Disclaimer: El mundo de Harry Potter no me pertenece, todo es obra de J.K Rowling. Yo solo tomo prestado un poco de su magnífico universo para crear una historia y divertirme un rato. Nada de esto es con fines de lucro.


Prólogo

«Cuando encuentras a tu alma gemela todo el universo conspira para que estés con ella»

Paulo Coelho

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

2 de Mayo de 1998

Ron…

Hermione miró al pelirrojo parado al otro lado del comedor, notando la sonrisa sardónica, la mirada cruel y la varita apuntada en su dirección. Era un gesto que nunca había sido dirigido hacía ella, no por parte de Ronald Weasley, su mejor amigo, su primer amor. Sus rodillas fueron las primeras en ceder, arrastrando su cuerpo hacía el suelo.

No, no...

Pensó que dolería, pensó que de llegar el momento, no podría pensar en otra cosa que no fuese el dolor físico pero que equivocada estaba. Era una mezcla entre sentirlo todo y a la vez nada. Podía sentir la sangre escapar de cada una de sus heridas, llevándose consigo la fuerza y la vida que alguna vez vibró dentro de ella. Sentía las lagrimas de tristeza de Harry empapar su camisa, el desespero en su voz y la incredulidad mientras la mecía entre sus brazos.

No te vayas, no me dejes…

No, no era el dolor físico el que gobernada su cuerpo. Era el dolor emocional, el saber que moriría en cuestión de segundos y dejaría atrás a un sinfín de personas a quien amaba con locura. ¿Qué sería de ella? ¿De Harry?

«Te amo —Pensó con desesperación, intentando transmitir su despedida al hombre que la sostenía. — Te amo»

El bebé pataleó por última vez en su vientre y supo que su tiempo había acabado, este era su fin. Una solitaria lagrima escapo de su ojo, mientras las voces a su alrededor se hacían cada vez más y más lejanas. Quería dormir, dejarse llevar hacia la inconsciencia infinita y dejarse tragar por la oscuridad. No podía regresar, no quería regresar…

~•~

El-niño-que-vivió bajo la mirada hacia el cuerpo inerte que sostenía entre sus brazos. Estaba llena de cortadas, en su rostro, en sus brazos, pero ninguna podía compararse con la enorme abertura en su abultado vientre. Hermione, su Hermione.

Tal y como Dumbledore había ordenado, comenzó el viaje acompañado únicamente por sus dos mejores amigos. Les contó todo sobre los horrocruxes, descubrieron la manera de eliminarlos y aunque al final, su amigo los había abandonado, no guardo rencor. Esa noche, sin embargo, los sentimientos se invertían. Un profundo odio hacia quien creyó su hermano escaldaba en lo más profundo de sus entrañas.

Los asesinos que lo rodeaban iban ataviados con el atuendo completo que los caracterizaba: la túnica azabache, la capucha en punta y la máscara. Sus ojos ocultos, tras la careta de la muerte, brillaban como ojos fantasmales ante la anticipación. La mayoría de esos hombres ocupaban posiciones de gran poder en el mundo mágico, y sin embargo el adolescente sabía que sus rasgos mundanos nada significaban dentro del círculo al que pertenecían. Allí todos los hombres eran iguales, hermanos jurados que compartían el mismo ideal. Solo uno era poderoso, solo uno se alzaba por encima de todos aquellos enmascarados y su nombre era Tom Riddle.

Mientras contemplaba la intimidante escena, Harry se pregunto quién de los presentes podría haber imaginado que sería traicionado…O mucho menos que Ron, sería el traidor.

He esperado este momento por mucho tiempo —susurró una voz.

El mago dejó que su mirada se posara sobre la conocida figura con túnica negra que tenía ante sí. «El Señor Oscuro» Ese hombre de casi setenta y dos años había estado aterrorizando el territorio británico, muy temido y odiado incluso por algunos dentro de su círculo de seguidores. Su cabello, antaño oscuro, ya había desaparecido y en su transformado rostro ya no había rastro alguno de humanidad.

