Hola a todos, les traigo un nuevo fic protagonizado por mi OC: Cold. Aquí explicará su apariencia en el fic "Hielo Eterno" como un ser poderoso, por eso dejo en claro que la historia transcurre en la línea de tiempo original de MK1 - MK Armageddon. Espero que les guste.
Mortal Kombat y sus personajes son propiedad de Netherealm Studios y Warner Bros.
El guerrero más poderoso
Capítulo 1: Kombate Supremo
- No eres más que un débil guerrero, Lin Kuei. – hablaba una poderosa voz.
En medio de aquel desierto árido, donde una enorme pirámide se erguía entre el viento arenoso y el sonido de los buitres. En lo alto de las estructuras se podían divisar dos figuras moviéndose: uno estaba en el suelo, levantándose con esfuerzo, llevaba unos ropajes azules y negros, tenía una máscara azul en su rostro con unos agujeros para el aire de los cuales caían gotas rojas de sangre.
El joven ninja levantaba la vista para ver a un hombre enorme con una armadura roja y plateada, blandiendo un martillo y un aura naranja lo cubría. El emperador Shao Kahn había derrotado al ente poderoso llamado "Blaze" y absorbido su tremendo poder, se acercaba a pasos lentos hacía Cold, mano derecha de Sub-Zero y uno de los guerreros más poderosos del clan Lin Kuei.
En los escalones de la pirámide yacían los cuerpos de los héroes y villanos de la guerra del Armageddon, el pobre ninja giró su mirada hacía el cadáver de Raiden, el último en pelear contra el emperador y morir en el intento.
- No entiendo como creíste que podías vencerme, no eres más que un insecto. – seguía hablando el malvado emperador.
- Seguiré peleando… mientras aun esté de pie… - respondía el muchacho, enderezándose.
- Admiro tu valentía, pero no pienso seguir perdiendo tiempo contigo, insignificante humano. – el gigante movía su martillo. - ¡Muere!
Cold usó sus habilidades y se cubrió el cuerpo en una capa gruesa de hielo, el golpe le dio de lleno en su costado izquierdo y lo sacó "volando" fuera de la cima de la pirámide. Shao Kahn veía con una sonrisa como el joven rodaba por los escalones, partiéndose su armadura de hielo en cada golpe. A más de la mitad del camino finalmente se detuvo, el Lin Kuei quedó nuevamente en el suelo, con sus ropas sucias de tierra, arena y sangre, su mascara se rompió y se desprendió de su rostro. El emperador dio un golpe al suelo con su arma y pronto una pila de escombros rodaron cuesta abajo en dirección a su contrincante.
El joven gritó cuando uno de los gigantescos escombros cayó sobre su otro brazo. El grito alertó a Shao Kahn, quien decidió bajar.
- Es increíble que siga vivo. – se sorprendía el malvado.
Con desesperación, el ninja intentaba liberar su brazo atrapado, pero cada esfuerzo era inútil. Cuando escuchaba al emperador acercándose se le terminaban las opciones.
- Es inútil… ya no hay nada que hacer… - se lamentaba Cold. – Lo defraudé maestro Sub-Zero… los defraudé a todos.
Quedándose resignado, esperaba su muerte inminente, él realmente creía poder detener a Shao Kahn pero todo resultó más difícil de lo que pensaba.
- Cold. – dijo una voz familiar. – Aún no está todo perdido.
Alzó la vista y lo vio con claridad: una figura espectral estaba frente a él.
- ¿Maestro Sub-Zero?
- Sí, Cold. – tomaba forma la figura, podía reconocerlo con facilidad. – Tú puedes acabar con él.
El gran maestro Sub-Zero llevaba su uniforme Lin Kuei pero su cuerpo era todo trasparente y de color verde.
- Es inútil, tiene el poder de Blaze. – respondía el ninja, desanimado.
- No olvides que tienes el medallón del Dragón. – le recordaba el antiguo líder. – Y no olvides que todos estamos contigo.
