Renuncia de derechos: Harry Potter y todo su universo son propiedad de J. K. Rowling, empleo parte de ello sin fines de lucro. Por otra parte, la trama sí es mía, por lo que me reservo su uso.
El presente texto participa en el Reto de Aniversario "Todos tienen una historia", del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Género literario sorteado: Horror.
Mi amigo querido.
—¡Ven, Hoppy!
¿Dónde se había metido ese travieso?
Billy había revisado ya en los rincones usuales, pero Hoppy no aparecía. Lo malo del orfanato es que tenía un montón de sitios donde podía esconderse un conejo. Resignado a buscar por un largo rato, Billy miró a su alrededor, buscando a alguien que pudiera ayudarle. Tal vez Dennis…
En su camino, se cruzó con Ryddle, al cual logró esquivar. No se le había pasado el disgusto del día anterior, así que no iba a hablarle hasta que se disculpara.
Para evitar a Ryddle, Billy se había tenido que colar a una de las habitaciones vacías. No le gustaba estar en ninguna de ellas. Estaba a punto de salir cuando algo, líquido y espeso, le cayó en la cara.
¿Se habría colado otro pájaro? No sería la primera vez. La señora Cole vigilaba atentamente las reparaciones del techo, pero siempre se colaba alguna que, como los niños que cuidaba, necesitaba de un hogar y anidaba allí.
Cuando alzó la vista, distinguió un bulto que se mecía levemente. Estaba muy oscuro, por eso Billy siguió creyendo que era un ave. ¿Qué otra cosa estaría allí?
Abrió la puerta solo un poco, para que la luz del pasillo le dejara ver al pájaro.
Se dio cuenta de lo que el bulto era cuando volvió a caerle algo en la cara.
Su grito de espanto se oyó por todo el orfanato y al verlo, la señora Cole también gritó.
No era para menos, ya que la pobre mujer tardó en darse cuenta de dónde provenía la sangre que le escurría a Billy por toda la cara.
—&—
Bienvenidos sean a mi (intento de) fic con Horror. Esto es lo malo de no pedir cambio cuando me sortean algo en un reto, que a veces las cosas no salen como me gustaría.
Para el aniversario del Foro de los Black, y en vista del género obtenido, me decidí por Billy Stubbs, uno de los tantos huérfanos que compartieron hogar con Tom Ryddle y fue víctima de sus fechorías. Hay que admitirlo, la descripción rápida de la señora Cole sobre el suceso del conejo, invitaba a explayarse un poco desde el punto de vista de Billy, porque para un niño, el hallar a su mascota de esa forma, debió ser más que espantoso. Encajaba con el género que me tocó, creo, y probablemente cualquier amante de los animales me dará la razón.
Siendo todo de momento, me despido. Cuídense y nos leemos pronto.