Capítulo 1
Un arma de destrucción Masiva
Ella se mantuvo de pie observando la destrucción a su alrededor, no podía entender como algo así había sucedido en tan poco tiempo. Su mente a pesar de ser considerada una de las más avanzadas en su planeta tardo en procesar lo que sus sentidos le transmitían, era inconcebible el ver como toda su civilización era devastada en segundos; dejando atrás tan sólo los recuerdos de esa gran civilización. Los gritos de desesperación de todas las víctimas se escuchaban a lo lejos, entre los pocos que podían haber sobrevivido a la primera oleada, el cielo carmesí se impuso dominando al hermoso azul que alguna vez recubría dicho mundo, marcado por la sangre, el fuego y las cenizas. Frustrada cerro sus puños consiente de su incapacidad para evitar todo lo que estaba presenciando, su mundo se venía abajo y ella Bulma Briefs no era capaz de evitarlo.
- ¿De que servía todo ese conocimiento?, ¿De que servía todo el dinero o la fama?, cuando en momentos como ese no significaban nada. Una lágrima resbalo por su mejilla mientras pensaba en el destino, nada detendría el final de la raza humana y ella lo sabía. La verdad era tan ridícula como real, pero su ceguera como especie los llevo a eso; cuando el orgullo de muchos evito que aceptarán la existencia de vida más allá del planeta. Ella en cambio no lo creyó así, sabía que había algo más lejos de su amada tierra, lo vio real el día que conoció a su mejor amigo, pero jamás imagino que la verdad sería tan espantosa, se dejó llevar por la ternura y amabilidad de ese ser, un jovencito que no pertenecía a los suyos y al mismo tiempo sí. La inocencia que envolvía su persona le hizo olvidar que así como existe el bien, también el mal. Le hizo hacer a un lado esas ideas negativas, perdiéndose en la tonta ideología de la paz interestelar.
Todo fue tan rápido, un ataque directo, sin aviso; simplemente llegaron en naves más pequeñas que un auto compacto, cargando su peligrosa realidad, misma que se revelo ante la sorpresa de todos. El impacto sobre lo que sucedió los dejo sin aliento, era verdad que existía vida más allá de su planeta; todas las especulaciones se hicieron reales y por un instante parecía como si fuese un cuento de hadas, una realidad abstracta donde los sueños se hacer verdad. O al menos esa fue la ideología masiva, hasta que uno de los seres levanto su mano para liberar un ataque de energía que destrozo la mitad de la ciudad. Los primeros en morir en manos de esas criaturas fueron afortunados, pues no tuvieron que presenciar la pesadilla que le seguiría. El terror se apoderó de las masas y la locura comenzó a corromper todo lo que conocieron como orden.
-Una invasión alienígena- Susurro al ver las escenas en la televisión, recordó las batallas de los torneos de artes marciales, recordó a Goku y al resto de los combatientes, pensando en las posibilidades que podrían tener contra esos rivales. Aun así activo todos los sistemas de seguridad que se encontraban a su disposición para retirarse en busca de sus padres.
Tenía que hacer algo al respecto, pero primero debía proteger aquello que más amaba, la familia que a pesar de cualquier situación siempre estuvo a su lado, la desesperación le envolvió al escuchar las explosiones cerca de su oficina, pudo visualizar como una de las grandes torres cercanas se hacía polvo frente a sus ojos, los gritos aterrados retumbaron acompañados de las miradas de todos los que ahí se hallaban. El cristal les dejo notar el horror en los rostros de las víctimas. Cerró el ojo incapaz de seguir presenciándolo, era peor que una pesadilla, era la realidad.
-Debemos marcharnos- Escucho una voz a su espalda, ella conocía ese timbre, lo había dejado de escuchar tiempo atrás pero seguía presente en sus recuerdos.
-¿Goku?- Pregunto admirando la forma del joven que le observaba, vestido con sus distintivos colores, el místico báculo a la espalda y un pequeño niño sosteniendo su mano.
-¿Que sucede?, ¿Quién?, ¿Porque?- Mil preguntas invadieron su mente, pero fue solo el agarre de su amigo lo que la devolvió a ese infierno, permitiéndole percatarse de lo que estaba sucediendo mientras se quedaba inmóvil. Las grandes e imponentes construcciones que alguna vez integraron la ciudad se venían abajo mientras hablaban, ataques provenientes de todas direcciones acababan con todo a su paso desintegrando lo que estuviese al frente, tenían suerte de que el sistema de seguridad diseñada por su padre soportara las agresiones, aunque no sería por mucho tiempo, las armas automáticas parecían inservibles ante dichos seres.
-No hay tiempo para conversar, debes acompañarme- exclamo el joven de cabello negro y melena alocada, con esa mirada decidida; era obvio que él sabía algo, pero como había dicho no era el momento ni el lugar.
-Mis padres- Susurro ella tomándolo del brazo, mientras el niño no mayor a 4 le observaba con miedo.
-No hay nada que se pueda hacer- Fue la respuesta. – Corporación Capsula fue uno de los primeros objetivos, tuviste suerte de un estar en el corporativo- Explico el muchacho. Su corazón se hizo pedazos al escucharlo, no era frialdad lo que transmitían esas palabras, si no tristeza y decepción, no había podido evitarlo. Había intentado combatir el ataque, pero a pesar de todo su esfuerzo no lo logro, sólo quedaba escapar y buscar algún método para detener esa catástrofe.
