The Darkward Fanfic Contest
nombre del Fic: "The Real Vampire"
Nombre del autor : Ahtziry-hp-twilight-host-7 (Alice Ahtziry)
Número de Palabras: 17,979
Advertencias: Clasificacion MA, con contenido muy fuerte, no leer a menos que seas de mente avierta a el sadismo, la tortura y las locuras que se hacen por amor.
"La multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que al honor." Aristóteles
"THE REAL VAMPIRE"
Desesperada, molesta, ansiosa, y por que no FRUSTRADA!!, solo unos pocos de los sentimientos que estaban claramente presentes en mi en este momento, llevaba bastante tiempo esperando a que el llegara, pero mientras tanto no me quedaba de otra mas que esperar, aunque en parte era mi culpa por haber llegado con demasiada anticipación al lugar donde lo vería, revise por décima vez mi reloj de pulsera, un minuto y serian las 12:00 A.M., no despegue la ceñuda mirada de el reloj como si intentara manipular el tiempo y que este avanzara mas rápido, pero entonces cuando el reloj marco exactamente las doce un sonoro y familiar ruido se escucho en el vació y obscuro callejón y con el corazón en una mano levante la mirada lentamente, ante mis ojos se encontraba la perfección en persona.
Como siempre cada fin de mes aparecía Lord Edward Anthony Masen Cullen, el vampiro mas escalofriante y a su vez excitante que había llegado a ver alguna vez y no es que no tratara con vampiros, ya que una bruja que lograra preparar una poción "the real vampire" decentemente no la encontrabas todos los días, por lo tanto yo no solo vendía mi poción a Lord Cullen, (quien era descendiente directo de el Conde Dracula, el primer vampiro y por lo tanto el de mejores dones, que toda su real descendencia había heredado y Lord Cullen no era la excepción), si no también a unos cuantos vampiros mas que vivían ocultos entre lo humanos, gracias a la protección de dicha poción, aunque no había nada que se pudiera hacer por la sed que estos sentían, era algo que ellos debían controlar, lo que esta poción daba era principalmente protección contra su peor enemigo, El sol.
Lord Cullen era alto y musculoso de tez palida y con despeinado cabello broncineo y hechizantes ojos rojos.
- son las doce, hum... creí que no llegaria – dije intentando que mi tono no sonara con reproche pero lo conseguí
- alguna vez eh llegado tarde? – respondió con su aterciopelada voz en tono amenazador, que me erizaba la piel y me carcomía las entrañas con escucharla. Y por supuesto el tenia razón, por mas que lo pensara sabia que el nunca había llegado ni un minuto después de las doce.
- en realidad no... pero... - balbuce cuando la luz de la luna acaricio tenuemente la piel de Lord Cullen y me dejo sin habla
- entonces no es bueno que hables tonterías – dijo este y me arrebato con cierta brusquedad la botella con la poción y sin decir nada mas se perdió en la noche.
"Lo hizo de nuevo!" Pensé mas que furiosa, pues una vez mas había desaparecido sin mas, dejándome de pie aturdida y deslumbrada, con las monedas en la misma mano que había sujetado la poción y con con el cerebro embotado por su incertidumbre de saber a penas nada de su misteriosa vida y por supuesto con las ansias de esperar el próximo fin de mes como siempre, claro que nada de esto era algo de lo que podría culparlo directamente, de hecho me sentía patética por esta obsesión tan absurda por ese vampiro.
Me concentre profundamente en mi casa para aparecer allí, cerré los ojos y cuando los abrí estaba de pie en la salita de mi casa, con la sensación de haberme dejado algo en el camino, cerré los ojos y escuche que afuera llovía "la lluvia refleja mis sentimientos, tristeza y tal vez hasta abandono" pensé sin dejar de escuchar el lastimero sonido de las gotas al caer, pero un maullido y unas caricias suaves en mis piernas me sacaron de mi ensimismamiento, abrí los ojos y mire el suelo, me encontré con los enormes ojos ambarinos de Phineas mi gato, estaba feliz de verme por que sabia que era la hora de cenar.
- ya te doy de comer Phineas, pero antes tomare una buena ducha relajante – dije a mi gato y lo tome en brazos
- eres una presiosura sabias? - dije acariciando detrás de su oreja mientras entraba a mi habitación y el ronroneo
- muchas gracias, claro que eso yo ya lo sabia Bella – respondió a mis espaldas una voz risueña, me gire y me encontré cara a cara con James, mi actual novio, "lo único que me faltaba mas estrés" pensé al verlo de pie tras la puerta de mi cuarto.
- hace cuanto estas allí? - le pregunte bajando a Phineas al piso
- no hace mucho, solo lo suficiente – dijo este y se acerco peligrosamente a mi
- acaso no me extrañaste nada mi pequeña gatita? - pregunto con fingido dolor mientras acariciaba mi rostro y unía sus labios con los míos
- te amo Bella – susurro contra mis labios, el sonido de ese par de palabras me hizo estremecer, yo quería mucho a James, pero tanto así como para amarlo en definitiva no, por lo que decidí ignorar sus palabras y abalanzarme sobre el, de inmediato el adivino mis intenciones y me llevo a la cama, con desesperación me quito la ropa y fue dejando besos por toda mi piel que iba quedando al descubierto, mientras yo enterraba mis unas en su espalda por las millones de sensaciones que enviaban a mi cuerpo sus besos.
Desesperada despoje a James de toda su ropa con uno de mi hechizos y el solo ronroneo por el hecho de que estuviera desesperada por estar con el, acerco su duro miembro a mi sexo y sin mas entro en mi, llenando mi interior de sensaciones inexplicables y mientras el aumentaba sus embestidas y sus besos mis jadeos eran mas intensos y placenteros, con una descarga de adrenalina el alcanzo su orgasmo, dejándome una vez mas a medio camino, frustrada como estaba aleje su cuerpo del mio y me levante de la cama
- a donde vas mi fiera? - pregunto sujetando mi tobillo y regresándome a la cama
- tengo que bañarme y darle de cenar a Phineas – dije safandome de su agarre y volviéndome a levantar
- muy bien, yo ya tengo que irme – respondió poniéndose en pie, aun se estaba vistiendo cuando yo entre al baño dejándolo semidesnudo sobre mi cama.
...
Estuve en la ducha hasta que el agua caliente se termino, finalmente salí ya con mis pantalones de dormir y mi vieja playera agujerada, "por que no podía amar a James como el siempre repetía que lo hacia, seria por que nunca me había satisfacido en la cama?, o por el hecho de haber tenido tantas relaciones sentimentales que ya me había resignado a nunca amar a nadie?" Sin dejar de pensar en esto di de comer al pequeño Phineas, quien entro maullando por la ventana en cuanto olio la comida, y finalmente me dispuse a comer algo yo, mis tripas gruñían de hambre, metí la carne y patatas que había preparado en la tarde anterior al horno y me dispuse a esperar que la comida estuviera lista, mientras tanto hice zapping en la televisión, pero termine apagandola ya que no encontré nada interesante en ella, tome mi plato de comida de el horno y me marche a mi cuarto.
En la habitación no había gran cosa, salvo quizá unos cuantos ingredientes para mis pociones, calderos viejos y rotos, y por supuesto la enorme cama adoselada, que en estos momentos estaba revuelta y destendida por el momento que acababa de compartir con James y como un recuerdo de mi insatisfacción en la cama sentí un pequeño retorcijon en la vagina, ignorándolo me tire en mi cama y tome el primer libro que encontré, en la cabecera de la cama estaban los mejores títulos de brujería y pociones y frente a la cama un tocador enorme, con el espejo roto y en el descansaban la mayoría de mis pociones en frascos de cristal.
Termine de cenar y deje el plato y mi libro a lado de la cama, "ojala algún día llegue a descubrir el secreto que envuelve a ese Lord Cullen" recordando nuestros furtivos encuentros nocturnos, tome aire profundamente y me dispuse a revisar las reservas de la poción "the Real Vampire", solo para encontrarme que estas llegaban peligrosamente a su fin "genial, y con lo caro que se esta poniendo todo ahora" pensé furiosa "menos mal que Lord Cullen paga bien, si no tendría que dejar el negocio", aunque no me hacia mucha gracia la idea de que un montón de vampiros furiosos fueran a abordarme en un callejón obscuro por negarme a venderles mas poción, la sola idea de esto me hacia estremecerse, sacudí la cabeza de un lado a otro intentando espantar esa horrible imagen de mi cabeza y me metí en la cama.
-Buenas noches Phineas – grite y deje que Morfeo me tomara entre sus brazos.
Estaba en el claro de un bosque, un hermoso claro, llevaba un vestido que nunca en mi sano juicio me pondría, pero eso no era lo mas interesante, si no que iba caminando con el corazón acelerado, esperando al parecer encontrar algo muy importante o quizá era alguien muy importante, de repente me sentí observada esa sensación de un par do ojos que te seguían en cualquier movimiento, lentamente muy lentamente y sin saber aun a donde apresure el paso para dejar atrás esa sensación tan horrible, cuando no pude mas me gire para encarar lo que fuera que me perseguía …
Desperté a mitad de la noche debido a que Phineas había entrado precipitadamente por la ventana y una vez mas mi sueño quedo inconcluso. "Por que demonios siempre es en esa parte cuando despierto" Pensé hecha una furia, vi el reloj en mi mesita de noche y vi que eran las 4:20 am, quería ponerme a analizar mi sueño, pero estaba demasiado cansada para hacer cualquier otra cosa así que solo me di la vuelta y me dormí de nuevo.
…
Desperté nuevamente a las 7 con una jaqueca de los mil demonios, me dirigí al baño y al verme en el espejo note una horribles ojeras.
- maldita sea – dije furiosa, cerré los ojos y me concentre en desaparecer estas como cada mañana, cuando abrí los ojos mi cara estaba normal o al menos normal en lo que a mi se refiere, ya que el paliducho color de mi piel y mis desaliñadas facciones eran irremediables, deje de ver mi maldito reflejo y me dispuse a trabajar en mis pociones.
Por la tarde con aires de autosuficiencia por haber conseguido como siempre que mis pociones fueran perfectas me dirigí a llevarle su poción a Demetri, otro de los vampiros a los que vendía mi "The Real Vampire", pero tenia demasiadas cosas en mi cabeza, por lo que no quise simplemente aparecerme y fui caminando.
No tarde mucho en salir del pequeño pueblo en el que vivía, donde prácticamente todos me conocían, pero nadie a excepción de James sabían que yo era una bruja, ni siquiera los muchos ex-novios que tenia, aunque claro no todos vivían aquí, inclusive había algunos que ya no vivían, como Mike Newton, un chico risueño con facciones de bebe, según todo el mundo Newton me idolatraba, decían que besaba el suelo por el que pisaba, lo que no ponía de muy buen humor a Jessica Stanley quien se convirtió en una especie de espiá que nos observaba todo el tiempo a Mike y a mi, los meses que pase con Newton fueron buenos, hasta que un día me dejo una carta diciendo que no podía continuar conmigo por que no era suficientemente buena para el, ademas de que era extraña, eso me destrozo el corazón y al día siguiente de que recibiera su carta lo habían encontrado colgado en un árbol a las afueras de la ciudad de Seattle según supe se suicido, pero nunca quise investigar si esto era cierto o no.
Medio año después de lo de Mike conocí a un chico llamado Eric Yorkie después de que me insistiera por meses acepte una cita con el y realmente me gusto su forma de ser tan espontanea que acepte ser su novia y siempre lo pasaba bien con el, pero una tarde se fue sin decirme nada, días después su cuerpo fue encontrado en un lago, según la autopsia se había cortado la venas y luego se había tirado al lago, donde había terminado de desangrarse, tome aire profundamente al recordar esas horribles experiencias, por supuesto que tenia una horrible suerte de que me tocaran los chicos suicidas o aquí había gato encerrado, pero a parte de ellos había tenido varios novios que no habían valido la pena, eran posesivos, celosos, groseros o hasta oportunistas, aunque James no era así, el era realmente tierno cuando se lo proponía y romántico, en realidad nuestro único problema era en la cama, pero si yo pudiera elegir de quien enamorarme, sin duda que lo elegiría a el, pero por desgracia no tenia el poder de hacer tal cosa, estaba destinada a no conocer el amor, aunque quizá Lord Cullen... dijo unavocesita molesta en mi cabeza, sacudí mi cabeza de un lado a otro tratando de ahuyentarla, "pero que diablos estaba pensando, un vampiro?, por favor yo no estaba enamorado de un vampiro, solo estaba obsesionada con saber de el y eso no era amor, no podía serlo, o si??".
