HOLA A TODOS...
ME HE ANIMADO A PUBLICAR UNA NUEVA HISTORIA... SÉ QUE DEBERÍA ESTAR SUBIENDO LA ACTUALIZACIÓN DE MI OTRA HISTORIA, PERO LLEVO VARIOS DÍAS CON ÉSTA IDEA EN MI CABEZA,
ESTA ES UNA MINI HISTORIA, ÚNICAMENTE TENDRÁ DOS CAPÍTULOS... UNO DE LOS CUALES SERÁ DESDE LA PERSPECTIVA DE TONERI...
EN FIN... ESPERO DE TODO CORAZÓN QUE LES GUSTE, Y SI ES ASÍ OJALÁ ME LO HAGAN SABER... (NO ES OBLIGATORIO DEJAR UN REVIEW, PERO PARA QUIENES ESCRIBIMOS ESTAS HISTORIAS SUS COMENTARIOS RESULTAN SER MUY ESPECIALES Y NOS AYUDAN A MEJORAR)
LOS PERSONAJES DE NARUTO NO ME PERTENECEN... ÉSTA HISTORIA ÉSTA HECHA ÚNICAMENTE CON LA FINALIDAD DE ENTRETENER.
NARUTO
No lo podía creer…
Allí estaba, recostado en su cama, totalmente deprimido y derrotado por primera vez en su vida, cuántas veces se dijo a sí mismo que nunca atravesaría una situación así otra vez… irónicamente mientras él estaba encerrado en su departamento, con las maletas hechas, sumido en su miseria y tratando de pensar en lo que haría con su vida en adelante, en un lugar no muy lejos de allí estaba por celebrarse una boda…
Pero no se trataba de cualquier boda… se trataba de la boda de Toneri Otsutsuki, uno de los hombres más ricos y poderosos de todo Japón, quién además era su socio y su mejor amigo…
Mejor amigo… repitió en voz baja, no muy seguro de que aquel adjetivo aplicará ya a su amistad con el susodicho.
Puesto que si de verdad eran mejores amigos, qué hacía él encerrado en su habitación cuando debería estar en el monasterio mostrando todo su apoyo y presentando sus mejores deseos a la pareja…
Entonces, ¿qué hacía allí? Bueno eso era algo bastante complicado de responder…
Todo había comenzado seis meses atrás…
Era un día como cualquier otro, el trabajo en la empresa siempre estaba a tope, por lo que apenas al llegar le pidió a Ino, su secretaria, que lo pusiera al corriente de los pendientes y de todas las reuniones que tenía concertadas para ese día.
-Naruto… ¿tienes unos minutos?
El rubio levantó la mirada sorprendido de ver allí al mismísimo Toneri Otsutsuki, su compañero y socio más importante.
-Creí que te reunirías con Shino Aburame…
-Bueno yo…
-A propósito, acabo de cerrar un trato muy importante… Itachi Uchiha estuvo aquí hace una hora, y finalmente firmamos el contrato… -dijo Naruto con una sonrisa.
-Quieres callarte por un momento.
-dijo Toneri, algo molesto, cosa que sorprendió al rubio, pues Toneri no solía levantar la voz, el Otsutsuki era más bien un tipo mesurado y extremadamente refinado.
A veces se preguntaba cómo habían llegado a ser tan buenos amigos, llegando incluso al grado de asociarse y formar su propia empresa de arquitectura…
Aunque desde luego, aquello no habría sido posible sin el respaldo económico de la familia de su amigo.
-¿Estás escuchándome?
Naruto dejó sus cavilaciones, a decir verdad, nunca había visto así al Otsutsuki…
-¿Qué ocurre?
-Es mi madre…
-¿Qué hay con ella? Acaso está enferma?
-No nada de eso… es… ha vuelto a presionarme con el asunto del matrimonio…
-Ya veo… -dijo, comprendiendo por primera vez la actitud del hombre.
