Holaaa !! Este es mi primer fiic de AIR! Espero les guste! Por favor comenten y diganme que piensan!

Disclaimer : Air no me pertenece... aunque me gustaria que lo hiciera xD


TÍTULO: COLORLESS WING (Ala descolorida)

CAPÍTULO 1: SKYLESS

Los incandescentes rayos del sol entraron por la pequeña ventana de mi habitación, despertándome de mi pesadilla con su calidez y brillo. ¿Porque mi inconsciente se aferra a enseñarme entre sueños aquellas situaciones de la vida que con tanto empeño trato de posponer en mi realidad inevitable? Frote mis ojos con delicadeza tratando de difuminar aquellas imágenes y eventos con los que había soñado tan vívidamente. Cuando era pequeña solía decir que mi capacidad de tener sueños vividos (casi realidades) era un gran don, pero eso era cuando soñaba con cielos estrellados y días felices. Ahora que mis sueños se habían tornado mas grises y me enseñaban eventos extraños que todavía no podía comprender, por eso ya no me parecía que fuera tan buena "cualidad". Camine hasta la ducha con desgano, siempre que tenia pesadillas era como si no hubiera podido dormir en lo más mínimo, me sentía cansada y con poco animo. Por suerte las gotas de agua al recorrer mi cuerpo centímetro a centímetro me relajaban; haciendo en mi algún tipo de terapia. Después de vestirme con la cuadriculada falda de tonos rojizos, la camisa blanca polo del uniforme y los negros zapatos de bailarina, baje los escalones uno a uno, hasta llegar al desayunador donde mi madre había dejado unos waffles y un vaso de jugo de naranja con una notita que decía ¨ Buenos días, hoy llegare tarde a casa. Que tengas un buen día. Te quiero ¨ . Ella solía irse de la casa muy temprano en la mañana por lo que no era nuevo para mí desayunar sola. Al terminar recojo todo, agarro mi bolso y me dirijo al recibidor donde antes de abrir la puerta reviso mi aspecto, al verme en el espejo me doy cuenta que algo hace falta entre mi nariz y mentón. Me observo unos segundos mas y me percato que una sonrisa es lo que hace falta, aun cuando no estoy exactamente feliz siempre he creído que sonreír es la mejor manera de tratar de ser feliz. Sin pensar que es mas fácil sonreír que tener que explicar porque estas triste.

Al abrir la puerta me encuentro con la mirada de mi persona favorita, una mirada dorada y enigmática que me hace suspirar, una de las grandes razones por las que sonreír es natural cada vez que salgo de casa.

–Buenos días, Misuzu –dice con su melodiosa voz y una media sonrisa mientras extiende su mano para cargar mi bolso.

–Ohayo Yukito-kun! -le respondo lo más entusiasta posible con mi mejor sonrisa mientras le doy mi bolso.

–Nunca dejas de sonreír eh? –expresa mientras con su mano derecha despeina mis largos cabellos rubios.

"Sonrió porque estas cerca" pienso para mis adentros mientras dejo escapar un pequeño suspiro y empiezo a caminar. Seguimos nuestro camino intercambiado solo unos pocos comentarios, hecho que me extraña ya que cuando estoy él no suelen haber momentos silenciosos…pienso un poco más sobre eso hasta que llego a la conclusión más obvia. La razón por la que no hay momentos silenciosos es porque la mayoría del tiempo suelo aturdirlo con mis comentarios constantes y conversaciones unilaterales.

–Estas callada-comenta mi acompañante sacándome de mis pensamientos.

-¿ E-eso es malo? –pregunto inocentemente, el mueve su cabeza en forma de negación mientras me comenta que simplemente le parece raro tanto silencio.

–Pienso en algunas cosas-comento en un casi inaudible susurro.

-Eso también se me hace poco común –Rió entre dientes.

A unos cuantos metros se divisaba mi escuela a la cual tenía que atender en vacaciones de verano para recuperar algunas clases en las que falle. Antes de que Yukito apareciera en este verano me parecía sumamente fastidioso y aburrido tener que atender a clases, pero ahora que el esta aquí, se me hace casi insoportable por que en vez de pasar el día entero jugando y hablando con él pierdo mi tiempo en la escuela aprendido sobre temas que posiblemente no seré capaz de aplicar futuramente. Al llegar al portón de la escuela me da mi bolso mientras se da media vuelta y con su mano me dice "Adiós".

Camino por el campus para llegar hasta al aula donde estamos asignados. Queda en un segundo piso por lo que tediosa y obligatoriamente debo subir muchos escalones. Al entrar en el aula me percato que estoy tarde, me disculpo ante el profesor y tomo asiento en un escritorio en el costado izquierdo de la clase; donde esta la ventana. Últimamente pierdo la noción del tiempo… ¿Será por que mi mente esta demasiado ocupada con sus retóricas preguntas? O ¿Por qué mi nivel de distracción ha llegado a un punto máximo? Mientras mas preguntas afloran en mi cabeza mi azulada mirada se pierde en el cielo despejado que la ventana me ofrece. Tocan el timbre que avisa que es hora de almuerzo, veo como todos mis compañeros se apresuran a salir en grupos me quedo tranquilamente sentada en mi lugar para esperar a que todos se vallan. Ya cuando solo quedan algunos agarro mi almuerzo y me dirijo a mi lugar predilecto para almorzar. La azotea.

