Hola chicos, aquí les traigo un fic de mi pareja favorita Inuyasha y Kagome, se sitúa un año después de que Kagome regresara a la época antigua junto con Inuyasha, como ya saben, Inuyasha no me pertenece ni tampoco su historia y personajes, solamente los uso para inventar historias como la que leerán a continuación. Espero que les guste!
El Amor que rompió el tiempo
Capitulo I
Ha pasado un año desde que volví a la época antigua junto con Inuyasha y mis amigos, y han pasado cuatro desde que Naraku desapareció... los tres años que pase en la época actual tuve la oportunidad de hacer mas amigos, aun que a ninguno le conté sobre mis viajes a la era del Sengoku, nunca se ganaron totalmente esa confianza, ademas, no era algo que se pudiera contar a menos que hubiera un motivo realmente importante... en casa nadie mencionaba a Inuyasha... quizá por que los primeros días estuve deprimida y no salía de mi cuarto... incluso cuando volví a ser la de antes nadie lo menciono, pero sabían que el aun estaba en mis pensamientos... fue duró... lo amaba demasiado y pensar que no volvería a verlo opacaba todas las bendiciones que pudiera tener en ese momento... el amor es tan egoísta... o quizá somos egoístas nosotros como humanos... el amor simplemente es...
–Kagome deja de estar ahí bobeando, date prisa– escuche a lo lejos mientras miraba el árbol del tiempo... mi amado Goshinboku... aun imponente y radiante, lleno de hojas verdes... ignore las quejas de Inuyasha... y volví a la realidad... lo miré, el caminaba lentamente con las sus manos en su haori, tan despreocupado... lo seguí, llevaba una canasta con hiervas medicinales, el me acompañaba a recolectarlas siempre y cuando Miroku no tuviera que hacer un exorcismo, ahora que Miroku no tenia su agujero negro a pesar de ser fuerte, era mas vulnerable y su compañerismo con Inuyasha creció en los años que estuve en mi época, su vida con Sango era envidiable... tenían tres hermosos hijos, llenos de salud... y yo le ayudaba a cuidarlos los amaba tambien, Miroku a pesar de lo que todos creíamos termino siendo un hombre fiel, después de haberse liberado de su maldición dejo de pensar en proponerse a todas las chicas que se topaba y se concentró solo en una, su amada Sango... me preguntó que cosas habrán pasado mientras estuve ausente... solían hablar de anécdotas, cómo Inuyasha se hacía conocido por ayudar a los demás, eso me había alegrado mucho, cuando lo conocí era violento y no era fácil hablar con el y hacerlo entrar en razón, ahora se notaba maduro (algunas veces...) y también había cambiado... sus hombros no eran los de aquel joven híbrido... eran anchos y musculosos, su porte seguro y arrogante lo hacían increíblemente atractivo...
–¿Qué estas mirando?– preguntó mirándome de reojo
–¿Qué no puedo?– le contesté molesta
–Ultimamente estas muy rara– me dijo con su tonito de voz fastidioso
–¡Abajo!– eso fue el colmo, lo deje atrás y me apresure a llegar a la aldea con Sango y los demás, era imposible pensar de manera romántica cuando era tan despistado, vi a Sango a lo lejos jugando con sus hijas, le sonreí y me saludo, se veía tan feliz, quien no lo estaría... Kohaku estaba vivo y la visitaba, estaba formando ahora su propia familia... en ese momento... mi corazón se oprimió... pero ignore ese sentimiento... y llegue dispuesta a jugar con las niñas, Inuyasha venia a lo lejos y se veía molesto, pero se detuvo unos instantes y me observó mientras cargaba al pequeño Kohaku, ignoré su mirada sobre mi...
–¿Por qué hiciste eso?– fue lo primero que dijo al llegar
–Eres un tonto Inuyasha– le dije esquivando su mirada...
–La tonta eres tu– me contesto y se fue... las cosas entre los dos no iban del todo bien... estas peleas tontas eran comunes... y ya no sabia que hacer... no era común como en mi época simplemente separarse... para empezar ni estábamos casados... formalmente... nunca me lo había pedido... era verdad que había madurado, pero conmigo, es como si el tiempo se hubiera detenido en aquel tiempo cuando era una simple muchachita con quien discutía... Sango me miraba preocupada
–¿Estas bien Kagome?– dijo mientras se acercaba a mi...
–Si Sango...– le dije ignorando mis sentimientos –¿Puedo quedarme hoy en tu casa?– le pregunté indiferente... a sabiendas que ella me conocía perfectamente intente disimular...
–Tengo que ir con la anciana Kaede al amanecer, y me queda mas cerca si paso la noche aquí–
–No hay problema, sabes que esta es tu casa– me dijo regalándome una sonrisa...