-Será mejor que vayamos a otro sitio… cerca de aquí hay una cafetería, no es muy grande, pero es muy agradable, conozco a la dueña, tendremos privacidad… de verás.
Naruto colocó su saco en la silla ejecutiva y luego salió junto con Toneri.
minutos más tarde y justo como Naruto prometió, llegaron a una cafetería, el lugar no era la gran cosa, pero estaba muy limpio y no muy concurrido…
Apenas al entrar, les recibió una linda chica de cabellos rubios y grandes ojos de un inusual color violeta…
-¡Shion saludó el rubio con alegría ¿podrías darnos la mesa más apartada?
-Por supuesto, lo que sea para ti… -le dijo mientras le guiñaba un ojo, los guío por el lugar, y los acomodó en una mesa cerca de un ventanal.
-Enseguida ordenaré que preparen tu desayuno… -dijo a Naruto.
Luego se giró hacia Toneri, le sonrió coquetamente y le ofreció el menú.
-Ordenaré lo mismo que él. -dijo, señalando a Naruto.
Shion les hizo una reverencia y se alejó, no sin antes echar una mirada hacia la mesa.
A Naruto no le sorprendió, las chicas solían tener ese tipo de reacción cerca de Toneri, no era para menos, el hombre era realmente muy bien parecido… su piel blanca resaltaba sus ojos azul intenso, y sus blancos cabellos le otorgaban una apariencia etérea.
-Cuando dijiste conocer a la dueña, no pensé precisamente en alguien tan jóven. -comentó Toneri, mirando en dirección a la chica rubia que los había recibido.
Naruto sonrió.
-Supongo que es una amistad muy especial la de ustedes...
Naruto captó de inmediato lo que su amigo quería decir…
-Oh, no… no es lo que crees... Shion… bueno, ella es una buena amiga… admito que solíamos salir, pero nos dimos cuenta a tiempo de que no iba a funcionar…
-Pues no parece que ella esté muy convencida. -sóltó Toneri, al darse cuenta de que la chica miraba discretamente hacia su mesa.
Un sentimiento de culpa invadió a Naruto, pues había sido él quien decidió terminar su relación con Shion, al darse cuenta que aún no había superado a su antiguo amor...
-¿Sabes? Shion es una chica extraordinaria, hablar con ella me ha ayudado mucho con lo de…
-Sí, lo sé… sé lo difícil que ha sido para tí superar lo de Sakura, sobre todo ahora que has cerrado trato con los Uchiha… sabes que será inevitable verla otra vez llevando el apellido Uchiha.
-Lo sé, pero no estamos aquí para hablar de mí…
Entonces las bandejas con los alimentos llegaron, interrumpiendo la conversación.
Toneri se preparó un poco de café y bebió.
Naruto por su parte se limitó a esperar, y una vez que estuvieron solos, se aclaró la garganta.
-¿Tu madre quiere presentarte a una chica adecuada? -adivinó Naruto.
El hombre asintió levemente...
Toneri, ya hemos hablado de esto... vivimos en una sociedad moderna… tu madre no puede estar hablando en serio, no deberías preocuparte tanto.
-Lo sé, pero ella no entiende razones… lo peor es que mi padre la apoya…
Naruto apretó los labios…
-De hecho, ésta vez ha ido algo más lejos… y me han organizado un omiai… -dijo en voz baja...
- Dime que te has opuesto...
-No tengo opción, sabes cómo es mi familia, el año pasado me pusieron un ultimátum… no puedo ir en contra de las tradiciones y deshonrar a mi familia.
Además mi madre está muy entusiasmada.
Naruto frunció el entrecejo.
Toneri suspiró…
-Me encantaría tener unos padres como los tuyos…
-Bueno… mis padres no son precisamente un ejemplo, ya conoces a mamá… quizá por eso terminó casada con un extranjero…
-Y eso te ha permitido salir al mundo… -replicó Toneri.
