Calma.

Era la única palabra que venía a la mente del joven portador del One For All, Midoriya Izuku, al mirar el azulado cielo de la tarde bajo la sombra de un solitario árbol que se encontraba en las afueras del campus de la U.A.

Tareas terminadas. Entrenamiento completado. Ningún examen a la vuelta de la esquina. Y lo que sería una caminata en búsqueda de nuevas tácticas y estrategias con relación al enfrentamiento de diferentes tipos de quirks. Acabo recostándose a las sombras de un árbol siendo hipnotizado por el cielo lleno de nubes de distintos tamaños.

Básicamente, una de las tantas representaciones de un fin de semana ordinario de un estudiante común y corriente. Lo que sería casi como una herejía al ser un estudiante que está aprendiendo a como ser un gran héroe a futuro.

Pero ahora, como si del mundo dominado por una extraña mutación bio-genética que les dio la maldición y la bendición de tener habilidades que escapaban de la comprensión humana, hubiera desaparecido.

Midoriya Izuku, estaba en un estado que ya parecía efímero en sus memorias.

Estaba calmado.

Rebosante de una paz casi inexistente en la profesión que deseaba ejercer con todo su corazón.

Pero ahora, solo había paz en su ser.

Y con una ligera sonrisa formándose en sus labios. Cerró los ojos dejando que el viento viajase a través de su cuerpo.

— Oye… Midoriya…

Pero sin previo aviso, una voz llego a los oídos de Midoriya. Lo que le obligó al joven a salir de su estado de letargo para tomar una posición donde pudiera reconocer al perteneciente de la voz.

— Oh… Kirishima… — Respondió el peliverde al girar su cabeza con dirección de dónde provenía la voz. Encontrándose con su amigo de cabellos rojos y puntiagudos cerca del árbol que le brindaba la sombra donde descansaba.

Yo… — Respondió Kirishima en forma de saludo, acercándose donde estaba recostado Midoriya con sus manos dentro de los bolsillos.

— ¿Qué haces en un lugar como este? — Ni lento ni perezoso, Kirishima inicio la conversación con el peliverde.

A lo que respondió.

— Quería hacer una caminata para analizar y crear técnicas que me ayudarían a enfrentarme a distintos tipos de quirks... Pero acabe casi a punto de dormirme en el césped. — Dijo esa última parte desviando la mirada sintiéndose ligeramente avergonzado de su raro cambio de planes.

A lo que su amigo se le escapo una ligara risa de sus labios al escuchar la honestidad con la que hablaba su compañero de clase.

— No te culpo Midoriya, a veces uno solo necesita relajarse. — Respondió con una sonrisa de empatía al muchacho, acercándose cada vez más donde estaba su compañero.

— ¿Esta bien si también me recuesto? — Pregunto señalando al césped donde el peliverde estaba recostado, esperando no incomodarlo.

A lo que el joven respondió con una sonrisa.

— Por supuesto.

— Gracias. — Dijo tomando posición en el lugar, poniendo sus manos en su cabeza y tirándose de lleno a la naturaleza.

— Viejo… — Dijo sosteniendo la palabra por la sensación de suavidad que le daba el terreno. — Hace tiempo que no me sentía tan relajado…

— Creo que entiendo ese sentimiento. — Respondió Midoriya sintiendo el deseo de también dejar que el peso de su cuerpo sea llevado al piso. Deseo que se cumplió al no soportar más la tentación.

— ¿Por cierto? ¿Que estabas haciendo por aquí? — Pregunto el peliverde al ver la incorporación de su compañero en su zona de relajación.

— Lo mismo que tú. — Respondió con honestidad ante la sencilla pregunta. — Caminaba por aquí, pero fue una sorpresa que te encontrara por aquí.

Finalizo estirando su cuerpo haciendo tronar algunos huesos estresados.

— Momentos como estos son tan cortos… — Dijo Kirishima casi en susurro al observar las nubes que había en el cielo. Provocando curiosidad en Midoriya al no escuchar con claridad lo que su compañero había dicho.

— Oh… Chicos…

Hasta que a la distancia se pudo escuchar una voz femenina. Y al unísono, levantaron sus cuerpos para ver de quien era la voz.