-Las esferas aún están activas- Susurro su amigo guiándolos entre los escombros y restos de la ciudad, a su lado observo los cuerpos inertes de los muertos, un horror que sólo pensó divisar en películas. Y la actitud del joven que alguna vez vio como un inocente. Como si todo lo que estuviese sucediendo no fuese aterrador.
-¿Los conoces?- Susurro insegura, mientras trataba de seguirle el paso. Él se detuvo sin mirarla, a su lado el pequeño volvió la atención a su padre sin emitir sonido alguno, era como si el chiquillo estuviese en una especie de mundo alterno incapaz de reaccionar como un niño normal o tal vez se trataba del trauma experimentado a tan corta edad.
-No- Replico su amigo, -Pero se de ellos- Prosiguió suspirando, -Creí que podría detenerlos, pensé que tal vez habría algún método de evitar esta catástrofe, pero me equivoque, me equivoque y este…este…es…es…- Las palabras entrecortadas sólo indicaban lo impotente que se sentía.
-¿A qué te refieres?- Murmuro consciente de que no era el momento para dicha conversación.
-Vamos Gohan- Comando su acompañante cargando al pequeño para acelerar el paso, mientras sostenía con fuerza la mano de ella. Bulma se dejó llevar sin saber cuál sería su destino, pero lo que fuese sería mejor enfrentarlo al lado de su mejor amigo que sola.
...
Cuando quedas atrapado en la destrucción, debes abrir una puerta a la creación.
Anaís nin
…
El tiempo es un término relativo, un invento de los seres inteligentes a quienes les gusta medir el momento en que se dan los hechos. Un mero registro de los sucesos que van aconteciendo ya sean buenos o malos. Para las víctimas sólo fue un número que enmarco el final de sus vidas, para los sobrevivientes se convertiría en el número que iniciaba la pesadilla; el momento en el que todo sueño o ilusión se desvaneció.
Bulma lo vio mientras caminaba, con la muerte acompañándolos en su andar,
seres de todas las especies sufrieron a manos de dichas criaturas sanguinarias. Eran tantos y tan distintos que parecía imposible imaginar algún método real de defensa, el ejército reaccionó ante las agresiones con sus mejores armamentos, pero nada fue efectivo, dejando tan sólo la huella de los sacrificios en vano. ¿Cómo combatir lo que no conoces?, ¿Cómo detener la extinción que se hallaba a la vuelta de la esquina?
Ella se detuvo dejándose caer, no supo cuánto tiempo estuvo corriendo atrapada por el agarre del joven guerrero, pero su cuerpo estaba al límite, su mente agobiada recordó ver algunos sobrevivientes en el camino, pero se convirtieron en meras sombras donde la resignación, el terror o la frustración retrataron los pasos transcurridos en ese escape desesperado.
-Debemos ayudarlos- Pensó pero no se detuvo hacerlo, tampoco él.
-Y lo haremos- Escucho la oración de parte de su acompañante, el cual la empujo hacia un rincón observando nuevamente los alrededores, el silencio llegaba como un balde de agua fría, acompañado de la oscuridad de la noche.
-¿Cómo?- Exclamo de manera inconsciente.
-Aún están activas- Respondió él sacando un contenedor con agua para repartirlo entre los tres. El niño bebió con desesperación mientras sus manos sostenían la ropa de su padre.
-¿Las esferas?- Prosiguió ella ¿Crees que podamos reunirlas?, ¿Crees que el dragón pueda detenerlos?- Le cuestiono buscando alguna posibilidad era verdad que estaba confundida, cansada, aterrorizada; pero al mismo tiempo se negaba aceptar que eso era el final de todo lo que conocía.
-Shen Long no podrá detenerlos, no a su líder; pero pueden ayudarnos a buscar la manera de hacerlo- Comento el joven sentándose por un momento, aunque era obvio que no había bajado su guardia. Él era un gran guerrero, el más fuerte que ella conocía y aun así se veía inofensivo ante aquellos que los invadían.
-¿Que fue de los demás guerreros?, ¿Sabes si están vivos? Ni siquiera la milicia tuvo efecto en esos seres.- Aclaro en voz baja. Goku le ignoró, observando las estrellas, mismas que a pesar de todo lo que estaba pasando se divisaban brillantes como siempre.
-Tienes que hablar conmigo Goku, debes decirme la verdad. Él la miro de frente, su rostro cansado se enfocó en sus ojos, la joven científica se percató finalmente de la suciedad que le recubría, algo negro similar al hollín se dibujaba en su cara, acompañado de algunas marcas con sangre, era obvio que había luchado antes de llegar a ella, probablemente buscándola.
-Tengo las esferas Bulma- Intervino, pero como dije el dragón no podrá pararlos- Murmuro cansado, agotado de saberse incapaz de evitarlo, para alguien como él debía ser peor que morir...morir como sus padres, como sus amigos, como...la mirada volvió al pequeño que ahora reposaba dormido en los brazos de ¿su padre?. Goku percibió la mirada revelando una suave sonrisa. A pesar de la situación era capaz de expresar un toque de alegría, el corazón de la joven de cabello azul se dejó recubrir por ese gesto tan de él. Tal vez trayéndole un poco de paz.
