de ocultar una pequeña sonrisa; ella y su hermano no solo se parecían físicamente, si no que a veces ambos hacían los mismos gestos.

-Pues a buscar a mis amigas, ¿a dónde más?

-¿Y con el permiso de quién, eh señorita?-Cuestionó el chico soltando a su hermana de su agarre para mirarle fijamente. Ella tan solo largó un suspiro.-Por qué, que yo recuerde, aún no te dije que podías irte.

-¿Pero quién rayos te crees? ¡No eres ni papá ni mamá para estar pidiéndote permiso!

-Puede que no lo sea, pero ellos me encargaron que cuidara de ti. Esa fue la condición para que te dejaran venir, además, tu sabes que hubiera estado al pendiente aún si ellos no me lo encargan.-Deidara soltó una risita triunfal, mientras veía como su hermana se contenía para no golpearlo en aquel instante.-Y si para cuidarte tienes que estar a mi lado todo el tiempo, pues a mi lado te quedas.

Ino respiró profundamente, para luego transformar su rostro de profundo descontento, a uno sumamente dulce y tierno, como el de una niña pequeña.-Dei, hermanito, ¿me dejas ir a buscar a mis amigas, por favor? Te prometo que no voy a meterme en problemas, ni nada.

-Pues, ya que me lo pides así… ok, puedes ir, pero antes dame un beso.-Deidara se inclinó un poco para que su hermana alcanzara su mejilla y plantara allí un cálido beso.

-Gracias Dei, te amo, adiós.-Se despidió por segunda vez, pero antes de darse vuelta, su atención fue nuevamente captada por su hermano, quien la llamó.- ¿Qué sucede, hermanito?-Respondió mientras sentía que su paciencia acababa.

-No vayas a perderte, y contesta tu celular en cuento te llame ¿de acuerdo?, nos encontraremos en este mismo lugar.-La Yamanaka asintió levemente, mientras se daba la vuelta otra vez.- ¡Hey!

-¿Y ahora qué?-Respondió ya molesta la chica, harta de las indicaciones aparentemente interminables de su hermano, pero esta vez la mirada de aquel guapo joven era severa.

-Si Nara anda piropeándote, avísame.

-0-

-¡Mierda, ahí viene, ahí viene!-Susurraba con desespero una joven de cortos cabellos castaños a su amiga.

Juntas acababan de "redecorar" una pequeña placa metálica que adornaba la defensa delantera de un auto. Aquella placa que anteriormente solía decir "Princess of swag" ahora tenía grabadas con pintura en aerosol, de forma inexperta y desordenada, las palabras "bitch princess". La joven que sostenía la lata de pintura contempló por unos segundos su obra de arte, y pegando un gritito de emoción, salió despavorida de aquel lugar junto a su compañera.

-Dios, creí que nos atraparían.-Soltó entre jadeos la castaña, una vez que estuvieron en un lugar seguro. La chica que le acompañaba, una joven de cortos y peculiares cabellos rosas, clavó sus orbes jades en ella con inconformidad.

-Eres una paranoica, Matsuri. Esa tonta estaba a miles de kilómetros de distancia aún.-Se quejó mientras se cruzaba de brazos.-Opinó que nos regresemos. Muero por ver su cara cuando vea.

-Enloqueciste, Sakura. No planeó volver allá.

-Aburrida.-La pelirrosa fingió un puchero y frunció el ceño. Matsuri sólo revoleó sus expresivos ojos negros.

-Lo que digas, al menos yo no terminaré en la cárcel algún día de estos.-Finalizó la castaña para luego sacar su teléfono celular de los bolsillos de aquellos ajustados jeans que llevaba esa noche.-Llamaré a Ino, quizás nos esté buscando.

-Así era.

Ambas chicas pegaron un respingo al escuchar la voz de la rubia, que acaba de atravesar unos arbustos que rodeaban la zona donde ambas permanecías escondidas.

-Tonta, nos asustaste.-Se quejó la pelirrosa ante la aparición de su amiga, quien clavó su celestina mirada en la lata de pintura que Sakura sostenía aún entre sus manos, y luego procedió a mirar a ambas chicas con reprobación.

-Que malas, no me esperaron.-Les acusó Ino mientras fruncía el ceño.

-Tardaste demasiado, y la próxima carrera ya casi empieza. Debíamos hacerlo antes.-Explicó Matsuri. Ino no abandonó su postura de ofendida.

-¿Y qué importa esa carrera? Yo también quería arruinar el auto de esa presumida de Kim.-Seguía quejándose la Yamanaka, mientras llevaba una mano a su frente.-Dios, no soporto a esa perra.

-Será para la próxima. Además seguro que esta carrera si te interesa mucho.-Sakura le dedicó a Matsuri una mirada de complicidad, la castaña le devolvió el gesto con una sonrisa.

-¿De qué hablan?-Investigó Ino, curiosa.

-Ya lo verás, de cualquier modo, yo sí tengo muchas ganas de verla.-Respondió Sakura al tiempo que sus ojos se tornaban soñadores y llevaba ambas manos a sus sonrosadas mejillas.- ¿Creen que Itachi esté aquí?

-No puede ser.-Ino tan sólo negó con la cabeza en forma reprobatoria. Matsuri sonrió incomoda, sin saber muy bien que decir.-Sakura, ¿va enserio eso de Itachi?

-Pues… eso creo.-Respondió la pelirrosa con timidez. Ino le dedicó una genuina expresión de agobio.-¿Por qué?

-Amiga, no quiero ser negativa ni algo por el estilo, pero Itachi me parece, no lo sé… ¿No adecuado?-Se explicaba la Yamanaka, ante la atenta mirada de Sakura.-No lo sé, la edad nunca me ha parecido un problema, pero a los 18 creo que ya ha de estar bastante experimentado, y quizás tenga otros intereses.

-Sin mencionar que no tiene los antecedentes de un santo, precisamente.-Agregó Matsuri, un poco insegura.

-¿Eso creen?-Sakura lucía algo desanimada después de haber escuchado aquellas palabras por parte de ambas chicas. A Ino la invadió una sensación de culpabilidad instantánea.

-Mira, no te digo que dejes todo de inmediato con él. Es amigo de Dei, pero no lo conozco tan a fondo como para juzgarle de una u otra manera.-Decía mientras tomaba a su amiga por los hombros con delicadeza, buscando subirle los animos.-Sólo ve más despacio. Dame al menos una semana para averiguar si sus intenciones son serias o no. No queremos que salgas lastimada, es todo.

-Está bien, iré más despacio.-Respondió la pelirrosa, con la esperanza aflorando una vez más en su mirada.

Sakura Haruno acudía a la Academia Elemental junto con Ino y Matsuri. A sus dieciséis años, era una jovencita sumamente linda, enamoradiza y coqueta. Ino y ella se conocían desde muy pequeñas, puesto que sus padres eran amigos, por lo que ambas eran mejores amigas. A diferencia de Ino, las calificaciones de Sakura eran sobresalientes, sin embargo su comportamiento no lo era. Sus facciones aniñadas, aquellos brillantes jades que poseía por ojos y su fina silueta la hacían merecedora de la atención de muchos de los chicos de la academia, pero en especial de Itachi Uchiha, un joven de sexto que había puesto sus ojos en ella desde el inicio de las vacaciones de verano, y el cuál no le era para nada indiferente, para preocupación de sus amigas. A pesar de eso, era una chica razonable y bastante centrada.