Era verdad… el hecho de tener un padre extranjero le había abierto las puertas para salir de Japón y ver otras culturas y costumbres…
-Él punto es Naruto… necesito un nākodo… y me preguntaba si tú…
-¿Te has vuelto loco? Yo no...
-Perdón no debí… es sólo que yo… no conozco a mucha gente, al menos no de mi confianza… en ese punto hizo una pausa que el rubio aprovechó para hablar.
-Acaso sospechas que tus padres han hecho una mala elección...
-No, no es eso… confío en la elección que mis padres han hecho para mí, pero quisiera tener la opinión de alguien de mi confianza… alguien que me conozca realmente, y pueda decirme con sinceridad si esto podría funcionar o es una locura.
Naruto guardó silencio, estaba halagado por las palabras de Toneri, pero al mismo tiempo se sentía incapaz de realizar aquella tarea.
-Por supuesto, entenderé si no quieres hacerlo…
Naruto se quedó unos minutos en silencio, y justo cuando Toneri pensó que no diría nada, lo sorprendió diciendo.
-Está bien, lo haré…
Toneri sonrió aliviado, le agradeció, y luego disfrutaron de su desayuno mientras el albino le daba algunos detalles de la familia de la chica que sus padres habían elegido para él…
Sí... no había duda, aceptar la petición de Toneri había sido un error garrafal… el peor de toda su vida, si se lo preguntaban, y sin embargo, era algo de lo que nunca se arrepentiría…
Después de aceptar ser el nākodo de Toneri, se dedicó a repasar los detalles que Toneri le había dado.
Hinata Hyuga, la posible futura esposa de Toneri provenía de una familia provinciana del distrito de Ehime, era la hija mayor de dos hijos.
Su padre había aprovechado la riqueza natural del distrito y había hecho una considerable fortuna al ser dueño de varias posadas dónde los vacacionistas, nacionales o extranjeros solían disfrutar de las aguas termales.
Naruto llamó llamó a Hiashi Hyuga y se presentó, el Hyuga le informó que viajaría a Tokio para formalizar la cita para el omiai, así pues, acordaron reunirse en un conocido restaurante.
Hiashi Hyuga era un hombre impresionante en muchos sentidos…
Eso le quedó claro a Naruto el día que lo conoció.
Se trataba netamente de un hombre de negocios, que dejó clara su postura… pues cuando Naruto le preguntó si estaba seguro de querer un matrimonio arreglado para su hija, él respondió de la manera más natural que el matrimonio de su hija mayor era una simple transacción, una manera de hacer crecer el negocio familiar, y la única forma para que su hija heredara el control del mismo. (Aunque desde luego, eventualmente, éste pasaría a manos de su esposo, y posteriormente de sus hijos).
Estaba claro que Hiashi tenía altas expectativas y su ambición era más que palpable.
Naruto se preguntó qué clase de mujer era la tal Hinata…
Jamás olvidaría el día que la conoció...Naruto estaba seguro de que se encontraría con una niña mimada a la que no le importaba casarse sin amor con tal de tener a su disposición todo el lujo posible…
Sin embargo grande fue su sorpresa…
La muchacha que tenía enfrente era todo lo contrario a lo que imaginó…
Se trataba de una chica extremadamente tímida, para nada ostentosa en su forma de vestir, más bien, parecía querer ocultarse entre las tantas capas de ropa que utilizaba… a pesar de todo, era una joven muy bonita, su cabello era largo y negro, pero con la luz adquiría extraños tonos azulados, también era la dueña de unos ojos color perla, que podían fascinar a cualquiera.
-Así que... te llamas Hinata… ¿no es así? mucho gusto… soy Naruto Uzumaki… -le dijo, y le extendió la mano.
Ella vaciló unos segundos y finalmente la tomó…
-Mu… mucho gusto…
En aquella oportunidad no hablaron demasiado, pero Naruto quedó convencido… a pesar de su padre, Hinata era la mujer ideal para Toneri…
Después de aquella vez, vinieron muchas más reuniones, debido al extenuante trabajo en la empresa, Toneri se vio obligado a viajar a Osaka en varias ocasiones, por lo que le encomendó pactar todo lo relacionado con su matrimonio.