Detrás de Sub-Zero se formaban más figuras igual de familiares para Cold: Liu Kang, Kung Lao, Kitana, Jade, Raiden, Johnny Cage, Sonya, Jax y otros tantos que han combatido en nombre del bien.
Llevándose la mano libre al cinturón, el joven sacó el medallón, recordaba haberlo tomado del cuerpo inerte de su maestro tras su muerte a manos del tarkatan Baraka.
- Está bien. – le hablaba a las apariciones. – Por todos ustedes… detendré a Shao Kahn… aunque deba hacer esto.
Concentrando su magia helada, creo una espada de hielo en su mano, el emperador se acercaba y no había lugar para dudas. Apretó los dientes y dio un golpe de su espada contra el otro brazo atrapado.
Un gritó salió de su boca, el dolor más intenso que podía sentir cuando el arma filosa desgarró por completó piel, carne y hueso. Lagrimas salían de sus ojos y la sangre brotaba a borbotones, usando su espada como bastón, el ninja se puso de pie y descendió el resto del camino hacia abajo.
Con su martillo aun empuñado, el emperador llegó y pudo ver el montículo de escombros, un gran charco de sangre rodeaba un brazo cercenado, bajó más la mirada hacía su enemigo.
- ¿De verdad te cortaste el brazo? – reía Shao Kahn. – Realmente estás loco si crees que puedes vencerme así.
- No creas que aun ganaste. – contestaba Cold, soltando la espada y tomando su medallón.
Estaba nervioso, no por Shao Kahn, sino porque temía no poder controlar el poder de aquel artefacto, aun recordaba cuando la exdiscípula de Sub-Zero, Frost, había intentado usarlo y terminó congelándose a sí misma.
- Adelante, úsalo… no te servirá de nada. – seguía riendo Shao Kahn.
Ningún gesto de sorpresa salió de la vista de él villano, ni siquiera cuando un aura fría comenzaba a formarse alrededor del joven Lin Kuei. El sangrado de su brazo amputado se detenía, sus ojos comenzaban a volverse blancos y su piel a volverse pálida.
- Esto es el poder del medallón. – exclamaba Cold.
Con sus ojos veía como lentamente su cuerpo volvía a cubrirse de hielo, pero no era él quien lo creaba, una mueca de terror se asomaba en su rostro.
- Oh no, otra vez. – se horrorizaba. - ¡Debo controlarlo!
Pero por más que lo hiciera, el hielo terminó por convertirlo en una estatua maciza. Shao Kahn soltó una cruel carcajada.
- Parece que tú tampoco tuviste suerte con esto, como esa chica Lin Kuei. – se burlaba. – No eras más que un principiante.
Con su martillo al hombro, el gigante se acercó al desdichado ninja congelado, lo observó de pies a cabeza.
- Podría dejarte así, pero seré amable y terminaré con tu sufrimiento. – sentenció tomando su martillo. – Adiós Lin Kuei.
Estuvo listo para golpear cuando algo lo frenó, un ruido se escuchaba desde la "estatua" helada. Entrecerró sus ojos naranjas pare ver mejor, el hielo que cubría a Cold comenzaba a agrietarse.
- ¿Pero qué…?
No llegó a concluir cuando el hielo estalló en miles de pedazos, haciéndoles cortes en varias partes del cuerpo, con un gruñido feroz el emperador retrocedió.
- Te dije que aún no has ganado, Shao Kahn. – le hablaba Cold.
La transformación estaba completa: ojos blancos, piel pálida y grandes vapores helados emanando de su cuerpo. Cold había dominado el medallón.
- Je, poca cosa. – Le restaba importancia el emperador. – Aun no es suficiente para vencerme.
- ¿Tú crees? – cuestionaba el ninja y comenzó a concentrar energía.
Lentamente, del muñón donde solía estar su brazo comenzó a formarse uno nuevo, de hielo sólido y con él tomó la espada que había tirado. Con su mano sana colgó el medallón en su cinturón.