-Bien, ya que no hay más nada que hacer, vamos a ver esa carrera.-Ino se dispuso a caminar, con Sakura y Matsuri siguiéndole. Esta última había adquirido una pose pensativa, y permaneció callada durante aquel corto trayecto, mientras sus amigas charlaban.

-¿Sucede algo, Matsu?-Preguntó Sakura percatándose repentinamente del silencio que su amiga había mantenido.

-¿Eh?-Respondió saliendo de su ensimismamiento, mientras ocultaba sus manos temblorosas dentro de los bolsillos traseros de sus jeans.-No, no. Sólo me preguntaba quiénes de la academia estarán aquí.- Aquello no era del todo mentira, pues mentir siempre había sido de esas cosas que se le daban bastante mal, pero igualmente maldijo su nerviosismo.

-Seguramente todo el mundo, ¿buscando a alguien es especial?-Cuestionó Sakura de forma picara, alzando repetidamente sus cejas. Un casi imperceptible sonrojo invadió las mejillas de la castaña.

-Nada de eso.-Respondió nerviosa, sonriendo ampliamente para ocultar aquello.

Matsuri Orihime había sido amiga de Sakura e Ino desde sexto grado, cuando se mudó a Konoha con su familia. Era una chica generalmente tranquila y reservada, a diferencia de sus amigas, que siempre estaban involucradas en algún tipo de problema del cuál, la mayoría del tiempo, ella les rescataba. Era madura, guapa, y de buen gusto a la hora de vestir, sin mencionar que era la capitana del equipo de voleibol de la academia. Sin embargo, aunque la mayoría del tiempo estuviera sonriendo o bromeando, era ese tipo de personas de las que sólo se conocía una parte. No compartía mucho sus secretos u opiniones personales, a pesar de la naturaleza indagadora y los intentos de sus amigas por sonsacarle las palabras.

-Si tú lo dices.-Desistió la pelirrosa, mientras la pista de carreras aparecía ante los ojos de las tres jóvenes.

-0-

En la pista, la multitud que allí había resultaba un hecho sorprendente. El chico que recogía el dinero de las apuestas se paseaba entre la muchedumbre, avisando que dentro de cinco minutos, estas cerrarían. En vista de que la música de la discoteca móvil se oía un poco lejana, y era opacada por el rugido de los motores de los carros y las motos, algunos autos decidieron armar su propia discoteca, subiendo el volumen hasta casi explotar las bocinas de sus coches. La gente parecía consumir más alcohol ahí, que en la pista de baile.

-No voy a ser parte de tus líos amorosos, Naruto.-Le decía con pesadez, un moreno de azabaches cabellos, que se encontraba dentro de su auto encendido y posicionado en la línea de partida, al rubio Namikaze, quien estaba fuera de este, asomado en la ventana del conductor.

-Te diré una cosa, Shikamaru.-La mirada de Naruto estaba llena de determinación, tanto que al joven con el cuál hablaba le pareció patético.- Si tú no le pateas el trasero al idiota de Inuzuka en esta carrera, yo voy a patear tu trasero.

-Haré lo que pueda, pero no será ningún favor para ti.-Shikamaru posó las manos en el volante, y la vista al frente, observando con emoción y un perceptible brillo de pasión la enlodada y desnivelada pista.-Hay un premio de doscientos dólares que en verdad necesito.

Otro de los chicos que integraban aquel grupo de amigos, era Shikamaru Nara, quien tenía, al igual que Naruto, diecisiete y cursaba el quinto de la academia Constantia. Solo por el año pasado, Shikamaru también estuvo asistiendo a la academia elemental, pero debido a su bajo rendimiento académico y su comportamiento deplorable, no fue admitido en ese año. Era un chico con gran atractivo, aparentemente tranquilo, de largos y puntiagudos cabellos azabaches, que generalmente ataba en una colita. Su actitud y mirada despreocupadas e indiferentes, traían a más de una chica loca por él, y este no dejaba pasar ni una. Eran pocas las cosas que Shikamaru no calificaba como "problemáticas"; las mujeres en definitiva no eran una de esas pocas cosas, aun así, nunca se abstenía de pasar un buen rato con cualquiera que estuviera disponible. A pesar de ser un chico tranquilo, Shikamaru disfrutaba de varios pasatiempos que incluían a su auto, como realizar giras en su jeep por caminos intransitables, con lomas empinadas, lodo y enormes piedras, o participar de carreras. En aquellos intrépidos paseos, generalmente siempre era acompañado por Choji, a quien consideraba su mejor amigo.

-Seré tu copiloto.

-De acuerdo… ¿¡Qué!?

-Sí, necesitas uno, ¿verdad? ¿Ya lo tienes?-Preguntó el Namikaze ansioso, sin esperar realmente una respuesta.

-Sí, de hecho Gaara…

-¡Perfecto!-Le interrumpió Naruto, para dar la vuelta por delante del coche, y subirse al susodicho asiento.

-¿Qué haces?-Preguntó Shikamaru, mientras Naruto cerraba la puerta del jeep.

-Mira, Shikamaru, aposté casi todo lo que me iba a gastar para embriagarme en ti, y de verás que necesitaba embriagarme, así que hazme el favor y no lo desperdicies, ¿de acuerdo?-El rubio posó su azulina mirada en su mano abierta, para luego cerrarla de golpe en un enorme e intimidante puño.-Además, esto va más allá del dinero.

-Sí, si.-Dijo Shikamaru despreocupado, mirándole como si no acabara de comprender por qué Naruto había cometido tal estupidez.-Pero vas a terminar irritándome si no cierras tu enorme bocota, así que cálmate.

Naruto sonrió con malicia, al tiempo que se inclinaba un poco hacia Shikamaru, para envolver con su brazo, el cuello del chico, quien de inmediato trató de zafarse debido a la sensación de asfixia.

-Suéltame, marica-Decía el Nara, medio sonriente, intentando salvar su cuello del abrazo estrangulador de Naruto, quien ahora rozaba con fuerza los nudillos de su mano libre en su azabache cabeza.

-Je, había olvidado que este año ya no estarás en la academia.-Naruto seguía enterrando sus nudillos en la cabeza de Shikamaru, mientras este seguía luchando por zafarse del agarre del rubio.-Te voy a extrañar, viejo.

-Hermano, ¿qué demonios te fumaste?-Ante el comentario, Naruto soltó una carcajada y Shikamaru lo empujó levemente, soltándose al fin de su estrangulamiento.

El Nara sonrió de medio lado, pasando una mano por sus cabellos, con la intención de acomodarlos un poco. Mientras esperaban a que dieran la señal de partida, Naruto se dedicó a revisar los mensajes de su celular, mientras que Shikamaru decidió dirigir su vista hacia el cristal de la ventana, buscando distraerse un poco, y justo allí, en medio de aquella muchedumbre amontonada en los bordes de la pista, a tan solo unos cuantos pasos de distancia, le vio. Era ella, sin duda alguna. Sabría distinguir esa hermosa melena rubia suya aunque estuviese a miles de kilómetros de distancia.

Casi automáticamente, el joven dirigió una mano hacia la manigueta de la puerta, mientras que una sonrisa pícara comenzaba a formarse en su rostro. –Hey Naruto, enseguida vuelvo.-Dijo para luego tirar de aquella manigueta que sostenía, y abrir la puerta del jeep. Naruto volteó a verlo enseguida, como si Shikamaru acabase de perder la cabeza.