Naruto estaba reticente, pues no creía que fuera buena idea anteponer el trabajo, al menos no en esas circunstancias, incluso se ofreció a viajar en su lugar, sin embargo, los socios clientes con los que tratarían exigieron que fuera el mismo Toneri quien los atendiera, por lo que el rubio no tuvo más remedio que acceder a la petición de su amigo.
Las siguientes dos reuniones las celebraron en presencia de los padres de Hinata…
Se trataron temas acerca de la ceremonia, y el deseo de que fuera una boda tradicional en su totalidad…
Según se acordó, la ceremonia se celebraría en un monasterio tradicional, y después se realizaría un banquete en la finca que la familia Otsutsuki poseía a las afueras de Tokio.
También se acordó que el padre de la novia correría con los gastos del ajuar de bodas.
También se fijó una fecha para que los futuros esposos pudieran conocerse…
Esta vez el encuentro se llevaría a cabo fuera de la casa que los Hyuga habían rentado en Tokio.
Lamentablemente Toneri fue requerido de nueva cuenta en un viaje de emergencia y no hubo tiempo para cancelar la cita.
Naruto pensó en llamar a Hiashi, pero sabía que el hombre no lo tomaría nada bien, así que decidió presentarse en lugar de Toneri y darle sus disculpas a la chica, después de todo, cuando fuera la esposa de Toneri, tendrían que convivir frecuentemente, así que ¿por qué no comenzar? Además quería hacerle algunas preguntas, que no había podido formular en presencia de su familia.
Estaba nervioso, no sabía que le diría, ni como lo tomaría ella, sin embargo estaba seguro que era mejor que escuchar los reclamos de Hiashi.
Cuando llegó a la cafetería en la que se encontrarían, ella ya estaba allí… tenía que admitir que se veía realmente adorable, con su cabello largo y liso y lustroso cayendo sobre sus hombros.
Jugaba con sus dedos mientras miraba distraídamente a la ventana, como si quisiera estar en otra parte, muy lejos de allí.
-Hola… saludó.
Ella se sobresaltó, pero en cuanto lo miró, pareció tranquilizarse…
-disculpa que sea yo quien se presente, pero verás… hubo un problemita en la empresa y Toneri tuvo que salir a resolverlo… pero si gustas yo… puedo llevarte de vuelta a tu casa y explicar a tu padre…
-¿No!... Quiero decir… me gustaría quedarme un poco más…
Naruto asintió y tomó asiento frente a ella, llamó al mesero y ordenó un café y una rebanada de pastel.
Luego invitó a la chica a ordenar…
Ella sólo quiso un té de jengibre…
Naruto sonrió, pues ese era justo el tipo de bebida que Toneri tomaría.
Permanecieron en silencio hasta que su orden estuvo en la mesa…
Naruto dió un sorbo a su café…
-Escucha… Toneri es un gran amigo mío, no me gustaría que pienses que no está tomando en serio todo éste asunto de la boda… es sólo que…
-Hinata hizo un gesto con la mano, para indicarle que no continuara, guardaron silencio nuevamente, y luego, sorpresivamente Hinata habló…
-En realidad… me alegra que hayas sido tú quién vino...
Naruto la observó con sorpresa y ella enrojeció rápidamente.
-N… no me malinterpretes… -dijo rápidamente.
Es… decir yo… la verdad… yo… preferiría conocer a Toneri hasta el día de la boda…
-¿Qué? Pero… ¿es que no tienes curiosidad por saber quién será tu marido?
Naruto pensó entonces que Hinata Hyuga era la chica más extraña que hubiera conocido jamás…
Ella suspiró.