- Ya he tenido suficiente contigo, Lin Kuei. – se preparó el infame. – Ahora si morirás.
El gigante de Outworld corrió en dirección al ninja, con su martillo en manos, listo para golpear. En una fracción de segundos Cold saltó, creando una escultura de hielo en su lugar. La famosa técnica del "clon de hielo" que le enseño su maestro distrajo a Shao Kahn lo suficiente para hacerle un corte con la espada en la espalda.
- Maldito. – gruñó con enojo.
- Eres lento Shao Kahn. – se burlaba el joven.
Otro golpe pasó cerca, se notaba que Cold había ganado fuerza y vitalidad, era completamente diferente al ninja moribundo de hace unos momentos. Eludí el martillazo y con su puño de hielo le propinó un uppercut que fracturó la mandíbula del emperador. El gigante retrocedió y recibió una patada en el pecho que le hizo soltar el martillo.
- No puede ser… ¡¿Cómo diablos puedes golpearme?! – exclamaba furioso.
- Cometiste un error al subestimarme. – le contestaba.
Shao Kahn creó una jabalina de energía verde y la arrojó contra Cold, pero el ninja contestó con una bola congelante que la contrarrestó al instante. El enojo aumentaba más y más por parte del emperador de Outworld, no podía creer que un joven humano le trajera tantos problemas.
Pese a que Cold luchaba bien, el Lin Kuei no pudo evitar la famosa embestida de Shao Kahn, el ataque fue muy veloz y lo golpeó de lleno, podía escuchar crujir sus costillas y la ruptura de su espada cuando terminó por caer al suelo por el impacto.
- ¡Te tengo! – gritó Shao Kahn preparando su puño.
Viendo a su contrincante parado frente a él, Cold se movió rápido entre las piernas de Shao Kahn, el gran puño del gigante se hundió en la tierra. El joven aprovechó y decidió hacer un movimiento salvador: convirtió su mano de hielo en una gran cuchilla y atravesó la pierna de Shao Kahn, destruyendo el hueso en el proceso.
El malvado gritó de dolor, quiso girar pero en un segundo su otra pierna también sufrió la misma herida. La sangre salía de sus heridas y manchaban de rojo sus pies y la tierra ocre. No podía ponerse de pie, el dolor era intenso.
- ¡MALDITO SEAS! – gritó con furia. -¡ESTO NO PUEDE SER!
El muchacho se colocó delante de él, Shao Kahn intentó arrojarle un golpe que fue fácil de bloquear y le respondió con un potente codazo que prácticamente se lo partió en dos. Con su cuchilla de hielo le hizo un corte profundo en el otro brazo, dejando al emperador completamente a su merced.
Como disfrutando el momento, Cold se quedó de pie frente a Shao Kahn mientras este le lanzaba maldiciones , se tomaba su momento tratándose de un ser tan vil como él, quería que él sufriera.
- ¡Es imposible! – decía con terror. - ¡¿Cómo diablos pude perder contra un humano?!
- Te lo dije, me subestimaste y eso te costó caro. – le respondía secamente Cold.
- ¡Vete al infierno! – lo amenazó con bronca.
El ninja tomó al emperador por la garganta.
- Primero irás tú.
Usando todas sus fuerzas, Cold jalaba hacía arriba el cuello de Shao Kahn, asquerosos sonidos de arcadas salían de la boca del infame mientras sentía su tráquea romperse. Con un grito final, Cold le arrancó la cabeza a Shao Kahn, los ojos naranjas del emperador se movieron unos segundos para mirar a su verdugo, para luego apagarse completamente.
Con un gesto triunfal, el muchacho levantó la cabeza arrancada como si estuviera exhibiendo un trofeo ante una multitud.
- ¡Lo hice! – gritaba una y otra vez.
Su voz resonaba potente en la nada, los buitres que rodeaban los cadáveres lo veían congelando la cabeza entre sus manos y luego destruirla por completo.