–Venga vamos a bañar a estas niñas...– cargo a ambas como pequeños costales en sus brazos y yo la seguí con Kohaku quien había caído en un profundo sueño... la tarde cayo silenciosa... demasiado silenciosa... los niños descansaban en su cuarto improvisado, Miroku se había encargado de aislar a los niños lo suficiente para tener privacidad... y había preparado su hogar con un cuarto para las visitas, que siempre, para variar, éramos Inuyasha y yo , nos acostumbramos a pasar tanto tiempo juntos que habiendo acabado nuestra lucha, convivíamos mas de lo que era considerado normal entre amigos, éramos en realidad, una gran familia.
–Toma– Sango me extendió un cuenco de estofado de verduras, lo tome y le agradecí
–y ahora... ¿Vas a contarme lo que sucede?– me preguntó mirándome fijamente esperando sin tapujos mi respuesta mas sincera... pero en lugar de eso solo recibió un sonrojo de mi parte y un...
–No se de que hablas– comencé a comer mi estofado rápidamente y ella solamente suspiro, me senti apenada, era en realidad mi unica amiga, y era increible... siempre admiraba su fortaleza... no era posible que no pudiera confiar en ella, mas bien, no era que no confiara... si no que era un tema vergonzoso y ella tampoco hablaba de cosas por el estilo conmigo... aun así... la duda me estaba matando... y ella era la unica a quien le contaria sobre estas cosas ¿Saben?...
–Sango...– murmure dejando mi cuenco a un lado... mire la fogata que se posaba frente a nosotras chispeante... expectativa... eso me ponía más ansiosa... –Tú y Miroku...– carraspee, esto estaba siendo mas dificil de lo que imaginé... –Tu y Miroku...– volví a repetir y gire los ojos avergonzada y mas roja que un tomate –Cuanto tiempo... esperaron para... ya sabes...– le susurre lo mas bajo que pude, no por que lo hubiera deseeado, las palabras no me salian... ella solamente sonrio y bajo la mirada, pensando quiza que responder
–Ya veo...– dijo muy tranquila, en otros tiempos la Sango que esta frente a mi se hubiera puesto roja, tal como lo hago yo... no cabe duda que había madurado, ahora me sentía pequeña e infantil... quiza me hubiera sentido mejor si se hubiera avergonzado... bajó su cuenco al igual que yo, y consiente de que los niños dormían me miro a los ojos... –Kagome, conoces a Miroku, ya no era un muchachito cuando acabo la lucha contra Naraku– mencionar ese nombre dejo tensión en el ambiente... –Probablemente el ya había estado con otras mujeres... pero sabes que eso no me importó, fue unos meses después cuando comenzamos a vivir juntos formalmente... yo lo amaba desde mucho antes, y se que el tambien... fue algo que sucedió sin que lo planeáramos– me miraba con tanta tranquilidad que hasta pensaría que deseaba contarle a alguien sobre eso... escucharla hablar, enamorada... feliz... me lleno de calidez, pero acrecentó mi miedo... no dije nada... realmente me estaba preocupando...
–Inuyasha... ¿a sido brusco contigo?– preguntó preocupada... no esperaba esa pregunta, así que no reaccione como una persona normal
–He... ah... pues...– balbucee nerviosa rascándome la nuca y riendo como boba
–No me digas que...– dijo alargando las palabras en señal de sorpresa, si, esto era vergonzoso... pero ya estaba hecho... –¿No has estado con Inuyasha?– lo soltó sin tapujos
–Si, no, bueno... no...–le respondí sin saber muy bien que intentaba decir... –Es que... prefiero esperar...– mentí rascandome nuevamente la nuca, era absurdo mentirle a Sango, conocía bien mis manías y sabia que mentía, al menos estaba segura que considerando el tema y mi pudor era normal...
–Bueno... se que me estas mintiendo Kagome...– dijo sin rencor poniendo su rostro serio y pensativo –pensandolo bien... nunca los he visto besarse...– dijo, yo si los habia visto a ellos, creo que era normal, después de pasar tanto juntos... sus ojos se abrieron
–No es importante Sango...– le dije intentando restarle importancia
–Claro que importa Kagome... te esta orillando a que le seas infiel– dijo preocupada, yo me quede de piedra...
–Sango, sabes que eso no lo haría jamas– le dije asustada
–Bueno, una mujer también tiene sus necesidades– le mire sabiendo que tenia razón, pero yo lo amaba, aun si "eso" no sucedía...
–Puede que sea por su condición de hanyou...–dijo escusandolo, también había pensado en ello como una posibilidad... pero había comprobado que eso no era...