-¿Qué te pasa? ¿Te has vuelto loco? ¡Ya casi empezamos!-El Nara se volteó a verlo con expresión casina, aún con aquella sonrisa plasmada en su rostro.- ¿Qué rayos vas a hacer?

-Tranquilo, no me tardaré.-Fue lo último que salió de los labios del moreno para luego salir disparado hacia la muchedumbre de espectadores, sin siquiera molestarse en cerrar la puerta del auto.

-¿A dónde irá?-Se preguntaba el Namikaze mientras veía a Shikamaru alejarse.-Ah, ¿que importa?-Finalizó para volver a recostarse en el asiento cómodamente y seguir ojeando su teléfono.

Shikamaru caminó un poco, abriéndose paso entre la multitud, hasta detenerse frente a un trío de chicas, en el cuál, dos de ellas le miraban curiosas, mientras que una había decidido darle la espalda en cuanto vio que se acercaba. Shikamaru agrandó aún más su sonrisa.-Preciosa.-Le llamó, divertido.

La chica sólo volteó un poco la cabeza, con algo de indignación en su celestina mirada, mientras seguía dándole la espalda.- ¿Qué quieres, Shikamaru?-Preguntó con brusquedad.

-¿Qué haces por aquí? ¿Acaso has venido a verme?-Shikamaru aprovechó la posición de la joven para tomar sus sedosos y rubios cabellos, atados a una alta coleta, entre su mano. Los acarició un poco, para luego acercarlos a su rostro e inspirar ese dulce aroma floral característico de ella, que tanto le enloquecía. Esta se volteó hacía al chico en cuanto sintió como jugueteaba con sus cabellos. Sus mejillas estaban levemente ruborizadas.

-¡Ja! En tus sueños, tonto. He venido a ver la carrera, no a ti.-Respondió ella, cruzándose de brazos.-Ni siquiera sabía que tú ibas a competir hasta que me acerqué a la pista.

Shikamaru rozó fugazmente la pequeña y puntiaguda nariz de la joven con su dedo índice.-Pinocha.-Sonrió.

-No estoy mintiendo.-Le dijo entornando un poco sus ojos.- ¿Qué haces tú aquí? ¿No deberías estar ya dentro de tu auto?

-Allí estaba, pero vi a una chica que me vuelve loco, así que decidí bajar a saludarla.-El joven se inclinó un poco para acercar su rostro hacia el de la rubia frente a él. Las mejillas de la chica se tiñeron de un tono carmesí, debido a aquella inesperada cercanía de su rostro con el del azabache, mientras que sentía como su cuerpo se paralizaba por completo.-Y aquí estoy, esperando que ella me de mi beso en la mejilla, pero parece que la deje sin aliento antes de tiempo.-Le susurró el Nara en el oído, para luego dejar ver una sonrisita triunfal. La chica rápidamente cortó todo contacto entre ellos alejándose de él, como si de repente tuviera espinas.

-Idiota.-Susurró por lo bajo la chica mientras le miraba con furia al joven frente a ella. Este tan solo metió las manos en los bolsillos de su pantalón.

-Y dime, Ino, ¿por qué una niña tan linda como tú anda sola por aquí?

-No ando sola, bobo. ¿Es que acaso eres ciego? Estoy con mis amigas.-Le respondió enseguida la Yamanaka, mientras señalaba con su cabeza hacia sus espaldas.

-Geez, ¿enserio? ¿Cuáles amigas? Yo no veo a nadie.-Afirmó el chico mientras sacaba una mano de su bolsillo y señalaba el lugar donde antes habrían estado Sakura y Matsuri. Ino se giró rápidamente, comprobando así que sus amigas la habían dejado sola.

-Malditas perras.-Volvió a susurrar mientras que el moreno frente a ella se carcajeaba levemente.

-Me parece que la única ciega aquí eres tú, muñeca.-Le dijo para luego sonreírle con picardía.- ¿O es que acaso te desconcentras cuando estoy cerca de ti?

-Deja de decir tonterías, Nara. Solo pensé que aún seguían ahí, porque, sabes que si estaban antes ahí.-Ino le devolvió la sonrisa, sólo que la de ella estaba cargada de arrogancia e indiferencia.

-Tsk, problemática.-Susurró Shikamaru para luego contemplar la silueta de la joven, de la cabeza hasta los pies.

Llevaba una corta falda jean estilo desgastado, que dejaba a la vista sus hermosas piernas, y unas flats color purpura, que hacían juego con la sencilla camiseta de tiritas del mismo color que traía puesta. Shikamaru adoró como su piel blanquecina de aspecto sumamente suave se realzaba con aquel color oscuro. Encima de aquella camiseta que se apegaba demasiado bien a su estrecha cintura, traía puesto un abrigo negro muy ancho para ser parte de una vestimenta femenina, además de que detrás tenía grabado el logo de Red hot chili pepers. Shikamaru supuso enseguida de aquella prenda no pertenecía a ella, si no al idiota de su hermano mayor. - Hmp, bella como siempre.-Pensó, dando aquello como la conclusión de su escaneo hacia Ino.

El improvisado comentarista de la carrera, un chico de no más de dieciocho años, comenzó a anunciar a los espectadores, mediante un ligero megáfono, que comenzaran la cuenta regresiva, del veinte al uno, puesto que la carrera ya iba a empezar. Ino miró rápidamente a Shikamaru, quién no se movió ni un ápice de donde se encontraba, ni tampoco hacía ademan alguno de hacerlo.

-¡Oye! ¿Qué no escuchaste? ¡La carrera va a empezar! ¿Qué demonios haces aquí?-Shikamaru tan sólo sonrió mientras oía a la multitud ir por el número dieciocho. La muchedumbre había volteado a ver el lugar en el cuál charlaba con la chica, mientras seguían contando. Algunos le miraban con curiosidad, otros como si de repente hubiera enloquecido, y otros hasta con ira. Hasta podía escucharse alguno que otro grito, como "¡Oye apresúrate!" ó "Aposté por ti, ¿Qué crees que estás haciendo?"

-¿Sabes? Si gano, te dedicaré la victoria a ti.-Le dijo a la Yamanaka, mientras estiraba un poco su mano y acariciaba su mejilla con suavidad. Se sorprendió al percatarse de que la piel de la chica era incluso más tersa de lo que había imaginado. Ino lucía cada vez más desesperada, e incrédula por la actitud tan tranquila y segura que estaba tomando el chico, mientras que la multitud ya había llegado al número catorce.

-¿Cómo rayos piensas ganar estando aquí?-Shikamaru pudo imaginarse el cargamento de maldiciones e insultos que Naruto estaba diciendo contra él, mientras le esperaba en el carro. De hecho, era un milagro que no se hubiese bajado ya a buscarle. La multitud ya había llegado a ocho, y el joven azabache no parecía para nada desesperado, o intranquilo.- ¡Shikamaru por lo que más quieras súbete al auto!-terminó por rogarle Ino, mientras veía como las personas le aprisionaban más con los diferentes tipos de miradas.

-Lo haré si prometes salir conmigo un día.-Dijo rápidamente, mientras la multitud gritaba el número seis.