-Te pido que disculpes a Gohan, han sido horas complicadas para él; su madre murió el día de hoy protegiéndolo. El silencio se hizo presente una vez más, mientras él regresaba a ese instante; donde no pudo salvar la vida de su compañera no fue capaz de proteger a Milk.
-Lo siento mucho Goku, yo no sé qué decir- Respondió Bulma insegura, ¿Qué cosa podría expresar que lo hiciese sentir mejor?, el niño era la viva imagen de su padre, aunque también tenía algo de su madre, ella recordó a la joven guerrera; tan impresionante como su esposo. No cabía duda de que era perfecta para él.
-El dragón no puede detenerlos, pero tal vez pueda ayudarnos a encontrar la manera de hacerlo, sólo necesita indicarnos el camino- Prosiguió el joven.
-¡Cierto!, un arma, ¡Puede darnos un arma que nos permita detenerlos!- Intervino ella con una emoción contenida.
-Pero al invocarlo ellos lo verán, es por eso que necesito que pidas el deseo Bulma, sólo tú tienes la capacidad de entender lo que el dragón pueda explicarte, en caso de ser necesario- Explico el con una tranquilidad envidiable.
-No espera, ¿Que dices?, ¡No Goku!, no pienses en hacer locuras, pidamos el deseo juntos- Contesto con desesperación, no quería estar sola, no ante aquella situación, no quería volver al terror.
-Alguien debe detenerlos, si todo sale bien podrás traernos de regreso- Exclamo entregando al pequeño, -Además no tenemos mucho tiempo, si Kamizama muere, Shen Long se irá con él.- Finalizo con una decisión abrumadora.
-No, no, no, no, no Goku, no puedes hacerlo, tú eres lo único que me queda- Lloro la joven, sus ojos azulados se humedecieron liberando todo lo que momentos antes no había podido expresar.
-Cuídalo bien Bulma, sé que podrás lograrlo, confío en ti- Finalizo el guerrero llamando a su nube voladora preparándose para el ataque. Ella lo vio alejarse, ascendiendo antes de que pudiese detenerlo, él era valiente al pelear por aquellos que no eran de su raza, por aquellos que a pesar de su soledad le brindaron un hogar, se preguntó si todos los que compartían su sangre serían como él.
-Lo cuidaré Gokú y me encargaré de arreglar todo- Dijo con decisión volviéndose hacia las esferas invocando a Shen Long.
El gran dragón se hizo presente inundando los cielos con su luz sobrenatural, la oscuridad se vio irrumpida por la energía del ser, el joven no sabía cómo es que Kamizama seguía vivo pero agradeció la oportunidad que les dio al permitirles ese deseo, fue cuando los primeros agresores se hicieron presentes, la forma del dragón los había atraído, fue entonces que aquel gran guerrero conocido como Gokú ataco, esa sería una batalla épica en nombre de la tierra, su planeta, su hogar.
...
No existe arma que pueda destruir los sueños, mientras no la encuentren seguiré soñando.
….
Bulma observo al gran dragón frente a ella, necesitaba hablar rápido, no contaban con mucho tiempo, y todo lo que disponía era de la resistencia de Gokú.
-Por favor gran dragón escucha mi deseo- Comando llamando la atención de la criatura, misma que le miro esperando al fin las palabras de la mujer de cabello azulado quien le había invocado.
-Debemos detener esta invasión-Pensó la joven a sabiendas de lo que su amigo le había explicado.
-Necesito un arma que me permita acabar con todos esos seres para recuperar la paz del universo- Grito sin detenerse a pensar lo que acababa de decir. El dragón no podría detenerlos, pero tal vez si le daba la solución ella podría hacerlo, con algo de tiempo podría construir lo que fuera, no era la mejor en la tierra como para no comprender lo que fuese que el dragón le dijera.
-Tu deseo se ha de cumplir- Respondió la criatura mística, ella sonrió; eso era lo que necesitaba oír. Una luz se hizo presente envolviendo todo a su alrededor, ella apretó el cuerpo del chiquillo, el hijo de su amigo contra su pecho mientras cerraba sus ojos. La luz se intensifico casi cegándola, pero de un momento a otro todo cambio. Se sintió mareada. Su cuerpo hizo contacto con una superficie fría pero al mismo tiempo lisa e inmaculada, el pequeño que reposaba en sus brazos comenzó a llorar.
-¿Qué sucedió?- Exclamo finalmente notando el lugar donde se hallaba; se trataba de una gran estructura, constituida por gigantescos pasillos oscuros iluminados por hélices de luz que se hacían presentes de manera intermitente, las superficies que le rodeaban parecían haber sido hechas de mármol, una serie de columnas soportaba la gigantesca bóveda del techo tallada en un idioma desconocido.
-¿Dónde estamos?- Se preguntó, sintiendo el agarre de su pequeño acompañante, el cuál le miro inseguro.