Sacudí la cabeza nuevamente para espantar esos estúpidos pensamientos y cerré los ojos, y cuando los abrí lo vi, frente a mi se encontraba un viejo camino que para nada se parecía al empedrado por el que iba en este momento, mas bien se parecía al viejo camino que todas las noches recorría en mi sueño, mi curiosidad de saber que encontraría al final de este camino era inmensa, por lo que decidí seguirlo.
Conforme fui avanzando los arboles crecían mas juntos y tupidos que impedían que la luz del sol se filtrara por estos, o tal vez había caminado bastante tiempo por el viejo camino que ya había obscurecido, esto no tenia sentido, lo que veía todas las noches no era mas que un sueño, que diablos esperaba encontrar aquí, ese precioso prado donde parecía que hubiesen arrancado los arboles a propósito para después sentir esa mirada clavada en mi?, "oh brillante plan Isabella y luego que?", me regañe a mi misma y di media vuelta decidida a regresar por donde había venido.
Ni siquiera di dos pasos cuando lo sentí, esa ya familiar sensación de sentirme observada, sentí que el alma se me venia a los pies al recordar que esta vez no estaba soñando, que todo era real, abrí los ojos desmesuradamente y mire a mi alrededor, trate de recordar cualquier hechizo protector, pero mi mente estaba en blanco, intente desaparecerme, pero no me pude concentrar lo suficiente ya que el sonido de unos pasos aproximándose a mi me interrumpieron, no me quedo de otra mas que hacer lo que en el sueño y entonces corrí, corrí como nunca en mi vida había corrido y por primera vez mi torpeza no me hizo caer al suelo, a pesar de que tenia que correr por entre las salidas raíces de los arboles seguí corriendo tan rápido como si el mismo diablo me persiguiera, podía escuchar sus pasos casi encima de los míos, pero no me di por vencida y seguí corriendo, por desgracia una vez mas mis malditos pies me traicionaron y tropecé con una enorme piedra, la pierna derecha me dolía horrible, aterrada levante la vista pero todo estaba a obscuras, aun así logre vislumbrar una rubia cabellera y unas manos tan blancas como la cera que se aproximaban a mi, cerré los ojos y solo una risa terrorífica llego a mis oídos y eso fue lo ultimo de lo que fui consciente.
...
Cuando abrí los ojos me encontraba en una especie de mazmorra de piedra, a mi alrededor solo había una puerta de madera cerrada con candado, Lord Cullen, una ventana alta y... esperen LORD CULLEN?!!. frote mis ojos para comprobar que no era una alucinación y con esto note que tanto en mis pies como en mis manos tenia una especie de pulcera de oro gruesas y largas compuestas por ramificaciones que hacían extraños símbolos y dejaban espacios entre ellos y ya no traía el pantalón de mezclilla ni la playera azul con manga larga que me había puesto al salir de casa, si no que llevaba un vestido negro y rojo de tela muy fina, tenia encajes como de los años 1900, con corsee y todo, me sonroje al imaginar que me pudieron haber hecho mientras estaba inconsciente.
- espero que no te disguste usar esa ropa, veras querida miá, yo nací alrededor del año 1900, entenderás que me agrade que vistas con la ropa que en ese entonces se usaba – hablo Lord Cullen con su irresistible y aterciopelada voz que solo logro confundirme mas.
- do..donde estoy?, por que me tiene aquí Lord Cullen? - pregunte elevando el rostro al suyo, Lord Cullen iba también vestido con un traje tan antiguo como mi vestido, el saco, el chaleco y el pantalón eran grises, la camisa de mangas blanca y una corbata azul
- querida miá – dijo este levantándose de la silla aterciopelada donde se encontraba y sentándose a lado mio con una rapides inhumana – me ofende que me llames Lord Cullen, al fin y al cabo estamos a punto de casarnos, seria mas conveniente que me dijeras amor, vida, cariño, o simplemente Edward – dijo cada palabra con una sensual voz que me erizo el cabello de la nuca, pero había algo en sus palabras que mi cerebro aun no lograba procesar
- Casarnos? - pregunte con la voz aterrada, para mi no existía ninguna palabra mas maldita que aquella, aun tratando con vampiros, hombres lobos y toda clase de alimañas.
- es que acaso Lord Edward Anthony Masen Cullen no es merecedor de tu amor?! - grito poniéndose en pie, en sus ojos veía el fuego y la sed mezcladas, en cualquier momento podría asesinarme, debía hacer algo, me concentre en mi casa para aparecer allí y acabar con todo esto, pero en lugar de desaparecer de allí lo que obtuve fue una descarga eléctrica que me recorrió desde la cabeza a los pies, era el dolor mas insoportable que había sentido en mi vida, solté un grito desgarrador que arranco una carcajada de Lord Cullen.
- con que intentando hacer magia amada miá! - grito de nuevo pero esta vez soltó una carcajada - pues te tengo noticias, estos – dijo señalando las pulceras de mis manos y mis pies - fueron hechos especialmente para mi bruja favorita, para que no intentara abandonarme – de nuevo se aproximo a mi y yo con temor me aleje de el, de nuevo la rabia se marco en sus negros ojos.
- mirame cuando te hablo maldita sea! - rugió y tomo mi cara con una de sus manos y la giro a su rostro causándome daño mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas por el terror
- no, no llores Isabella, o mejor dicho Bella es así como te llaman tus amigos cierto, aunque yo podría tomarme la libertad de llamarte Bells, como solo te llaman tus amantes – dijo con la voz dura y fría mientras que con su mano libre acariciaba mi brazo descubierto, el contacto con su fría piel me hizo estremecer y por supuesto el no lo paso por alto
- oh sera que tu futuro marido no puede llamarte así amada miá? - continuo con ese mismo tono de voz
- puede llamarme como quiera Lor... querido – me corregí en el ultimo momento y sus duras facciones se relajaron con esto.
- veo que has aprendido amada miá, eso me gusta – dijo tomando delicadamente mi rostro con su mano y de nuevo acariciando con la otra mi brazo y ahora también mi espalda.
- sabes amada miá tenia planeado dejar nuestros deseos carnales hasta mañana después de la boda como es correcto, pero la verdad es que te deseo con locura mi querida Bells – dijo con la voz tan sensual que de inmediato comenzó a excitarme, Lord Cullen acerco su boca lentamente a la miá y finalmente me beso, su sabor era embriagante y delicioso que no pude evitar corresponderle, sentí como las comisuras de sus labios se elevaban en una sonrisa y se alejo de mis labios solo para bajar por mi cuello y mis hombros, nada en mi cuerpo reaccionaba pero mi cerebro no dejaba de repetirme "esto no esta bien, tengo novio y ademas si me arriesgo a estar con un vampiro el podría matarme en el proceso", había leído mucho sobre uniones profanas entre humanos y vampiros y por supuesto ninguna de esta tenia un... felices para siempre, por lo que trate de reunir fuerzas y me aleje de el, pero de inmediato me arrepentí de haberlo hecho.
- te resistes a mi Isabella, es que prefieres a esos débiles mortales por sobre mi?, a ellos si puedes entregarte pero a tu futuro marido no cierto? - dijo aun mas enfurecido que las primeras dos veces
- pagaras por esto, no tienes idea como – dijo al ver que no respondía, pero la verdad era que su furia me había dejado sin habla, se puso en pie y me levanto con el, sacudió mis hombros mientras rugía:
– escuchame Bella y escuchame con mucha atención, si no eres para mi, no seras para nadie! - dicho esto me arrojo contra la pared con fuerza golpeándome el brazo y la pierna izquierda tan fuerte que Pensé que me había roto algo sin embargo el salio de la mazmorra sin mirar atrás.
El golpe fue realmente duro a pesar de que no sangraba me dolía bastante el costado izquierdo, por lo que opte en no moverme demasiado ya que no podía curarme con magia o recibiría mas descargas eléctricas, en un momento, no podía saber precisamente hace cuanto alguien había introducido un plato con comida, era caldo de pollo con verduras, lo debore casi al instante y quede satisfecha, pero en estos momentos el estomago me rugía de hambre como si no hubiera comido en días, solo esperaba que ese fuera el castigo de Lord Cullen dejarme morir de hambre y no nada mas doloroso, cerré los ojos intentando dormir sin moverme demasiado, pero el dolor y el hambre eran tan intensos que me despertaban cada cierto tiempo.
...
- Despierta! - escuche la voz de Lord Cullen entre sueños y luego sentí unas heladas manos que me sacudían haciendo que el dolor de mi costado aumentara enseguida y no pude evitar gritar de dolor
- tienes que ver algo – dijo con voz triunfante Lord Cullen poniéndome de pie en el piso, pero no pude mantenerme en pie mucho tiempo, el dolor no me lo permitía ademas de que sentía las piernas de gelatina.
- mi amada, no es hora de dormir, tienes que ver algo – bruscamente me levanto del piso, como pude me arrastre junto con el y recorrimos aquel obscuro ¿castillo?, bueno al menos eso parecía, un viejo castillo de piedra.
- Jasper, esta todo listo? - pregunto Lord Cullen cuando nos detuvimos frente a una puerta de lo que parecía un calabozo, allí un rubio alto con un sinfín de cicatrices plateadas en la piel asintió
- así es mi Lord, como usted lo ordeno – dijo agachando la cabeza ante Lord Cullen
- ah, valla – dijo con orgullo lord Cullen - veo que Emmett y tu se divirtieron con la cacería de este mortal – al parecer estaba leyendo el pensamiento de el rubio.
- así es mi Lord, pero descuide no lo dejamos inconsciente, por lo que pudo verlo y sentirlo todo, ah gritado como una niñita cuando Emmett lo penetro sin piedad – agrego con una sonrisa maliciosa en los labios el rubio llamado Jasper, mi corazón estaba acelerado, quien podría estar dentro de esa habitación era un misterio para mi, pero mi mente no dejaba de pensar nombres de mis humanos conocidos con terror mientras esperaba, "Renee, Charlie, Jacob, Angela, Jessica, James, Emily, Sam..."
- perfecto – respondió Lord Cullen con satisfacción, Jasper abrió la puerta, y Lord Cullen me llevo de rastra a su lado, estaba obscuro y no lograba ver de quien se trataba, pero en cuanto Jasper entro con una antorcha un grito desgarrador inundo la habitación
- no!, por favor tengan piedad, no se por que me hacen esto, yo nunca eh hecho nada contra ustedes – gimoteo una familiar voz que me dejo en estado de shock en cuanto la escuche
- James! - grite aterrada y con el corazón acelerado
- Bella?...Bella!! - grito con pánico en la voz
- no, por favor a ella no, hagan lo que quieran conmigo, pero a ella no la toquen – grito James
- lamentablemente mortal inservible, tu no estas en posición de pedir ni ordenar nada – dijo con su aterciopelada voz Lord Cullen arrebatandole de las manos a Jasper la antorcha y encendiendo con ella un enorme cáliz que contenía petroleo y esta ardió iluminando toda la habitación, pude ver a James tirado en el suelo con la ropa rasgada, ensangrentado y con marcas de látigos en la espalda y los brazos, su cara estaba hinchada e irreconocible, sus azules ojos me miraban con tristeza y culpa, Lord Cullen me vio primero a mi y después a el y sin decir palabra alguna me soltó y fue a tomar a James del rubio cabello.
- así que es lo que piensas eh?, que Bella esta aquí como prisionera al igual que tu?, pues te equivocas imbécil, Bella es miá siempre me ah pertenecido eh vivido mas de 100 años esperándola y ahora que al fin la eh encontrado crees que se la dejaría a un insignificante y poca cosa como tu? - soltó una amarga carcajada y lanzo a James al suelo
James me veían con sorpresa e incredulidad, quise gritar para protestar y decirle a James que nada de lo que Lord Cullen decía era cierto, que solo lo estaba torturando igual o peor que a mi pero no pude por que los labios de Lord Cullen se estamparon contra los míos en ese mismo instante, me beso posesivamente, intente alejarlo pero el era demasiado fuerte y su aroma demasiado embriagante para resistirme.
Cuando Edward dejo mis labios regreso a donde y le dio una patada en las costillas, James que en estos momentos me veía con odio y desilusion solto un gemido de dolor.