-¡De acuerdo! ¡De acuerdo! ¡Apresúrate!-Contestó enseguida. Una vez la Yamanaka pronunció aquellas palabras, el joven Nara plantó un fugaz, pero igualmente cálido beso en su mejilla y salió disparado en dirección hacia su auto.

Para cuando la multitud había llegado a dos, el joven Nara ya se encontraba sentando en el asiento del conductor dentro de su auto, con un pie sobre el acelerador y las manos al volante. Naruto sonrió enormemente en cuanto le vio, y su expresión se tornó como la de alguien que ha perdido el alma por un tiempo determinado, y luego la recupera. Justo cuando la multitud pronunció el tan esperado número uno, ambos autos abandonaron la línea de partida a una velocidad impresionante.

El rubio atrapó entre sus dedos índice y pulgar, el modulador de volumen del estéreo del auto, para subirle a la tonada que sonaba en esos momentos, hasta alcanzar el límite del volumen alto.

[Dance, Dance - Fall Out Boy]

-¡Yajuuuuu!-El aullido de excitación de Naruto resonó fuertemente, mientras que Shikamaru por su parte tenía una pequeña sonrisita marcada en su rostro.

Hasta el momento, ambos carros se mantenían en la línea, sin sobrepasarse uno a otro. El otro coche se trataba de un Toyota Land Cruiser Prado de tres puertas, mientras que el de Shikamaru era un Jeep Wrangler 2007, en rojo. Shikamaru conducía a gran velocidad, sorteando los primeros obstáculos en la pista, que consistían en zanjas en el lodo bastante profundas diseñadas para que los autos de los competidores se volcasen en ellas. El otro auto tampoco pareció tener dificultad con dicho obstáculo, pero su velocidad al tratar de cruzarlo fue menos que la de Shikamaru, dejando al azabache con algo de ventaja sobre él.

-No te confíes, los neumáticos deben resbalarle un poco para que haya disminuido la velocidad, pero aún así viene pisándote los talones.-Advertía Naruto mientras asomaba su rubia cabeza fuera del coche por una efímera cantidad de segundos, para luego volver a introducirla.-En cualquier momento nos alcanza.

-Je, yo nunca me confío.-Shikamaru ensanchó su sonrisa para luego girar repentina y bruscamente el timón, y tomar una curva próxima.

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-Llegamos tarde, esta mierda ya empezó y las apuestas ya cerraron.-Se lamentaba un apuesto joven pelirrojo, suspirando tristemente mientras guardaba algunos billetes en el bolsillo de su pantalón. Los tres jóvenes que le acompañaban voltearon a verle.

-No era buena idea jugársela en esta, Sasori.-Le tranquilizó uno de ellos, de alborotados cabellos naranjas, y mirada ambarina. Dos piercings en forma de argolla- uno en la ceja y otro en la esquina de su labio inferior- adornaban su rostro.-Mira eso, esta bastante reñido.-Concluyó mientras señalaba hacia la pista, donde los dos autos competidores ahora trataban de cruzar una parte del camino llena de enormes y peligrosas piedras, que podrían hacerles perder el equilibrio del timón en cualquier momento, sin embargo ambos se mantenían bastante firmes. Esta vez, la Prado iba levemente en la delantera.

-Hey Pein, los dos que están compitiendo son de cuarto, ¿no?-Preguntó interesado otro de los jóvenes, de apariencia algo seria y unos misteriosos e hipnóticos ojos negros. Traía su largo y lacio cabello negro atado a una baja colita tras su nuca. El chico de los piercings sólo asintió levemente.

-¿Quiénes son?-El cuarto de aquel grupo, un rubio de largos cabellos atados a una alta coleta, se acercó un poco más hacia sus compañeros, formulando dicha pregunta, mientras metía las manos en los bolsillos de su pantalón. Pein sonrió de medio lado.

-El de la Prado es Inuzuka.-Respondió el joven de cabellos zanahoria.-Y el del jeep, es Shikamaru.- Los tres muchachos voltearon a ver repentinamente al rubio con una sonrisa, mientras que este se ponía rígido de repente.

-Ya se me hacía conocido ese maldita auto.-Susurró entre dientes el chico, frunciendo levemente el ceño.

-Tienes que admitir que es bueno en esto.-Reconocía el azabache misterioso, sin despegar los ojos de la pista.

-Y si, Itachi. Para algo tenía que servir ese idiota.-Deidara apartó con la mano su flequillo para observar mejor el desarrollo de la carrera.

Sasori comenzó a ver hacia a sus alrededores, aparentemente en busca de algo.-Hey, a propósito, ¿dónde está Ino? ¿No venía contigo?

-¿Se puede saber por qué el nombre de esa fracasado de Nara te recordó repentinamente a mi hermanita?-Decía Deidara, con algo de irritación. Sasori sonrió con nerviosismo.

-No es eso, hermano, es sólo que pensé que no es seguro que ande por ahí sola.-Mintió el chico rápidamente. Deidara suspiró.

-Lo sé, quería que se quedara conmigo, pero ella es muy necia y me insistió en ir a buscar a sus amigas.-Al pronunciar la última palabra, Deidara le lanzó una mirada fugaz a Itachi, quién enseguida la captó, y sonrió con un deje de picardía.

Itachi Uchiha cursaba, al igual que Deidara, Pein y Sasori, el sexto año de la academia elemental. Recientemente había cumplido dieciocho, y era un joven de lo más guapo. Con su atlética figura, y su mirada penetrante, Itachi no tenía problema alguno para conseguir a la chica que quisiera, además de que era un experto en flirtear. Él y Deidara, poseían los historiales de conquistas más largos de aquel grupo de amigos. Itachi también tenía varios pasatiempos, como el futbol, e incluso las carreras de autos también, pero de entre sus pasatiempos, lo que más destacaba y le apasionaba como ningún otro, era el surf.

-Valla, parece que se le han puesto las cosas feas a Shikamaru.-Dijo de repente Pein, mientras observaba como el jeep rojo estaba teniendo dificultades para pasar por las rocas, mientras que la land cruiser lo hacía con extrema destreza y rapidez, llevándole una buena delantera.

-Bien, quiero ver que hace ese idiota para salir rápido de esas piedras y alcanzar a Inuzuka.-Deidara sonrió ampliamente.

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-¿¡Shikamaru que mierda estás haciendo!? ¡Mira ya por donde va ese imbécil!-Exclamaba Naruto desesperado mientras sacaba y metía la cabeza por la ventana, repetidas veces.

-Cierra la boca, Naruto. Yo sé lo que hago.-Comentó Shikamaru de lo más fastidiado por la histeria del rubio a su lado.-Ese tonto se está dejando llevar por los gritos y aplausos, y se está confiando.

-¿A qué te refieres?-Shikamaru hizo un gesto algo raro ante la pregunta del chico.

- Sólo míralo.-Dijo moviendo su mentón en dirección hacia el auto frente a ellos.- A esa velocidad es posible que pierda el control, y se vuelque. Aún falta un obstáculo, si sigue así dudo que él pueda pasarlo.

-¡Si tú no aumentas un poco más la velocidad y lo alcanzas antes de que salgamos de este obstáculo, se te hará más difícil alcanzarlo cuando estemos en terreno liso, genio!

-Cálmate… me huele que las presión de aire de las ruedas de ese auto no esta tan bien, además esos neumáticos están algo lisos, viejos. En el próximo obstáculo es posible que patine, eso es una piscina de lodo. Esa será mi oportunidad.-Shikamaru mostró una sonrisa que dejo entrever sus blanquecinos dientes.