-Ya todo estará bien Gohan- Susurro la joven pasando su mano por el alocado cabello del chiquillo, notándola una colita similar a la de su padre, la cual se agitaba revelando su preocupación.
-¿Dónde está papá?- Susurró al fin mirándola con tristeza, consciente de que no lo volvería a ver.
-Shh, él está peleando contra los chicos malos para protegernos, pero no te preocupes, nosotros vamos ayudarle- Continuo sonriéndole.
-¿Lo haremos?- Prosiguió el niño buscando la mentira en las palabras de la mujer que le acompañaba, él no la conocía, pero su padre le hablo sobre ella infinidad de veces cuando lo arropaba, -La gran Bulma Briefs, la mejor amiga de papá y segunda mujer más genial detrás de mamá- Respondió el niño en un murmullo imitando las palabras de Gokú. Ella al oírlo no pudo evitar soltar una carcajada, sólo alguien como Gokú podría decir algo así. Un gesto dolido se hizo presente en su rostro al recordar lo que los llevo a ese punto. No dejaría que su sacrificio fuese en vano. Ellos estaban ahí por una razón, el dragón los envió a ese lugar donde fuera que estuviese para hallar el arma que salvaría la tierra.
-En marcha Gohan- Comando incorporándose tomando de la mano al chiquillo preparándose para explorar el lugar. Pero una nueva presencia le hizo detener su plan. La silueta de un hombre o al menos una figura humanoide se hizo presente frente a ellos, el ser no se veía muy alto, sin embargo su vestimenta le hacían ver como un ser más allá de ese mundo, una criatura con un aura antinatural, de piel azulada, ojos grisáceos y cabello blanco se revelo vistiendo una sonrisa encantadora.
-Bienvenida a mi humilde morada, Bulma Briefs- Exclamo extendiendo la mano en forma de saludo, ella le observo con desconfianza, no sabía que o quien era ese personaje, pero después de su último encuentro con criaturas no terrestres le hizo dudar.
-Oh, mis más sinceras disculpas- Prosiguió el ser alejando su mano, he sido descortés en presentarme de esa manera, después de todo lo acontecido, espero me perdone la impertinencia, es sólo que no estoy acostumbrado a recibir muchos visitantes y me emociona conocer a una de las más grandes mentes que su planeta puede ofrecer.
-La clave, planeta, la joven se percató de inmediato que no debían seguir en la tierra, había demasiada paz para ello. La mano de Gohan aplico un poco de presión contra la suya recordándole que no estaba sola. El hijo de su mejor amigo le acompañaba, listo para ayudarla a pesar de su corta edad.
-¿Quién eres tú?- Pregunto, dejando de lado los modales, no tenía tiempo para eso, cada segundo contaba.
-Es verdad no me he presentado, tengo muchos nombres o denominaciones que he adquirido a lo largo del tiempo, pero tú puedes llamarme Kairos, y soy un ¿Cómo llamarlo?, un ¿Coleccionista?, no eso sería si no hiciese retoques en mis pequeñas adquisiciones, más bien soy como un recopilador de cosas únicas, me gusta estudiarlas y si es posible hacerlas más especiales de lo que ya son. Como un investigador universal.-Explico el ente.
-Ya veo- Contesto su interlocutora sintiendo su piel erizarse.
-No se preocupe señorita, como dije me atrae lo que es especial en efecto, pero se porque está usted aquí. El dragón Shen Long le envió a mi humilde morada en busca de un arma que pudiese ayudarle a salvar su mundo, de hecho creo que es para mí un honor que dicha deidad consideré mi trabajo digno- Prosiguió como si nada, comenzando andar, ella le siguió junto con el chiquillo, ambos estaban desesperados.
-Déjeme decirle que la presencia del pequeño sayan es interesante- Comento dirigiéndole una visita de reojo al chiquillo.
-¿Que es un sayan?- Pregunto el niño al oírlo, su colita se movió levemente llamando la atención de la humana, al parecer el chiquillo no consideró al ente como un ser maligno, se le veía tranquilo a pesar de la situación.
-Gohan- Llamo la joven tratando de evitar alguna catástrofe, recordando como las palabras inocentes pero al mismo tiempo curiosas de Goku los habían metido en un sin fin de problemas cuando jóvenes, algo en su corazón volvió a encogerse al verse ahí tan tranquila mientras su gente perecía a manos de esas criaturas.
-No se sienta mal señorita Briefs, usted pidió un deseo y se cumplirá- Intervino el hombre azulado sonriendo. -Y en cuanto a tu pregunta jovencito, un sayan es el nombre de una raza de seres humanoides conocidos por su sed de violencia, grandes guerreros, peligrosos en efecto pero dignos de su nombre- Prosiguió retomando el paso, Bulma al escucharlo se preguntó si su amigo era miembro de esa raza. Al menos le quedaba el confort de que se encontraban ahí por Shen Long.
-Aquí estamos- finalizo Kairos deteniéndose frente a una puerta.
-Ahora antes de entrar, debe saber que su deseo no fue del todo específico y es probable que por eso el dios dragón haya decidido enviarla aquí; es interesante ver como todas las líneas dimensionales al final convergen en algún punto antes de separarse nuevamente, tal vez es el destino, tal vez mera coincidencia; como sea yo voy ayudarle a cumplir su deseo, con una condición. Bulma miro a al ente, claro ¿Cómo no lo imaginarlo?, todo tenía un costo e incluso un deseo como ese debía ser pagado de algún modo; aunque si eso implicaba devolver la paz a su planeta lo haría sin dudar.