- que falsa eres Isabella, creí que me amabas, nunca creí que fueras capas de algo así, me repugnas – grito con las pocas fuerzas que le quedaban y escupió sangre
- James, por favor, no entiendes esto no es así yo... - intente justificarme pero Lord Cullen hablo mas fuerte que yo
- si, por supuesto, esto no es lo que parece "James" – grito Edward imitando mi aguda voz – solo preguntate a ti mismo humano, cuantas veces escuchaste a Bella decir que te amaba, o que tu recuerdes cuantos orgasmos conseguiste que tuviera en sus noches de pasión? - pregunto Edward con su voz fría y con un deje de burla en las ultimas palabras, pero lo que mas me inquietaba es como diablos sabia el eso?.
- ah, no eres tan ingenuo como creí maldito humano, ya te diste cuenta que no eres mas que un estorbo en la vida de Bella, un estorbo que esta por ser eliminado – dijo con una maliciosa sonrisa en los labios Lord Cullen aun cuando James no había dicho absolutamente nada
- Jasper, mis juguetes – grito de nuevo levantándose y soltando el cabello de James, sus ojos negros estaban sedientos de dolor
- JASPER! - grito este de nuevo al parecer pensando que no se daba prisa con sus "juguetes", se me enchinaba la piel el imaginar que clase de juguetes serian.
Jasper entro con un baúl negro cargado como si no pesara nada, sin embargo cuando lo dejo en el piso hizo un ruido sordo, pase saliva difícilmente y James abrió los ojos desmesuradamente.
- excelente Jasper – dijo Lord Cullen feliz al ver su baúl, Jasper solo asintió con la cabeza y abrió el baúl luego salio de la habitación sin decir palabra alguna pero con una sonrisa macabra en su rostro.
- me pregunto que juguete sera bueno usar primero? - pregunto Lord Cullen a nadie en particular mientras se quitaba su saco, su chaleco y su camisa.
Su cuerpo era sencillamente mas perfecto e increíble de lo que yo me hubiera imaginado nunca, pero en estos momentos me causaba repulsión
- oh, creo que comenzare por algo simple – dijo poniéndose una especie de capa negra con mangas largas, tomo una especie de esposas negras de acero que en medio tenían un gancho y se acerco a James para ponerle las esposas.
Mi corazón latía como loco de miedo por lo que le pudiera hacer
- quedate quieto mortal, o me harás usar muchos mas de mis juguetes que los que tengo planeados para ti – dijo amenazadoramente a James cuando le ponía las esposas y este trataba de resistirse, pero de inmediato se quedo inmóvil
- ves no es tan dificil maldito gusano – dijo con una risa burlona y lo pateo en un costado, James comenzó a dar de chillidos, Lord Cullen lo ignoro y levanto a James por el gancho de las esposas y sin esfuerzo alguno lo colgó en una polea que pendía del techo, hizo girar una palanca que estaba en la pared de piedra haciendo así que la polea subiera, James quedo a varios centímetros del piso sosteniendo su peso únicamente con sus manos.
- bien comencemos con la diversion – dijo Lord Cullen con malicia y tomo una especie de mini martillo con una punta terminada en pico de un lado y del otro lado era parecido a un martillo normal.
- descuida, esto solo te dolera un monton – lo golpeo en la quijada con el lago ancho del martillo mientras hablaba y varios dientes salieron volando, cubri mis ojos con mis manos temblorosas y grite rogandole piedad a Lord Cullen pero el me ignoro, lentamente descubri mis ojos justo cuando lo golpeaba sin piedad, esta vez en las costillas y las rodillas, el sonido mas horrible que había escuchado en toda mi vida salia de la boca ensangrentada de James y Lord Cullen solo reia, era una risa escalofriante y llena de satisfacción, giro el martillo y con la afilada punta
- estas listo? – pregunto Lord Cullen y de nuevo se agacho a su baúl sin esperar respuesta, esta vez saco de el una araña de acero (1) y se acerco lenta y torturosamente a James que lo miraba con pavor.
- esta es mi amiga la pequeña araña – dijo abriendo y cerrando la araña en sus manos
- no por favor! - grite para que no le hiciera nada, pero el me ignoro y con la araña tomo la cara de James que comenzó a gritar de dolor por las afiladas patas de la araña le dio vueltas a los tornillos que se aproximaban peligrosamente a sus ojos, "esto no puede estar pasando, Lord Cullen no podía ser tan cruel como para atravesar sus ojos con esas cosas, o si?", debía intentar algo cualquier cosa que pudiera salvar a James.
- por favor Lo... Edward no le hagas nada, detente no puedes hacer eso... antes de la boda – dije con voz rota evitando ver el rostro de James aunque podía sentir sus ojos perforando mi nuca, Lord Cullen se paralizo al escuchar eso y giro su rostro al mio, en sus labios apareció una sonrisa de satisfacción.
- pero por supuesto querida, tienes razón no me manchare yo las manos antes de la boda – retiro la araña de la cara de James y la regreso a su lugar en el baúl, se aproximo a mi, coloco sus frías manos en mi cara y me beso, sus labios se movían posesivamente en los míos, su sabor era embriagante y enseguida perdí la razón y comencé a corresponderle el beso, con su lengua recorrió todo mi labio inferior como pidiendo permiso a entrar en mi boca, sin embargo intente resistir caer en sus encantos pero mis esfuerzos quedaron reducidos a nada cuando soltó mi cara y con ambas manos desgarro mi vestido dejándome en ropa interior solamente, escuchaba los gritos de James pero no podía hacer nada.
- quieres que te muestre lo que es un verdadero orgasmo? - grito Lord Cullen en dirección a donde se encontraba James, las piernas me temblaban de miedo por su amenaza y hubiera caído de no ser por que Lord Cullen me sostenía entre sus manos.
- Eres un maldito bastardo!, Lord?, quien demonios es Lord en estos tiempos, no eres mas que un vil cerdo – grito James y de nuevo escupió
- y en cuanto a ti – me señalo – ahora lo entiendo, esto solo era una mas de tus trampas, de tus cosas de maldita bruja que eres verdad?, esto mismo le hiciste a Newton y a Yorkie? - vocifero de nuevo con tono acusador me desgarro el corazón su acusación, pero antes de que dijera nada Lord Cullen se me adelanto.
- así es – simplemente dijo y de nuevo me beso, esta vez con mas pasión sus manos subían y bajaban por mis piernas erizandome la piel con su frió contacto, su lengua se abrió paso entre mis labios y jugo con la miá para después dejar mi boca de repente e ir hasta mi cuello.
- amada miá, tu sangre canta para mi en tu garganta, pero es el deseo por tu cuerpo es lo que me domina aun mas que nada – gimió con su dulce y aterciopelada voz, mientras James de nuevo gritaba un sin fin de improperios, quise alejarlo, correr, gritar, hacer cualquier cosa ahora que el estaba tan entregado a sus deseos como para poder hacer algo pero mis piernas no querían cooperar y mis sentidos estaban anonados, lo único que conseguí que saliera de mi garganta fue un gemido que el mal interpreto y bajo sus labios a mis hombros, me arranco en un segundo el sostén y lo arrojo lejos, cerré mis ojos, James estaba colgado de manos presenciando toda esta terrible escena, su corazón estaba destrozado y su cuerpo completamente lastimado, odiaba a Lord Cullen por hacerme esto, pero me odiaba mas a mi por corresponder sus besos y sus caricias llenas de deseo.
Tomo uno de mis senos con su mano mientras su lengua jugaba con el pezon del otro, me moje enseguida y al parecer el no paso por alto el olor, en un movimiento me arranco la única prenda que me quedaba y me llevo a una mesa de madera que se encontraba en una de las esquinas del calabozo, me recostó allí con las piernas de la rodilla para abajo colgando de esta, me dio una ultima mirada repleta de deseo y separo mis piernas, podía sentir mi pulso en los oídos, y este había apagado los gritos de James, sin embargo sabia que seguía allí, que aun nos observaba y gritaba, Lord Cullen inhalo profundamente muy cerca de mi sexo, lo cual ocasiono que me mojara aun mas, si es que eso era posible, sentí su fría lengua recorrer mi sexo, enviándome miles de sensaciones inexplicables por todo el cuerpo y arrancando gruñidos de mi pecho, su mano subía y bajaba descontroladamente por mi pierna y llego a mi glúteo, lo apretó suavemente y después subió mas su mano a mi intimidad, el suave rose de sus dedos en mi sexo hizo que mi corazón se saltara dos latidos y no pude reprimir un gemido con este nuevo toque, lentamente introdujo uno de sus dedos en mi centro y mis ojos se quedaron blancos de placer mientras que mi interior lo recibía gustoso, comenzó a bombear fuertemente su dedo dándome descargas de placer incontenibles, mi cadera se movía inconscientemente con sus dedos, y sin previo aviso metió otro dedo en mi, un grito se escapo de mi garganta y el placer se apodero de mi, con esto ultimo saco ambos dedos de mi y se los llevo a la boca
- ah, Bella tu sabor es realmente delicioso, me excita el solo olerlo pero probarlo me hace querer tomarte de inmediato – dijo y se deshizo de su pantalón en un rápido movimiento, su miembro estaba tan excitado que dolía el solo verlo.
Subió conmigo a la mesa y delicadamente roso su cabeza con mi sexo, ambos gemimos por el contacto, acerco su rostro al mio y beso mis labios con aun mas deseo que antes, tomo mis manos y las puso en su espalda, intente enterrar mis uñas en ella para causarle dolor pero fue inútil, su piel era impenetrable, pero realmente suave, siguió rozando su cabeza en mi entrada hasta que súbitamente entro en mi, era realmente grande y me dejo sin aire poco a poco comenzó a entrar y salir, dandome un placer interminable pero ya lo había decidido no dejaría que me hiciera llegar al orgasmo no le daría ese gusto me iba a controlar y no dejaría que ocurriera.
Sin esfuerzo me tomo entre sus brazos levantado mi espalda de la mesa sin salir de mi, el quedo hincado en la mesa mientras yo sobre el con mis piernas dobladas sobre las suyas y mi cabeza hacia atrás, esta nueva posición hizo que entrara mas profundamente en mi y yo deje escapar un grito de placer mientras que el me embestía con fuerza sosteniendo mis caderas con una mano y con la otra masajeando uno de mis senos mientras tanto su boca se encargaba de el otro, a este paso no podría resistir el increíble orgasmo que seguramente me tendria, pues jamas en mi vida había sentido este nivel de placer que me hacia gritar y gemir intercaladas veces hasta que mi garganta me dolía de tanto gritar pero no me daría por vencida, no iba a tener un orgasmo.
- Bella – dijo mi nombre entre gemidos de placer que derrumbaron todas mis barreras, me desplome en sus brazos y el siguió con sus fuertes y placenteras embestidas, sus labios que hasta entonces mordían y succionaban mi pezón ligeramente dejaron de hacerlo para unirse con los míos en un pasional beso, donde nuestras lenguas luchaban para someter una a la otra, por un momento olvide donde me encontraba y que James nos observaba pero cuando lo recordé aleje mi rostro del de Edward y... ¿Edward?, de cuando aca el era Edward para mi no lo se, pero una vez mas me malentendió y volvió a besar mi seno, bajo ambas manos a mi trasero y movió mas deprisa mis caderas, esto era lo máximo que podía soportar, estaba al borde del orgasmo pero no tenia que alcanzarlo, en ese preciso momento Edward quito una de sus manos de mi trasero y la metió por entre nuestros cuerpos hasta llegar a mi sexo, no tenia idea de que planeaba hasta que su dedo se topo con mi clítoris y comenzó a estimularlo, mi cuerpo reacciono al instante, mis piernas temblaban de una manera jodidamente placentera y mis manos se sacudían mientras mi cuerpo se iba llenando de espasmos hasta ahora desconocidos, no supe en que momento perdí la razón o la lucha por oponerme a lo inevitable pero ahora no hacia mas que gritar el nombre de Edward, gemir o gritar pidiendo mas, el por supuesto me complacía en todas mis instrucciones, mi espalda se arqueaba por un extraño cosquilleo que sentía subir y bajar desde mis hombros hasta mi trasero, por dentro sentía como su miembro chocaba contra mis paredes y estimulaba mas y mas mi punto g de una manera que nunca nadie lo había hecho y la suma de todas estas sensaciones comenzaban a crear una sensación extraña en mi de ansiedad, Edward salio completamente de mi y con una fuerte embestida entro nuevamente de lleno y se movió mas descontrolada y fuertemente que antes, sentí mis paredes apretar el miembro de Edward y de su pecho salio un gruñido gutural logrando no solo que alcanzara mi orgasmo, si no que tuviera una eyaculacion, la cual consideraba hasta este momento un mito, Edward salio de mi para dejarme disfrutar los espasmos del orgasmo que eran interminables, me quede quieta en posición fetal aun disfrutando las miles de sensaciones mientras el se vestía.
