Bueno pues, aki les dejo el primer cap esta cuentito es resultado de mi perturbada mente yaoista .

Jejeje se darán cuenta ¿pork si esto no es yaoi?

La razón es simple: No tengo experiencia en ese ramo y no pienso insultar a nadie con mi ignorancia

Además soy fanática de Naruko y no encuentro muchos fics de ella (donde sea algo mas que la simple hermanita perdida del kitsune)

Otra cosita, este cap solo lo deje de muestra si no gusta lo dejare por la paz y acabara en la papelera de reciclaje de mi compu

Si resulta pues…. Tardare en actualizar para terminarlo e ir subiéndolo poco a poco

Atte

Zafirla Fathum Zula


Abrió sus ojos lentamente, le costaba trabajo separar sus parpados, cansancio era la sensación que recorría su cuerpo desde la base de su pie hasta la punta de su cabello. Con bastante dificultad obligó a sus músculos a contraerse para sentarse sobre la cama. Y entonces lo recordó todo.

La batalla en el Valle del Fin.

Sasuke…

Sus ojos celestes se desviaron a la mesita a un costado de su cama y vio una banda ninja atravesada por un rasguño bastante profundo. La reconoció como la banda de Sasuke, eso solo significaba que… La tomó con unas manos temblorosas y la colocó delante de él. No había podido traerlo de vuelta. Unas tibias gotas comenzaron a caer sobre el frio metal, el pecho le dolía tanto y estaba seguro que nada tenía que ver con sus heridas.

- ¿Por qué diablos lloras ahora, dobe?

Levanto la vista de golpe. Debía de estar enloqueciendo porque… porque ju… juraba que… esa voz… era… esa voz era…

Justo delante de él, en una esquina algo oscura de la habitación, estaba un chico moreno, prácticamente cubierto de vendas. Vestía un short y una camiseta blancos, evidentemente un paciente más del hospital. Sus ojos eran oscuros, en tono mucho más oscuro que sus cabellos. Los pocos rayos del sol que se colaban por la ventana le arrancaban algunos reflejos casi azules. En cuanto el azul y negro de sus miradas se encontraron una sonrisa empezó a aparecer en la cara del chico, lentamente pero sin poder contenerla. Nuevas lagrimas comenzaron a salir de la persona sentada en la cama, esa sonrisa no eran las típicas de Uchiha Sasuke. Esa era una sonrisa tranquilizadora. Estoy aquí, Naruto, parecía decirle.

Fue solo un segundo, antes de que esa sonrisa se torciera y cruzara sus brazos sobre su pecho en una clara pose de prepotencia. Aquella pose termino de convencer a Naruto de que no estaña soñando, Sasuke sin sentirse superior no era Sasuke, no importaba lo mucho que le gustara la primera sonrisa que le dedicara el moreno.

- Por lo visto no era el único con un sello en su cuerpo, ¿eh, usuratonkachi?

Entonces una nueva ráfaga de recuerdos llegó a su mente y comenzó sentir un calor bastante intenso en sus mejillas. El lugar donde lo hirió Sasuke con su chidori, el chakra gastado, esas sensaciones tan extrañas que sentía justo en ese momento recorrer su cuerpo.

Demonios…

- Nunca pensé que tu cara podría ponerse tan roja, dobe –continuo Sasuke mientras se acercaba a la cama de hospital, con una sonrisa de burla surcando su cara. Disminuyo la distancia entre sus labios y la oreja de Naruto para susurrarle unas cuantas palabras a su mejor amigo.

- Claro que tampoco pensé que un dobe como tú pudiera verse más bonita que cualquier otra kunoichi de Konoha…

- ¡Te… teme! –gritó Naruto y su voz sonó demasiado aguda para cualquiera que conociera la voz del ninja número 1 en sorprender a la gente. Olvidando de repente sus heridas se paró sobre la cama y le asesto un almohadazo a su compañero de equipo. El moreno todavía resentido por la batalla no logro esquivarlo, así que terminó en el suelo. Pero el enojo de Naruto no termino ahí, si no que salto de la cama para colocarse en cunclillas sobre su compañero para empezar a sacudirlo como si la vida le fuera en ello. Quien se creía ese teme para burlarse de ella así, ya vería en cuanto consiguiera sus armas, ni Kami-sama mismo podría protegerlo de Uzumaki Naruto.

- ¡Me alegra que ya se sientan tan bien! –dijo una voz que provenía desde la ventana.

Cuando ambos voltearon se encontraron con un hombre aun joven, de alborotado cabello plateado, una mascara cubriéndole la cara y un libro de un llamativo color naranja en sus manos. Hatake Kakashi estaba cómodamente sentado en el alfeizar de la ventana, leyendo su Icha Icha Paradaise. Puede que no se notara, no les daría ese gusto a sus alumnos, pero verlos peleando como siempre le daba una sensación de alivio que no se comparaba con nada. Por unos momentos temió haberlos perdido a ambos. Sobre todo a Sasuke, de no ser por Naruto…

- Naruto deberías dejar descansar a Sasuke… Además, esa es una posición muy comprometedora para una señorita –continuo su maestro sin apartar la vista de su inseparable librito.

