Año 1
Sonya
"El bosque estaba demasiado oscuro para apreciarlo, su aspecto se hacía mas penumbroso con los ecos de los arboles quienes soltaban alaridos graves quizás en alguna lengua milenaria. Con honestidad sabía que estaba soñando y por lo que se ve no es bonito. Entre la neblina otras voces empezaron a aumentar de volumen.
-...¿Te gusta, no?- Kano afirmaba con su brazo el cuello mostrándome al herido a Pete, mi pareja y compañero de las F.E - Que pena que el amor deba terminar asi- Y con una de sus navajas rebanó el cuello de él, su rostro ensangrentado dejo de expresar dolor, fue tanta la ferocidad del corte que su sangre empapó mi cuerpo, yo estaba inerte. Amarrada tal cual como aquella vez. Traté de gritar pero nada salía de mi.
-Este mundo no es para mi- Daniel, mi hermano. Lloraba en otro plano de la misma imagen mientras escribía la carta en el escritorio de nuestra habitación que más tarde leería en aquel abril cuando tenía 15 años al igual que él, lentamente se subía a la silla junto aquella horca casera hecha con sus propias sabanas. Quería soltarme y evitarlo, quería decirle que lo quería pero nada, era inútil. Ya estaba en ello, ya se estaba suicidando.
-...Terminaré lo que los Lin Kuei no pudieron- Sindel se mostraba descaradamente sonriente.
-Ataquen- Dijo Nightwolf. Miraba como todos atacaban, todos en blanco y negro, mientras todos iban siendo aniquilados por la madre de Kitana, como Jax no pudo hacer nada para que la agujeta del zapato de Sindel se enterrara en su cuello, como yo tampoco hice nada. Nada.
-Nos condenaste- Pete con su sangre seca en el cuello caminaba hasta mi.
-Estas maldita, Sonya- Jax negaba con la cabeza junto con Daniel. Quizás tenían razón, por alguna extraña razón todos morían, todos los que amé...
-Y los que amarás- Era Hernnan Blade, mi padre quien como todos los demás tenían los ojos blancos, sonrientes.."
-...No lo sé, su evolución ha sido lenta. Muchas roturas y poco control médico- No conozco su voz, es frío el ambiente. Hay tubos pegados a mí, ¿un hospital? Se oye un suspiro cansado masculino.
-Señor Carlton, debe ser paciente. Somos uno de los únicos hospitales en pie luego de la Invasión y hay cientos de heridos o peor aún, nuestra atención no puede estar solo en la señorita Blade-.
Un resople irónico fue la respuesta.
-Esta mujer ha dado todo por la Tierra- Su voz se llenaba de ira lentamente- ¿¡Y tu cuestionas su importancia!?-.
Mi electrocardiógrafo se empezó a marcar mis latidos con más velocidad.
-Señor Carlton, debo pedirle que se vaya-.
-¡Estás loco!- Soltó Cage -¡Sonya! ¡Volveré, te lo prometo!- Sus manos apretaron las mías con nerviosismo, no podía mover ningún musculo, ni abrir mis ojos.
Las voces se callaron de un momento a otro convirtiéndose en ecos extraños y sin sentido pero todo esto no era nada.
En el entrenamiento de las Fuerzas Especiales se recalcaba que el dolor era mental, un aviso del cuerpo de que algo va mal pero ¿Cómo pensar eso si el dolor que siento es por dentro más allá de los músculos?
He despertado y ha pasado han ido pasando, no he vuelto a oír ni a ver a Johnny o Raiden. No tengo ganas de irme del hospital solo por comodidad, llegó el punto en el que me fueron a dejar a un Condominio de las F.E terminado hace poco, desde la ventana polarizada de la furgoneta la mayoría de los edificios estaban en el suelo, personas que caminaban sin rumbo. La desolación se respiraba, no sabía la hora pero estaba oscuro.
