Notas:No, Teen Titans no me pertenece, ni mucho menos, todo es gracias a DC comics.

Al ser gran fanática tanto de las historietas como de la serie animada, usaré datos de ambos e intentare combinarlos para mayor diversión, tanto del autor (léase, yo XD) como del én debo aclarar que para escribir este fanfiction, imagino a los personajes como personas reales, de carne y hueso. Es por ese motivo que cambié algunas particularidades de los mismos, como puede ser el color de cabello de Raven o cosas por el estilo. Nada extremo, por supuesto. Solo queda decir que disfruten de la historia, si es que deciden leerla, y que acepto cualquier tipo de comentarios, ya que todas las opiniones son bien recibidas.

Edades:

Robin -23

Cyborg- 26

Raven-22

Beast Boy-23

Starfire-23

Capítulo I:Reencuentro

Era una noche de invierno, como cualquier otra de ese tipo. Fría y solitaria, incluso un poco melancólica como lo era el invierno mismo. Iba a llover, eso era seguro. El cielo se estaba preparando.

La mansión estaba llena de personas vestidas de gala, elegantes y pulcros. Una joven se miraba en el espejo de su habitación, dudosa de bajar. Tenía el cabello largo y hermoso, con bucles decorando sus puntas. Oscuro y ondulado, caía dócil sobre sus hombros, y le cubría la mayor parte de su espalda. Era algo pálida, de mirada seria y penetrante. Se termino de colocar los colgantes en el momento justo que un hombre entraba en la habitación.

-Rach, es hora de bajar, mi padre acaba de comunicarme que todo está listo- dijo el joven rubio y de ojos celeste. La joven se volteó y lo observó.

-¿Seguro que quieres que baje con ustedes, Tom? – pregunto algo nerviosa

El joven se acerco en silencio hacia la chica, y de dio un beso en su frente, seguido de una sonrisa. -Estoy seguro, eres mi prometida Rachel, quiero que me acompañes en esto, y mi padre también está orgulloso tanto de tu compañía como de nuestro futuro- sonrió.

Rachel lo observó a los ojos y le devolvió la sonrisa. ¿Qué más podía agregar a eso? Absolutamente nada. No tardaron en abandonar la habitación, y bajar la escalera, tomados del brazo, y así se dirigieron al medio del salón, donde Johnattan Marks, el padre de Tom, los estaba esperando.

Al ver que llegaban a su lado y se posicionaban detrás de él, se aclaró la garganta, razón por la que el resto de los invitados comenzaron a ubicarse a su alrededor como señal de respeto, listos para escuchar el futuro discurso.

-Todos sabemos la grata noticia que nos trae aquí- comentó Johnathan a su público. – El centro de investigaciones y laboratorios Marks ya es un hecho, y todos en mi familia estamos felices y orgullosos de este nuevo comienzo, aunque estoy seguro que muchos de ustedes, queridos amigos, también lo están- Al dejar de pronunciar palabras, los invitados estallaron en aplausos. Johnattan levantando las manos en señal de gratitud, volvió a tomar palabras.-Como ustedes saben, ser director de este importante emprendimiento es una tarea ardua, pero que gracias a personas que están apoyándome, personas en las que pienso gravitar el futuro de esta empresa, este trabajo resulta sumamente agradable. Por eso, es que designe a mi hijo, Tom Marks, sub-director del proyecto.-

Tom soltó a Rachel y se adelanto hacia donde estaba su padre. Los aplausos regresaron rápidamente a cubrir el gran salón. El joven se acomodó disimuladamente los puños de su traje y dio una rápida mirada a su padre, para luego sonreír a los presentes. Rachel también formo parte de ellos esta vez, sin embargo, debió frenar por unos momentos, pues parecía que sus ojos habían planeado jugarle una broma. No, no podía ser. Sacudió su cabeza, y continúo con los aplausos y no paro hasta que todos los demás también los hubiesen frenado.

Al poco tiempo, Rachel se volvió a encontrar del brazo de Tom, acompañándolo a él y a su padre a saludar a los distintos invitados y a recibir las felicitaciones de los mismos. Todo marchaba bien, hasta que lo que con anterioridad pensó que era un simple engaño de la mente, empezaba a convertirse en realidad.

