hola ! soy una muy fan de inuyasha y quería publicar una historia que me encanto en cuanto la ley, debo decirles que esta historia no es mía es solo una escritora de aquí y bueno quiero traducirla y ver que les parece. Aunque me gustaría sus opiniones para ver si sigo traduciendo o no.

los personajes son de la maravillosa rumiko takahashi !

Introducción

Estaban en otra cacería de fragmentos. Era exactamente igual que cualquier otro día. El sol brillaba, las nubes eran inexistentes, y todo el mundo estaba actuando como siempre lo hacen. Pero de alguna manera, Miroku sabía que había algo que viene. Una nube oscura les estaba siguiendo.

Inuyasha caminaba delante del grupo, a veces mirando hacia atrás para asegurarse de que nadie se estuviera quedando atrás. O, al menos esa fue su excusa para mirar a Kagome. En realidad, nadie creyó su razón, excepto Kagome. Y si se apegaban a los hechos, últimamente todos tenían la cabeza llena de pensamientos confusos.

Se detuvieron para almorzar en algún momento alrededor del mediodía, mientras kagome preparaba un poco de ramen, Miroku decidió decirle a Inuyasha sus sospechas.

"Inuyasha, ¿no sientes algo inquietante en el aire?"

"¿De qué estás hablando monje? No siento nada."

"siento que una nube oscura nos sigue".

"tu siempre sientes una nube oscura en todas partes"

"Lo digo en serio Inuyasha."

Inuyasha dejó sus divagaciones el tiempo suficiente para pensar en lo que había dicho Miroku. "Parece extrañamente tranquilo el aire", dijo Inuyasha.

"Tal vez deberíamos empezar a movernos, entonces?" sugiere Miroku.

Inuyasha asintió con la cabeza en el acuerdo y se lo fue a contar al resto de su pequeño clan. "Levántense, nos vamos."

Kagome y Sango levantaron la vista del fuego para ver un inuhanyou frunciendo el ceño. "Pero no hemos terminado de preparar la comida," dijo Kagome.

"Olvídate de la comida. Tenemos que empezar a movernos."

"¿Por qué? ¿Qué está pasando?" Sango le preguntó mientras se levantaba y maniobraba su Hiraikotsu para tenerlo preparado por si tenía que usarlo.

Antes de que alguien pudiera responder, una gran sombra cayó sobre el grupo y el chirrido de un ave gigante, se podía oír desde arriba.