Aún así, Shikamaru decidió hacer un poco de caso a las palabras del Namikaze, y aumentó un poco la velocidad del vehículo de forma inesperada. Uno de sus neumáticos delanteros chocó de frente contra una gran roca al tratar de pasar sobre ella, provocando así una brusca sacudida que hizo que Naruto se diera en la cabeza con el borde de la ventana. Shikamaru tan solo largó una carcajada mientras veía como el chico se rozaba en el área afectada, tratando de calmar el dolor.

- ¿Querías velocidad?-Dijo en voz alta, mientras seguía sonriendo. Naruto le dedicó una mirada asesina.

Finalmente, ambos carros abandonaron el obstáculo de rocas casi a la par, con la land cruiser llevando por poco la delantera. Al entrar en el camino liso, Shikamaru aumentó aún más la velocidad, casi alcanzando al otro coche quien eventualmente se ladeaba hacia él, interponiéndose en su trayectoria para impedirle el paso. Shikamaru tan sólo sonrió, al igual que Naruto.

-Marica.-El rubio se asomó una vez más por la ventana, clavando su vista en el retrovisor izquierdo de la land cruiser. El conductor de esta, un chico de desordenados y rebeldes cabellos castaños, con ojos oscuros y una sonrisa colmilluda, miró a través de dicho espejo, y su mirada se cruzó con los ojos azules del Namikaze, los cuales estaban reflejados en el cristal, y le miraban con desprecio, y a la vez algo de burla. El chico le devolvió el acto de arrogancia, y así permanecieron por una breve cantidad de segundos, hasta que llegaron al tercer y último obstáculo, y el castaño se vio obligado a apartar la mirada, mientras que Naruto metió su cabeza nuevamente al interior del coche.

Tal y como Shikamaru predijo, los neumáticos del otro coche comenzaron a patinar en el lodo a la mitad del camino, donde aparentemente había más profundidad. Con lo que ni Shikamaru ni Naruto contaban, era con que ellos también tendrían dificultades, y justamente en el mismo lugar en el cuál el otro auto estaba luchando para salir del barro.

-¿Qué demonios pasa?-Preguntó Naruto, asomándose otra vez por la ventana mientras veía como las llantas del jeep rodaban y rodaban sobre el lodo, salpicándolo por todas partes, mientras ellos seguían sin moverse. Shikamaru seguía tratando de avanzar inútilmente, mientras que la land cruiser parecía hundirse cada vez más en el lodo. Naruto dirigió una mirada fugaz a la pequeña palanca junto a los cambios, la palanca de doble tracción. Estaba desactivada.- ¡Doble! ¡Shikamaru usa la doble!

-No.-Se negó el muchacho, mientras aceleraba y movía la palanca de cambios, una y otra vez.-No voy a usarla, no la necesito.

-¿Por qué no? ¿Acaso quieres que nos atasquemos aquí?

-Ya verás, eso no va a pasar. Se nota que no sabes de lo que este auto es capaz.-Shikamaru sonrió con orgullo.

-¡Deja de presumir y usa la doble!-Naruto dedicó una mirada fugaz a la línea de meta, que no se encontraba nada lejos de allí, para luego desviar su vista hacia la prado junto a ellos. Al parecer, al igual que Shikamaru, ese chico también estaba intentando salir sin tener que recurrir a la doble tracción, pero a diferencia de Shikamaru, los neumáticos de su auto se enterraban cada vez más en el lodo con cada aceleramiento.

Pronto, el jeep comenzó a moverse, aplanando el lodo frente a él con los neumáticos. Naruto se quedó completamente sorprendido, mientras la expresión de Shikamaru se volvía un "Te lo dije", mientras sonreía. La multitud empezó a aplaudir y gritar con euforia, mientras poco a poco el carro de Shikamaru avanzaba y salía de aquel obstáculo, dejando atrás la land cruiser. Una vez en tierra lisa, Shikamaru aumentó totalmente la velocidad.

-¡Sin doble! ¡Eres un monstruo! ¿Qué rayos hiciste?-Preguntaba el oji azul, aún sorprendido y sin acabar de creerlo. Shikamaru parecía tranquilo, como si ya estuviera acostumbrado. Se oyó un fuerte sonido, similar a un crujido. Naruto volteó enseguida para ver como el otro auto competidor, también empezaba a moverse, y salía del lodo. El otro chico había usado la doble para poder lograr salir. Para cuando eso sucedió, ellos ya se encontraban a mucha distancia. El Namikaze se asomó por la ventana sonriente, mirando como el otro auto se quedaba atrás mientras cerraba su mano en un puño, y le mostraba al otro conductor, su largo y vulgar dedo corazón, al tiempo que el jeep cruzaba la línea de meta, y Shikamaru se convertía en el ganador oficial de aquella carrera.

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Ino observó como toda la multitud se dirigía rápidamente hacia la línea de meta, como un rebaño de vacas. Decidió arrastrar sus pies hasta allí también.-Solo para comprobar que ese cabeza hueca esté bien.-Se repitió en voz baja, mientras caminaba.

Pudo distinguir entre la multitud, dos siluetas femeninas muy conocidas. Frunció el seño, mientras se dirigía a toda velocidad hacia ellas, con los puños cerrados.- ¡Ustedes!-Gritó, y las dos chicas voltearon hacia ella, para luego sonreírle con nerviosismo y saludarle con la mano.- ¡Me abandonaron! ¡Las odio!

-Lo siento, amiga, pero es que no queríamos interrumpirte.-Se disculpó Matsuri.

-¿Interrumpirme? ¿Pero qué demonios…?-Ino hizo una mueca extraña, para luego adoptar su típica pose de regaño.- ¿Qué les hiso pensar que yo me quería quedar sola con el tonto de Shikamaru?

-Ay por favor Ino, en lugar de enojarte deberías agradecernos.-Decía Sakura, mientras estiraba una mano hacia la rubia y le acomodaba el flequillo.- Te concedimos un rato a solas con tu príncipe.

-¿Mi príncipe? Deja de decir tonterías, Sakura. ¿Estuviste bebiendo o algo así?

-Ino, deja de actuar, por favor. Como si no te conociéramos.-Matsuri se cruzó de brazos, mientras clavaba su vista en Ino. Esta le miró, para luego alejar rápidamente sus ojos de ella con nerviosismo.-Sabemos que te gusta.

-¡Por supuesto que no! Ese mujeriego no me gusta para nada.

-Pero si es un bombón, Ino.-Le decía Sakura, en un tono que a Ino se le antojó algo suplicante.

Ino puso sus manos tras su espalda.-Todo tuyo.-Dijo cerrando sus ojos, mientras empezaba a balancearse sobre sus pies, aparentando inocencia. Matsuri revoleó sus ojos.

-Olvídalo Sakura. Algún día tendrá que aceptarlo.-Volvió a hablar Matsuri. Sakura tan solo asintió.

-Ho-hola chicas.-Saludó una voz dulce y baja. Las tres chicas se voltearon enseguida en la dirección de cuál provenía aquella voz.

-¡Hinata!-Ino se lanzó enseguida a los brazos de la chica, haciendo pucheros fingidos, como una niña pequeña. Esta iba acompañada por otra joven.- ¿Dónde estabas? ¡Sakura y Matsuri me dejaron sola! ¡Sola!