-Ah, Sr. Wayne- dijo Johnattan acercándose a un hombre alto, de traje y presencia impecable, y estrechándole la mano.

- Jack, un honor estar aquí- dijo con tono serio. Separando su mano de la de Johnathan, posó su mirada en Tom, quien se enderezó en señal de importancia, y luego posicionó los ojos de lleno en Rachel, de una manera sumamente inquisitiva, bastante inquietante para la chica.

Rachel no pudo mantener mucho tiempo la mirada con aquel hombre y bajo la cabeza en el momento exacto en que un nuevo joven se unía al grupo. Era algo alto, de aspecto jovial y sencillo a pesar del traje de gala que vestía. Poseía ojos oscuros llamativos y un cabello también oscuro, algo despeinado debido al viento del exterior.

-Déjame presentarte a mi hijo, Tom Marks. Sangre de mi sangre, orgullo de mi orgullo –dijo apoyando una mano en el hombro de Tom – Tom, el Sr. Bruce Wayne- terminó con la presentación.

-Es un gusto, Sr. Wayne- añadió Tom con un tono soberbio,estrechándole la mano.

-Lo mismo digo, jovencito – Respondió Bruce Wayne, dirigiendo ahora su mirada hacia el último joven que se unió al grupo, al que al parecer ninguno de los otros había prestado atención– Bueno Jack, ya que tú me presentas a tu mano derecha, yo te presentaré a la mía. Jack, Joven Marks, él es Dick Grayson.-

-Un gusto- respondió el joven al mismo tiempo que estrechaba la mano de Jack y luego, también la de Tom.

Rachel levanto la mirada, no asombrada, sino que aturdida por la situación en la que se encontraba. Su mirada se cruzo con la de Dick, que la observo entre inquieto y amigable. Luego de unos segundos, le sonrió. Tom observo a Rachel quien volvió a bajar la cabeza, y notó el gesto del joven. Iba a presentarla, pero su padre le tomó la delantera.

-Por favor, sigamos con el tema de las presentaciones, y déjame enseñarte a mi último descubrimiento. Bueno, mejor dicho el de mi hijo…- dijo mirando a Tom, y luego a Rachel, sonriente. La joven levanto la mirada y sus ojos se volvieron a fijar en los del señor Wayne, tratando de esquivar a Dick.

-Mucho gusto señorita- dijo Bruce Wayne estirando su mano. A Rachel no le quedo más que responder a aquel gesto. – ¿Su nombre es…?-

-Rachel Roth- dije observando a los dos "desconocidos". Wayne la miró confundido, y Dick con signo de reproche.

-Es una chica adorable, está cursando medicina en la universidad de la ciudad y es de las primeras en su clase - respondió el Señor Marks, mirándola de reojos.

-Y estamos comprometidos – apunto Tom, girando su cara hacia Rachel y sonriéndole.

Dick y Bruce se miraron entre sí y se mostraron más desconcertados aún, aunque no demasiado pues no querían ni que ninguno de los Marks distinguieran aquella sensación de confusión.

-Caballeros, espero cruzármelos nuevamente- argumento JohnatTan Marks a medida que comenzaba a avanzar – Hay mas invitados a los cuales debo de dirigir mis saludos, así que si no les molesta, debo seguir camino – se disculpó.

Bruce Wayne hizo una reverencia, agachando su cabeza, y Dick solo se limito a mirar como el grupo de tres se alejaba, cruzando una última mirada con Rachel, quien rápidamente volteó la cabeza. Había alcanzado a ver que los dos sujetos se quedaron hablando entre ellos, pero no había logrado alcanzar ninguna de sus palabras, y a medida que seguían avanzando eso se volvía mucho más difícil. Se mostro distraída, hasta que Tom se dirigió a ella.

-Te ves cansada, ¿por qué no vas a tomar algo de aire mientras terminamos de saludar?- le dijo mirándola a los ojos. Rachel se fijo en el Sr. Marks, que ya estaba con un grupo de unos 5 hombres.

-Eso hare, sino te molesta – dijo, respondiendo a su mirada. Un poco de aire fresco después de aquello no le venía nada mal. Incluso lo necesitaba.