-¿Cuál es el costo?- Exclamo con seriedad.
-No es nada terrible, sólo debe devolver el arma una vez que termine de usarla- Respondió Kairos, eso y un reporte completo de su desarrollo en el tiempo que este con usted, verá me interesa ver los resultados desde el punto de vista científico.-Confirmó.
-Ah bien, si es sólo eso estoy de acuerdo, es obvio que sólo será un préstamo- Comento la chica con tranquilidad.
-¡Perfecto!, entonces pasen por aquí- Indico el ser abriendo la puerta; el lugar que originalmente se veía oscuro se ilumino con un tono carmesí tenue, a su alrededor una serie de escenas rodearon a sus invitados, revelando paisajes, animales y ejemplos de toda una civilización.
-Estamos en el cuarto dedicado a los sayans. Una raza que habito dos planetas aquel conocido como Sadala que es lo que ven por ahí comento al dejar ver una forma holográfica del mundo mencionado, y el planeta vegeta que es lo que se denota en este lado. Como mencione esta raza ha tenido una historia complicada, sin embargo cuenta con ciertas características que hacen de sus integrantes criaturas sumamente interesantes, su habilidad para adaptarse es única, entre otras características sumamente singulares- Explico el ente saltando toda la información e imágenes que resaltaban a los alrededores para dirigirse hacia el centro del lugar, donde un barandal marcaba el final del pasillo. Al frente se denotaba una especie de agujero oscuro y profundo.
-He aquí lo que están buscando- Confirmo es ser señalado el vacío que se presentaba frente a ellos. Gohan se asomó por el barandal enfocando algo al fondo.
-No veo nada- Comento Bulma insegura, pero el niño jalo levemente su pantalón para señalar algo al fondo, un suave destello de cromas azulados se divisó a lo lejos,
-En efecto jovencito ahí está lo que buscaban, la herramienta que les ayudará a cumplir su deseo.- Aclaro Kairos. -Como les explique hace un momento, me gusta salvaguardar cosas únicas; sin embargo también soy un investigador y científico. Debo admitir que a veces me intrigan los avances naturales de la evolución, pero prefiero no inmiscuirme en asuntos que no me competen, es por ello que busco casos sumamente especiales, curiosidades dignas de analizar. Es por ello que me tome la libertad de tomar un espécimen muy especial justo antes de que lograse madurar del todo. Una criatura creada 100% por la ingeniería genética sayan.
Bulma le miro analítica, una criatura desarrollada por otra especie dedicada a la guerra, tenía sentido.
-No tema señorita Briefs, realice mis propias adaptaciones tomándome la libertad de crear algunas modificaciones que asegurarán un dominio adecuado sobre la herramienta que está a punto de obtener, aunque recuerde es sumamente importante que consideré que usted poseerá un arma diseñada para cumplir con un objetivo específico solamente, nunca olvide ese detalle y todo estará bien. Originalmente esta criatura fue diseñada por petición del monarca de esa raza, su objetivo tener un descendiente perfecto, digno se llamarse el sucesor de tal monarquía, pero un día antes de que estuviese listo para su nacimiento si se puede llamar de ese modo murió.
Ella le miro con un gesto raro, la historia era interesante, pero dudaba mucho que la criatura hubiese muerto, pero ¿Quién era ella para meterse en asuntos como ese?, sólo necesitaba tener en su posición lo prometido y volver cuanto antes.
-Puede parecer un sayan, comportarse como uno, pero no es natural nunca olvide eso- Aclaro el ente.
-Claro que lo sé, soy Bulma Briefs y se a la perfección los riesgos que algo así puede tener- Replico la joven con confianza, la ciencia era un campo en el que se sentía cómoda, era algo que dominaba y con lo que podría trabajar.
-¡Perfecto!, entonces acompáñeme- El pasillo revelo otra puerta que descendía por una larga escalinata hacia el fondo del gran agujero.
El grupo camino nuevamente, Gohan se aferró con fuerza a la ropa de su acompañante, después de ori las palabras del hombre no le gusto el lugar, ni la manera en la que el ser se refería a los suyos. Como meros objetos, era extraño para él. La muchacha sin embargo se enfocó en su objetivo, era verdad que todo lo que le rodeaba le atraía, pero tenía prioridades. Muchos esperaban su regreso, su mundo dependía de su éxito y Bulma Briefs no fallaba jamás.
...
Nadie esta tan vacío como aquellos que están llenos de si mismos.
Benjamín Wichcote.
…
El escenario volvió a transformarse, el grupo se hallaba en un laboratorio, la chica admiró todos esos innovadores equipos con tecnología fuera de serie, sentía una suave emoción que por un instante le hizo olvidar la razón de su estancia en ese lugar, cuando un gruñido suave de parte del chiquillo la regreso a la realidad.
-Señorita debemos apresurarnos o papá podría- Susurro haciendo clara la realidad para ambos.
