-¡Te digo que estoy bien!
Asuna lucho por retener las lágrimas. No iba a llorar. Y menos, delante de la delegada.
-¡Asuna!
Ayaka la miro exasperada. Era obvio que no estaba bien. Se le notaba en la tensa sonrisa, y en los brillantes ojos azules. Pero a su vez, también la entendía. Y no tenia intención de dejarla irse, hasta verla mejor.
Recordó fugazmente, los días siguientes a la muerte de su hermanito. Ella estaba destrozada, y nadie se había acercado a Ayaka por miedo a decir algo que no debía. Por miedo a entristecerla aun más. Y entonces, Asuna, a su manera, (no muy ortodoxa) la había animado.
Ayaka sonrió.
-¡Déjame en paz! – grito Asuna.
Y entonces sucedió algo que Asuna no esperaba. Ayaka la abrazo. La persona con la que peor se llevaba, Ayaka Yukihiro la estaba abrazando.
- Mira… que eres cabezota. – susurro Ayaka.
Asuna sintió que ya no podía retener las lágrimas y dejo de luchar contra ellas.
- Déjame… delegada tonta. – sollozo.
Pero, a pesar de sus palabras, se abrazo más fuerte a ella, en busca de consuelo. Porque, lo que ella necesitaba en esos momentos, era eso, el consuelo de una amiga. Y aunque Ayaka no fuera la persona más cercana a ella, y era más que posible que al día siguiente volvieran a estar como el perro y el gato, era alguien que en el fondo se preocupaba mucho por ella cuidándola en sus peores momentos, al igual que hacía ella con la rubia.
Cada una a su manera, se cuidaban y consolaban. Y el hecho que discutieran siempre, no cambiaba su extraña amistad.
Poco más tarde, reconfortada por el abrazo de Ayaka, Asuna dejo de llorar.
¡Hello! ¿Que decir sobre este drable? En fin, estas dos son adorables. Me llama bastante la atención su "amistad" y queria escribir basandome en eso. Me gusta el resultado. Lo que no me gusta es el titulo... XD
¡Gracias por leer! n.n