- has visto eso humano, tu no eres rival para mi – grito Edward a James, horrorizada alcé la vista a mi novio que me veía con odio y repulsión pero no dijo nada, su labio sangraba, estaba rojo de furia y sus manos se comenzaban a poner moradas, me incorpore en la mesa de inmediato.
- James... yo... - tartamudee pero James me interrumpió
- no!, no te atrevas a hablarme maldita traidora, yo creía en ti nunca pensé que me fueras a hacer algo así, no quiero volverte a ver! - grito tan fuerte como pudo y al segundo y en menos de 5 segundos Lord Cullen estuvo parado junto a el con una pera del papa (2)
- eres muy fastidioso humano inservible, por que no mejor te callas? - introdujo la pera profundamente en la boca de James y con un movimiento la abrió dentro de su garganta, luego la cerro de nuevo y la saco llena de sangre de su boca, sin poder decir nada mas James empezó a toser escupiendo sangre, parecía como si su garganta se hubiera desgarrado y se estaba ahogando con su propia sangre.
- así ya no eres tan fastidioso – se burlo y lanzo la pera lejos con expresión de asco – a pesar de la gran tentación del olor de tu sangre no me rebajare a beber algo tan sucio – replico y se giro para encarame, yo estaba asqueada conmigo misma por no haber puesto mayor resistencia a lo que Edward estaba haciendo pero lo que mas asco me daba era la cara de satisfacción que el tenia y como su sonrisa se ensanchaba mas y mas al ver a James así.
- eres un maldito como es que lo dejas sufrir así – le grite y me solté a llorar, me levante de la mesa donde me había quedado inmóvil y como pude corrí hacia James con mi costado adolorido punzando pero Edward me impidió el paso sin contestar a mi reclamo como si este nunca se hubiese producido, golpee su espalda tan fuerte como pude haciéndome mas daño a mi que lo que le hacia a el.
- Jasper, Emmett – grito Edward tan fuerte que del susto brinque y caí de espaldas, tome del piso lo que quedaba de mi rasgado vestido y me cubrí con el para que Jasper y Emmett no me vieran desnuda.
- en que podemos servirle mi Lord? - pregunto Jasper entrando seguido de otro vampiro mucho mas atemorizante, a diferencia de Edward o Jasper que tenían los músculos marcados este estaba mucho mas fornido, tenia el cabello café y al igual que Jasper lucia unos ojos rojos opacos casi negros lo que mostraba que ya hacia tiempo desde su ultima cacería.
- encárguense del moribundo – dijo simplemente Edward, me tomo entre sus brazos y avanzo a la salida del calabozo, los ojos de James se abrieron desmesuradamente cuando Emmett y Jasper se abalanzaron sobre el con los ojos sedientos viéndolo como un par de tigres a un gran pedazo de carne.
- no! - grite y enterré mi rostro en el pecho de Edward cuando los gritos de James comenzaron, empece a llorar desconsoladamente e intente en vano tapar mis oídos pero no sirvió de nada, los gritos aun se se escuchaban y me destrozaban por dentro, sentí el aire golpearme fuertemente en la cara y el cuerpo, cosa extraña ya que no recordaba haber visto ventana alguna allí.
Cuando el aire dejo de golpearme de esa manera los gritos de James ya no se escuchaban. "Fue tan cruel James no merecía una muerte así", quería morir también, la culpa me carcomía por dentro, "debió ser realmente duro para James presenciarlo todo, ademas había muerto pensando que yo había tenido algo que ver con su captura, sin darse cuenta que también yo era prisionera", las lagrimas seguían cayendo por mis rostro, abrí los ojos y vi el rostro de Lord Cullen observándome atentamente con el entrecejo fruncido, todo mi dolor se convirtió en rabia contra el monstruo que tenia frente a mi y que aun me sostenía en brazos, aunque ya no estábamos en el calabozo, si no en la mazmorra donde me habían llevado cuando fui capturada
- Eres un monstruo! – le grite cuando abría la boca para decir algo, furiosa luche por bajar de los brazos de Lord Cullen, el me soltó y yo caí de bruces contra el suelo.
- James no merecía lo que le hiciste, como puedes ser tan cruel maldito monstruo! - le grite sin dejar de llorar e ignorando el punzante dolor que tenia en las costillas me levante de suelo envuelta en la desgarrada tela y de nuevo golpee su pecho con coraje y lagrimas.
- había escuchado de seres malvados pero tu eres de lo peor, no puedo creer que seas... -
- basta! – grito con un gesto terrorífico en su cara que me dejo muda, con sus manos detuvo las miás para que no lo golpeara mas, pero yo trataba de zafarme de su agarre, cosa que no era nada simple.
- lo único que hice fue darte el mejor sexo de tu vida y quitar de en medio al maldito parásito que te mantenía alejada de mi, como puedes culparme por eso, te amo Isabella Marie Swan! - grito enfurecido y yo me quede de piedra -ah sido así desde la primera vez que acudí a ti para comprar tu poción, pero tu siempre has estado rodeada de débiles humanos hormonales en lugar de verme a mi, ellos jamas podrán darte todo lo que yo te doy y creo que lo acabas de comprobar, ademas el solo hecho de pensar que tu te llegues a enamorar de un malnacido como ese me hace querer matar a todo aquel que se te acerque – dijo con un tono mas bajo pero igual enfurecido y soltando mis manos, estas cayeron inertes a mis costados y seguí escuchándolo – y así lo eh hecho y lo haré cada que alguien quiera arrebatarme los que es mio, por que tu eres miá Isabella y nadie mas tiene derecho a tocar lo que es mio o morirá al igual que James, Mike y Tyler – dio un golpe a la pared de piedra con el puño al pronunciar los nombres de mis ex-novios, del techo cayo tierra por la fuerza de su golpe pero eso no fue lo que me dejo en shock, si no sus ultimas palabras.
- tu – dije con un hilo de voz y con los ojos nuevamente anegados en lagrimas – fuiste tu!, mataste a Tyler, a Mike y ahora mataste a James solo por que ellos estuvieron conmigo? - dije sin poder asociar bien los hechos por que mi cerebro se había quedado congelado.
- todo lo que eh hecho lo hice por amor y lo volveré a hacer si es necesario – dijo en un susurro pero entonces la verdad cayo sobre mi como un balde de agua helada, el me había quitado todas mis oportunidades de ser feliz, no era yo la del problema, si no el, todo este tiempo fue el, Lord Edward Anthony Masen Cullen.
- eres la peor clase de basura que existe en el mundo maldito... - pero no pude continuar por que un agudo y martirizante golpe en la mejilla me mando al otro lado de la mazmorra
- Callate, no puedes decirme eso a mi yo … -
- si puedo y sabes que?! - le hable con la voz rota y llorando de dolor sobándome la mejilla, ahora si ya me dolía todo: el cuerpo, el alma y el corazón, pero no iba a sufrir yo sola
- Te odio! - le grite tan fuerte como pude y con toda mi ira contenida, el vino hasta mi y me tomo del cuello con una mano y me alzo del varios centímetros del piso, no podía respirar y solo veía su rostro lleno de ira, me retorcí en sus manos intentando tomar aire mientras un dolor en mi cabeza martillaba.
- jamas, repitas eso – dijo seriamente y presiono mi cuello mas fuerte
- si va...s a ma...ta...rme ha...zlo per...o no me ca...sare con...ti...go– dije entrecortadamente con el poco aire que lograba introducir a mis pulmones, de nuevo me soltó y esta vez caí de senton en el suelo, tosí y a aspire fuertemente para recuperar el aliento sin dejar de sobarme el cuello.
- eso lo veremos – dijo secamente y salio de allí dando tal portazo que de nuevo cayo tierra del techo de la mazmorra.
...
No supe cuanto tiempo estuve llorando mi pena, sollozando y gritando cosas al viento, ni cuanto tiempo estuve inconsciente por mis múltiples dolores, el cansancio de el sexo tan rudo que había tenido y por mi falta de alimento, solo que hacia ambas cosas alternadamente.
Deseaba que esto se tratara de una pesadilla y que al despertar todo fuera normal, pero ya nada nunca seria normal, James, Tyler y Mike no revivirían por mas que yo deseara y gritara sus nombres, en realidad no había llegado a amar completamente a ninguno de los tres, pero eso había sido por que me fueron arrebatados, asesinados por un maldito vampiro que estaba enamorado de mi.
- esta despierta? - escuche a una chica hablar pero no hice ademan de moverme
- pues si no lo esta tenemos que despertarla por que si no Lord Cullen se pondrá como loco – respondió otra chica
- despierte por favor lleva un día y medio dormida– dijo la primer chica sacudiendo mi hombro lo cual me dolió horrible y solté un grito.
- lo lamento mucho Isabella no quise lastimarla – se disculpo, abrí los ojos y vi a un par de chicas con vestidos iguales de color azul con blanco que les llegaba a arriba de la rodilla y también llevaban unas zapatillas negras antiquísimas, una de las chicas era guapísima, alta, rubia, con facciones perfectas y con un cuerpo de infarto, mientras que la otra era bajita de cabello negro también con un increíble cuerpo y con afiladas facciones que parecía un duendecillo también vi que ambas eran vampiresas, pues tenían los ojos de un brillante rojo, me moví un poco y note que no me encontraba ya en el frió suelo de la mazmorra si no en una cama adoselada con un montón de cojines, ademas de nuevo estaba vestida, traía un vestido negro con diseños extraños en verde, era amplio con un corsee que tenia listones en la parte de adelante y mangas de maya.
- te encuentras bien? - pregunto la chica pequeñita de cabello negro
- si, eso creo, hum... ustedes quienes son? - pregunte viéndolas con desconfianza
- yo soy Alice y ella es Rosalie, trabajamos para Lord Cullen y venimos a traerte algo de comida por orden suya – dijo señalando una mesa a lado de la cama, sobre ella había una bandeja con un montón de comidas, pollo, manzanas, jugo de naranja, tostadas con mermelada y un vaso de leche.
- no sabíamos que se le antojaría por eso le trajimos de varias comidas – dijo la chica rubia
Me arrastre por la cama hasta llegar a la bandeja y tome una de las tostadas y comencé a devorarla con las manos temblorosas, estaba hambrienta y me ardía la garganta, supuse que de gritar tanto, cuando termine con la tostada ataque una pierna de pollo y me pasaba la carne casi sin masticarla.
- veo que esta hambrienta, ya le había dicho yo a Lord Cullen que los humanos comen muy seguido, pero es un testarudo – dijo la pequeña Alice sentándose a mi lado en la cama.
- también estamos aquí por otro motivo Isabella – dijo Rosalie sentándose junto a nosotras dos.
- oh es cierto casi lo olvido pero es que es muy divertido ver como come – dijo poniéndose en pie y encogiéndose de hombros antes de salir a velocidad sobrehumana de la habitación, cuando regreso (unos 5 segundo después) llevaba con ella un larguísimo vestido blanco, con un velo y una larga cola con la bastilla azul, casi me ahogo con mi segunda tostada cuando lo vi, Rosalie me dio unas palmaditas en la espalda que me causaron un dolor espantoso ya que todo mi cuerpo se encontraba realmente lastimado y débil.
- que es eso? - dije aterrada cuando recupere el aliento
- es su vestido de novia Isabella – dijo emocionada Alice
- perteneció a Lady Elizabeth Cullen la madre de Lord Cullen, mírelo es precioso – dijo Rosalie tomando el vestido que Alice sostenía en sus manos.
- si, es precioso pero no voy a usarlo – dije aterrada, "por que me quiere a mi si tiene a ellas dos que son mucho mas hermosas?, o es que ellas también son sus esposas pero ya se enfado y ahora me quiere a mi?" Pensé.
- de que habla Isabella piensa casarse con ese vestido? - dijo Rosalie con el entrecejo fruncido y señalándome.