«Pronto estaré de nuevo con ella»

Se abrazo al cuerpo de la chica, ocultando sus lágrimas de amarga desesperación. Podía escuchar los llantos de las parejas que lo acompañaban en aquel momento y se sintió egoísta al pensar que al menos, no era el único que sufría. «Neville, Luna…»

Avada Kedavra.

Una docena de voces hablaron al unísono en ese momento, todas recitando la misma maldición imperdonable y así mismo, una docenas de rayos verdes salieron disparados desde una docena de varitas, todos dirigidos hacia él. Por un instante creyó sentir que se le agarrotaban los pulmones y se le aceleraba el pulso. «Así que esto es morir». Luego, tan rápidamente como le había sobrevenido, esa sensación desapareció. Una agradable calidez le recorrió el cuerpo y una suave voz de barítono, hizo eco en las profundidades de su mente.

«Inténtalo una vez más»

Harry soltó un suspiro en sueños y se removió en el camastro de una habitación a oscuras. Hasta que tío Vernon golpeo la puerta con sus manos de cerdo. Su grave voz resonó un par de tonos más baja dentro de la segunda habitación de Dudley.

«Inténtalo una vez más»

El chico despertó preso del pánico, tal vez por los gritos del Señor Dursley o por las visiones de su sueño. Desesperado y confundido, corrió al baño, incomodo en un cuerpo que sentía demasiado pequeño para sus diecisiete años de edad. En el espejo, una imagen más joven de si mismo le devolvió la mirada.

Harry Potter tenía once años de nuevo y solo estaba a unas semanas de ir a Hogwarts por primera vez, otra vez.

~•~

Me ocuparé yo misma, Brie — Exclamó con una mezcla de frustración y enojo en su voz.

Su pequeña ayudante asintió y desapareció tras la enorme puerta de su despacho. No estaba contenta, para nada. Su pequeña creación había sido asesinada una vez más, todo por las metidas de pata del anciano de gafas de medialuna.

La niña era la primera y única alma a la que había dado a luz. Era carne de su carne, su sol y estrellas. Su senda se había creado bajo su completa supervisión, cada detalle, cada obstáculo y cada logró se habían presentado ante la vida de terrenal de la pequeña porque ella así lo había dispuesto pero claro, nunca espero que su pequeña encontrase a su gemela.

Desde que descubriese el vínculo, se había propuesto separarlos. Solo los dioses sabían cuanto había intentado romper el vínculo pero el resultado era el mismo, él pequeño moriría sin ella y viceversa. Tendría que enviarla al mundo terrenal y suplicar por que se encontrase a tiempo para formar el vínculo.

Pero alguien la había desafiado. ¡A ella! ¡La diosa celta de la muerte! ¡La deidad de la comunidad mágica mundial! Alguien había decidido por ella y la hermosa senda que había creado para Hermione había sido cambiada tantas veces que ya había perdido la cuenta. Docenas de veces falleció, docenas de veces la envió de vuelta y siempre era el mismo resultado, alguien se entrometía y todo terminaba mal hasta para ella, Morrigan. Esta vez, ella misma se encargaría de mantener alejado al anciano de gafas de media luna. Su retoño tendría toda la ayuda posible para sobrellevar el futuro por venir y el destino que había elegido para su pequeña se cumpliría. El anciano aprendería a nunca más entrometerse en sus planes.

~Ω~


¡Hola! Bueno, primero que todo, saluditooos! La historia es mía aunque la idea en sí no, eso se lo debo a todas las magnificas autoras que han publicado historias sobre viajes en el tiempo y almas gemelas, todas dentro del mundo de Rowling. Yo solo quise unirme al grupo y crear mi propia historia bajo el mismo tema.

Recuerden que los reviews, aunque no obligatorios, nos animan a seguir escribiendo.

P.D: Necesito un Beta con urgencia, si alguien desea ocupar la vacante, pues bienvenido. Seré buena, lo prometo.

Los quiero,

Lyanna Malfoy

"Winter is coming.."