-Lo… lo siento. Traté… traté de buscarlas.-Explicaba la hermosa jovencita, de lacios y largos cabellos negro azulados. Sus ojos misteriosos eran exactamente igual a los de Neji: dos grandes y profundas orbes color perla. De hecho, ella se parecía mucho a él.

-No le hagas caso, Hinata. Ella no se quedó sola, como dice.-Habló Sakura, haciendo énfasis en la palabra "sola", mientras sacudía sus lacios cabellos rosas con su mano.-Estaba con Shikamaru.

-¡Eso es aún peor! ¡Me dejaron sola con un chico! ¡Son malas!-Matsuri volvió a revolear los ojos en cuanto escuchó aquellas palabras de la Yamanaka. Hinata sólo sonrió gentilmente. Ino se apartó de ella para observarle mejor.- Pero que linda, Hinata.-Admiró mientras seguía contemplándola.

Sakura y Matsuri decidieron hacer lo mismo, percatándose así de lo guapa que lucía su amiga aquella noche. Hinata llevaba un corto y casual vestido veraniego, con escote estrapless redondo, que dejaba al descubierto sus bien formados hombros, y se ajustaba perfecto a su figura esbelta y femenina. Haciendo juego con su vestimenta, Hinata calzaba unas sandalias bajas, del mismo color de su vestido, blancas. Aquel color, en contraste con el extremadamente pálido y blanquecino tono de piel de la chica, le daba una apariencia sumamente angelical.

-Es cierto, luces preciosa Hinata.-Reconoció Sakura, mientras le sonreiría con amabilidad a la chica.

-Gra-gracias.-Susurró la chica tímidamente, mientras se ruborizaba y clavaba su vista en el suelo.

Hinata Hyuuga estuvo asistiendo junto con Ino, Sakura y Matsuri a la academia elemental hasta primer año, pero en cuanto entró a segundo, su padre decidió ingresarla a la academia Constantia, por algunos cambios en el área administrativa del colegio que no le habían gustado. Cuando era pequeña, su sencilla belleza era algo que no muchos sabían apreciar, por lo que Hinata no era una chica que llamase mucho la atención. Sin embargo, con el paso del tiempo y a medida que crecía, fue dando grandes cambios, y ahora se había convertido en una chica grandiosa, con una belleza que ya casi nadie podía ignorar. Hinata fue como una especie de oruga que sale de su capullo convertida en una colorida mariposa. Era inteligente y talentosa, agradable, educada, una buena persona y por sobre todo muy hermosa… lo que podría decirse, toda una dama. Generalmente siempre era muy tímida. Hablaba en susurros, y tartamudeaba, pero lejos de ser visto como una conducta extraña, o torpe, el dulce tono de voz que ella tenía, y la delicadeza y elegancia que parecían ser parte de ella, lo hacían ver como un acto tierno y encantador. Su primo Neji siempre cuidaba mucho de ella, ambos siempre habían sido muy unidos, puesto que se criaron como hermanos.

-Es cierto. Ca-casi lo olvido.-Dijo de repente la Hyuuga, dando un pequeño respingo.-Chicas… ella es… Tenten.-Hinata señalaba a la chica junto a ella. Las tres chicas dirigieron su vista hacia la desconocida joven.-Es… muy buena amiga mía. Vi-viene de Suna, se ha mudado aquí.

La joven de cabellos marrones y lacios, sonrió agradablemente. Aparentemente tenía la misma edad de las chicas, y estaba peinada con dos chonguitos bastante altos. Sus ojos, grandes y expresivos, también marrones, estaban enmarcados por unas largas pestañas. Aquella muchacha era realmente muy bonita.

-Hola, Tenten. Gusto en conocerte, mi nombre es Sakura.-Se presentó la pelirrosa, mientras extendía su mano amistosamente para que la joven la estrechara. Matsuri e Ino repitieron la misma acción de la Haruno.

-Gusto en conocerlas a todas.-Les dijo la chica, para luego volverles a sonreír.

-¿Y a que academia vas a asistir, Tenten?-Preguntó Ino con interés.

-Mis padres me han inscrito en la misma academia a la que asiste Hinata, puesto que es la única persona que conozco de aquí.-Respondió la chica.

-Eso es genial. Nosotros asistimos a la academia elemental. Está a unas pocas cuadras de tu colegio.-Explicó Matsuri sonriente.

-¿Y qué tal Konoha? ¿Te gusta?

-Tenten… llegó hace apenas una semana y… no ha tenido mucho tiempo de… conocer.-Se adelantó Hinata, respondiendo a la pregunta de Sakura.

-En realidad ya había visitado Konoha, pero eso fue hace mucho, cuando era pequeña, así que no recuerdo.-Dijo Tenten, para luego dirigir la vista hacia los alrededores.-Aunque me parece que Konoha es… divertido. –Añadió, luego de haber analizado el entorno de aquel lugar en donde se encontraban. Las cuatro chicas se carcajearon levemente ante su comentario.

-Lo es.-Afirmó Ino.-Sería buena idea llevarte a conocer algunos lugares el próximo…

La rubia habría continuado su frase, de no ser porque oyó una voz grave y familiar pronunciando su nombre en alto. Las cinco chicas voltearon a ver en dirección hacia el dueño de aquella voz, mientras que por otro lado, la multitud que antes había estado festejando la victoria de Shikamaru con silbidos y cervezas, se volteaba hacia donde se encontraba la Yamanaka, en completo silencio. Ino se quedó helada viendo como poco a poco, las personas se fueron corriendo, dejando ver pronto a un sonriente y triunfal Shikamaru, que le miraba fijamente desde donde se encontraba.

-Esta victoria es por ti.-Dijo el Nara, lo suficientemente alto como para que la Yamanaka le escuchara. Las personas comenzaron aplaudir y a hacer ruidos extraños, mientras que algunos chicos se lanzaban hacia el azabache, mientras gritaban frases como, "Eso es, Nara" ó "Ve rápido por esa lindura".

La Yamanaka por su parte, aún seguía sin moverse, mientras permanecía con los ojos abiertos como platos y las mejillas, teñidas de un intenso color carmesí. A pesar de que estaban allí junto a ella, las risitas y grititos emocionados que Sakura y Matsuri habían pegado en cuanto escucharon las palabras del azabache, se oían lejanos. Se esperaba todo, menos aquello que había ocurrido hacia unos segundos. Si, Shikamaru le había tomado por sorpresa. Su mente viajó hacia aquel instante, segundos antes de que la carrera comenzara, cuando Shikamaru le había dicho que le dedicaría la victoria si conseguía ganar. Ella no le había tomado enserio, por supuesto. De hecho, en medio de aquella desesperación, ni siquiera presto atención a las palabras del chico. Ella también le había contestado algo, pero era un recuerdo demasiado borroso. De repente, otro recuerdo llegó a su mente, de forma fugaz. Era algo en lo que no se había detenido a pensar. Algo que hiso por impulso, y ahora caía en cuenta de la magnitud de aquello. La rubia llevó una mano a su corazón, que repentinamente, comenzó a latir violentamente contra su pecho, y aquel recuerdo siguió latiendo en su cabeza, una y otra vez.

Lo haré si prometes salir conmigo un día.

¡De acuerdo! ¡De acuerdo! ¡Apresúrate!

-¿Qué hice?-Susurró al viento, mientras observaba al joven Nara, sonreírle desde lo lejos.