- no, sencillamente no voy a casarme con Lord Cullen – un gritito agudo me hizo dar un respingo y un trozo de pan salio volando de mis manos y aterrizo en el piso, mire ceñuda a Alice por el susto que acababa de darme, pero Rosalie y ella me miraban como si fuera el fantasma de la opera.
- pero... Isabella tu... no puedes hacer eso el te matara si no te casas – me dijo angustiada Alice
- ella... no habla enserio – titubeo Rosalie – o si? - pregunto asustada
- si, hablo muy ense... -
- Alice, Lord Cullen quiere saber si Isabella ya esta lista – hablo Jasper irrumpiendo en el cuarto y viendo con gesto reprobatorio que yo siguiera en la cama.
- no Jasper aun no esta lista, ella esta hum... enseguida – explico Alice yendo hacia mi y levantándome de la cama en un movimiento brusco que me hizo gritar de dolor.
- Isabella se encuentra bien? - dijo Jasper llegando a mi lado
- no, ella esta llena de moretones y se encuentra muy débil – dijo Rosalie molesta y mirando ceñuda a Alice y a Jasper
- es cierto, no creo que ella pueda casarse hoy, ni siquiera puede mantenerse en pie – replico Alice poniéndome de pie en el piso, sentí mis piernas de gelatina y al segundo después el suelo se aproximaba peligrosamente a mi, cerré los ojos esperando sentir el golpe pero este nunca llego, abrí los ojos y Alice me sostenía por la cintura.
- lo ves ella no esta en condiciones – alego Rosalie
- si pero yo que puedo hacer son ordenes de Lord Cullen – y sin mas salio de la mazmorra
- bueno pues entonces hay que darnos prisa – dijo con un suspiro Alice y me sento con cuidado en la cama.
- hum y ustedes por que están aquí – me atreví a preguntarles cuando Rosalie me desabrochaba el apretado corsee y Alice me quitaba la faldilla
- bueno veras, Lord Cullen fue quien nos convirtió - "aja, lo sabia también son sus esposas"
- y nos quedamos a su lado por que estamos casadas con sus guardias, yo soy esposa de Jasper y Rose de Emmett – dijo la pequeña Alice con una sonrisa "oh, bien eso no me lo esperaba"
- es por eso que estamos condenadas a estar con Lord Cullen – se quejo Rose y bruscamente tomo el corsee del vestido de novia.
- Rose, por favor no digas esas cosas frente a su prometida – la regaño Alice y Rose rodó los ojos
- por favor, Isabella ni siquiera quiere casarse con el, no entiendo que son todas estas ridiculeces que hace Lord Cullen – continuo Rosalie hablando molesta
- si pero no estas aquí para juzgar a Lord Cullen o ver que demonios hace con su vida y asustar a la pobre Isabella o si? - bufo Alice apretándome fuertemente el corsee, solté un gritito ahogado por el dolor y por la sensación de asfixia que ahora entubada en el vestido sentía
-oh!, discúlpeme Isabella pero Rose me ah puesto mal con sus cosas – dijo Alice ahora arreglando el moño de la cola del vestido y Rose solo rodó los ojos y se puso a arreglar su cabello.
- no importa, esta bien que te expreses Rose, ademas de que fui yo quien pregunto en primer lugar – me disculpe y Alice me vio con cariño como si creyera que era increíble que esa palabras hubieran salido de mi boca
- muchas gracia Isabella, esto... yo... bueno discúlpeme, la verdad es que Alice tiene razón y me pase de la raya – dijo Rose con un tono sorprendido y apenado
- mejor sera que bajemos o Lord Cullen nos liquidara a las tres - Alice hablo muy deprisa y rápidamente me puso las zapatillas que era lo ultimo que me faltaba, voltee a ver mi vestido con resignación en el espejo que Rose sostenía frente a mi y la verdad no podía quejarme, era hermoso, por delante tenia muchas piedras brillosas en el corsee y era estraple en corazón, la tela de la faldilla caía una sobre la otra e iban desde el lado derecho al izquierdo y tenían mas decoraciones con las brillosas piedritas, "seguro alguien le dio una manita de gato para hacerlo un poco mas moderno, ya que en el año 1900 no se usaba ese estilo de estraple en corazón o si?, ahora que lo pienso también los dos vestidos anteriores tienen detalles modernos".
Alice me ayudo a girarme para verlo por detrás me quede sin habla "Si definitivamente fue modificado" quede convencida por que el escote de mi espalda llegaba justo al inicio de mi trasero pero tenia una especie encaje a partir de la cintura, era color negro y hacia un triangulo hasta donde terminaba el escote, en la faldilla se veía la terminacion de todas las telas que por delante solo se entrecruzaban, y cada una era mas larga que la anterior y terminaban en un azul que comenzaba suave y terminaba azul marino en las puntas, formando así mi larga cola de novia, realmente estaba fascinada con el vestido, aunque fuera de boda, la cosa que mas había temido en mi vida ya que el maldito matrimonio de mis padres había sido muy difícil, ambos eran brujos y se la pasaban discutiendo y lanzando hechizos a diestra y siniestra hasta el día que al fin me enseñe a aparecerme decidi largarme de allí y jamas volvi, pero lo que mas lamentaba era que mi boda fuera con un cruel y sadico vampiro al que odiaba con toda mi alma. Las lagrimas que retenía en mis ojos comenzaron a rodar incontrolables al pensar en lo horrible que iba a ser para mi lo que para la mayoría de las chicas es el día mas feliz de sus vidas.
- Isabella por favor no llore – me dijo Alice rodeándome la cintura con sus cortos brazos, yo recargue mi cabeza en su hombro y en lugar de parar de llorar lo hice mas fuerte.
- si Isabella, entendemos que toda novia se pone así el día de su boda pero descuide estará bien, Lord Cullen no ...-
- que es lo que ocurre acá arriba? - rugió una voz furiosa irrumpiendo en la mazmorra
- Emmett la chica no se encuentra bien ya se lo dije a Jasper y el mismo lo comprobó pero … -
- nada de peros maldita sea Lord Cullen esta hecho una furia por que es casi media noche y su novia aun no esta lista, acaso quieren enfurecer a Lord Cullen, ah amenazado que si el gran reloj llega al doce y la boda aun no se realiza matara a todo aquel que se ponga en su camino, es lo que quieren con un demonio – hablo hecho una furia y sus palabras nos dejaron aterradas e inmóviles o cuando menos a mi si.
- y aun no se mueven?!! - grito y aparto a Alice con un empujón que la hizo golpear en la pared, una vez mas cayo tierra del techo y Emmett me levanto como costal entre sus enormes brazos, el punzante dolor me atacaba aquí y allá ya que el no me llevaba para nada con cuidado y presionaba mis heridas con sus gigantescas manazas.
Escuche a Alice y a Rose reclamar pero no logre entender lo que decían ya que Emmett comenzó a correr, a mi alrededor todo era un borrón que me mareaba, por lo que cerré los ojos y espere a que el aire que de nuevo golpeaba deprisa regresara a la normalidad y cuando así fue lentamente abrí los ojos.
- aquí esta mi Lord, su amada Lady – dijo Emmett dejándome en el suelo, donde estuve a punto de caer de no ser por que Lord Cullen me atrapo con sus manos, iba vestido con un traje negro antiguo de cola en tijera, pero era de tela muy suave y le quedaba condenadamente perfecto en su cuerpo, su camisa blanca con el cuello alzado y traía una especie de pañuelo blanco con barbillas en lugar de corbata en el cuello y un alto sombrero negro de gala, me gire y note que la habitación era inmensa, seguramente el gran salón, tenia un techo alto con un candelabro que parecía hecho de oro puro y en el habían como mínimo 20 velas, y a mi alrededor habían un sinfín de vampiros sentados en elegantes sillas altas y aterciopeladas un escalofrió recorrió mi cuerpo entero al ver a tantos de ellos reunidos en un mismo sitio.
- te extrañe amada miá – dijo con un ronco gruñido Lord Cullen mientras acercaba su nariz a mi garganta, sentí mis piernas mas débiles aun por esto "por que maldita sea este es el peor de los castigos, por que si lo odio con toda mi alma y mi ser, mi cuerpo me traiciona y reacciona de esta manera con el" Pensé conteniendo las lagrimas.
- Lord Cullen podemos comenzar? - hablo un vampiro que se encontraba frente a nosotros, era Rubio y llevaba una vieja toga de juez negro.
- Si Carlisle, iniciemos – dijo Lord Cullen girándose a ver a al vampiro y tomando mi mano con un apretón posesivo y la música de piano que se escuchaba de fondo se apago al instante.
- Queridas almas de la obscuridad, leales sirvientes de la lujuria y la mentira.
Esta noche estamos reunidos para unir profanamente a este vampiro con esta mujer... – la voz de Carlisle era serena y a la vez atemorizante, me ponía la piel de gallina escucharla, por lo que decidí intentar ignorarla mientras que las lagrimas una a una salían de mis ojos y resbalaban por mis mejillas nublando mi vista y embotando mi cerebro, el recuerdo de la muerte de James y los cuerpos sin vida de Mike y Eric en un cuarto frió de la morgue donde tuvimos que ir a identificarlos, primero a uno y cierto tiempo después al otro, esa sensación de culpabilidad y asco rodando por mi cuerpo como un alma en pena en un cementerio me estaban matando, consumiendo parte por parte, pero la peor parte de todas estaba por venir, cuando el vampiro frente a mi me declarara la esposa eterna de Lord Cullen nunca mas volvería a ser como antes, estaría condenada eternamente a un demonio posesivo y cruel, mis lagrimas seguían cayendo sin parar, escuche un gruñido amenazador salir de el pecho de Lord Cullen y de inmediato alcé la vista y me tope con los ojos rojos de Lord Cullen y de el vampiro que hasta un momento antes estaba hablando, me veían como si esperaran que dijera algo y entonces comprendí que esperaban que dijera mis votos, por supuesto que no había pensado en nada y aun ahora trataba de pensar que eso no era real, pero el tiempo pasaba y el rostro de Lord Cullen cada vez se mostraba mas furioso.
- habla – me ordeno con los dientes apretados al igual que su puño
- repite conmigo "Lord Edward Anthony Masen Cullen, yo Isabella Swan" - escuche el tenue susurro de Carlisle para que repitiera las mismas palabras que el, pase saliva con dificultad y una gran bocanada de aire antes de abrir la boca
- Lo...Lord Edward Anthony Masen Cullen, yo Isabella Swan... -
- "me comprometo a ser tu fiel esposa por toda mi obscura vida"- susurro de nuevo
- me com...comprometo – hablaba con la voz rota y entre sollozos - a ser tu fiel esposa por toda mi obscura eternidad – complete y de nuevo rompí a llorar, una vampiresa de cabello rubio y de apariencia como de 15 años me aproximo unos gruesos anillos de oro
- "y así con este anillo te desposo, por toda la eternidad"- continuo Carlisle y señalo el anillo, uno tenia grabado mi nombre y el otro el de Lord Cullen, tome el que tenia mi nombre y aun temblando y sin que las lagrimas dejaran de caer por mis mejillas le puse el anillo mientras decía:
- y así con este anillo te desposo, por toda la eternidad" - una sonrisa de satisfacción se dibujo en el rostro de Lord Cullen.
- y yo te acepto mi Isabella – respondió el y su sonrisa se ensancho aun mas.
- ahora Lord Cullen si es tan amable – dijo Carlisle, colocando la mano de lord Cullen sobre la miá, el asintió con la cabeza, cerro los ojos y tomo aire profundamente antes de hablar.
- Isabella Swan, yo Lord Edward Anthony Masen Cullen te desposo a ti para toda la eternidad y prometo amarte y protegerte hasta el final de los tiempos – su voz era una suave caricia que por un momento me hizo olvidarme de todo, del dolor de la tristeza, del odio y de mi condena, solo me importaba seguir escuchando su suave voz, se inclino a tomar su anillo que sostenía la vampiresa que ahora se encontraba de su lado – de esta manera y con la luna como testigo de mi profundo y eterno amor te desposo hasta el fin de los días – termino la frase pausadamente y con un rápido movimiento de su mano el anillo estaba puesto en mi mano, mi corazón estaba vuelto loco y no lograba articular sonido alguno, tome aire varias veces y respondí
- Acepto – con un susurro casi inaudible y una vez mas las lagrimas rodaron por mis mejillas
- De esta manera quedan unidos por toda su antinatural vida,- hablo fuertemente Carlisle y con voz de poeta gótico - condenados a pertenecerse eternamente y con los anillos de la eternidad en sus manos los declaro Lord y Lady Cullen... Marido y Mujer – termino con una voz fría como si acabara de pronunciar una terrible maldición, Lord Cullen me tomo entre sus brazos y unió sus labios dulces e irresistibles con los míos, como siempre su aroma y sabor me dejo aturdida y anonada.