–––––––––––––––––––––––
–Inuyasha...– le hablé
–mmmm– murmuró... indiferente
–Tengo que asearme...–
–¿A esta hora?– me preguntó confundido, ya habia oscurecido... pero yo andaba en mis dias y no tenia con que protegerme... por lo tanto... me sentia incomoda y sucia...
–Si...– le respondí paciente... el no se movio
–Aun si no me acompañas ire...– le amenace, Inuyasha tenia una mania por no dejarme andar sola por ahí, y mas en la noche, los monstruos no frecuentaban la aldea, pero aun así... no solía dejarme sola en el boque.
–AAAAGH Kagome...– dio un bufido enfadado y de mala gana se puso de pie, estaba segura que el olia mi estado físico, y por esa razón no preguntó más... me llevo en su espalda, y como siempre, aseguro los alrededores y se alejo... yo entré dando brinquitos, el agua a pesar de ser verano estaba que calaba de fria... me deje la gran camisola blanca de mi kimono que cubría hasta los muslos... y cuando hube acostumbrado mi cuerpo a la temperatura del agua nadé cómodamente un rato... la cascada acariciaba la montaña una y otra vez, en su espiral infinita... y por un momento me olvide de Inuyasha, ni me preocupaba que estaría haciendo...
–Pero que exquisitez...– escuche detrás de mi... asustada me cubrí los pechos y antes de que pudiera girar y ver que un monstruo estaba a punto de apresarme vi entre la oscuridad el haori de Inuyasha en el aire, no pude ni pestañear cuando Inuyasha me tenia en sus brazos, quitándome del camino de la bestia... ni si quiera se molesto en ponerme en el suelo y acabar con el monstruo después... en el aire lanzó sus garras de acero y el monstruo desapareció desintegrándose antes de que pisaramos tierra... Inuyasha se había vuelto mas ágil, no había monstruo ni demonio que pidiera con el... y verlo así, sentirlo a travez de mis cuerpo húmedo me dio escalofríos, estuvo así unos segundos, y no me soltó... mi camisola se abrió en el ataque... y mis pechos estaban descubiertos... pero me mantenía aferrada a el que tampoco se movía... solo tenia sus manos en mi cintura... como si deseara abrazarme... pero al mismo tiempo se reprimia... mi cara estaba recargada en su pecho... vacile pero al final, al ver que no hacia nada, empuñe su haori y lo encaré... la visión de su rostro tenue y sus ojos brillosos fueron demasiado... no se como me veía yo para el... pequeña... indefensa... me aferro a su cuerpo y se inclino para besarme... fue el primer beso apasionado que nos dimos... y el ultimo... sentí una desesperación voraz en el... su agarre comenzó a lastimar mi cintura... y sus manos pasaron a mi cadera... la única prenda que me cubría cayo al suelo en un golpecillo seco por el peso de la humedad... Inuyasha estaba tocando mi piel sin barrera alguna, pero eso también me estaba lastimando... estaba tan excitada que no me importaba... si el lo hubiera deseado en ese momento sin obstáculos habría sucedido... yo estaba lista para el... no tenia miedo... Inuyasha introdujo su lengua sin reservas en mi boca... sus ojos cerrados aun mostraban el placer que sentía... sus manos fueron directo a mis nalgas y a mis muslos... apreto fuerte y solté un pequeño quejido mientras me dirigía a quitarle su haori cuando me separo de el bruscamente... sentí que temblaba... sus manos ahora estaban en mis hombros... después las quito, yo estaba confundida y muy avergonzada... el estaba excitado... lo sentí a travez de su ropa... sabia que el lo deseaba... pero quizá no conmigo... su respiración estaba agitada y no me miraba... lo sentía temblar aun cuando murmuro...
–Te...tenemos que irnos...– dijo dándome la espalda... –Cámbiate– me ordenó, no le respondí... pero hice lo que me pidió, no tenia caso estar ahí...
así fue como pasó, pero obviamente no le conté todo a Sango... solo lo esencial...
––––––––––––––––––––––
–Entonces si siente deseo, como todos...– Sango llego a la conclusión... pero no dijo nada relevante... en ese momento entró Miroku, Sango sonrío de oreja a oreja al verlo llegar
–Kagome– dijo intentando fingir sorpresa, era obvio que había estado con Inuyasha y sabia que estaría ahí... Miroku había dejado de llamarme "señorita" desde que comencé a vivir con Inuyasha, pero realmente... seguía siendo señorita...
–Hola Miroku– le sonreí, después de todo el no tenia la culpa de que Inuyasha y yo estuviéramos peleados... Sango le sirvio un cuenco de comida y cuando se disponía a dar el primer bocado escuchamos a lo lejos un grito... nos pusimos de pie asustados...