-0-

-¿¡Qué demonios acaba de decir ese imbécil!?-Deidara estampó su puño derecho en la palma de su mano izquierda, para luego disponerse a caminar en dirección hacia donde se encontraba el joven Nara, pero antes de dar el tercer paso, Pein se posicionó detrás de él, y pasando sus brazos por debajo de las axilas del chico, le impidió avanzar más.

-Tranquilízate, Deidara.-Dijo el chico de cabellos naranjas, haciendo un notable esfuerzo por evitar que el rubio se zafara de su agarre. Pein miró a Sasori, quien se encontraba a su lado, indicándole con la cabeza que le ayudara a controlar al joven. Sasori rápidamente se paró frente a Deidara y le tomó por los hombros.

-¿Qué rayos hacen? ¡Suéltenme! ¡Voy a matar a ese idiota! ¿Quién demonios se cree para dedicarle su cochina victoria a mi hermana?-Un grupo de chicos, algo cercanos a ellos, se voltearon al oír los gritos del joven Yamanaka.-Ese mal nacido… ¡Pero ya va a ver! ¡Suéltenme les dije!

-Hermano, cálmate, no es para tanto. Al menos no está cerca de ella ahora.-Trataba de tranquilizarle Sasori, mientras sentía como cada vez se le hacía más difícil detener al chico.- No vayas a armar un escándalo aquí por nada, o echarás a perder la fiesta, viejo.

-¿¡Que mierda importa esta fiesta!? ¡Ino no tendrá nada que ver con ese idiota! ¡Ya mismo lo pondré en su lugar!

-Hmp, no eres tú si no te metes en problemas.-Itachi se acercó un poco más hacia donde estaban los tres chicos, mientras terminaba de fumarse un cigarrillo.-Ya cálmate.

Como era de esperarse, Deidara hiso caso omiso de las palabras del azabache, y siguió intentando zafarse de los brazos de los dos chicos que lo sostenían. El Uchiha largó un suspiro de resignación mientras decidía desviar su vista de aquella escena. Justo cuando giró su rostro en otra dirección, sus oscuros y enigmáticos ojos negros se encontraron con una silueta muy familiar para él. Itachi sonrió.

Sakura Haruno sonreía alegremente, mientras charlaba con otras chicas. Sus rosados cabellos se movían al compás de aquella fría brisa, mientras que ella trataba de acomodarlos detrás de su oreja con delicadeza. Lucía un skinny jean a la cadera, que se ajustaba perfecto a sus bien formadas piernas, y una blusa sencilla de escote redondo, color negra.

Itachi arrojó la colilla del cigarrillo a la hierva, e inconscientemente comenzó a alejarse de sus compañeros mientras caminaba en dirección hacia la joven, pero en eso, hubo algo que logró captar su atención, y al parecer la de todos los presentes en el lugar.

[Dammit- Blink 182]

La música se detuvo repentinamente mientras que el chico que antes había estado sirviendo como comentarista de la carrera, corría entre la muchedumbre para luego parase sobre una caja de cervezas, y gritar a través del megáfono, una sola palabra:

-¡Policía!

Y todo se convirtió en un caos.

Se oyeron gritos y todo tipo de palabras obscenas, mientras que las personas comenzaban a correr despavoridas en todas las direcciones. Algunos se subieron a toda velocidad a sus autos y motos, mientras que el lugar era invadido por cuatro coches patrulla.

-Mierda.-Susurró Naruto, maldiciéndose mentalmente por haberse alejado de Shikamaru para ir a comprar unas smirnoff, mientras veía como dos policías descendían de cada uno de los cuatro coches que habían llegado.

El rubio giró rápidamente su cabeza de lado a lado en busca del jeep de Shikamaru, pero no había más que gente gritando y corriendo.

-¡Naruto, apresúrate!-El joven se volteó enseguida al oír la voz del Nara, que le llamaba desde sus espaldas mientras sonaba la bocina. Naruto sonrió ampliamente, mientras a sus ojos, Shikamaru se convertía en una especie de ángel salvador. Dentro del coche, junto al joven Nara, ya se encontraba Choji.

El Namikaze se dispuso a correr hacia el auto de Shikamaru, pero a mitad de camino, vio algo que le hiso detenerse súbitamente. Ahí, entre aquella descontrolada y asustada multitud, se encontraba Hinata, quien permanecía quieta mirando hacia sus alrededores desesperadamente, como si buscase o esperase a alguien.

Y por un momento, Naruto se olvidó de donde se encontraba, y en la situación en la que estaba. Los ruidos a su alrededor fueron desapareciendo uno a uno, mientras contemplaba a la chica frente a él, y sentía como si su cuerpo se inmovilizara, y sus sentidos se bloquearan.

Si, Hinata lucía demasiado hermosa aquella noche.

-Dios, debo estar loco.-Se dijo a sí mismo el rubio, comenzando a caminar rápidamente en dirección hacia la chica, mientras que Choji y Shikamaru le miraban como si en verdad hubiera enloquecido.

-¡Oh, no viejo! ¡No ahora!-Se lamentaba Choji mientras veía al rubio caminar hacia Hinata.- ¡Shikamaru!

-No puedo dejarlo, hermano. Si atrapan a uno, nos atrapan a todos.-Respondió el joven Nara con simpleza.

-¡Ya lo sé pero dile que se apresure!

Ante la petición del Akimichi, Shikamaru sonó la bocina del auto una vez más, mientras gritaba el nombre del rubio.

-0-

-¡Hinata!-Gritó Naruto, una vez que se encontró a pocos pasos de distancia de la joven. Esta se volteó hacia él con expresión de sorpresa, mientras sus pálidas facciones iban adquiriendo un tono rojizo.

-Na-Naruto.-Susurró la chica, con sus orbes perlas abiertas de par en par, aparentemente incrédula ante el hecho de que el Namikaze se encontrara justamente frente a ella en un momento como aquel. Su situación empeoró cuando el estiró una de sus manos para alcanzar la suya.

-¿Por qué sigues aquí? Puedes meterte en problemas.-Dijo el chico con voz calmada, mientras empezaba a acariciar el dorso de la mano de la chica con el pulgar. Hinata se estremeció levemente ante el tacto, más no retiró su mano.

-Y-yo…-La chica trató de buscar las palabras para responderle, pero era como si su mente se hubiera despejado por completo mientras veía como aquellos profundos y enorme ojos azulinos se clavaban en ella. Naruto le miraba completamente embelesado, con una pequeña sonrisita marcada en sus facciones.

El sonrojo de la chica aumentó considerablemente, extendiéndose desde sus mejillas hasta el resto de su rostro. Sentía como su corazón latía con fuerza, tanta, que el pensamiento absurdo de que Naruto pudiera estarle escuchando cruzó su mente. No sabía porque de repente el aire se había vuelto tan pesado, le costaba respirarlo. El rubio, por su parte, seguía observándola fijamente, mientras que Hinata se sentía incapaz de romper aquel contacto visual, por más nerviosa que él le hiciera sentir. Ella simplemente estaba inmóvil.

Shikamaru volvió a sonar la bocina del auto otra vez, haciendo que tanto el Namikaze como la Hyuuga, dieran pequeños saltitos, saliendo así de su mutuo ensimismamiento. Hinata se sonrojó aún más de la cuenta, clavando su vista en el suelo.