Todos a nuestro alrededor rompieron en gritos y chillidos monstruosos llenando el ambiente de tensión y conmoción, asustada me aleje de Lord Cullen con trabajos y voltee a ver a mi al rededor todo se habían levantado de sus sillas y comenzaron a mezclarse rápidamente en pasionales besos y prohibidas caricias, no importaba quien de ellos se encontrara con quien simplemente corrían y se besaban a el primero contra el que chocaran sin importar si este o esta ya tenia a alguien entre sus brazos, tampoco importaba si eran hombres con hombres o mujeres contra mujeres, esta era una enorme orgía que no tenia ni principio ni fin, permanecí inmóvil en mi sitio hasta que escuche una voz a mi lado.
- veras en nuestro mundo un matrimonio no es algo que se ve a diario, por eso la manera de celebrarlo es con una orgía de todos los invitados con los recién casados, cosa en la que por supuesto no estoy dispuesto a participar – dijo esto ultimo con un gruñido
- mi Lord debería unirse a nosotros, vera lo bien que la pasa – le dijo a Lord Cullen una vampiresa de cabellera roja como el fuego que en ese momento era atacada por un vampiro negro con largas rastas, quien dejo de morder sus senos para girarse a nosotros
- es verdad Lord Cullen, no puede perderse la celebración de su propia boda, ademas de que también nosotros queremos probar a la nueva Lady – de inmediato estuvo a mi lado dejando a la pelirroja con Lord Cullen, el negro me veía con los ojos desorbitados y una sonrisa maliciosa
- olvidalo Laurent, Bella es miá – dijo Lord Cullen alejando a la pelirroja de el y poniéndose entre el negro llamado Laurent y yo.
- ah, por favor mi Lord, no querrá quedarse solo con una mujer o si?, aquí hay un verdadero festín, ademas mi Lady huele tan bien – replico Laurent y aspiro profundamente como si estuviera oliendo su comida favorita, me escondí tras de Lord Cullen cuando Laurent alargaba una mano hacia mi.
- dije que no! - grito Lord Cullen furioso, tomo a Laurent de la mano que había alargado, lo levanto y lo tiro de espaldas, haciendo que el estrepitoso sonido hiciera que todos se quedaran inmóviles y observando la escena.
Laurent ágil como una pantera se levanto del suelo y se puso en guardia.
- lo... lamento mi Lord... entiendo que quiera el premio para usted solo pero...-
- pero no dejas de pensar en ella Laurent, la imaginas desnuda – rugió Lord Cullen y con un hábil movimiento de Lord Cullen, Laurent de nuevo estaba en el suelo, y se retorcía de dolor a pesar de que este ni siquiera lo estaba tocando, pero su mirada estaba fija en Laurent, "tortura mental" Pensé aterrada "es que Lord Cullen solo piensa en el dolor?". .
- Edward, por favor basta – le grite y el giro su rostro al mio, liberando a Laurent de su tortura, el se puso en pie y corrió tratando de huir de el.
- quieres huir de mi Laurent? - se burlo Edward abriéndose paso a empujones por entre los invitados que aun lo miraban sorprendidos y sin mover un solo musculo, al instante siguiente Edward estaba frente a la puerta de entrada impidiéndole el paso a Laurent, este sin pensarlo corrió deprisa y salto por una de los ventanales que estaban cerrados y rompió los cristales que ocasionando un ruido estrepitoso, Lord Cullen corrió tras el por la ventana y cuando estos se perdieron de vista todos voltearon a verme a mi.
- tu! - grito la pelirroja que había intentado seducir a Laurent – eres la causante de todo esto – grito y su pelo parecía una intensa llamarada que deseaba destruir y al igual que sus ojos rojo intenso, me estremecí y empece a temblar, quise avanzar hacia atrás pero aun tenia intensos dolores en mi cuerpo por lo que tropecé y caí de senton en el suelo.
- cuida tus palabras Victoria, te recuerdo que estas hablando con Lady Cullen – rugió una voz a mis espaldas, me di la vuelta y encontré a Jasper que miraba amenazante a la pelirroja a su lado se encontraban Emmett, Alice y Rose.
- deberían irse todos ahora mismo de aquí la fiesta termino, vallan a celebrar a otro lado – grito Rosalie poniéndose delante de mi.
Todos comenzaron a moverse a excepción de Victoria que seguía mirándome fijamente.
- también tu Victoria, largate de una vez – grito Emmett empujando a Victoria
- hasta después "mi Lady" - dijo haciendo especial en "mi lady" y con una sonrisa burlona salio corriendo junto con el resto.
- vamos mi Lady, debería acostarse esta muy débil – dijo la pequeña Alice mientras Jasper me llevaba en brazos a la mazmorra corriendo tan rápidamente que me maree.
Sentí la suave tela de la cama abrí los ojos y vi que me encontraba ya en la mazmorra, me quede allí cerré los ojos, de repente alguien me quitaba el vestido con rapidez y abrí los ojos asustada.
- lamento haberla asustado mi Lady, pero debíamos quitarle su vestido y asearla – me explico Alice, sentí mi sangre correr a mis mejillas "no puedo creer que no había sentido antes cuando me cambiaban y 'aseaban', que bochornoso" Pensé y mi rubor aumento
- oh, pero si quiere esta noche la dejaremos a usted arreglarse – me sonrió Rosalie y dejo sobre la cama un vestido suave color gris y morado
- muchas gracias – dije y me acerque a tomar el vestido, la tela era realmente suave como la seda, tenia unas cintas entrecruzadas al frente y era largo hasta el piso, y con las mangas acampanadas, suspire profundamente y me quite lo que quedaba de ropa ya que Alice y Rosalie se habían marchado, con cuidado me puse el vestido y me abrace a una almohada exhausta, no dejaba de pensar en la reacción de Lord Cullen solo esperaba que no hubiera sido muy cruel con el, me di varias vueltas en la cama intentando dormir, pero el dolor y la preocupación no me dejaban, por lo que simplemente me quede quieta con los ojos cerrados esperando a que el sueño me atrapara.
...
- Bella – escuche a alguien susurrar mi nombre molesto
- por favor mi Lord ella no se encuentra en condiciones, esta muy cansada y esta herida – dijo una aguda voz, abrí los ojos y frente a mi se encontraba Lord Cullen viéndome con sus ahora muy rojos ojos y con una expresión inescrutable y junto a el estaba Alice.
Me incorpore rápidamente en la cama y el se quedo quieto en su sitio.
- Lo... Edward – me corregí a tiempo, el me tomo entre sus brazos y aparto con un fuerte empujón a Alice de su camino antes de salir de la mazmorra, conmigo en brazos, cerré los ojos fuertemente hasta que el se detuvo y me dejo en el piso de una habitación semi obscura, donde la única luz que entraba era la que se colaba por una ventana situada en lo mas alto de la habitación y de unas cuantas velas que se encontraban esparcidas por la habitación, era también como un calabozo pero con muchísimas cosas dentro, entre ellas un viejo clavicordio como el que se encontraría en una antigua iglesia gótica, un librero con gruesos volúmenes de lomos gastados y hojas amarillas que seguramente eran originales manuscritos, y ademas había una chimenea que estaba encendida y el fuego repiqueteando por un momento fue lo único que se escucho, bueno eso y mi corazón que latía fuertemente, estaba segura que no era el mismo calabozo donde había tenido a James, sentí un escalofrió recorrer mi espalda en ese momento y cerré los ojos mientras el se alejaba unos centímetros de mi para observarme mejor.
- Isabella, mi Isabella – susurro con voz suave e irresistible en mi oído - espere tanto tiempo este momento y al fin eres completamente miá, mi esposa – continuo hablando, abrí los ojos y lo observe, el giraba alrededor de mi como un halcón sobre su presa, mis pies descalzos sentían la fría piedra y esto me hacia temblar pero Lord Cullen no lo noto y siguió observándome, a penas y podía estar en pie, mi cuerpo aun estaba muy débil, no creía que fuera a soportar mucho tiempo así aunque estaba segura que tampoco Lord Cullen planeaba dejarme mucho tiempo simplemente de pie, seguramente tenia otros planes.
Estaba tan cansada que mis piernas temblaban había estado demasiado tiempo de pie en y el poco tiempo de descanso que había tenido no me era suficiente, ademas estaba segura que me pondría peor si Lord Cullen decidía repetir lo de la ultima noche que estuvimos juntos, eso si que seria devastador para mi débil cuerpo humano que ya se encontraba muy amoratado como para ponerse peor.
- lamento mucho hacerte esperar tanto tiempo mi amada pero sabes que no dejaría escapar a ese maldito después de que tuvo tan impuros pensamientos sobre ti, debía aprender que tu eres solamente miá por lo que recibió su merecido te lo aseguro, ahora Laurent descansa en pedazos y hecho cenizas por algún lugar del bosque, claro que me divertí un poco con su cacería – hablo pausadamente de nuevo con esa voz suya que era como una caricia y me tomo entre sus brazos y me llevo a una enorme cama adoselada que se encontraba en un rincón de la habitación que no había notado hasta este momento, el se sentó y me coloco en su regazo.
- Laurent no lo lastimo? - pregunte muerta de curiosidad, nunca había presenciado una pelea entre vampiros pero estaba segura que Laurent no se había quedado de brazos cruzados esperando que lo mataran, seguramente se había defendido también.
- no amada miá, ese maldito no era rival para mi – dicho esto tomo mi cara entre sus manos y comenzó a besarme con tal frenesí que me había olvidado de respirar, pronto sus manos se deshicieron de mi frágil piyama y este beso y mordisqueo mis pezones que se pusieron duros casi al instante y con su mano daba masajes estimuladores a mi entrepierna.
- te deseo tanto amada miá pero antes ahí algo que debo hacer – dijo con una obscura sonrisa, me dejo sobre la cama y fue a la chimenea, donde tomo una larga varilla de hierro que estaba en el fuego en la punta tenia unas pequeñas letras que decían "Lord E.C." en un peculiar estilo gótico que se encontraban al rojo vivo, pase saliva con dificultad al imaginar lo que Lord Cullen se proponía, me arrastre a el extremo mas lejano de la cama tratando de huir de el pero el me tomo por uno de mis tobillos y me regreso al borde de la cama.
- NO, POR PIEDAD NO ME HAGAS ESTO! - le suplique con lagrimas en los ojos, se lo grite lo mas fuerte que pude y las gruesas lagrimas ya bajaban por mis mejillas
- debo hacerlo mi amada, solo así comprenderás que eres miá y que nadie mas te debe poner una mano encima y de absolutamente nadie mas tiene derecho siquiera a mirarte – su voz estaba cargada de coraje. me sujeto con su mano libre la cintura y me giro sin esfuerzo a pesar de que yo luchaba tratando de zafarme.
- POR FAVOR NO! - grite entre llantos, el me ignoro y me coloco de rodillas en el suelo, con el pecho recargado sobre la cama, lloraba tan fuerte como podía y no dejaba de suplicarle que no lo hiciera, sin embargo el no me escucho, solo murmuro palabras en un idioma desconocido para mi y al segundo siguiente un ardor en mi glúteo derecho me hizo dar un grito interminable, no había sentido nunca antes un dolor así, creí que después de todos los dolores que había pasado desde que había llegado a ese infernal sitio ya nada seria peor, pero que equivocada estaba, este nuevo ardor dejaba muy por debajo a los demás, quería morirme en ese preciso momento, que Lord Cullen se bebiera toda mi sangre y que dejara mi cuerpo sin vida, cualquier cosa que acabara con este dolor tan insoportable y que no hacia mas que aumentar.
- ya basta mi pequeño corderillo ahora si no cabe duda de que eres miá, mi amada Isabella – sus manos frías acariciaron el lugar en mi glúteo donde me dolía y yo chille mas fuerte por esto pero el no se detuvo si no que deposito un beso en mi herida y fue subiendo lentamente por mi espalda entera hasta llegar a mi cuello, me quede inmóvil sin dejar de llorar de dolor, el se desnudo mientras seguía besando mi cuello y mi espalda. Cuando estuvo completamente desnudo se acomodo sobre mi que seguía de rodillas frente a la cama, solo que el me había hecho bajar el pecho del borde de la cama y ahora mis manos estaban apoyadas en el piso.