- Destruí a Shao Kahn. – hablaba, ignorando que estaba solo. – Pude hacerlo, maest…
Una fuerte luz naranja salió del cuerpo de Shao Kahn y rodeó a Cold tan velozmente que no tuvo tiempo a nada.
- Bien hecho Cold. – sonaban varias veces al unísono.
No se podían ver, pero sabía que eran los Elder Gods quienes estaban hablando, sin dudas agradecidos por su hazaña.
- Has detenido a Shao Kahn y has salvado a todos los reinos… ahora tendrás más poder que cualquier ser. – seguían las voces. – Esperamos que uses ese poder sabiamente.
No podía contestarles, no podía moverse, la nube naranja lo tapaba e inmovilizaba a la vez que sentía el poder recorriendo literalmente por sus venas a cada parte de su cuerpo. Varios minutos pasaron en silencio hasta que la nube desapareció en un estallido, dejando de rodillas al ninja.
Se enderezó y estuvo unos segundos recuperando el aliento, pese al aire lleno de arena, casi asfixiante, no tuvo problemas para respirar. Podía ver que a su aura fría se había sumado una anaranjada igual a la que rodeaba a Shao Kahn.
Como desorientado, sin entender que había pasado, Cold caminó errante, ignorando los cuerpos y la sangre por doquier, como si se sintiera ajeno a todo eso.
- Así que esto es laenergía de Blaze. – pensaba. – Acabo de obtener la mayor fuerza entre los reinos.
Se sentía decepcionado, pero no por lo que logró, sino porque sentía que era demasiado poder para alguien como él, pensaba que alguien como Raiden, Liu Kang o Taven merecían ese honor y no un Lin Kuei que aún no había llegado a ser un gran maestro siquiera. Se sentó en la tierra para intentar digerir todo lo ocurrido y despejar su mente.
- Ellos sabrían que hacer con esto, yo jamás estuve preparado, ni siquiera sé si podré manejarlo. – se lamentaba. – Parece más una maldición que un don.
El aleteo de los buitres lo sacó de sus pensamientos, se alertó al ver a unas cuantas de esas aves carroñeras regocijándose con la carne de sus compañeros caídos.
- ¡NO, LARGO! – gritaba el ninja corriendo para todas direcciones, espantándolas como podía. - ¡MIS AMIGOS NO DORMIRÁN EN SUS VIENTRES!
El enojo aumentó al máximo cuando vio a otra ave de rapiña sobre el cuerpo de su maestro. Unas esferas de energía helada se formaban en sus manos mientras apretaba sus dientes con ira.
- ¡DEJENLOS EN PAZ! – exclamó.
Ambas esferas estallaron en una onda expansiva azul que congeló a todos los buitres, incluso a los que estaban en el aire a varios metros de altura. Calmado, el joven veía los restos de los plumíferos cayendo y haciéndose trizas.
Vio sus manos, jamás había hecho algo así, sin dudas era todo obra del poder de Blaze.
- Quizás… quizás pueda lograr controlarlo. – habló en voz alta, ignorando que era el único hombre vivo allí. – Haré lo mejor que pueda… por ustedes, amigos.
Se preparó para volver al templo Lin Kuei, antes de marcharse le echó una última mirada a los héroes muertos y tuvo una idea.
En el templo, los miembros del clan de asesinos aguardaban a su maestro y su mano derecha, se podía contemplar que algunos estaban nerviosos. Una figura de hielo se formaba en medio del salón principal, acompañado de otros dos bloques helados, la figura principal se definió hasta mostrar a Cold, la técnica de teletransportarse que le había costado mucho entrenamiento cryomancer para lograrlo.
Algunos Lin Kuei prepararon sus armas para recibir al intruso, incluso estaban por atacarlo ya que no lo reconocían.
- Soy yo. – los detuvo.
- ¿Cold? – preguntó un integrante Lin Kuei, sus ropas adornadas indicaban que era miembro de mayor jerarquía, un teniente.
- Sí, sé que me veo diferente. – aclaraba. – Pero soy yo.