-Aquí- Dijo el chofer, Era como un títere que obedecía sin resistencia y como lo he hecho por estas últimas semanas solo asentí. Me bajé para ver unas casas de dos pisos todas iguales de color verde oscuro, que sorpresa pensé irónica. Caminé hasta la puerta con la llave en mano.
-Habrán 2 guardias resguardándole Mayor Blade-.
-¿Me ascendieron dos puestos?-Fruncí el ceño ya adentro de la casa.
-Adentro de las maletas esta su nuevo uniforme...y unos papeles, debo irme- Dejó el equipaje en el living y me sonrió amablemente, su rostro mostraba pequeñas cicatrices y arrugas en su morena piel, se dio la vuelta y cerró al salir. Me senté en un sofá de tela blanca y abrí la maleta que al juzgar por la insignia de las F.E era sobre mi sorpresivo ascenso, era irónico. Luché con uñas y dientes por mis decoros militares pero no hoy no, ahora no. No lo merecía, mataron a Jax frente a mi y
"Señorita Sonya Marie Blade" Decía el sobre blanco timbrado.
Marie, gracias madre por pensar en ese estúpido nombre, pensó la rubia.
"Como agradecimiento a su valentía, perseverancia y fuerza la teniente primera Señorita Sonya Marie Blade, de 23 años de edad es ascendida a Mayor de las F.E en el Departamento de Defensa Estratégica hoy día 12 de septiembre del año 2015
Se permite a la Mayor Sonya Marie Blade a un periodo de vacaciones de dos semanas como recompensa a su sobre esfuerzo.
Firma Secretario General Ronald Blake"
Acomodé mi espalda en el cojín y suspiré, había pasado un año del viaje a la Isla de Shang Tsung y fue tan rápido que no hubo momentos para lamentarse ni descansar.
Busqué el uniforme nuevo entre las cosas y me dirigí hacia el basurero, quizás era mejor así.
Cuartel de las Fuerzas Especiales
Sobre el escritorio puso el actor varias fotografías.
-¿Que significa esto Cage?- Preguntó Ronald Blake.
-Estos...eran nuestros amigos-.
-Luchadores de la Tierra, entre ellos Jackson Briggs- Complementó Raiden.
-Ahora son luchadores no-muertos que andan rondando por ahí sueltos sin control ¡Debemos hacer algo!-.
-Señores, ese asunto no me concierne. Deben tener el si de la Mayor y por obviedad su liderazgo en la misión-.
Johnny suspiró, no podía ver a Sonya.
-Ella debe descansar- Afirmó Cage, ocultando realmente el miedo que causaba en el la presencia de la rubia.
Ronald se levantó de su silla - Lo siento, les pediré que se retiren-.
-¡Hable con sus superiores!- Raiden reclamó.
Ronald los miró sin expresión al ver a Sonya en la pequeña ventanilla caminando a toda velocidad hacia su oficina.
Con ferocidad Sonya abrió la puerta para enfocarse en solo una persona; Cage.
Lo tomó por la espalda para lanzarlo lejos de la oficina al final del pasillo chocando duramente contra la pared.
-¿¡Como te atreves!?- Gritó la oji azul.
Johnny levantó la cabeza evitando su mirada furibunda.
-Lo prometiste...- Se acercaba a paso lento pero con decisión pateó la mandíbula del actor haciéndole casi perder la conciencia.
-¡Sonya, detente!- Raiden le exigió y esta se giró hacia el maestro.
-¿Detenerme? ¿Porque no te detuviste tu? Míranos, casi todos hemos muerto por tus locas visiones. Nunca te reclamé nada ni cuestioné tu actuar pero ¡Míranos ahora! Quizás Liu Kang tenía razón...tus visiones son delirios de una mente perturbada- La Capitana Mayor miró los blancos ojos de Dios.
-¡Ahora fuera del edificio!- Gritó Ronald mientras soldados llegaban para sacar a Raiden y Johhny quien a penas podía estar de pie.
-Espero que encuentres la paz Sonya- Susurró Raiden y teletransportó a Johhny dentro de un rayo.
