Este es mi segundo fic, el primero (que está en proceso) es "La profesora", y es el primero que escribo sobre esta temática. Ya me diréis.


CAPITULO 1

Hook, excitado, miraba como Emma gritaba al recibir cada latigazo de aquella morena con corpiño que habían contratado por unas horas. Era su regalo de cumpleaños, y Emma había aceptado sin estar muy segura, y ahora, en aquel momento, a cada golpe, se estaba arrepintiendo. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar y aquella morena no paraba de golpearla y no iba a parar hasta que Hook la detuviera.

- Hook… dile…que…pare… - suplicaba la rubia, casi no podía hablar por las lagrimas y el dolor -. Por favor…

- No nena, aún no – dijo él centrándose más en su entrepierna que en su novia -. Esto es fantástico ¿no te parece?

Emma volvió a sollozar e intentó mirar a la mujer.

- Por favor… para… - le suplicó esta vez a la mujer que la golpeaba.

La morena miró hacia el hombre y este negó, no podía hacer nada, quien pagaba mandaba, por mucho que no le gustase. Así que le dio más fuerte, tal como Hook le dijo cuando le contrató.

Hook se levantó y se acercó a la morena para tener un mejor espectáculo de la paliza que Emma estaba recibiendo. La morena levantó de nuevo la mano dispuesta a pegar otro latigazo cuando Hook la detuvo.

- Gracias a Dios – suspiró la rubia al ver el gesto de su chico.

- No nena no, aún no se ha acabado, quiero más – le dijo mirándola a los ojos -. Quiero que la golpees con la mano, con fuerza, con mucha fuerza – dijo mirando ahora a la morena.


Emma volvía a gritar, había perdido el sentido del tiempo, ya no sabía cuánto hacía que estaba ahí, en aquella posición, desnuda, exponiendo su cuerpo a una desconocida y dejándose tocar por una extraña. ¿Cómo había llegado hasta aquel punto? ¿Cómo se había dejar engañar por Hook? ¿Cómo había podido caer en su trampa? ¿Cómo había podido creer que esto le iba a gustar? Es más… ¿cómo esto gustaba a alguien? ¿No se suponía que eso era para disfrutar del sexo? Pues ella no disfrutaba de ello.

- Oh sí nena grita más, así, así que ya llego – Hook seguía moviendo la mano sobre su entrepierna.

La morena seguía dando a la rubia, esta ya había gastado todas sus lágrimas, le resultaba imposible llorar de nuevo.

- Quiero que se corra ante mis ojos, tócala hasta que lo haga, pero no pares de golpearla – ordenó Hook.

La morena se lo quedó mirando, casi nunca le pedían eso, ella tan solo estaba ahí para azotar y para hacer disfrutar de aquella practica, aunque esa vez era la única que su cliente no lo hacía y que sufría, y ella, a pesar de que aquel era su trabajó, no le gustaba.

Embistió sin pensar a la rubia, si conseguía que se corriera pronto tal vez acabase con su sufrimiento. Movió los dedos frenéticamente dentro de ella, de forma mecánica, sin sentir nada más que sus paredes vaginales más estrechas de lo que se hubiera imaginado. Sacó los dedos y volvió a hacerlo incorporando un tercer dedo.

Jadeaba Hook.

Emma se agitaba incomoda al sentir como una mujer la penetraba.

Embestía Regina.

Ya llegaba, Regina sentía el cuerpo de la rubia temblar, la golpeó más fuerte y se centró en el hinchado clítoris de la rubia mientras seguía embistiéndola con más fuerza de la necesaria.

Hook no quitaba ojo de los dedos de la morena y del jugo que salía de la vagina de la rubia.


Cuando la morena acabó se quedó recogiendo sus juguetes mientras Emma se vestía. Hook había desaparecido de la habitación después de haberse corrido.

- Siento todo esto – dijo la morena -. Este mundo no es así, no se sufre, se disfruta.

Emma se quedó callada mirando la morena hasta que le contestó con un:

- No me lo creo – hizo una mueca de dolor, estaba segura que le iban a salir unes enormes cardenales.

- Creértelo, te lo digo yo Emma – le sonrió acercándose.

- Ya… - bajó la mirada incomoda de hablar con aquella mujer que había hecho que se corriese en su mano -. ¿Cómo te puedo llamar?

- Llámame Mills, Domina Mills – dijo la morena -. Y no, Domina no es mi nombre de pila.

- ¿Y cuál es?

- Tal vez algún día te lo diga – dijo aquella morena desapareciendo de la habitación.


Este es corto pero si gusta prometo que los próximos serán más largos, y más intensos.