Separo mis piernas suavemente con una de las suyas y después se acomodo entre mis piernas, su duro miembro chocaba con mi sexo suavemente, un cosquilleo me recorría entera con esta suave caricia mientras que mi glúteo derecho me seguía ardiendo, Lord Cullen puso sus manos sobre las miás y en un rápido movimiento entro en mi completamente arrancándome un sonoro gemido que el respondió con un gruñido y comenzó a embestirme tan duro como la ultima vez que me había hecho suya, yo no podía dejar de jadear y gemir y después de unos minutos de estarme cabalgando tan fuertemente llevo su mano a mi clítoris para estimularlo, su fría mano en mi sensible botón me producía una explosión de placer que hacia que mi corazón estuviera al borde de un ataque, y cada que su fría piel se topaba con la miá en algún otro sitio se me escapaba un gemido peculiarmente alto, como deseaba poder tener el control sobre mi cuerpo cuando Edward estaba presente pero era difícil cuando realmente mi cuerpo le pertenecía, pero mi alma y mi mente definitivamente no por lo que me encontraba en una encrucijada entre mi cuerpo y mi mente que estaba segura terminaría volviéndome loca.
- arg... Bella – gimió Edward y su aliento helado pego en mi espalda haciendo que esta se arqueara y que mis paredes comenzaran a cerrarse sobre su enorme y duro miembro, los espasmos no tardaron en llegar y el no se detenía, el me seguía embistiendo aun mas fuerte, que mi orgasmo se prolongo sin querer liberar a Edward
- Edw...ard – grite con la voz enteramente cargada de placer y el gimió mas fuerte que nunca alcanzando la cima del orgasmo conmigo.
Salio de mi y me subió a la cama, grite adolorida cuando las cobijas rojas de la cama tocaron mi quemadura, cerré los ojos profundamente y Edward aprovecho para besar, lamer y succionar mis pezones, soltando gruñiditos guturales cada tanto, una vez mas me moje y Edward aspiro profundamente.
- amo tu olor mi Bella, espero que cuando te convierta en mi igual no cambie para nada este olor – dijo con un suave y erótico susurro mientras introducía uno de sus dedos en mi y lo movía hábilmente, casi tan hábilmente como su miembro, introdujo el segundo dedo y esta vez yo comencé a mover mis caderas junto con sus dedos.
- Edw...ard – pronuncie su nombre entre gemidos, pues la inconsciencia comenzaba a apoderarse de mi, debido a el placer y la debilidad que tenia.
Bruscamente Edward me levanto de la cama y me tomo entre sus brazos para de nuevo entrar en mi con un movimiento rápido y comenzó a embestirme fuertemente sin dejar de tocar mis pechos, mi clítoris y mi trasero este ultimo me daba dolor y cuando gritaba Edward me soltaba una nalgada en el glúteo izquierdo o acariciaba con las yemas de los dedos la recién creada quemadura, en ambos casos las lagrimas se escapaban de mi ojos y el aprisionaba mis labios con los suyos y su lengua buscaba someter a la miá en una descontrolada lucha, de repente hizo algo que no me esperaba, humedeció uno de sus dedos metiendolo a su boca y luego lo introdujo por mi ano, abrí los ojos desmesuradamente e intente en vano que se detuviera pues estaba demacrado concentrado en su placer como para notar que intentaba detenerlo, lentamente inicio un movimiento de vaivén con su dedo dentro de mi y esto me ardía un montón, no tanto como la marca que me había hecho con el hierro caliente pero si era algo desesperante.
- Edward, ba...basta – le grite y aleje mi cuerpo unos centímetros del suyo, el abrió los ojos que hasta este momento tenia cerrados y me miro fijamente sin dejar de mover su miembro y su dedo.
- por favor Edward, no quiero esto! - le implore pero una vez mas el me ignoro e introdujo un segundo dedo en mi, gemí de dolor y el solo se limito a seguir con el vaivén y aumentarlo de vez en cuando mientras que su miembro seguía dentro de mi moviéndose con fuerza y rapidez.
- Edward detente no quiero – le suplicaba cada que podía, pero el seguía sin contestar ni se detenía, estaba comenzando a aterrarme cuando súbitamente salio de mi y saco ambos dedos
- gr...gracias – suspire aliviada de que por primera vez había escuchado a mis suplicas
- Bella, eh llegado a la conclusión de que ese es precisamente el sitio para mi, pues es el único lugar que nunca le entregaste a nadie – dijo con un tono pensativo y mirándome con lujuria. "como diablos sabe eso?"
- si, así seras enteramente miá – dijo mas para si mismo que para mi
- co..como, – pase saliva y tome aire – como sabes todas esas cosas de mi? - pregunte tratando de no pensar en lo que Edward acababa de decir.
- es simple, todos los días te espiaba, por las noches entraba a tu cuarto y escuchaba las palabras que decías en sueños y últimamente introducía en tus sueños el camino donde te tenia preparada una trampa, esperando que algún día lo siguieras, claro que si no lo hubieras hecho de cualquier manera habría ido por ti un día de estos – me explico y yo me quede con la boca abierta, "Lord Cullen espiándome todas las noches, el mundo se había vuelto loco?"
- claro que no estaba seguro si funcionaba o no, ya que tu silencio mental me volvía loco, creo que esa fue la principal cosa por la que llamaste mi atención Bella, el hecho de que la mayoría de mis poderes no surtían efecto alguno contigo – continuo con la mirada perdida – la primera vez que acudí a ti para comprar tu poción fue por que necesitaba que Jasper hiciera un trabajo para mi de día pero obviamente no encomendaría la tarea de buscar una buena creadora de pociones a mis incompetentes guardias, por lo que yo mismo busque alguien que preparara "the Real Vampire" a la perfección y a quien encontré fue a ti y me dejaste intrigado y fascinado al instante, cosa que nunc nadie había conseguido, por eso eh estado yendo cada mes a comprar mas de tu poción para poder hablar contigo y verte de frente por un momento, luego usaba esa poción para poder seguirte de día y no perder detalle alguno de ti, por lo que cuando te encontrabas con un hombre que llamaba tu atención trataba a toda costa de alejarlo, por que tu eres miá maldita sea! - grito esto ultimo y golpeo fuertemente con el puño una mesita que estaba a lado de la cama, esta se partió por supuesto y luego se giro hacia mi, en mi cabeza aun tenia millones de preguntas y no lograba recuperarme del aturdimiento en el que me había dejado el que me confesara todo aquello.
- por eso se que no te has entregado de esa manera a ningún maldito mortal y es precisamente lo que yo quiero – rugió y me tomo en sus brazos una vez mas me puso de rodillas pero esta vez en la cama.
- no, Edward por favor no lo hagas te lo imploro – suplique nuevamente con terror en mi voz pero el comenzó a besarme la espalda para callarme y sus manos recorrían mi cuerpo entero
- mi vida si te relajas sera mucho mejor – me susurro en el oído, mi piel se erizo y luche inútilmente por soltar su agarre mientras le gritaba de una y mil maneras que no quería.
Entro en mi vagina con un fuerte movimiento y comenzó a embestirme tan rápido como siempre, logrando que mis gritos de suplica se convirtieran en gemidos de placer intensos, una vez mas estimulo mi clítoris con locura.
Sentía mi cuerpo entero como de mantequilla cuando de repente con una fuerte sacudida de su miembro estimulo mi punto g y con su mano mi clítoris, casi enseguida sentí mis paredes encerrarlo en un abrazador y casi brutal orgasmo, los espasmos eran tan fuertes y deliciosos que mis gritos eran increíblemente fuertes, Edward me daba de nalgadas y yo solo gritaba de dolor cuando el me golpeaba la herida.
En la posición en la que nos encontrábamos no podía ver mas que la cama, pero de repente sentí su dedo estimularme nuevamente sin dejar de embestirme y lentamente lo introdujo, grite de dolor y le suplique que parara pero no lo hizo, comenzó nuevamente con su movimiento vaivén lento y poco a poco lo fue aumentando junto con el vaivén de su miembro que entraba y salia de mi.
Estaba aterrada, esto era algo que jamas había hecho y no quería hacerlo ahora, me hacia sentirme sucia o utilizada como simple juguete sexual y comencé a llorar después de que Edward introdujera el segundo dedo.
- de verdad Edward no me hagas esto por favor te lo imploro – le grite entre lagrimas y el solo soltó un gruñido e introdujo el tercer dedo, el dolor no era insoportable pero si era incomodo y me lastimaba con sus duros y helados dedos.
Su vaivén con los dedos cada vez era mas rápido y en un lento movimiento saco los tres al tiempo que salia de mi, solté un ultimo sollozo que se convirtió en grito de dolor cuando el entro lenta muy lentamente en mi culo, la sensación era de lo mas horrorosa, sentía ardor por todos lados y estaba segura que si se movía demasiado me desgarraría algo
- ah... Bella, realmente estas tan estrecha – gimió mientras lentamente comenzaba a moverse dentro de mi y con cada movimiento era un grito mio de dolor.
Perdí la poca razón que me quedaba cuando Edward seguía usando mi cuerpo de esa manera tan sucia e insoportable y caí en una profunda inconsciencia, lo ultimo que lograba recordar era el horrible dolor de el hierro caliente sobre mi piel y el de Edward con sus embestidas tan espantosas y para nada placenteras.
…
Desperté en la misma misteriosa habitación-calabozo donde estuve con Edward antes de caer inconsciente y por la luz que se colaba por una de las altas ventanas parecía que era de día, sin embargo había estado así también la ultima vez que la vi.
Un retorcijon en el estomago me hizo doblarme del dolor en la cama, estaba mas que hambrienta, mi estomago no dejaba de rugir de hambre, me senté en la cama y sentí un ligero pinchazo en mi glúteo derecho, voltee a verme y con dificultad logre ver la marca café que rezaba: "Lord E.C.", una solitaria lagrima cayo por mi mejilla al recordar todo lo ocurrido ese día, los insoportables dolores que había sentido y los placenteros orgasmos.
Me sentía sucia por dentro, como si algo en mi estuviera mal o defectuoso, solo quería quedarme en ese lugar o desaparecer de la fas de la tierra y así no volver a ver a nadie mas en el mundo, en especial a Lord Cullen.
- Mi Lady la escuche gritar se encuentra usted bien? - me pregunto Rosalie entrando como rayo a la habitación y sentándose en la cama, de inmediato me cubrí inútilmente el cuerpo pensando que estaba desnuda, por supuesto que no era así, debí imaginar que una vez mas alguien se había encargado de cambiarme y asearme como si fuera un perro o un bebe que no podía hacerlo por mi misma, mas lagrimas cayeron por mis mejillas y Rosalie se sentó a mi lado en la cama.
- mi Lady se encuentra usted bien?, aun se le ve muy débil, hemos estado despertandola cada cierto tiempo para que comiera y bebiera algo pero veo que seguimos errando en cuanto al tiempo entre cada comida verdad? – me dijo acariciando mi mejilla con su helada mano y ahora que lo pensaba también recordaba haberme despertado varias veces para comer, aunque no recordaba cuantas o que era la comida, solo que había masticado y engullido.
- estoy bien Rosalie, gracias – respondí tallandome el ojo izquierdo
- mi Lady usted sabe que puede confiar en mi yo no....-.
- ya me gustaría poder confiar en alguien Rosalie, pero por desgracia Lord Cullen puede leer la mente de todo el que le rodea, lo cual deja fuera de lugar cualquier promesa de discreción – respondí hostil y Rosalie simplemente frunció el ceño, se levanto de la cama y sin voltear atrás salio de la habitación, "genial ahora fui grosera con una de las dos únicas personas que se habían compadecido de mi en este infernal castillo, o al menos a mi eso me parecía".
- Mi Lady Cullen, Rose me dijo que había despertado y vengo a traerle un poco de comida humana, puedo pasar? - pregunto la pequeña Alice con una gigantesca bandeja en las manos.
- claro Alice, adelante – respondí haciéndome un ovillo en uno de los rincones de la gigantesca cama.
- Lord Cullen ah salido, tenia un asunto que atender y nos pidió que si usted despertaba siguiéramos sus ordenes al pie de la letra por que ahora usted es la ama y señora del castillo Cullen – dijo Alice mientras me ponía la bandeja de comida sobre la cama y yo me abalanzaba por una pieza de pan particularmente grande.