La rubia miro el suelo humeante - Secretario Blake, solicito permiso para misión donde podamos encontrar los cuerpos de los caídos en la Invasión-.
El hombre viejo miró extrañado a Blade -Deberías estar descansando, son tus vacaciones-.
-Las vacaciones son para relajo y créame que relajarse en tiempos como estos sería una locura-.
-Entre Capitana- Blake le hizo sentarse en su oficina, la rubia asintió y cerró la puerta.
-¿Usted cree que las visiones del Señor Raiden serían a propósito?-.
-No-.
-No..entiendo entonces su actuar Blade-.
Sonya se preguntó lo mismo mentalmente y rechazo por completo de su mente el remordimiento y la confusión que la estaba abordando ahora mismo - Son razones propias, lo siento. Pero lo necesito-.
-¿Como?-.
-Para la misión necesito a Raiden- Cada palabra era como una humillación, le ardía todo pero por otra parte debía ser realista.
-Esta bien Blade, en este momento tu decides pero ojo- Se acomodó Ronald - Es tu responsabilidad este equipo-.
-Lo intentaré- Se levantó la rubia - Lo siento por el escándalo-.
-No se volverá a repetir Blade-.
-No- Y se retiró de la oficina y luego del edificio, subiéndose a su moto. Suspiró pensando "Esto apenas comienza"
Johnny
"La Mayor Sonya M. Blade cita a usted Raiden a dirigirse a su oficina en las dependencias del Edificio Central de las Fuerzas Especiales Unidad de Defensa Estratégica el día 22 de Octubre a las 8:00 a.m. Se ruega de su puntualidad y presencia.
Atte: Sonya C. Blade, Capitana Mayor de las F.E"
-¿Crees que deba ir?-.
-Hablé con el secretario Blake, tranquilo Johnny Cage- Raiden puso una mano sobre mi hombro- Sonya Blade está nublada por emociones de culpa y odio contra si misma-.
-Yo no tuve la culpa-.
-Ella no lo sabe, hablarás con ella-.
Suspiró el actor quien se encontraba en su departamento leyendo el documento enviado por Sonya, su mandíbula estaba en mejoría, lo que inquietaba al luchador era la "pasión" con la que tomo su promesa y lo duro que fue su venganza por no cumplirla pero ¿Que podía hacer? Si seguía cerca de la rubia de esa forma. Durmiendo en el hospital las tres semanas que estuvo Sonya inconsciente, agonizando por que despertara, nervioso por su bienestar, preocupado por su pobre mejoría, además de que le vetaron sus visitas a Sonya por su último encuentro con el doctor. Su estomago se revolvía cuando pensaba en ella, le temía. Aquella rubia que solo antes veía como una pretensión ahora era mucho mas que eso. No solo por el año que lucharon codo a codo, también por conocerla mucho mas de lo que ella creía.
"Jax y yo caminábamos hacia la cámara de ácido, mencionada anteriormente por Raiden como "Deadpool" luego después de que Jax me partiera la cara por hablar de Sonya y él. Honestamente no me calzaba la idea de su profesionalismo extremo con una chica tan sensual a su mando. Raiden había ido a la Tierra por energía ya que el Mundo Exterior le causaba un desgaste, algo así como "Cargar batería".
-Lo siento por tu cara- Jax dijo ya en calma - Sonya para mi es importante, es una amiga muy especial-.
-¿Especial?-.
-Sonya es reacia a las amistades, ella...no lo ha pasado muy bien-.
Me saqué los anteojos y lo miré con seriedad.
-Blade se trae una historia triste que la ha enfrentado con rudeza y frialdad, su carácter se ha formado por ello-.
-¿Como Sonya pudo confiar en ti entonces?-.
Jax sonrió -Fueron años de lucha juntos, misiones. Obviamente al principio rechazaba mi compañía hasta que me ascendieron y quise que ella fuera parte de mi equipo por su eficiencia y seriedad-.
-¿Por que... me cuentas esto?- Me detuve de caminar - O sea...me vienes recien conociendo-.