Tom la beso y soltó su brazo. Rachel se dirigió hacia uno de los patios de la mansión. Se paró al borde de una galería, observando el amplio jardín ensombrecido por la noche. Hacía algo de frío y había comenzado a gotear. Utilizó una de sus manos para levantar apenas unos centímetros el vestido, por temor a que el piso húmedo pudiese arruinarlo. Era negro, algo escotado y largo, aunque bastante conservador y apegado a sus gustos. Se encontraba demasiado ocupada en sus pensamientos, perdida en las gotas de lluvia, como para notar que alguien se había acercado al lugar, hasta terminar justo detrás de ella.

-Me sorprende lo bien que aprendiste a ser como ellos- habló una voz firme que vino desde su espalda, la cual la sobresaltó e hizo que se girara rápidamente, asustada.

Al descubrir quién era el dueño de esa voz, se tranquilizó un poco y volvió a girar, para seguir contemplando la lluvia, que poco a poco comenzaba a manifestarse con mucha más energía -Ese era el plan. Permanecer seguros.- respondió con tranquilidad, aún sin voltear.

El joven se acerco unos pasos más, hasta llegar a su lado, y se apoyó en una de las columnas -Buscar seguridad no era convertirse en uno de ellos, Ra… – dijo con voz dolida mirando el suelo, pero no pudo terminar ya que la joven rápidamente lo interrumpió, levantando la vista y fijándola en los ojos de Dick.

-Rachel- dijo con seguridad, aunque de una manera sumamente fría y cortante. Luego, volvió a voltear la cara hacia el frente. Las gotas eran cada vez más grandes y caían en mayor cantidad. Si no fuera por la incomodidad de la situación, incluso las podría haber calificado de una especie de obra de arte, porque lucían verdaderamente hermosas.

Dick la observó sumamente ofendido, y luego de unos segundos se animó a hablar -No sería una mala idea reunir al gr….- nuevamente Rachel no lo dejo terminar, y se volteo de cuerpo entero hacia él

-¿Sabías mi paradero?- dijo mirándolo a los ojos.

-Sé el de los cuatro- dijo seguro, correspondiendo la mirada de la joven.

-¿Por qué viniste? ¿Cuál es el sentido de traer el pasado en estos momentos? No estábamos seguros, el mundo cambió. Antes nos aceptaban y se alegraban con nuestra ayuda, pero esos años ya pasaron, Dick. – dijo cruzándose de brazos y bajando la mirada, como si se sintiese algo afectada por aquello, aunque no era lo que pretendía demostrar.

-Y huimos en lugar de enfrentarlo – dijo algo molesto – Y por favor, no me llames así- contestó tajantemente.

-Es tu nombre- se limito a decir la joven, frunciendo el ceño.

-Ya basta con eso Raven, estas frente a mí, no es necesario mentir dijo mirándola, mezcla de decepción y enojo.

Raven no soporto estas últimas palabras, y menos aún la mirada de su amigo, o ex-amigo, no estaba segura. Lo observó furiosa y no tardó en responderle. -Será mejor que se olviden de mí, "Robin"- dijo su nombre, sí, pero de la forma más sarcástica que pudo hacerlo- Tú y todos, si eso es lo que buscas. El tiempo de los titanes ya terminó. El mundo te lo confirma, pero te niegas a verlo- Se dio vuelta, y caminó rápidamente por la galería hasta perderse de vista para Robin.

Tanto el vestido largo y negro de la joven y el viento haciendo juego, permitiendo que los amplios volados de este contraatacaran con el mismísimo aire, hicieron a Robin recordar un pasado no tan lejano. Una figura negra perdiéndose en la sombra - en su propia sombra - y el rastro de una envoltura oscura que terminaba con toda pelea o discusión y encajaban perfectamente como si la oscuridad y la soledad fueran hechas la una para la otra; solo para ella. Como si solo Raven las pudiese manejar.

Si, definitivamente era ella, alejada de lo que fue tiempo atrás. El cuervo había tomado vuelo, la pregunta ahora era cómo hacer para que aterrizara. -Quizás debí empezar por alguien más fácil de convencer, como Beast Boy- se reprendió a sí mismo en un susurro, acomodándose la corbata y entrando nuevamente en la mansión.