-Confío en que mi padre ha elegido bien…
-Pero… ¿no crees que es una locura? Vivirás con él el resto de tu vida y…
Se detuvo cuando vio que una lágrima solitaria resbalaba por su mejilla.
Ella se apresuró a secarla para que él no lo notará, sin saber que ya era muy tarde.
-¿Te gustaría ir al parque? -preguntó él, de forma impulsiva, queriendo animarla y a la vez por la curiosidad que le producía saber por qué había aceptado un acuerdo matrimonial, tal vez, después de todo, quizá la Hyuga, si fuera una niña mimada.
Puede que al rehusarse hubiera sido desheredada, pero sería libre…
Ahí estaba Shion, quién había huido de un matrimonio arreglado, y ahora era dueña de su propio negocio, y lo más importante, dueña de su vida…
Por quedarse pensativo, no reparó en que la chica había pagado la cuenta y ahora esperaba tímidamente, mientras volvía a jugar con sus dedos.
Naruto decidió no juzgarla y le sonrió nuevamente.
-Nos vamos?
Ella asintió y salieron de allí.
Durante el trayecto, una vez más reinó el silencio, pero por extraño que pareciera, no fue un silencio incómodo. Naruto la llevó a Yoyogi park
Hinata estaba impresionada, nunca hubiera imaginado que en plena ciudad existiera un lugar tan hermoso y pacífico como ese.
Naruto la condujo por el parque, hasta que encontraron una banca disponible bajo la sombra de un gran árbol.
Una vez que estuvieron cómodamente instalados, Naruto decidido romper el silencio…
-Hinata… ¿puedo preguntarte algo?
-C… claro…
-¿Por qué aceptaste éste matrimonio?
Claro que no tienes que responder si no quieres… dijo el rubio, conciente de que había ido muy lejos, entrando a un terreno muy personal…
Ella se tomó unos segundos, pero para sorpresa de Naruto, finalmente respondió.
-Yo… mi padre… él siempre ha querido lo mejor para mí y mi hermana… y yo... lo cierto es que… no pude negarme… Sé que soy una carga para mi padre... nunca he podido aprender a llevar el negocio… y tampoco hacer algo que le agrade... Yo… la verdad es... nunca he encajado… yo… siempre he soñado con poder viajar y conocer el mundo…
-Y ¿por qué no lo haces?
Ella agachó la cabeza… cualquiera en su lugar habría huido para realizar sus sueños, pero ella era una cobarde.
Poco a poco levantó el rostro para mirar al rubio.
-sé que debes pensar que soy de lo peor, pero yo… lo cierto es… suspiró pesadamente antes de continuar, pues por alguna razón, aquel hombre le inspiraba mucha confianza.
-Mi madre está muy enferma... los médicos temen que no sobreviva más allá de unos meses…
-Entiendo...
-Sé que casarme con un desconocido es una locura, pero, al menos, si me caso con Toneri Otsutsuki, podré estar con mi madre en sus últimos días, y finalmente seré útil para mi padre.
Tal tal vez no sea tan malo como parece… y quizá pueda ser feliz… -dijo agachando la cabeza otra vez.
Naruto la tomó de la barbilla suavemente obligándola a mirarlo y dejándole ver por primera vez con lujo de detalle su rostro, incluidos sus fascinantes ojos aperlados.
-Escucha, -le dijo con suavidad.
No tiene nada de malo, lo que me has dicho, para ser honestos, Toneri tampoco quería este matrimonio…
Ella lo miró con desconcierto… haciendo que él se arrepintiera de sus palabras.
-Por qué siempre que quiero arreglar las cosas digo muchas estupideces? -dijo él dándose una palmada en la frente.
Hinata río suavemente, y a Naruto le pareció una risa musical y hermosa.
-Lo que quiero decir es… Toneri es un gran hombre y sé que te hará muy feliz, así como tú lo harás con él…
Sabes… ustedes dos… son muy similares, creo que harán una buena pareja.
De verás!
