Capítulo 1: Un aburrido día normal.

Describir a los personajes de J. K. Rowling, no constaba en el contrato que firme yo conmigo misma, así que, como supongo, que todo el mundo los conoce, me evitaré el hacerlo, yendo directamente a otro asunto.

En el barrio Wallace (N/A: Me lo acabo de inventar), en la casa número 9, vivía una joven de pelo hasta la mitad de la espalda, negro rojizo y ojos plata. Sus padres, ese verano, se habían ido a visitar a unos amigos suyos, dejándola sola y prácticamente con la única compañía de su abuela, que iba a "visitarla" (N/A: Va a vigilarla) por las mañanas. Se llamaba Kimy Bryen. Ella tenía más o menos 16 años de edad, y era bruja, es decir, que aún no estaba autorizada para hacer magia fuera de su escuela, la cual había acabado el mes anterior. Kimy se pasaba el día escribiendo a sus amigas, a las que hacía tiempo que no veía, (seis semanas), y las echaba de menos. Iba a verlas en una semana, para ir al callejón Diagon a comprar el material para la escuela. En esos momentos del día, estaba preparándose el desayuno y leyendo la carta del colegio.

"COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA

Director: Albus Dumbledore

(Orden de Merlín, Primera Clase,

Gran Hechicero, Jefe de magos,

Jefe supremo, Confederación

Internacional de Magos).

Querida Señorita Bryen:

Tenemos el placer de informarle de que de nuevo un año más dispone de una plaza en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios.

Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su respuesta antes del 31 de Julio,

Muy cordialmente,

Minerva McGonagall

Directora adjunta"

(N/A: A que se copiar bien)

-Kimy, ¿Dónde estas?-preguntó su abuela entonces.

-En mi habitación, abuela-dijo Kimy cansinamente.

-¿Qué haces aquí todo el día?-preguntó su abuela mirándolo todo como si fuese un detective que tiene que encontrar una prueba de algo.

-Escribir a mis amigos, leer sus cartas, y ahora, exactamente, leer la carta de Hogwarts-explicó Kimy.

-¿A tus amigos?-volvió a decir la mujer.

-Sí-admitió Kimy.

-Bueno, en tal caso te dejo, voy a prepararte algo para comer y después me marcho que tengo cosas que hacer-dijo la anciana.

-Vale-aceptó Kimy.

Después de que su abuela saliera del cuarto, Kimy cogió una pluma, un pergamino y contestó a su escuela.

Mientras, en el número 8 del valle Godric, la casa de James Potter, había un ambiente más familiar.

-James. ¿Toda esta gente es familia tuya?-preguntó Sirius Black, que como todo el mundo sabe, vive con él.

-Sí, son mis tíos y tías, mis abuelos y abuelas, mis primos y primas, los hijos e hijas de mis primos y primas, los maridos y mujeres de mis primas y primos, mi padre y mi madre, mis tíos y tías segundos, mis primos y primas segundos, los hijos e hijas de mis primos y primas segundos, los maridos y mujeres de mis primas y primos segundos, mis tíos abuelos, mi padrino y mi madrina, mis...-dijo James.

-Ya lo he entendido, James, no hace falta que sigas-dijo Sirius-¿Y a que han venido?

-Pues, algunos, para felicitarme por las notas, otros por gusto, otros por que le gusta la comida de mis elfos, otros por que los han obligado...-comenzó James.

-Vale, James, vale. Ya lo he pillado-apuntó Sirius haciendo gestos con las manos-¿Quién ha venido a felicitarte por las notas, por que a ti no se ha acercado nadie todavía?

-Mira, ahí viene mi abuelo paterno-dijo James.

-Hola James. Enhorabuena-dijo el abuelo, James miró a Sirius como diciendo "ves"-Ya era hora de que quisieras tener una novia formal. Espera que la que hayas escogido, sea bonita

Sirius casi se tiró al suelo de la risa.

-Deja de burlarte-pidió James con los hombros caidos.

-Es que me ha sorprendido la manera en la que tu familia se preocupa de las notas, sobretodo teniendo en cuenta que a ti todavía no te gusta ninguna chica en serio-dijo Sirius-Hablando de chicas. ¿Cuándo crees que nos llegará la carta de Hogwarts?

-Pues dentro de poco. ¿Por qué?-preguntó James.

-Por la misma razón por la que tú quieres ir ya a Hogwarts, quiero yo que me llegue la carta ya-dijo Sirius.

-Es decir para comenzar a gastar bromas a los Slytherins y a las locas-rió James sádicamente y juntando sus manos en una pose maquiavélica.

-Eres muy inteligente-dijo Sirius irónicamente-Es que tengo muchas ganas de gastar bromas, hace siglos que no lo hago, y lo echo de menos.

-Exactamente hace...-comenzó James.

-Seis semanas-terminaron los dos.