- podrías liberarme? - le pregunte esperanzada señalando las pulceras de mis manos
- no, yo no tengo el control sobre esas cosas mi Lady, ademas aunque pudiera no lo haría, por que si usted escapa desataría la furia de Lord Cullen y la seguiría por el mundo entero si fuera necesario hasta traerla de regreso aquí y estoy segura que las espantosas cosas que le ah hecho desde que llego no sera nada en comparación a lo que hará si la encuentra, Lord Cullen es capaz de todo – me respondió mientras yo comía con prisa y con las manos temblorosas el pan.
- bueno, al menos debía intentarlo – dije encogiéndome de hombros.
Tome un vaso con leche y lo apure derramando un poco en mi ropa, deje el vaso en la bandeja y trate de limpiar la leche de mi vestido, ese día llevaba un vestido con corsee negro y adornado con telas transparentes verdes y blancas, ademas de la pedreria que brillaba intensamente. la faldilla era de varias capas de estas telas blancas, verdes y ademas una negra, el vestido no era muy amplio ni tampoco muy largo como los anteriores, era mas un estilo ligero y casual que elegante como supuse habían sido los otros dos.
- mi Lady si no necesita nada mas me retiro – hablo Alice y se puso en pie del borde de la cama donde se había acomodado para verme y yo que en ese momento me encontraba masticando con rapidez una pierna de pavo engullí rápidamente y le llame
- Alice, espera – ella se detuvo en la puerta y se giro
- si mi Lady? - pregunto
- cuanto tiempo dormí? - pregunte con miedo a que me hubiera dormido un mes entero.
- poco mas de dos días mi Lady pero la verdad no me sorprende, se lo merecía, su cuerpo es mas débil que el de nosotros y tiene necesidades fisiologicas mas afinadas que las nuestras. pero intentar razonar con Lord Cullen es como intentar hacerlo con una roca – respondió con un gracioso gesto de enojo que consistía en que su pequeña y afilada nariz de duende se arrugaba con delicadas arruguitas.
- bien, muchas gra...- no termine de agradecerle a Alice cuando un pequeño gato negro con el pecho, el hocico y las puntas de las patas blancas, brinco sobre mi cama.
- Phineas! - grite y abrace a mi gato quien empezó a ronronear y restregarse en mi pecho
- Lord Cullen lo trajo ayer, dijo que la pondría de buen humor, que siempre funcionaba – dijo Alice con una sonrisa
- hay si, claro que si, es que Phineas es mi familia, mi madre, padre y hasta hermanos – respondí encogiéndome de hombros y acariciando a Phineas detrás de la oreja.
- me retiro mi Lady – contesto Alice y salio de la habitación con una sonrisa.
...
Los siguientes días fueron un tanto difíciles, no regrese a la vieja mazmorra donde estuve al principio, ahora me encontraba siempre en la habitación de Lord Cullen, que era en la que habíamos pasado la 'noche de bodas' (patrañas), sin embargo tuve permiso de realizar mi poción "The Real Vampire" para todos los guardias y a las sirvientas que eran solo Rose y Alice, mientras que la guardia eran como 20, solo que Jasper y Emmett eran los mas apegados a Lord Cullen, quizá ese fue el motivo de que les consiguiera esposas a ellos y al resto no. ellos me daban los ingredientes y me vigilaban de que no intentara nada mas y solo preparara la poción correcta.
Y por las noches Lord Cullen de nuevo me hacia suya, cada vez era diferente, en unas ocasiones era realmente una bestia mientras que en otra se comportaba como todo un caballero y hasta parecía que fuera alguien mas, también me decía que un día el mismo me transformaría en uno de ellos pero que por ahora quería seguir disfrutando de mi estado humano al menos hasta que el sintiera que había llegado el momento, aunque esto conllevaba a que mi debilidad solo aumentara ya que necesitaba varios días para reponerme de cada relación sexual que tenia con Edward pero el no era tan paciente y algunas veces la desesperación lo hacia tomarme aun mas brutalmente. estaba segura que uno de esos días me terminara dando un ataque al corazón o me partiría en dos de tan duro que el me tomaba.
Cada semana Edward salia de cacería cuando sus ojos comenzaban a verse carmín obscuro y cuando regresaba eran de un brillante rojo, según el así mi sangre no lo tentaba tanto, por que si se arriesgaba a esperar a que sus ojos obscurecieran mas terminaría asesinándome algún día.
No tenia permitido ver a nadie de la guardia mas que a Jasper y a Emmett, claro que eso no me lo dijo propiamente Lord Cullen, si no que yo misma lo aprendí un día que Alice me llevaba a la enorme biblioteca por un nuevo titulo debido a que me había releído cumbres borrascosas, el titulo que había sacado varios días atrás, tantas veces que ya no se cerraba bien. Íbamos saliendo de la biblioteca cuando Felix, un miembro de la guardia entro buscando a Lord Cullen, quien se desaparecía casi todas las tardes yendo a quien sabe donde a hacer quien sabe que, pero en ese preciso momento el iba llegando y vio a Felix levantando el libro que yo acababa de tirar por la sorpresa de haberme encontrado con un miembro desconocido de la guardia. Esa noche me gane mi segunda quemadura, esta vez en la espalda a la altura del hombro izquierdo y por lo que habían dicho Alice y Rosalie al pobre Felix le toco la misma suerte que a Laurent.
Ahora ya tenia un poco mas de libertad, al menos ya no era necesario que fuera acompañada por Alice o Rosalie a cada sitio del castillo y menos cuando me metía en la biblioteca ya que duraba allí muchísimas horas leyendo libros de toda clase, lo cual las aburría pero yo prefería meterme en un mundo de fantasía donde toda historia terminaba con un hermoso "Felices para siempre", y así escapar aunque sea por unas horas de la difícil y dolorosa vida que me había tocado vivir.
Me encontraba allí como casi todas las tardes cuando escuche una voz aterciopelada decir mi nombre en la entrada de la biblioteca.
- Estoy aquí – grite para que me escuchara y el apareció frente a mi al segundo siguiente.
- mi amada Bella – dijo levantándome del suelo donde me encontraba leyendo
- eh tomado una decisión – hablo seriamente Edward tomando mis manos entre las suyas
- que cosa? - pregunte extrañada y con el entrecejo fruncido
- ven conmigo – dijo emocionado y me llevo con el hasta nuestra habitación, ese día yo llevaba un vestido largo negro con morado en la parte de frente y cintas negras entrecruzadas de corsee, era ligeramente entallado y con unas mangas en cascada.
Como siempre el no se detuvo a mirar mi ropa si no que simplemente me la saco toda y cuando estaba desnuda me ataco con besos y caricias que me dejaron sin respiración, luego con la misma rapidez que mi ropa quedo hecha un desastre en el suelo la suya le hizo compañía.
- Isabella, mi amada Bella – gimió contra mis labios cuando entro en mi, solté un enorme gemido de placer y un ronco gruñidito gutural salio de su pecho, por mas noches que Edward y yo pasáramos juntos yo no lograba acostumbrarme a los indescriptibles orgasmos, a su perfecto cuerpo que parecía de mármol tallado por los mismos ángeles y mucho menos a su enorme e incansable miembro.
Comenzó a penetrarme fuertemente sin dejar de succionar mis pezones y acariciar mi trasero, mi rostro o mi cabello, de pronto levanto el rostro a la altura del mio y unió nuestros labios en un beso pasional y guerrero, cuando al fin dejo mis labios tuve que esperar unos minutos para recuperar bien el aliento pero después continuo con sus duras embestidas y sus deliciosas caricias aumentando su nivel cada vez mas y mas y mas y cuando no pude mas me abrace fuertemente a el y disfrute del exquisito orgasmo.
…
Mas tarde cuando ambos estábamos relajados sobre la cama Edward trazando lineas imaginarias en mi piel y yo disfrutando su helado toque recordé que había dicho que había tomado una decisión y estaba segura que tener sexo no era tal decisión, por lo que me incorpore y busque su mirada.
- bueno y...? - pregunte sin la menor idea de como continuar
- y que? - pregunto Edward poniéndose serio
- cual fue la decisión que dijiste que habías tomado, la verdad es que yo no ent... - un extraño sonido de 'crak' me impidió seguir hablando, en las manos de Edward se encontraba una diminuta llave dorada y el sonreía con satisfacción, sorprendida voltee a ver mis muñecas y me encontré con el par de pulceras abiertas, levante mis manos y lo vi con cara de sorpresa mientras sobaba mis desnudas muñecas.
Un 'crak' mas y ahora mis tobillos eran libres, me incorpore en la cama realmente feliz de ser libre al fin.
- Edward, esto... yo – balbucee con lagrimas en los ojos
- shh... solo limitate a agradecerme amor mio – dijo Edward y beso mi cuello con deseo, sin embargo yo lo detuve y tome su rostro entre mis manos.
- Edward, no lo puedo creer, - miles de imágenes de los últimos 4 meses que había pasado con Edward en este castillo comenzaron a desfilar por mi mente, mis sufrimientos, mis dolores y por supuesto mis pesadillas que por mas que Edward quisiera desvanecerlas, estas no siempre se iban y me robaban las pocas horas de sueño que tenia para recuperar fuerzas - todo este tiempo a tu lado Edward, ah sido algo que nunca Pensé fuera a vivir, son tantas las cosas inolvidables que se han quedado marcadas en mi corazón y que jamas se borraran – los ojos de Edward se abrieron desmesuradamente esperando que por fin le dijera ese par de palabras que el se había propuesto a ganarse, a arrancarlas de mis labios pero no a la fuerza, si no con real y puro sentimiento – y no me queda mas que decir que – pase saliva difícilmente – Te amo Edward – sus ojos brillaron y una sonrisa se dibujo en sus labios – creo que siempre lo hice, desde el primer momento en que te vi quede fascinada pero vamos eras un vampiro, que probabilidades tenia yo con un ser tan perfecto como tu – solté una risita nerviosa que el compartió conmigo – sin embargo tu nunca me dijiste nada ni me diste indirectas si quiera, algo que me dijera que tu me amabas, en su lugar te dedicaste a dar caza a mis novios con los que mas me relacionaba y a pegarte a mi como mi sombra hasta que lograste atraparme y encerrarme aquí en tu castillo – mi voz comenzaba a cambiar de tono – en lugar de acercarte a mi buscando mi amor, torturaste y mataste a James ante mis ojos y luego esto – dije poniendo la mano de Edward en mi glúteo derecho donde aun se podían leer sus iniciales – todo este tiempo me has tenido aquí peor que a una esclava, en lugar de solo haberte acercado a mi buscando mi amor. Pero.... por que?, por miedo a que te rechazara y que destrozara tu malvado y sucio corazón?, para no darme alternativa alguna y tenerme a tu lado para siempre y aun cuando mi cuerpo entero me dice a gritos que nos pertenecemos – hice una diminuta pausa en la que aproveche para reparar el destrozado vestido y ponérmelo con un hechizo – mi alma y mi corazón no pudieron seguir amando a alguien tan cruel y cobarde como tu – solo entonces Edward comprendió y se levanto de la cama intentando agarrarme entre sus brazos a como diera lugar – te ame Edward, pero tu mismo te encargaste de asesinar ese amor, así que me voy, adiós – dije desvaneciendome de los brazos de Edward.
Aparecí en la espesura de un bosque de Europa donde había decidido aparecerme aun con el grito de furia y dolor de Edward resonando en mis oídos, había sido el acto de crueldad mas grande que había cometido pero si de crueldad se trataba, había aprendido del mejor.
FIN
(?)
Que les puedo decir, el fic me quedo mas largo de lo que crei, pero estoy orgullosa de el, quedo justo como lo imagine y hoy finalmente lo termine a las 2:22 de la madrugada, pero desidi esperar a que amaneciera para revisarlo bien y subirlo y pues bueno aqui esta, espero les guste y me aceptene en el concurso por que realmente eme esforce mucho por el fic jejeje,
quiero agradecer especialmente a las encargadas del concurso, BiancaRoss, Meriba y Leonannika por su apoyo con mis miles de dudas jejeje pero ya al fin aqui esta mi fic spro les encante.
y tambien a todas las nenas que lo leean spro no ofender a nadie y si lo hize ya conocen la solucion, un jitomatazo lol
les dejo kissitozz!!
- AliCe Ahtziry Cullen de Hale