-Sonya es mi mejor amiga y variadas veces he visto idiotas detrás babeando por ella pero ninguno como tu, tan persistente pero sigues siendo un idiota -.
-¿Piensas que quiero enamorarla?-.
-¿Piensas que no conozco a los hombres?-.
Me paralicé.
-Esto es mas allá de algo físico, Cage. Lo puedo ver- No tenía como defenderme- Un idiota como los demás se habría rendido hace rato-.
-¿Eso no me hace idiota?- Traté de desviarlo.
-Un idiota persistente-."
Sonya
-Mayor Blade, los citados están en sala de espera- Miré la hora y asentí, la puntualidad es importante.
-Hágalo pasar Mía- Y deje de presionar aquel botón rojo para grabar, Ha pasado unos días del incidente en la oficina de Blake y mentiría si dijera que no he pensado al respecto. Mi comportamiento impulsivo (Que curioso) se salió de todo parámetro. Aparte ¿Desde cuando las visitas de un actor de cuarta eran necesarias para mi? ¿Si me lo prometió y no cumplió? ¿Que hay con eso? ¿Que mierda me importa? He estado sola en esto ya mucho rato como para que me sea de suma importancia una promesa. Ronald estaba sentado frente a mi, pude ver como examinaba mi rostro.
-¿Algo va mal?- Pregunté a Blake quien abrió la boca pero el pomo de la puerta la giraba.
-Sonya Blade, nos agrada tu citación- Raiden abría la puerta y detrás de él Cage, miré casi por impulso su mandíbula la cual estaba con una cicatriz bastante significativa. Me incomodé.
-Creo haber sido bastante clara, Secretario Blake- Lo miré.
-Johnny Cage es parte de esto, está siendo buscado por Netherrealm igual que tú y que yo- Raiden explicó.
-No quiero que él esté en este equipo- Espeté subiendo un poco el volumen de mi voz. Johnny se encogió en hombros.
-El Coronel Flagg cree que no podemos dejar refuerzos en tiempos como estos- Blake movía sus manos juntas, mirando a los hombres. Apreté mi mandíbula, era cierto. El reclutamiento se estaba reduciendo, los voluntarios eran pocos por el temor de la situación mundial.
-¿Búsqueda de cuerpos en la Tierra como en El Mundo Exterior?- Johnny se quitó la gafas y se sentó con soltura, arrugué el entre cejo.
-Exacto- Tomé unas carpetas sobre el escritorio y de ocio las ordené.
-¿Y donde partiremos y cuando?- Raiden se cruzó de brazos.
-Mañana mismo a las 7 horas y nos dividiremos-.
-Bien- Johnny se puso se pie y se giraba a la puerta.
-No he terminado- Subí el tono de mi voz.
-Johnny Cage, arregla tus inquietudes con la Mayor Sonya Blade. Estoy seguro de que tienen que hablar- Sentenció Lord -Iré a hablar con los ciudadanos de Sun Do-.
-¿En El Mundo Exterior?- Lo miré y este asintió, se despidió con una pequeña alabanza, Ronald ya iba cerrando la puerta y dentro de un rayo el maestro desapareció. Johnny se dio la vuelta hacia la puerta.
Me rasqué la cabeza -¿Vamos a hablar?-.
-¿Me golpearás como la otra vez?-.
Suspiré y me levanté de mi silla -Supongo que me pase de la raya, lo siento ¿vale? Solo reaccioné en el momento-.
-¿Reaccionas a menudo "en el momento"?- Pude ver la sonrisa del actor por el reflejo de la ventanilla de la puerta.
-Toda mi vida- Me acomodé en la silla ya más relajada, Johnny se dio vuelta hacia la silla -¿Puedo..?-.
-Siéntate-.
-¿Como has estado?- No tenía idea de cuanto tiempo había pasado sin que alguien me preguntara eso.
-Bien...bien, yo estoy bien-.
-Bien..- El hombre sonrió, arrugué el entrecejo confundida.