— Uraraka-san…

Respondieron en sincronía al ver quién era el que les llamo la atención.

— También estoy aquí… — Respondió Tsuyu quien estaba a espaldas de la chica de cabello color té.

— Oh… Tsuyu-chan. Lo siento, no te podía ver ya que estabas detrás de ella. — Dijo Kirishima sintiéndose apenado al no percatarse de la presencia de su compañera de cabello verde.

— No te preocupes, creo que eso es porque soy más baja que Ochako-chan. Pero no importa. Kero. — Respondió soltando una pequeña risa en su inexpresivo rostro, provocando una sonrisa en su compañera.

— A- A todo esto. ¿Qué están haciendo por aquí chicas? — Pregunto Midoriya al ver al dúo que tenían al frente del lugar donde descansaban.

— Había llevado a Tsuyu-chan a una nueva tienda de mochi que se encontraba por esta zona, quería que me acompañara para elegir unos nuevos sabores que habían llegado. — Respondo Uraraka ante la duda de su compañero peliverde mostrando una bolsa de plástico que parecía contener distintas cajas con diferentes sabores de mochi.

— Con que, aprovechando el fin de semana a su estilo ¿Eh? — Respondió Kirishima con una leve sonrisa.

— Si… — Dijo Tsuyu para reafirmar la respuesta, pero sintiendo una duda. — Y ustedes chicos. ¿Qué están haciendo?

— Relajándonos. — Respondieron el peliverde y el pelirrojo al unísono.

— Que rápidos. — Dijeron de igual manera sus compañeras.

— Bien… — Dijo Uraraka al ver que solo estaban interrumpiendo el momento de relajación del dúo de chicos. Y también porque quería probar esos nuevos sabores en la sala de los dormitorios.

— Supongo que nos retiramos. Disfruten su tiempo libre. — Finalizo con una sonrisa y despidiéndose con la mano libre que tenía tomando algunos pasos junto a Tsuyu, alejándose de los chicos.

— Esperen… — Respondió Kirishima sorprendiendo al dúo femenino.

— ¿Que sucede Kirishima-chan? — Pregunto Asui ante el repentino llamado de su compañero pelirrojo.

— ¿Qué tal si se quedan aquí a comer su mochi? Después de todo, este lugar es muy cómodo. — Sugirió amablemente el pelirrojo con una sonrisa haciendo énfasis en el lugar donde estaban.

— Ki- Kirishima. No creo que eso sea buena idea, ellas ya estaban dirigiendo a los dormitorios… — Respondió Midoriya sintiéndose algo incómodo por la repentina sugerencia de su amigo, creyendo que molestaría a sus compañeras de clase.

— ¿Estás seguro? Podría darles hambre si probamos el mochi frente a ustedes. — Dijo Asui ante la sugerencia de su amigo.

— No se preocupen, yo ya almorcé… — Dijo Kirishimia rodeando su brazo en el hombro de Midoriya. — Y no creo que este chico tenga hambre. ¿O sí?

Midoriya recordó que había almorzado hace unas horas, por lo que solo le quedaba responde a la pregunta en forma de broma de su compañero.

— Por supuesto que no-

Pero fue detenido por el rugido de su estómago, acompañado también por el del pelirrojo. Ocasionando un largo e incómodo silencio.

— Tal vez un poco. — Respondieron ambos con cara de póker, al ser la única cara que podían poner por el ruido.

Lo que solo provoco una ligera risa en ambas chicas al ver las expresiones de sus compañeros.

— Esta bien, las compartiremos… — Respondió Uraraka mostrando la bolsa de compras que llevaba acercándose al duo.

— Te devolveremos el dinero.

— No es necesario, chicos. — Dijo Ochako despreocupada sacando la primera caja de mochi que había comprado de la tienda.

— Honestamente, estaba a punto de pedirle a Ochako-chan que nos quedáramos. Tenía curiosidad por saber si lo que decía Kirishima-chan era verdad. Kero. — Respondió Asui con honestidad poniendo uno de sus dedos en la comisura de sus labios.

— Sí que te debe gustar la naturaleza ¿Eh? — Respondió su amiga con una ligera sonrisa.

A lo que solo pudo responder asintiendo la cabeza ligeramente sonrojada.

— Kero. Kero.