- ¡Kakashi-sensei! –grito nuevamente la rubia mientras se levantaba y alzaba su puño enojada hacia su maestro, pero sin apartarse del lugar que ocupaba. Así termino sin darse cuenta de pie sobre Sasuke, con sus piernas entre las del chico Uchiha. Eso le permitió a Sasuke, aun sentado sobre el piso del hospital, tener una mejor vista de la chica que hasta horas antes había sido su mejor "amigo". Sus pies descalzos eran blancos y delicados, demasiado pequeños para ser los de un chico. Su vista siguió más arriba hasta sus piernas, y trago algo de saliva, el pequeño short negro, las hacían ver más esbeltas al igual que sus caderas pero aun así se veían fuertes. Trató con mucho esfuerzo de pensar que esas piernas todavía podían hacer que un pie terminara en su cara. La rubia vestía una blusa clara de manga larga, abrochada con varios botones, que cubría buena parte del short, algunos de los botones superiores no estaban abrochados lo que permitía atisbar la delicada camiseta de tirantes que llevaba debajo. El collar que le diera la Quinta brillaba por sobre todo lo demás. El largo cabello dorado le caía en cascada sobre la espalda, Sasuke estaba seguro de que tenía el cabello tan largo que le llegaría a los glúteos pero no quiso averiguar ese dato, estaba seguro de que si lo hacia quien parecería entonces un farol seria él. Además Kakashi-sensei seguía en la ventana. Algunos mechones delanteros enmarcaban con delicadeza su celeste mirada, las extrañas marcas de sus mejillas semejantes a bigotes seguían ahí. Sin duda era una chica hermosa con un bonito cuerpo, un cuerpo de niña todavía claro, pero eso no le quitaba ni un ápice a su belleza. Su mirada oscura se dirigió entonces a las vendas que cubrían gran parte de las piernas, brazos y cara de Naruto, solo entonces consiguió desviar la mirada. Aunque Kakashi-sensei juraría después que fue otra cosa lo que lo hizo desviar la mirada.

- ¡Pervertido! ¡Deja me mirarme así! –gritó otra vez Naruto golpeando a Sasuke en una parte que, sin lugar a dudas, dolió hasta el alma misma del genin.

- Na… Naruto –dijo son aire-. ¿¡Qué demonios te pasa!? –consiguió gritar después de algunos minutos, cubriéndose el área afectada.

- ¿¡Pues quien te crees para estarme viendo con esos ojos tan raros!? ¡Pervertido! –siguió reclamándole Naruto mientras tomaba la sabana de su cama y se tapaba con ella, dejando solo visible su cara-. Suficientemente malo es que me hayas visto así una vez–añadió en un susurro tan bajo que hasta Kakashi le costó escuchar.

Sasuke solo se le quedó mirando fijamente desde el suelo, aun no entendía todo lo que estaba pasando. Solo sabía lo que Kakashi-sensei le dijo mientras le tomaba firmemente de los hombros: ese no era el estúpido jutsu que a Naruto le gustaba usar para molestar a toda la villa. No, Uzumaki Naruto era una chica desde que nació.

- No creas que porque ahora eres una chica eso te dará ventaja, usuratonkachi –dijo el moreno mientras se ponía de pie y otra media sonrisa aparecía en su cara-. Sé que eres un ninja fuerte, así que no me voy a reprimir en los entrenamientos para hacerle de caballero. Todavía puedes intentar vencerme con todas tus fuerzas, dobe, aunque dudo que lo logres –dijo mientras extendía su mano hacia la chica Uzumaki, no en un saludo formal y frio, si no en la forma que se coloca para jugar vencidas, justo como lo hacían antes a la hora de aceptar un reto entre ellos.

Naruto abrió los ojos sorprendida. No sabía qué era lo que la sorprendía mas, el hecho de que Sasuke siguiera en Konoha, que el moreno aceptara que era fuerte, o que lo siguiera tratando como antes a pesar de haberle ocultado algo tan importante, o ese gesto que solían compartir entre ellos, tan suyo. Cualquier otra niña de 13 años habría abrazado a Sasuke llorando, gritando "¡Gracias por seguir a mi lado, Sasuke!" pero ella era Uzumaki Naruto, chica o no, ella nunca cambiaria. Una sonrisa zorruna fue lo que cubrió su cara y no las lagrimas. ¿Por qué llorar cuando algo la hacía tan feliz?

- ¡Eso crees tú, Sasuke-teme! –dijo Naruto al tomar la mano que le ofrecía su amigo mientras salía de su improvisado escondite-. ¡Ahora que no tengo que mantener ese tonto sello soy más fuerte! –afirmó de manera creída pero regalándole una de sus más amplias sonrisas al chico delante de ella,

Y Sasuke sintió que se derretía ante esa sonrisa. Aunque claro, eso era algo que nunca aceptaría.


Continuara….

Tal vez…..

Jajajajaja!!!!!!!!