Hinata sintió que no se había equivocado al depositar su confianza en el chico rubio, Naruto Uzumaki era en verdad una gran persona, y pensó que podrían ser muy buenos amigos.
-Creo que es hora de que regrese a casa… -dijo ella.
-Por supuesto, yo te llevaré…
-Esto… no creo que sea una buena idea… -dijo, mientras jugaba con sus dedos.
A Naruto le hizo gracia, se había dado cuenta de que aquel era un gesto involuntario que la joven hacía cada que ésta estaba nerviosa.
Le sonrió de forma tranquilizadora.
-Puedo dejarte a unas cuadras…
-propuso.
La muchacha aceptó, ya juntos en el auto de Naruto, conversaron un poco más.
-Gracias por traerme, la verdad es que estaba un tanto temerosa de volver sola… verás, yo… casi no he salido desde que llegamos aquí...
-Pero si soy un tonto… la próxima vez te llevaré a ver la torre de Tokio…
-Me encantaría… ese fue el inició de un sentimiento que comenzaría a crecer de manera lenta, pero echando una profunda raíz en los corazones de ambos.
Pasaron los siguientes meses encontrándose clandestinamente.
Durante sus encuentros, Naruto la llevó a recorrer cada rincón de la ciudad, y además la instó a comenzar a pintar, justo como ella había querido hacer siempre.
Mientras tanto, Toneri continuaba ocupado con los asuntos de trabajo. Hiashi había vuelto a Ehime, pues ya no quería mantenerse lejos del negocio, pues a pesar de haberlo dejado en las capaces manos de su sobrino Neji, juzgaba que ya era hora de volver.
La ausencia de Hiashi, dió oportunidad a Hinata y su hermana para disfrutar su libertad, por lo que las salidas de las hermanas Hyuga eran mucho más frecuentes.
Cierto día, Toneri por fin se mostró interesado en conocer a la que sería su esposa, y así se lo hizo saber a Naruto.
Desde luego, él se encargó de arreglar todo para el encuentro, aunque no pudo evitar sentir que el corazón se le oprimía, pues ahora no podía imaginar a Hinata sonriendo a alguien que no era él...
Trató de engañarse a sí mismo, diciéndose que Hinata no era más que una buena amiga, y que lo que sentía era producto de haber llegado a estimarla como a una hermana.
Sin embargo en el fondo, sabía que ese sentimiento se había convertido en algo más…
Hinata por su parte, era mucho menos ingenua… hace mucho que había dejado de ver a Naruto solamente como un amigo…
Hablando con él, podía sentirse inteligente y escuchada.
También hacía que se sintiera hermosa, y que se olvidara de la inseguridad que le producía tener los pechos tan grandes o el inusual color de sus ojos…
En resumen, Naruto era el tipo de persona que procuraba siempre enfocarse en las cosas positivas y avanzar siempre hacia adelante…
Cuando recién lo conoció, le pareció un tipo extraño y un tanto escándaloso, más tarde, cuando tuvo la oportunidad de hablar con él, no pudo más que admirarlo, pero esa admiración no había tardado en convertirse en amor… por qué sí… ya no podía negarlo, estaba enamorada hasta las trancas.
Sin embargo, también sabía que no había un futuro para ellos, puesto que ella estaba comprometida, y el calendario le recordaba siempre que cada vez faltaba menos tiempo para la boda.
Además, su futuro esposo y Naruto eran muy buenos amigos… Así se lo hizo saber él el día que lo conoció… entonces supo que no podía ni quería ser la causa de la ruptura de una gran amistad, por lo que tomó una decisión…
Citó a Naruto en el café dónde se vieran por primera vez…
No necesitó muchas palabras, pues en los ojos del muchacho pudo leer que él sabía la razón de esa reunión…
-No podemos continuar encontrándonos… -dijo ella, tomando todo el valor que poseía.
Una profunda tristeza se reflejó en aquellos ojos azules que tanto le fascinaban.
