Un pequeño Noah se asomaba por la ventana de su habitación, veía el cielo estrellado y sus mejillas estaban rojas por el calor de verano. Dejo escapar un suspiro y cerro la ventana.

Su mamá siempre le había dicho que cuando suspirabas dejabas ir un poco de tu felicidad, pero él no lo creía así. El sabía que había diferentes tipos de suspiros, para el amor, tristeza, alegría y este último nunca lo pudo diferenciar de los otros.

Su madre le había dicho que el anhelo es querer algo con todas tus fuerzas, que son como los sueños. Pero Noah no sabia exactamente que sueño era el que lo dejaba suspirando, podría ser en aquel en donde le daban nuevos colores para dibujar o en donde iba con Jude a nadar con papá.

Se quedo pensando y a su lado Jude dejo escapar un suspiro entre sueños, Noah se le quedo viendo y se acordó de ese sueño en donde salía un muchacho de cabellos rubios y que le señalaba el cielo mientras sonreía. Noah nunca lograba recordar su cara pero cuando despertaba sentía su corazón latir muy rapido y sentirse muy feliz.

Si, tal vez sea ese sueño que lo hace suspirar más, pero esta seguro que esos suspiros con más que un anhelo.

Noah miraba el cielo desde el techo de su casa, faltaba menos de una semana para definitivamente cambiarse de casa y quería aprovechar la noche viendo el cielo nocturno.

Estaba completamente solo, Jude había salido en una cita con Oscar y su padre había ido a una "reunión" con la arquitecta de la arca/casa.

En estos momentos era cuando extrañaba a Brian, hace poco de habían reconciliado, de cierta maneram peor con la escuela y el equipo de baseball de él, era muy difícil verse.

Dejo salir un suspiro y cerró los ojos, la noche era calurosa y el sonido de los insectos arrullaban de una manera a Noah. De nuevo aquel sueño que le hacía que su corazón latiera mil por hora, el mismo chico, el mismo cabello rubio que le hacia sentir chispas en su cuerpo y la misma posición, pero algo estaba raro, el chico bajo el brazo y se fue acercando a Noah con pasos suaves y lentos. Ya no podía más y empezó a correr para descubrir quien era ese muchacho que le robaba el aliento, entre más se cercaba menos lograba ver y cuando por fin lo iba a alcanzar, el rubio susurro su nombre y desapareció.

Noah despertó y pudo notar una chaqueta encima de él, el olor que desprendía se le hacía reconfortante y familiar a la vez.

-Vaya, veo que ya despertaste- y al oír la voz volteo rápidamente hacia el filo del techo y ahí lo vio sentado con su cabello rubio, sus pecas como estrellas en su rostro y esa sonrisa con la cual lo enamoro desde el primer momento.

-Brian- la voz de Noah sonó como un susurro.

-¿Ya viste el cielo? Esta precioso- alzo su brazo y lo señalo.

Noah no pudo soltar ni una palabra, era él, Brian era ese chico que desde pequeño le arrancaba suspiros.

Y lo único que atino a hacer Noah fue acercarse a él y besarle, como si estuviera hambriento, como sie estuviera sediento, como si el amor que sintiera hacia él hubiera crecido aún más.

Y ahí se dio cuenta que si podía soltar suspiro de anhelo y algo más.