Ahora pasamos al 6 del barrio Hudson (N/A: Es el mismo barrio que el de un verano navegando, otra de mis historias, pero da igual) donde vive Remus John Lupin. En su casa, su ambiente, se podría decir que era un poco aburrido. Su madre cocinaba, su padre veía la tele y él estaba sentado a la mesa, leyendo un libro. Hacía una hora que había recibido una carta de sus amigos, al parecer, tenían una fiesta familiar, o eso le habían dicho. En fin, él en esos momentos no se encontraba para muchas fiestas, pues el día anterior había sido luna llena y estaba cansado. Contestó a sus amigos y después se puso a leer. (N/A: Eso de transformarse tiene que doler mucho, para pasarte el día entero sentado). Dentro de poco volverían a Hogwarts y él tenía muchas ganas de que llegará la vuelta en tren, pues con su monótona vida en casa se sentía aburrido. Y además quería ver a sus amigos, aunque esperaba que ese año no le dieran muchos problemas. Entonces recordó también a sus archienemigas, "Las Unequal Girls", o como ellos las llamaban, las locas de turno. Sin ellos haberles echo nada, ellas empezaron a gastarles bromas, y así se convirtió en un combate que solo acabaría cuando acabaran Hogwarts, si acababan vivos. Hacía seis semanas que habían acabado Hogwarts y desde entonces no había podido ver a nadie, es decir, a ninguno de sus amigos, por que realmente, no tenía interés en ver a las locas. Pero una semana antes de que empezara la escuela, su último curso irían todos juntos al callejón Diagon.

Vamos al número 4 de Privet Drive, allí vive Lily Evans. Los padres de Lily estan de visita en casa de sus abuelo, y han cometido la locura de dejar a sus dos hijas solas. Allí el ambiente estaba caldeadito.

-¡Petunia! ¡Como vuelvas a entrar en mi habitación a registrarlo todo, te transformo en una cucaracha!-gritó Lily cuando al entrar en su habitación se vio todos sus apuntes de la escuela, desperdigados por la habitación-¿¡Sabes cuanto tiempo me ha costado ordenarlo todo!? ¡Aquí estan mis apuntes desde primero, y estaban separados por asignatura y por curso! ¡Llevo las seis semanas de verano ordenándolo y mira lo que has hecho!-entonces viendo que su hermana no respondía fue a buscarla. (N/A: Anda que si llega a ser la hermana mayor).

Fue entonces cuando Lily se dio cuenta de que hablaba sola, por que su hermana no estaba.

-Estupendo y yo gritando como una loca-se dijo a si misma-De todas formas se va a enterar cuando vuel...-en eso se escucha un portazo y ella se asoma, es su hermana-¡Petunia! ¿Por que has entrado en mi habitación?

-Cállate monstruo-dijo Petunia con desagrado-No eres nadie para decirme que puedo y no puedo hacer.

-Y tú no tienes derecho a entrar en mi espacio privado-replicó Lily con las manos en las caderas.

Entonces Lily escuchó unos golpecitos en la ventana de su habitación, y corrió hacia ella. Era una lechuza, ¡¡de Hogwarts!! Cogió el pergamino y le dio de beber a la lechuza.

-Que asco de bichos-dijo Petunia al ver la lechuza.

-Petunia, cállate-ordenó Lily.

-No me digas que esa tonta carta es de tu novio-indagó Petunia con sorna.

-No, es de mi escuela-explicó Lily sin ánimos y mofándose de su hermana.

-Anormal-murmuró Petunia y luego se marchó.

Lily leyó la carta y entonces recordó a sus amigas. Kimy Bryen, todo un caso, una buena chica, pero demasiado malvada si conseguías enfadarla, pero que generalmente sólo amenazaba. Es decir, que si le hacías algo te ponía los pelos de punta. También estaba Nelly Rothwell, una carita de ángel, que tramaba como un diablo, se enfadaba con facilidad y entonces era mejor separarla del infeliz o la infeliz que la había enfurecido. Entonces recordó a los merodeadores, esos estúpidos, habían conseguido enfadarlas más de una vez, y siempre la pagaban, pero parecía que les gustaba verlas enfadadas, por que nunca paraban.

Y por último al jardín del 3 del barrio Widdet (N/A: También acabadito de inventar). En el, Nelly Rothwell, una joven alta, de pelo rubio hasta la cintura y ojos verdes amarillentos, estaba apuntó de salir de casa, cuando se le posó una lechuza en el hombro. La carta era de (N/A: Adivinen) Hogwarts.

Nelly, al leer la carta recordó a sus amigas. Lily era una gran persona, al igual que Kimy. Ambas la habían recibido con los brazos abiertos, a pesar de ser muy diferentes, aunque ahora cuando lo pensaban las tres juntas decían, "La unión y la diferencia hacen la fuerza", y de ahí su apodo "Las Unequal Girls", es decir, las chicas desiguales.

En fin, tendría que hablar con ellas, después de todo llevaba sin hacerlo (N/A: A ver si se lo saben ya) seis semanas, y las echaba de menos. Pero ya las vería, en el callejón Diagon, para comprar los libros, dentro de una semana.

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