Su anfitrión se detuvo frente a un contenedor cristalino, en su interior la forma de una criatura, casi humana se divisaba,
se trataba del sayan creado artificialmente, la cola similar a la de Gokú y el pequeño Gohan lo hacía obvio. Su forma se mantenía en posición fetal, flotando en ese líquido azuloso que fue lo que el niño percibió en la oscuridad; el tamaño era mucho menor que el de su amigo, aunque por lo que alcanzaba a ver se trataba de una forma bien definida; el cabello negro al igual que la de los aludidos se elevaba de manera antinatural desafiando cualquier gravedad, pero tal vez se debía al líquido que le rodeaba. Un monitor marcaba una serie de datos en un lenguaje desconocido, probablemente los signos vitales del ente artificial.
-¿Él podrá destruir a nuestros agresores?, ¿Será mucho más fuerte que Gokú? Se preguntó la joven sin revelar sus dudas, no se veía físicamente más fuerte que el aludido, pero las apariencias podrían ser engañosas.
-Esta criatura cuenta con diversos niveles de ataque, mismos que deben ser controlados de manera estricta; pues si se sale de control puede ser sumamente peligroso. Yo trabaje de manera personal en este proyecto, elaborando algunas modificaciones especiales que lo hacen único. Después de estudiar la biología de su especie logré descubrir el secreto que hace de esta raza tan especial, lo que crea esos golpes de poder sorprendente que los hace sumamente peligrosos. - Explico con orgullo, la humana admiro la figura que reposaba en el interior del cilindro por segunda ocasión. Se sentía extraña, su mejor amigo al parecer era un sayan y el niño que le acompañaba llevaba sangre del mismo. Tal vez este espécimen que contaba con manipulación genética lograría lo que la naturaleza no logró.
-De acuerdo, explíqueme todo lo que debo saber- Contesto finalmente.
-Maravilloso, sígame- Fue la sencilla respuesta.
Kairos y su acompañante desparecieron hacia una de las pequeñas estancias aledañas, pero Gohan prefirió quedarse a observar al joven sayan que reposaba en el tanque, escucho con atención las palabras del hombre azul, pero no sentía correcto hablar así de alguien vivo, a él le enseñaron que la vida debía respetarse y artificial o no él estaba vivo.
-Me pregunto si querrá ser amigo de papá- Susurro.
...
El futuro pertenece a los que creen en los sueños
…
Todo paso tan rápido, el día empezó como cualquier otro, el sonido de la alarma le despertó, se levantó para tomar un baño, cambiarse y tomar su café acostumbrado antes de salir corriendo a la oficina, ese día en particular tenía una visita programada a una de las sucursales, por lo que no llego al corporativo, ya vería a su padre en la comida. Irónico que el momento nunca se hizo presente cuando el caos comenzó.
-Señorita Bulma, Srita. Bulma- Repitió su pequeño acompañante, ella admiro el espacio tan oscuro como en las noches más increíbles desde casa, ambos esperaban la entrega, al parecer Kairos se retiró para activar su creación, dejándolos en ese lugar en lo que esperaban. Su mente en cambio se dividía entre aprender más sobre todo lo que envolvía ese sitio o aceptar su realidad. Honestamente ya tendrían tiempo para las nimiedades que su curiosidad científica exigía, por el momento había cosas más importantes que tratar.
La puerta se abrió y el ente de piel azulada entro acompañado de…su creación.
La criatura por llamarla de algún modo era impresionante, al menos a sus ojos, con una postura real digna de un mandatario, su tamaño no era mayor al suyo, tal vez más bajo, el cabello en forma de flama se llevaba con elegancia dejando a la vista un rostro precioso a su parecer, un ser que se movía con agilidad, elegancia y peligrosidad, pequeño pero impactante. Con ojos negros como el mismo espacio, tan fríos e impactantes, si una expresión definida se detuvo tras el científico.
-Él es vegeta, el nombre con el que fue creado originalmente- Comento Kairos haciéndose a un lado, el sayan artificial vestía de un traje ajustado con cromas negros que definían su figura con exactitud, en su pecho una pequeña armadura grisáceo se revelaba con un símbolo rojo similar u ancla y tridente.
-Me tome la libertad de adherir el símbolo de la estirpe de la casa real de vegeta- Prosiguió el hombre, en las manos, un pequeño tatuaje negro se divisaba arriba de su ojo izquierdo marcando la piel perfecta, descendiendo hasta la parte inferior del rostro, era delgado y casi imperceptible, pero se iluminaba levemente cual circuito de computadora, parte del trabajo del hombre que lo presentaba al parecer, su cola se elevaba de manera elegante, el pelaje suave resaltaba ante los presentes.
-La cola es delicada- Comento ella recordando los momentos en los que Gokú tuvo problemas por ello, también recordó el gigantesco mono que destrozaba todo.
-Vegeta por favor- Comento el ser de cromas azulados, el sayan movió el apéndice permitiendo que una cubierta metálica le recubriera protegiéndolo.
