DISCLAIMER: Naruto y sus personajes NO son de mi propiedad, son propiedad de Masashi Kishimoto.
MALLAS VERDES
.:.:.:Cielo estrellado:.:.:.
Un día normal era en la aldea de la Hoja, muchos se iban a misiones y otros regresaban con vida o sin ella; la guerra aún estaba presente y era demasiado detestable para los que apenas comenzaba a formar a una familia, sin embargo, al tener esa vida de un ninja era inevitable e incluso esperado.
A pesar de esto, no podía quitar la felicidad un niño de entre cuatro y cinco años de edad, con cejas algo enormes, heredadas por su padre. Hoy estaba entrenando duro con su padre, y después de finalizar el entrenamiento, le iba a regalar algo, o eso fue lo que le dijo su mamá cuando solo comieron él y su mamá.
— ¡Bien Gai!—dijo una persona más grande que él, mostrando sus relucientes dientes—. ¡El entrenamiento termina por hoy!
—S-Si…—murmuró con dificultad el niño, recuperando el aliento. Intentar correr doscientas vueltas alrededor del lugar del entrenamiento no era sencillo, y más si tienes una edad aproximada de cinco años.
—Bueno…—tosió un poco Dai, para después progresar con su conversación—. Estoy muy orgulloso te ti, Gai— habló, formulando en sus labios una pequeña sonrisa, al ver la felicidad de su hijo—, por eso te voy a dar un regalo.
— ¿En serio?—fingió el sorprendido Gai, ya había esperado el dichoso regalo que le iba a dar su querido y feliz padre.
— ¡Claro!—aclaró Dai, dejando escapar algunas risas. Entonces, sacó en su chaleco el regalo de su hijo. Gai sonreía más, pensaba en muchas cosas como una espada o un pergamino muy preciado en su familia o una mascota, sin embargo fue algo menos esperado y no tan deseado.
— ¡Es este!
Y el regalo fue…
—U-Unas mallas…
—Si—habló Dai, enseñando las mallas verdes de tamaño niño, con la mala suerte de ponerlas—. Estas mallas te servirán mucho para el entrenamiento, además son muy cómodas. Como sabrás, yo las uso y me han servido muy bien.
Gai forzó una sonrisa, para no poner triste a su padre. La verdad, siempre supo que les iba a regalar tarde o temprano unas mallas… ¡Pero no tan pronto! Parpadea dos veces y su ojo derecho le da un ligero tic. Imaginar ponerse esas mallas verdes, le daba escalofríos y más caminar con ellas… ¡No iba a vivir!
Después Dai le da su regalo a Gai y, por obvias razones, el pequeño la recibe con educación—. Te servirá mucho, y no olvides algo, la llama de la juventud nunca debe de desaparecer.
—Sí, papá…—dijo el niño, vio por unos segundos su regalo. Suspiró y sonrió con más naturalidad. Sí que su padre era especial. Acostumbrarse a esa malla no sería tan fácil. ¡Bienvenida a la vida de Gai, ropa favorita de Dai!
Él miraba a sus alumnos, aun se sorprendía que un alumno si aceptara con facilidad su regalo. Tal vez sea porque es igual a él, en ciertas partes. Los dos integrantes faltantes tenían sus rostros de disgusto, los podría entender, él era igual a ellos cuando era pequeño.
— ¡Bien! ¡Explotar ahora su llama de la juventud!
— ¡Si, Gai-sensei!
Bien, eso es todo, quería escribir algo sobre Gai y su padre. Voy a llorar mucho cuando se muera Gai. ¡Preparen pañuelos! T.T
Esta historia va dedicada para todos los fans de Gai y Dai, y principalmente a Sifu Sihaya. Espero que te haya gustado.
Nos vemos.
Gracias por leer.