-¿Estas coqueteandome, no?-.
-Estoy siendo cortes, no te confundas-.
-No me estoy confundiendo es solo que..-.
-Es solo que hace mucho no hablabas así con alguien- Era verdad, la última vez que compartí con compañeros fue antes de Pete, mi compañero asesinado por Kano. El primero en caer...
-Si...-.
-Bueno, hablemos- Se acomodó.
-¿Porque..-.
-El hospital no me dejó entrar- Se rió-.
-¿Eh?-.
-Discutí con el médico y vetaron mis visitas- Visitas..
-¿Fuiste varias veces?- Cage se acomodó el cuello de la camisa y se puso serio.
-Si-.
-¿Solo para verme inconsciente?-.
-Solo para verte- Despacio..
-¿Verme?-.
-Dicen que cuando les hablas a la gente que están en un estado así es más probable que despierten-.
-¿Me hablabas del clima?- Bromeé sin expresión.
-Te hablaba de las cosas que pasaron y las pesadillas-.
-¿También tienes..pesadillas?-.
-Suelo soñar con que Shao Kahn gana..todos mueren-.
-Todos están muertos- Fuí seca.
-Nos tenemos Sonya, aun hay esperanza- No respondí, no quería herir su expectativas de una paz que para mi ya no existe.
-Tengo asuntos que...-.
-Si, debes estar ocupada, yo me tengo que ir. Un cuerpo como el mio necesita un entrenamiento para mañana-Y ahí está Cage.
-Ve-.
-Hasta mañana Sonya Blade, cuídate- Me sonrió con...¿cariño?
-Hasta mañana Cage- Le asentí como despedida y se giró hacia la puerta.
Eran las 6:00 a.m en Deacon, U.S.A, estaba caminando por las oficinas de las Fuerzas Especiales con saludos de los soldados que solamente por diplomacia respondía. Abrí mi oficina, Mia (Mi secretaria) no había llegado (Vaya personal) y Cage estaba en mi silla.
-¿Perdón?- Dejé el maletín en el suelo y me crucé de brazos- Hacemos las paces ayer y haces esto- Cage me indicó con su indice al archivero donde había una bandeja con insumos.
-Sabía que llegarías temprano y sin desayunar y me senté aquí solamente para no ser del todo simpático- Jax solía hacer eso...pero sin espectáculos.
-Desayunaré luego, debo entrenar-.
-Desayunarás y entrenamos-.
-¿Estás tratando de darme órdenes?- Fruncí el ceño con severidad.
-Estoy tratando de ser correcto en salud- Giró en mi silla en 360º con infantilismo.
-Son las 6 de la mañana y me haces salir de quicio, nueva marca- Tomé la bandeja y la dejé sobre el escritorio- Comeré esto...-
-¡SI!- Alzó los brazos el actor.
-Solo porque es temprano para exasperarme por idioteces pero dame mi silla-.
-No...-Hizo un puchero-.
-Dámela-.
-No- Me giré hacia la puerta con velocidad- Ya, ya. Solo come- Se levantó, en el fondo sabía que lo haría. Borré con un gruñido falso una sonrisa que se asomaba por impulso. Me senté en mi silla y observé la comida bajo la mirada atenta de Cage.
-Carne con chili...-Afirmé mi coleta con lentitud, el rostro de Cage se estaba desfigurando entre dos emociones, decepción y reconocimiento absoluto de su idiotez.
-En Texas lo comen mucho, o sea eso me arrojó Google-.
-Dos cosas; ¿Como sabes que soy de Texas? y ¿Buscaste en Google?-.
-Primero; Tu bota en el fuelle tiene la bandera de ese estado y si, quería asesorarme- Puse los ojos y soplé sonoramente - ¿No te gusta?-.
-La verdad es que...-Si, amaba ese plato con mi vida. Cuando visitaba a mi madre ella solía hacerme carne con chili rojo, ya que el verde no me causa nada.-Si, algo me gusta-.
