[In my Dreams, you with me…]
Lawless siempre acostumbraba a soñar con Ophelia. Al principio se asusto, pero al ver la sonrisa tranquilizadora de esta, comenzó a llorar.
La abrazo mientras seguía llorando, reclamándole el por qué había hecho lo que había hecho.
Ella solo se dedicaba a reconfortarlo, respondiéndole con esa tranquilidad tan propia de ella.
Pero la parte más dolorosa de todo, era despertar y ver que ella no estaba ahí. Quería llorar, pero no se lo permitía.
Siempre recordaba las palabras de ella antes de despertar.
"Nos vemos luego, Lawless."
Le contaba a veces a su Nii-san y a Wor-kun sobre lo que había conversado con Ophelia. El primero solo le decía que eran sueños.
El segundo le creía, aunque sea un poco. Sabía que su hermano había estado enamorado de ella cuando era su eve y, también sabía que él podía llegar a ser un mentiroso.
Pero ver ese brillo de ilusión y emoción en sus ojos, solo lo hacía convencerse de que quizás, y solo quizás, Lawless no mentía.
-¿Y ya te le declaraste?- pregunto, mientras se llevaba a la boca un gran bocado de comida. El rubio de su hermano se quedo callado.- ¿Es enserio?
-No quiero arruinar lo que apenas estoy teniendo con Ophelia... además, ¿Qué pasa si me rechaza?
Inseguridad, eso era todo lo que su hermano tenia.
-Solo díselo, ¿O quieres arrepentirte una vez más?
...
-Ophelia, tengo algo que decirte.
La aludida lo miro, un poco sorprendida por la seriedad que estaba reflejando el Servamp. Sonrió levemente.
-¿Sí?
No se iba a echar para atrás, y tampoco iba a desaprovechar esa oportunidad.
-Yo... Yo... ¡Yo te amo Ophelia!
La oji-verde no dijo nada, pues nunca se espero una confesión así. Poso sus manos a los lados de la cara del rubio, haciendo que este abriese los ojos, sorprendidos.
-Lawless, ¿Qué pasaría si yo volviese a renacer? ¿Me seguirías amando?- le pregunto, mirándolo a los ojos.
-Siempre lo haría, Ophelia.
...
-Estúpido Ángel-chan, ¿Por qué no me despertó?- Estaba corriendo con dirección hacia el lugar en donde supuestamente su Eve tocaría esa noche.
Pero sin poder evitarlo, choco con alguien, provocando que ambos cayesen al suelo.
-¿Te encuentras bien?- pregunto una voz femenina, lo cual lo lleno de curiosidad. Alzo la vista y se asombro por lo que estaba viendo.
Era Ophelia.
-S-Si.- tomó la mano que la chica le estaba ofreciendo para levantarse.- ¿Cuál es tu nombre?- le preguntó, casi desesperado.
La chica le sonrió.
-Ya deberías saberlo, mi romeo.