Muchos creen que es extraño querer estar en la azotea pero... ¿Cual otro lugar esta mas cerca del cielo profundo que inspira mis mas hermosos sueños? Tomo asiento en la pequeña y única banca que hay, la verdad no tengo hambre tan solo deseo poder ver aquel profundo azul que constantemente inspira a mis sueños. Cierro los ojos mientras dejo que el gentil viento mesa mi cabello largo y me deje soñar un poco, soñar con la persona que me insita a saltar de la cama todos los días para empezar un nuevo día, la persona que me vuelve loca con su dulce fragancia, mística mirada y tibios brazos. Cuando no esta cerca los minutos se vuelven horas, y las horas días grises donde ni siquiera un rayo de sol logra penetrar las densas nubes de agrisados tonos que amenazan con hacerme perderlo entre la oscuridad. Antes de conocerlo me encontraba en una hermosa jaula de cristal que solo me permitía ver lo que me perdía, cuando el llegó abrió mi deslumbrante celda y empezó a mostrarme en carne propia de todo lo que me había perdido. Desafortunadamente vuelvo a perder la noción del tiempo y para cuando dejo de fantasear ya he de llegar tarde a clases. Bajo las escaleras de la azotea con rapidez pero por mi incurable torpeza tropiezo una que otra vez. Al poner pie en el salón, mi profesor me regaña ya que no es la primera vez que me pasa, mientras veo de reojo como mis compañeros retraen una risa burlona. Me disculpo apenada pero siempre sonriente mientras vuelvo a tomar asiento junto a la ventana.

Las clases terminaron y a diferencia de cuando es hora de almuerzo, salgo rápidamente del salón para encontrarme con Yukito. Corro por los pasillos emocionada mientras dibujo en mi mente su silueta en la entrada del colegio. Al llegar al portón principal noto que no hay nadie esperándome. ¿Se le habrá hecho tarde? Tal vez Hiriji-san lo retuvo más tiempo en el trabajo pero eso seria muy extraño ya que Yukito nunca antes había llegado tarde. ¿Se le habrá olvidado? No lo creo…. Sigo haciendo conjeturas, mientras lo minutos pasan y pasan. ¿Dónde estará? ¿Qué le habrá pasado? …¿Habrá tenido un…? Bloqueo ese pensamiento con eficacia y rapidez, no quisiera ni imaginármelo. Sigo pensando hasta que una calida y pequeña mano se posa en mi hombro, me doy la vuelta despacio pero emocionada. Para decepción no encuentro el rostro de Yukito sino el de Kano. Me extraño un poco al verla ahí, ella no suele venir a clases de verano.

-Kamio-san. Esperas a Yukito? –dijo la chica de cabello azulado mientras sonreía

-Si… -repuse tímidamente

-De seguro mi hermana lo retuvo más tiempo –dice

-Yukito-san nunca esta tarde… -digo en voz baja mientras agacho un poco mi cabeza

- Que tal si esta vez caminamos juntas? –En su voz había un poco de pena combinada con alegría

- Ehh?! ….No lo sé –repuse tratando de pensar que sería lo mejor

-Vamos! Así nos conoceremos más

Mire mi reloj, ya había pasado una hora desde la salida.

-Esta bien Kirishima-san –dije con la mirada en el piso

-Esta biiiieeeen ¡ Vaaamos! – Dijo en un grito de emoción

Caminamos mientras conversábamos de una que otra trivialidad. Hasta que tocamos el tema de las madres. Su rostro se lleno de tristeza pero intento disfrazarla con una sonrisa, pero esta estaba vacía. ¿Cómo no saberlo? Yo era una profesional en eso.

-Mi mamá murió cuando yo nací –dijo en un tono muy apagado

-La mía también – mi voz no se quebró en un ningún momento, es mas, tenia un tono neutral

-A veces siento que le arrebate la vida… -Casi podía ver las transparentes lágrimas empezar a derramarse por sus mejillas

- No lo creo… en todo caso tu madre debió estar feliz de haberte tenido –en ese instante mi mente reprodujo la imagen de la persona a la que yo llamaba "mamá".

-No sé….Mi hermana se ha comportado como una madre para mi… siempre se preocupa mucho por mi –un pequeño suspiro escapo de sus labios mientras dirigía su mirada al cielo.

Cuando ella pregunto por mi mamá no tuve problema en decirle que Haruko no era mi verdadera madre sino mi tía. Sin problema alguno le conté que mi madre había muerto (O eso creía yo) y que mi padre había preferido que yo viviera con Haruko.

Guardamos silencio unos pocos minutos, ambas parecíamos estar pensado en nuestras familias. Ya después seguimos conversando con normalidad. Conforme nuestra platica avanzó me di cuenta cuanto en común teníamos, ella parecía ser la mejor amiga que nunca tuve. Me sentía extrañamente cómoda, nunca antes había establecido una conversación tan larga con una persona aparte de Yukito y mi mamá sin romper a llorar. Siempre que pensaba que estaba por hacer un amigo, las lágrimas empezaban a brotar de mis ojos. ¿Por qué no había sentido ese impulso junto a ella?... No sabía, era todo tan extraño. ¿Seria que no la estaba considerando mi amiga? Imposible, tan solo hace unos segundos había pensado en ella como mi mejor amiga. Me llene de curiosidad ante este extraño fenómeno y me llamó la atención la idea de seguir pensando en eso hasta llegar a una respuesta pero nada bueno sacaría de eso, así que opté por concentrarme en la conversación que estábamos sosteniendo. Estos pensamientos me habían distraído tanto que no había notado que habíamos dejado de hablar y que Kano se había quedado atrás. ¿Empecé a caminar muy rápido o ella dejo de caminar? Me volví para ver que pasaba, y me encontré con su rostro aterrado mientras abundantes lágrimas se derramaban por su rostro como un pequeño riachuelo. Me acerque unos pasos, y ella retrocedió otros. Siguió con la mirada clavada en el frente. Me volví lentamente para ver que era lo que había dejado en estado de shock a Kano y me encontré con una de esas escenas que nunca piensas ver en la vida real.


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