Acercándose a los chicos, tomaron sus lugares y empezaron a repartir las diferentes cajas de mochi que había conseguido de la tienda.

Uno a uno. Empezaron a probar los diferentes sabores que habían comprado sus compañeras.

Algunos dulces. Otros salados. Uno con una consistencia muy salada que solo provoco que Midoriya sacara la lengua al punto de mantenerla por casi cinco minutos. Como otro de sabor wasabi que tomo por sorpresa a Kirishima, provocando que su boca ardiera al punto de casi salirle llamas de su boca. Lo que solo provoco muchas risas por parte de sus compañeros y ellos mismos.

Finalizando con una competencia de adivinar qué forma mostraba las nubes del cielo.

— Capa de héroe. — Respondió Midoriya señalando la nube a la que se refería.

— Hum… Músculos. — Dijo Kirishima al ver la nube que señalaba su compañero.

— No… — Decía Uraraka. — Es mochi.

— No es bueno pensar en comida todo el tiempo… Y creo que es una roca. — Respondió Tsuyu.

— ¿Seguro que estamos viendo la misma nube? — Pregunto Midoriya bajando el brazo con el que apuntaba su nube.

A lo que sus compañeros respondieron.

— No…

Provocando varias risas por parte del grupo. Para al instante, seguir con su juego.

— Gato…

— Casco espacial…

— Hoja…

— Brazalete…

Y siguió…

— Cinturón…

— Perrito…

— Cerezos…

— Árbol…

Y siguió…

— ¡All Might…!

— Esqueleto…

— Abuelito…

— Hueso…

Y siguió…

— …

— …

— …

— …

Y siguió hasta el punto en el cual dejaron que sus cuerpos llegaran al estado de letargo, donde cada uno acabo siendo llevado por el momento de paz, quedándose tranquilamente dormidos.

Por qué en un mundo que a pesar de tener sus altas y bajas. En un mundo que está en constante movimiento.

A veces, y solo a veces. Puede haber calma durante la tormenta.


Omake:

En una de sus habituales caminatas para mantenerse en forma. El joven Mirio Togata, el joven de sonrisa inquebrantable, estaba trotando alrededor de las calles fuera de los campus de la U.A.

Hasta detenerse cerca de una banca que estaba por la acera que recorría, tomando un trago de la botella de agua que había amarrado con una correa en su cintura.

— Que cansancio… — Suspiro el joven después de haberle dado unas diez vueltas a la manzana. Este era su onceava.

— Bien… Creo que este fue la última. —Respondió exhausto pero manteniendo su sonrisa para estirar sus músculos después de tanto entrenamiento.

— ¿Huh?

Pero al momento de girar su cuerpo, vio una escena muy pocas veces vista para sus ojos.

Lo que solo provoco una ligera sonrisa en su rostro, sacando su celular poniendo la aplicación de cámara.

— Click.

Un ligero click se escuchó proveniente del celular. Además de que el mismo había pronunciado el ruido con su boca.

Y con una sonrisa de satisfacción, guardo la foto que había tomado.

— Momentos como estos son tan cortos. — Se dijo a sí mismo en susurro guardando su celular.

— Creo que puedo dar una vuelta más a la manzana. — Dijo con las energías misteriosamente renovadas, volviendo a correr por la acera.

Alejándose del grupo de Midoriya, Uraraka, Tsuyu y Kirishima, en ese respectivo orden.


Puf…

Bien… Bien… Bien… Posiblemente algunos me reconozcan y otros no. Después de todo. Solo cambie mi nombre por algunas letras y números. Y no estuve mucho tiempo activo en esta plataforma. Jeje. Pero lo único que quiero decir si estás leyendo esto, es:

Hola.

Estoy muy agradecido de que leyeras este capítulo. Espero que haya sido de tu agrada. Deja una review si hubo algo que te gusto o que no te gusto (me gustaría más la primera, jeje. Okno.).

Y con actualizarlo…

Solo diré:

"Lo que tenga que salir. Saldrá"

Por lo que, o sean pacientes o no esperen mucho. (Para los que me conocen, no quiero cometer los mismos errores).

Bien. Hasta el próximo capítulo. QUE TENGAN UN BUEN DÍA. Plus ultra...