-He creado una armadura que se activará a ciertos comandos para proteger el cuerpo de manera rápida y eficiente, obviamente es temporal, pero efectiva para momentos de extrema necesidad; así mismo el sistema de comunicación está activo, podrás comunicarte con él con cualquier dispositivo, con sólo configurarlo. Todo esto es por voz, el tatuaje se compone de nanobots y cumplen con las funciones que te explique hace un momento. Ella no podía dejar de admirar al ser, era como ver a un ser real, pero en cierto modo lo era, era tan real como ellos, pero el vacío en esa mirada le dejaba helada, una hermosa pero peligrosa creación.
-No se preocupe, se acostumbrarán a trabajar juntos, Vegeta no tiene mucha experiencia en la interacción con otras formas de vida, pero seguirá cualquier instrucción a menos que esta ponga en riesgo la integridad de su cómo decirlo…-Explico Kairos.
-¿Compañeros de equipo?- Pregunto el niño.
-Si eso, exactamente, quiero que todo se reporte como quedamos- Continuo el científico.
-Bueno Vegeta, Bulma y su grupo requieren un arma que les ayude a combatir una serie de enemigos sumamente peligrosos, sabes bien cuál es tu misión. La señorita será mi representante en mi ausencia, así que deberás seguir sus órdenes, esperare ansioso su retorno- Finalizo. Bulma se dispuso hacer otra pregunta, pero no tuvo oportunidad, pues la luz que parecía haberlos llevado a ese punto los había devuelto justo a donde todo había empezado.
El dragón seguía frente a ellos, Gokú peleaba a lo lejos y Gohan sostenía su pierna.
-Tu desea se ha cumplido, me retiro- Exclamo Shen Long desapareciendo de la vista, ella volvió su mirada hacia su nuevo acompañante, el sayan… No Vegeta su nombre era Vegeta miraba la situación esperando instrucciones.
-Vegeta esos seres son el enemigo, aquellos que portan esa extraña armadura de cromas claros son los enemigos, debes eliminarlos a todos- Comando sin saber que esperar y orando para que todo funcionará.
Sin importar el cómo, él era un sayan la sed de batalla se encontraba en sus venas, la razón de su existencia, una suave pero tenebrosa sonrisa casi imperceptible se hizo presente en su rostro, antes de volar a toda velocidad para hacerse cargo del enemigo.
-Vegeta, no dañes a Gokú, es el chico que viaja en la nube color amarillo, aquel con el traje naranja- Grito ella sin saber si sabía a lo que se refería.
Pero el guerrero de estirpe real no era tonto, había salido del tanque antes, había investigado sobre su origen, su raza y demás cosas que Kairos mantenía en su base de datos, entendía más de lo que su supuesto creador imaginaba, pero no le importaba. Ahora podía ser libre y demostrar el porqué de su existencia.
El guerrero de vestimenta oscura atravesó el campo de batalla a una velocidad envidiable, con golpes certeros y ataques específicos fue eliminando a cada uno de los enemigos sin dificultad, era tropas comunes del ejercito de Frieza quien jamás consideró que un planeta como la tierra albergará algún enemigo lo suficientemente poderoso como para enviar a sus mejores hombres.
Los enemigos cayeron uno tras otros, al igual que lo habían hecho los humanos inicialmente. Gokú vio pasar al guerrero que los defendía impresionado por la técnica del mismo, emocionado le imito encargándose de su propio grupo, él sólo no podría con todos, pero ahora parecía haber despertado algo que le incitaba hacer más; a no darse por vencido.
El cielo volvió a iluminarse con luces de colores, las explosiones regresaron, los sobrevivientes se ocultaron impactados por lo que estaba sucediendo y las tropas enemigas por primera vez buscaron retirarse, la noticia sobre la aparición del sayan se hizo viral entre los guerreros de la armada invasora antes de que fuesen eliminados. No fue sino un batallón de 30 elementos, 30 que cayeron ese mismo día. Bulma estaba más que feliz, a pesar de todo, la tierra se había salvado, observo la masacre sin un ápice de dolor por los enemigos caídos, merecían eso y más, habían arrebatado la vida de miles de seres que habitaban la tierra en cuestión de horas, no merecían consideración.
En el momento en el que las naves trataron de alejarse, siendo destruidas en el trayecto; fue el momento en el que ella supo que su deseo en efecto se había hecho realidad.
…
-No puedo creerlo Bulma, de verdad lo hiciste, sabía que lo lograrías- Comento Goku volviendo al lado de su pequeño, las heridas en su cuerpo eran amplias, pero él ignoró el dolor buscando la presencia de su hijo, ahora que no existía peligro podían esperar para usar las esferas en un año y restaurar lo perdido ese día; sería un año difícil, pero al menos ahora contaban con esperanza.
-Sólo seguí tus instrucciones, honestamente no creí que fuera así de rápido y es maravilloso- Las lágrimas escaparon por tercera vez, pero en esta ocasión eran de alegría. Porque podrían traer a todos de vuelta, lo harían y las cosas retomarían su curso. Nunca imagino que Vegeta sería tan efectivo, sabía que debía a devolverlo a Kairos, pero antes le agradecería y porque no le invitaría a cenar, invitaría a todos los que pudiera.
-¿Qué rayos estoy pensando?- Se dijo notando el gesto confuso de Gokú.
-Todo volverá a ser como antes, sólo debemos esperar- Comento obteniendo un asentimiento de parte de su amigo. Cuando la presencia responsable de ese milagroso desenlace llego justo a donde ambos se hallaban.