Vi como Cage, apretaba los labios ahogando una sonrisa triunfante -¿Texas? ¿De que parte?-.
-Austin, nacida y criada- Comí un bocado, ese sabor tan sofocante que extrañaba en silencio.
-¿Donde estudiaste?-.
-Dime tu encuesta para poner mi nombre- Cage rió entre dientes.
-Déjame saber de ti- "Déjame comer" quise responder pero...
-Texas National College hasta los 17 que ingrese a la academia de policías de Austin-.
-Eras una niña-.
-No pensaba como niña- Comí otro bocado- Te ves como esos niños nacidos en el sol, ¿Eres de alguna ciudad costera?- Nota mental ¿En serio quería seguir este dialogo?
-California- Sonrió, asentí ya terminando el plato y tomé el jugo de un trago- No estudié actuación- Terminó riéndose.
-Eso lo explica todo-.
-¿Que?-.
-Tus películas son malisimas- Me levanté y caminé hasta la puerta.
-Si- Se puso las gafas de sol mientras yo abría la puerta pero él se detuvo.
-Bueno, ¿vamos a entrenar o que?- Cage sonrió completamente.
-Vamos-.
7:00 a.m y los equipos ya estaban listos para despegue, Flagg decidió empezar por territorio conocido, El Reino de la Tierra. El entrenamiento había sido corto por el parloteo de Cage y sus incansables preguntas pero honestamente mi mente estaba en otro lado por lo cual más de un golpe me llegó. Pensaba en que nos encontraríamos, la carnicería de Sindel en la Catedral y los lamentos de los Monjes Shaolin al recibir al calcinado Liu Kang.
-¿Lista?- Cage me tocó el hombro con el pelo húmedo por la ducha después del entrenamiento. Traía un uniforme de las F.E (Juzgando su aspecto, lo modificó para que su tatuaje en el pecho aún se viera.
-Si- No pero tenía que estarlo, las hélices del helicóptero ya giraban; Primer lugar; La Catedral.
Oía a los demás hablar sin prestar atención, miré a todos los soldados, a un tipo con una venda roja sobre sus ojos, Raiden cabizbajo y Cage mirando el techo, a veces de la nada sacudía su cabeza despacio, pasé mi mano por mi coleta.
-Llegando en un minuto- De pronto todos callaron, cerré mis ojos y suspiré. Vera debe estar en vilo esperando al cuerpo de su marido, Jax con quien cumpliría en unos pocos meses más un año de casados. Recuerdo cuando Jax me abrazó contándome con todo entusiasmo su propuesta a Vera y su respuesta.
-Debemos bajar Sonya- Cage me sacó de mi trance, asentí y quité mi cinturon. Cada peldaño de la escalera, cada paso. La destrucción era desolante, el ambiente era desesperanzado y silencioso.
-Mayor- Uno de los soldados me habló- ¿Prefiere abrir usted o nosotros nos encargamos?-.
-Tengo que hacer esto sola primero- Y abrí la puerta de madera noble vieja, podía ya apreciar desde la distancia los cuerpos, el olor no era el de los mejores. Caminé a paso lento, me sentí tambalear. Aún podía oír los gritos de Sindel cuando entro antes de su masacre. Kabal yacía con un orificio en su pecho, sangre seca rodeaba esa zona, las moscas ya hacían lo suyo carcomiendo por dentro el cuerpo, un metro más allá Kurtis Stryker cuyos ojos eran simples espacios vacios, su cara cubierta de sangre y hasta ya gusanos quienes degradaban al hombre, el robot Lin Kuei estaba oscuro con un puño en medio de su estomago que lo dividía, Smoke cuya cabeza estaba en sentido contrario, un hilo de sangre ya negra que corrió aún estaba.
-Esta temblando- Cage susurró.
-La Mayor dio órdenes- Uno de los soldados habló.
-A ti, no a mí- Y sentí pasos, no miré la trifulca. Mis ojos ya estaban en Jax. Ahogado en su propia sangre, la herida seca en su cuello. Dos fugas, mis piernas ya empezaban a ceder cuando siento los brazos desnudos de Cage sujetarme por la espalda antes de caer.