-Lo sé… Hinata yo… yo… nunca quise…
-No lo digas… es mejor así... -dijo ella, le dió un rápido beso en los labios (el primero) y salió corriendo del lugar, sin atreverse a mirar atrás…
Un mes más pasó desde la despedida, con Hinata.
Naruto nunca pensó que tendría que pasar por una situación así nuevamente… no desde que su antiguo amor, Sakura Haruno lo abandonó para estar con su también antiguo amigo Sasuke Uchiha…
-En qué piensas, le había preguntado Toneri, que al parecer llevaba un buen rato hablándole.
-Eh, lo siento… yo… estoy algo distraído, ¿qué me decías?
-decía que me gustaría que reconsideraras tu decisión de dejar la empresa… en verdad es tan importante ese viaje tuyo? Qué no puedes posponerlo ni siquiera por mi boda...
-lo siento, pero no puedo retrasarlo más… llevo mucho tiempo planeandolo, además, sé que serás muy feliz con Hinata… ella es... es una buena chica, debes cuidar mucho de ella...
-Pero... ¿volverás cierto?
Porque tienes que cenar en casa con nosotros cuando vuelvas… no te perdonaré si no lo haces…
Naruto le dió una melancólica sonrisa.
A decir verdad, Toneri nunca lo había visto así, sin embargo no quiso insistir, pues tenía la esperanza de que el rubio le confiara lo que pasaba cuando estuviera listo… aunque algo le decía que aquella era la última vez que se verían…
De regreso al presente…
Naruto se asomó por la ventana, afuera caía una lluvia torrencial, como si el cielo estuviera intentando dibujar su estado de ánimo…
Inspiró hondo, y cerró de golpe.
Echó una última mirada al que había sido su hogar y su refugio por años, nunca pensó que tendría que decir adiós, pero era lo mejor… pero… ¿y si no lo era? ¿De verdad iba a rendirse sin luchar?
Sacudió la cabeza y consultó su reloj de pulsera…
Quizá si se apresuraba…
Salió a toda prisa sin importar nada, intentó conseguir un taxi, pero no tuvo éxito, así que corrió lo más rápido posible, apenas había llegado a la esquina cuando la vió...
parada frente a él estaba Hinata…
Estaba empapada de pies a cabeza y aún así, no podía estar más hermosa… portaba un kimono tradicional y llevaba el cabello recogido en una cola de caballo aunque por supuesto, ahora estaba arruinada...
-Naruto Kun…
-¿Qué haces aquí? -le dijo…
-Yo… bueno… -dijo agachando la cabeza, al parecer había cometido un error al ir a buscar a Naruto…
-Espera… yo no quise… es decir creí que…
-No pude hacerlo… yo…
Pero ya no pudo decir nada más, pues Naruto la besó sin más, y sin importar que estuvieran empapados y en plena calle…
Luego Naruto la llevó a su apartamento...
No supo muy bien cómo sucedió, esa mañana sentía que era la mujer más desdichada del planeta y ahora estaba en la cama de Naruto descansando entre sus brazos, después de haber hecho el amor por primera vez…
Naruto depósito un tierno beso en su frente…
-No sabes lo que sufrí pensando que te había perdido para siempre…
-Eso nunca sucederá… -dijo ella, mientras se acurrucaba en el pecho masculino.
OMIAI: es una tradición japonesa según la cuál si un hombre no está casado antes de los treinta años, los famiiares y amigos , pueden organizarle una cita, en ella se intercambian fotografías y datos de la posible pareja con la esperanza de que termine en matrimonio.
Nakodo: Es la persona que funje como intermediario entre la pareja, puede ser un familiar o amigo.
Ehime: es una de las prefecturasde la región de Shikoku (que incluye la Isla de Shikoku más otras islas menores) de Japón, se caracteriza por su riqueza natural, y sus aguas termales.
yoyogi park: Es considerado el pulmón de Tokio por ser el parque más grande de la ciudad.