-Será me-mejor que… que vallas… o tendrás…-Justo antes de que la ojiperla terminara su sugerencia, Naruto comenzó a caminar en dirección hacia el auto de Shikamaru, arrastrándola a ella consigo, sin siquiera darle tiempo de protestar.

-¡Hinata!

Se oyó la voz de un chico llamar a la joven en alto, justo cuando estaban por llegar al jeep. Naruto y Hinata voltearon a ver hacia el lugar de donde provenía aquel llamado, y pudieron ver a Kiba Inuzuka, dentro de su land cruiser, con los vidrios bajos y una mano en el timón de su auto. Naruto apretó su puño con fuerza mientras susurraba algunas cosas inentendibles. Hinata soltó su mano lentamente del agarre del rubio, apenada. En sus ojos, Naruto pudo leer otra cosa… ¿aquello era decepción?

-Debo… debo irme, Naruto. Gracias por… preocuparte. No-Nos vemos.-Se despidió la chica en voz baja. Naruto permaneció inmóvil mientras Hinata corría hacia el auto de Kiba, y por segunda vez, su mirada se cruzó con la de él.

Este entrecerró los ojos en un claro gesto de desagrado, mientras que Naruto se carcajeó levemente con algo de arrogancia. Finalmente, Hinata se subió en el asiento del copiloto, y aquel auto desapareció de allí.

Naruto largó un suspiro, para luego disponerse a correr hacia el coche de Shikamaru, pero antes de que pudiera dar el primer paso, una voz le llamó.

-¡Alto ahí, jovencito!-Gritaba un policía, que se encontraba a sus espaldas, a poca distancia. Naruto cerró los ojos con fuerza mientras su cuerpo fue recorrido por un leve escalofrío.-Si, claro.-Susurró con sarcasmo para entonces retomar su labor de correr hacia el jeep.

-¡Oiga!-Le llamó el regordete oficial, mientras Naruto se subía al asiento delantero del coche. Shikamaru aceleró con rapidez, y aquel policía se subió a su coche patrulla, dispuesto a seguir al auto del Nara.

-Grandioso.-Susurró Shikamaru con pesadez mientras el sonido de la sirena del auto policial que le seguía se empezaba a colar por sus oídos.

-¡Bien hecho, Naruto!-Exclamó un molesto Choji, que se encontraba en los asiento de atrás, mientras pateaba la parte trasera del asiento del copiloto, donde estaba el Namikaze.

-Oye viejo no me quedaba de otra. No iba a dejar a mi chica allí sola.- Decía Naruto, volteándose hacia Choji, mientras se ponía de rodillas en el asiento.

-¿Si? Pues tu chica ya tiene a su chico para que la rescate, y ese no eres tú.-Respondía Choji.

El chico sintió una leve punzada de ira cuando el Akimichi pronunció aquellas palabras. No sabía hacia quien dirigir aquel sentimiento, solo sabía que estaba allí.-De cualquier modo no iba a dejarle sola.-Dijo con sequedad.

-¡Tan solo perdiste el tiempo! ¡Ahora por tu culpa no están siguiendo!-Ante el comentario de Choji, Shikamaru hizo un gesto de completo fastidio.

-Ustedes dos ya cállense.-Shikamaru ya había salido del terreno donde se llevaba a cabo la fiesta, y ahora se encontraba en la carreta, mientras veía como destellaban las luces rojas y azules de aquel coche patrulla que les seguía, a través del retrovisor.-Naruto, siéntate bien si no quieres quedar aplastado contra el vidrio.-El rubio hizo caso enseguida, mientras oyó como los neumáticos del jeep chirriaron cuando Shikamaru rápida y bruscamente aceleró. El indicador de velocidad marcó los siento sesenta, y los tres jóvenes sonrieron ante la sola idea de que aquel policía lograse alcanzarlos. ¡Cuantos problemas tendrían!

El coche patrulla también aumentó la velocidad, aunque no lo suficiente como para acercarse demasiado a ellos.

-No dejes que tome el número de tu placa, Shikamaru.-Advirtió Naruto, mientras echaba una ojeada por el espejo retrovisor de la ventana, para comprobar la distancia que tenían del auto. Ante el comentario, Shikamaru sonrió con algo de malicia.

-Je, ¿Qué placa?-Dijo el chico sonriente, mientras alzaba una ceja y se inclinaba un poco para alcanzar la pequeña manigueta de la guantera, abrirla, y sacar de allí una plancha metálica con algunos números grabados: la placa.

-Ya veo. La gente normal la pone en la parte trasera del coche, por si no sabías. Así es como evitan tener problemas con la ley.-Naruto contuvo una carcajada mientras hablaba y le arrebataba al Nara la placa de las manos. Choji simplemente no pudo contener sus carcajadas.

-Pues así es como yo evito problemas con la ley.-Shikamaru dio vuelta repentinamente hacia la izquierda, haciendo que las cabezas de sus dos acompañantes se estrellaran contra el cristal de la ventana.

-¡Infeliz!-Se quejaba el Akimichi.

El joven avanzó a toda velocidad, dejando varias señales de stop atrás, en las cuales ni siquiera se había molestado en detenerse. El coche patrulla si lo había hecho en cada una de ellas, lo que le permitió al chico perderse de su vista, y girar nuevamente, pero esta vez hacia la derecha, tomando un callejón oscuro y mohoso, con salida hacia una calle no pavimentada y bastante maltrecha, que lo conducía directo a un antiguo y abandonado campo de cultivo, donde abundaban los árboles y las malezas, dándole más bien, el aspecto de un monte. Shikamaru decidió adentrar el jeep en el campo, deteniéndose una vez que se encontraron ocultos por los árboles y arbustos del lugar.

-¿Qué hora es?-Preguntó el Nara, tirando de la palanca para regular la inclinación del respaldo de su asiento, recostándose cómodamente.

Naruto le echó una ojeada a la pantalla de su teléfono móvil.-Tres y cinco.-Respondió.

Shikamaru largó un suspiro de alivio, mientras colocaba sus manos detrás de su nuca, y cerraba sus ojos.-Tendremos que esperar a que se calme todo allá fuera para poder movernos.-Naruto y Choji asintieron antes las palabras del moreno. El Namikaze se carcajeó levemente, mientras se dejaba caer su espalda en el asiento, y dirigía su vista hacia el techo del auto móvil. Shikamaru y Choji le miraron con curiosidad, queriendo saber el motivo de su gracia en víspera de una espera tan aburrida como la que se avecinaba.

-¿Listos para la escuela?-Bromeó el Namikaze. Shikamaru bufó, mientras achurraba sus ojos.

-Me dan nauseas de tan solo pensarlo.-Comentó el Nara con una pequeña sonrisita. Naruto siguió ojeando el techo del automóvil como si hubiera todo un mundo interesante allí.

-De modo que…-Habló el rubio, en un tono de voz tan bajo, que parecía lejano.-Esta es nuestra forma de decir adiós a los días libres.

Ante el comentario, los dos jóvenes que le acompañaban no pudieron evitar mostrar una pequeña sonrisa, mientras que la brisa fría de una última noche de vacaciones se colaba por los vidrios bajos del auto.

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¿Bastante largo vedad? espero que no les halla aburrido n.ñ Cualquier critica, animo o comentario háganme saber porfis. Sus opiniones son realmente importantes para mi y son las que me animan a seguir publicando. Ahora si me retiro, cuídense!

-Lissy-chan.