VERGÜENZA

No sentía vergüenza. Pero quería decapitar a esos criajos. Haruhi, sin embargo, parecía no darse cuenta de que sus compañeros de clase –esos repugnantes amiguitos- intentaban insultarla a través de su padre.

Estaba a punto de dejarse ver –porque un adulto impone, travestido o no- cuando su hija salió en su defensa.

Bueno, más bien les explicó a esos cachorros del diablo lo que era un travesti. Con un vocabulario bastante avanzado para una niña de su edad.

Los críos se quedaron en blanco durante unos segundos. Luego, una voz anunció por megafonía un descuento del cincuenta por ciento en el pasillo de las gominolas y salieron corriendo.

Ranka se hubiera sentido orgulloso de su hija de haber podido recordar qué kanji correspondía a la palabra "desviación."