–Sango, quédate con los niños, nosotros iremos a ver– tome mis flechas y mi arco y salí junto con Miroku... a lo lejos se veía que habían encendido unas antorchas, no era un monstruo, era un grupo de guerrilleros que estaban entrando a territorio neutral, donde vivíamos nosotros... mientras corriamos hacia ellos vi que uno de sus jinetes hacia lo mismo, se dirigia a nosotros y cuando estuvo lo suficientemente cerca paro su caballo en seco y nos enfrentó
–Hermosa mujer– me miro descaradamente
–Kagome, aléjate...– Miroku sabia que yo podía pelear, pero cuando se trataba de humanos teníamos nuestras reglas...
–¿Crees que vas a poder contra todos mis hombres?– sonrío arrogante mientras se veían venir los caballos de sus compañeros...
–Una débil mujercita y un monje, ¿Están burlándose de mi?– nos gritó
–Es mejor que se vayan... si es que aprecian sus vidas...– dijo Miroku... realmente no mentía...
–¿Qué les hace pensar que pueden venir aquí a causar destrozos?– lo enfrente molesta
–Nosotros vamos a donde queremos– dijo vulgarmente, sus compañeros habían llegado... solo rogaba por que Inuyasha llegara también...
–Hermosa mujer...– se escuchaba entre los hombres...
–Ya nos hacia falta– gritó otro de ellos
–Kagome... vete– dijo Miroku preocupado, yo no espere mas... no podríamos contra todos sin matarlos... ellos irían a por mi... corrí... y vi a lo lejos a Kirara que se acercaba veloz, sentí alivio... pero sin darme cuenta uno de ellos me había seguido y me atrapo entre sus asquerosas manos... antes de que Kirara pudiera ayudarme sentí que alguien me lo arrebato y un estruendo de algo crujiendo...
–Inuyasha...– suspire aliviada... pero el hombre no había corrido con suerte... Inuyasha ni si quiera me miró y corrió en dirección a Miroku...
–Llevatela Kirara– le ordenó, la felina me miró como si entendiera la situación, no se lo puse difícil y me subí en ella... fui a ver como estaba Sango...
–Sango, están bien– corrí adentró de la casa, ella me recibió alarmada
–¿Qué esta pasando Kagome? ¿Por qué entraron a estos territorios?– se estaba poniendo su traje
–Tranquila... Inuyasha ya esta aquí– se detuvo, y suspiro, me miró esperando mi reacción, yo sonreí triste
–Que alivio que no te hicieron daño...– dijo cambiando el tema
–Llego justo cuando me iban a atacar...– le dije bajando mi mirada... y no lo pude contener... lagrimas comenzaron a caer de mis ojos... –Siempre esta ahí... siempre me salva...– musite entre llanto...
–Kagome...– Sango me abrazo... –Inuyasha te ama... eres su mas preciado tesoro...– me consoló... –No dejaría que nadie lastimara a su pequeña Kagome– sonrío intentando que hiciera lo mismo... me seque las lagrimas y asentí... en ese momento entró... sentí su pesada figura en mi espalda, después entró Miroku, Sango corrió hacia el para ver sus heridas que afortunadamente no eran graves, no pude mirar a Inuyasha pero el me miraba serio...
–Nos vamos...– fue lo único que dijo... yo no tenia fuerza para pelear... pero tampoco accedí... el bufo molesto y me cargó...
–¡Inuyasha!– le grité forcejeando... había tomado la costumbre de cargarme en sus brazos para que no pudiera usar el conjuro... y lo había conseguido...
–Dije que nos vamos– se dirigió a la puerta... ni Miroku ni Sango pudieron hacer nada... ¿Quien lo haría? ¿Quien se atrevería a enfrentar a Inuyasha? los mire pidiendo auxilio... solamente me miraron consternados... y yo me rendí... en todo el camino no dije nada... Inuyasha tampoco... solo caminaba conmigo en sus brazos... y yo... ¿Qué podía hacer?... lo amaba... como se que solo se ama una vez... amaba a ese muchacho y nunca habría nadie que lo pudiera reemplazar en mi corazón... aunque nuestra union no se hubiera consumado... yo era suya... había nacido para el... y el para mi...
Hola chicos, este fic nació para ser corto, a lo mucho 2 capítulos más, pero tiene esperanzas de continuación... Inuyasha es mi anime favorito de todos los tiempos, siempre desee escribir un fic de Inuyasha aquí en fanfiction, pero nunca tuve la oportunidad, alguno que llegue a escribir en mi adolescencia quedo perdido en el inframundo de cemzoo... para quienes no lo conozcan era una de las pocas plataformas para escribir en mis tiempos, ahora no tengo idea que sea, y la verdad no me importa lararara, aun que debo admitir que vivi y conocí gente extraordinaria ahí. En fin, espero si alguien la lee, que la disfruten y comenten. Saludos a todos! Gracias por leer