-Todos los enemigos fueron eliminados con facilidad- Comento el sayan cruzándose de brazos mientras miraba la destrucción que les rodeaba con indiferencia.
-Muchas gracias Vegeta- Exclamo ella lanzándose sobre él para darle un abrazo, el joven la evito de manera inconsciente. ¿Qué se supone que haces?- Pregunto retirándose unos pasos al notar el gesto de la chica, la cual sonrió de manera tenebrosa a su parecer.
-Pero que extraña mujer- Pensó el joven guerrero enfocando al fin a su aliado de batalla, era más alto que él y por lo que pudo analizar también pertenecía a su raza. Era extraño pues los archivos del hombre científico afirmaban la extinción de la misma, con el niño ya eran dos aparte de él, tal vez la información de esa base no era real después de todo.
-Ho Vegeta, nos salvaste y soy muy feliz, no sólo eres guapo y con voz sexi; también eres muy fuerte- Confirmo su actual jefa sonriendo.
-¿Vegeta?, ¿Ese es tu nombre?- Vaya, pues es un placer conocer a un guerrero como tú- Comento Gokú sentándose en la tierra, él estaba agotado por todo lo sucedido, aún no se recuperaba de los acontecimientos; y aunque sabían que las esferas les permitirían un nuevo comienzo, no tenía idea de ¿Cómo reaccionar?. Para ese momento estaría interrogando al guerrero de pequeña estatura o pidiéndole un entrenamiento, pero el dolor de haber perdido a su esposa, de saberse superado con tanta facilidad e incapaz de cumplir con su trabajo como padre y esposo le hizo reflexionar. Él no era una persona que demandaba mucho de la vida, pero después de todo lo que paso ese día, se sentía extraño, triste, enojado tal vez, frustrado.
-Debemos organizarnos, buscar sobrevivientes y ayudar en todo lo que esté a nuestro alcance; hoy ha acontecido algo terrible pero aún hay mucho trabajo por hacer- resonó la instrucción de Bulma quien siguió observando el escenario, debían esperar un año. Todo un año en el que deberían aprender a subsistir en esa situación. Un suspiro fue todo lo que dejó escapar al comprender que eso estaba muy lejos de terminar, al menos tendría la compañía de los sayans.
-Papá- Exclamo Gohan abrazando a su padre el cual regreso el gesto como podía. Las heridas sangraban manchando la tierra y no fue sino hasta que el golpe resonó a su lado que Bulma noto la seriedad del daño.
-Necesitamos atender sus heridas de inmediato, Vegeta necesito que cargues a Goku y me acompañes- Prosiguió lanzando una capsula para sacar una pequeña nave amarilla. Gohan sube, iremos a casa; espero que el laboratorio subterráneo sigua en pie. Debemos atenderemos a tu papá antes de tomar cualquier otra acción; Gokú se ha ganado un descanso- Finalizo iniciando el vuelo.
-Debemos saber quién más sobrevivió- Pensó buscando olvidar por un instante la terrible realidad, no podía permitirse seguir en la depresión. Ella era Bulma Briefs, no se rendiría ni permitiría que algo así le devastará; necesitaba reponerse y demostrar de lo que estaba hecha. Sus padres podrían estar muertos, pero no todo acababa ahí.
Una pesadilla había terminado, al menos por el momento, pero eso sería sólo el inicio de algo más.
…
Raditz apago su transmisor volviéndose a observar a su acompañante; el viejo general Nappa, el cual se veía impresionado por lo que estaba escuchando. La descripción del salvador de ese planeta coincidía con la de su antiguo rey, pero él sabía que estaba muerto. Sabía que Fieza lo había asesinado junto con el resto de su raza, sólo él y un grupo de soldados a su mando habían sobrevivido por suerte al hallarse demasiado lejos como para volver al planeta cuando se les indico; sin embargo no tenían manera de vengar a su gente, el poder de su enemigo los sobrepasaba por mucho. Recordó escuchar sobre Paragus y su hijo, pero también desaparecieron poco antes de que el planeta fuese destruido.
-Tal vez deberíamos informarle a Trable- Comento Raditz consiente de que el joven príncipe tenía derecho a saber la verdad.
-Tal vez- Respondió el guerrero de mayor tamaño, pero ¿Sería prudente?, Napa sabía que el ente que peleo en ese planeta de clase baja encajaba con la descripción del producto creado por el rey antes del nacimiento de Trable, si ese era el caso ¿Cómo es que estaba vivo?, ¿Acaso no habían eliminado el producto debido al incidente con Paragus?. Por un instante sintió un leve dolor de cabeza mientras pensaba en las consecuencias, si lo que pensaba era realidad, la aparición del príncipe Vegeta podría implicar un problema, todo dependía de lo que hallarán en ese lugar; como fuese debían dirigirse a ese punto antes de que Frieza lo hiciera, tal vez era la oportunidad que estaban buscando.
-A lo que hemos llegado- Gruño a lo bajo, pensando en la grandeza que alguna vez implico de un sayan.
-Yo hablaré con él- Finalizo volviendo al interior de la nave.
…
Continuará…