-No...-susurré a penas.
-Tranquila, ellos...ya descansan-.
-No debió ser así- Mi voz temblaba y mi vista se volvía borrosa, maldición -Suéltame...-.
-No puedo, caerás- Cage sonaba un tanto compasivo y tenía un pequeño temblor en su voz.
-Lleven los cuerpos- Blake ordenó.
-¡Jax!- Chillé fuerte y me sacudí cuando vi a los soldados llegar y llevándose a mis aliados- ¡Mierda, Cage! ¡Suéltame!- Grité con fuerza, ambos caímos al suelo por mi resistencia- No, por Dios no- El calor de mis lagrimas me empezaba a desesperar. Los brazos de Cage me abrazaban con fuerza hasta que dejé de resistirme, hasta que la Catedral estuvo vacía, ya no tenía fuerza.
-Suelta...-.
-Vale- Y me soltó de su agarre, me senté con más entereza en el suelo. Miraba en suelo, manchas de sangre, moscas volando, no quería levantarme.
-Sonya...tenemos que irnos- Cage pronunció cada palabra con cuidado y muy bajo, esperando quizás un grito o algún golpe. Pasé las manos por mi rostro y me levante por mi misma, rechazando la mano del actor quien ya estaba de pie.
-Vamos- Evité su mirada, centrándome en el camino fuera de este infierno.
Johnny
Sonya no habló con nadie después de lo de la Catedral, imagino que debe estar avergonzada. Desde mi asiento no tenía visual hacia a ella. Íbamos en camino a la Academia Wu-Shi para el sepulto de los caídos, Sonya esta superada por esta situación pero sé que no aceptará ningún consejo solo por orgullo.
Durante el entierro de cada guerrero, ella se mantuvo sin expresión. Por un momento olvidé su derrumbe en la Catedral. Era como si una fuerza se apoderara de su ser. Los monjes acompañaban junto con el clima este penumbroso momento. Luego, los ataúdes empezaron a descender Sonya camino a toda velocidad hacia a fuera y yo detrás, Raiden trataba de explicarle a los Monjes el comportamiento de la Mayor.
Sonya ya corría hacia unos largos arboles que colindaban con la Academia -¡Hey!- Le grité apurando mi paso para alcanzarla.
-¿Porque me persigues? ¿Porque me miras como si te preocuparas? ¿Porque no te vas directo a la mierda?- Se detuvo y se giró para verme con los ojos rojos, hice lo mismo a una distancia prudente de ella.
-Me preocupas...quiero ayudarte-.
-No lo hagas, no sabes como-.
-¿Sabes? Ambos estamos solos en esto- Ella relajo un poco su expresión de cólera -Sonya ¿Porque no te permites respirar? Admiro tu fuerza pero no siempre se puede ser fuerte-.
-¿Quieres que llore? Vale, pero dime ¿Eso traerá de vuelta a alguien?-.
-Te hará más fuerte, no puedes ignorar las situaciones como si no pasaran, vívelas como son- Ella se sentó en el suelo mirando hacia el mar que se veía entre los arboles.
-No puedo con esto-.
-Si podemos- Me senté frente a ella -Estaré al lado tuyo, no haré nada, tan solo expresa lo que sientes y si quieres luego hablamos-.
Ignoré con esfuerzo sus sollozos y lamentos que se escapaban a duras penas en voz baja. El tiempo pasó rápido cuando me di cuenta que el sol que hace un rato nos quemaba estaba escondiéndose entre el mar, la vegetación húmeda hacia que todo brillara.
-Es...lindo aquí- La miré y sonreí.
-Si- Me limité a responder y me levanté, por costumbre tendí la mano para que la tomara pero esta vez me miró y la tomo.
-Gracias, ahora vamos. Queda mucho por hacer- Me sonrió y emprendió camino hacia la nave, lentamente negué con la cabeza, estoy perdido.