- ¿Y el gran maestro? – preguntó el teniente.
Estuvo en silencio por unos segundos, preguntándose como taomarían la respuesta.
- Murió en el combate. – respondía con dolor. – Baraka lo mató.
Todos los Lin Kuei bajaron la mirada en duelo por su maestro caído.
- Pero su muerte fue vengada por Kung Lao, él aniquiló a Baraka.
El joven les señaló uno de los bloques de hielo que trajo, dentro del mismo estaba el cuerpo de Sub-Zero.
- Ahora destruiré el bloque y dejaremos su cuerpo en la sala de los guerreros caídos del Lin Kuei.
- ¿Y quién está en el otro? – preguntó el teniente con sospecha.
Se sorprendieron al comprobar que era nada más y nada menos que Frost, la antigua discípula del gran maestro, quien más tarde lo traicionaría. Ellos no podían creerlo, creían que era una locura.
- ¡¿En serio?! – exclamó el Lin Kuei.
- Ella también descansará allá.
- ¡¿Estás demente?! ¡Esa mujer nos traicionó, no merece estar en ese panteón, ella se merece ser comida para nuestros lobos!
- En un principio yo pensaba así también. – respondía con calma. – Pero después de todo ella fue una Lin Kuei y estoy seguro que el gran maestro habría hecho lo mismo en mi lugar.
Aun molesto con ese atrevimiento, el teniente accedió a dejar a Frost en salón de los Lin Kuei caídos. Uno de los guardias se quedó mirando a Cold con curiosidad hasta que se animó a hablar.
- Tiene el medallón del Dragón. – señalaba.
- Sí, lo usé para derrotar a Shao Kahn. – le contestaba Cold, entre toda la charla había olvidado que llevaba el artefacto a la vista. – Cuando el maestro murió lo tomé para poder enfrentarme a ese maldito.
Susurros salían de los labios de los Lin Kuei hablando entre ellos. El brazo de hielo era evidencia clara de que había logrado dominar el medallón y todos los miembros del clan se arrodillaban uno a uno ante él para su sorpresa.
- Gran maestro. – lo llamó el teniente.
"Gran maestro" repitieron todos los del clan, dejando shockeado al Cold, obviamente él soñó algún día con suceder a Sub-Zero en el mando del Lin Kuei, pero lo veía como algo lejano, todo pasaba tan rápido ahora.
- A partir de ahora tu comandarás al clan. – explicó el teniente, como si no quedara claro.
- Entiendo… - contestaba el flamante líder, echando una ojeada al medallón. – Y con gusto aceptaré se el nuevo Gran maestro, pero primero hay algo que debemos hacer, traigan equipo para excavar, ahora.
Obedecieron, algunos extrañados y otros imaginándose el propósito para las palas y demás que su nuevo maestro solicitaba.
El silencio y la desolación seguían en la pirámide de Argus, luego del ataque de Cold ya no se podían divisar más buitres aleteando en círculos sobre el triste espectáculo de muerte. Usando su poder Cold pudo transportarse junto con parte del clan, todos llevando el equipo pedido.
- Escúchenme. – les decía. – Mientras en el templo preparan los cuerpos del antiguo maestro y Frost, nosotros enterraremos a los héroes caídos de esta batalla.
- Pero maestro, son muchos. – replicaba el teniente.
- No importa el tiempo que nos lleve. – desafió el ninja. – Ellos descansarán como deben, nuestros enemigos caídos blanquearan sus huesos al sol.
Nadie dijo más nada y el ruido de la tierra siendo removida rompía el silencio en aquella zona.
- Gran maestro. – se acercaba otro Lin Kuei. – Una vez que hayamos hecho esto. ¿Qué seguirá? Si puedo saberlo.
- Ustedes vendrán conmigo a Outworld, hay un asunto que voy a resolver.
- ¿Outworld? Pero dijo que mató a Shao Kahn.
- Sí, pero ese bastardo no llevó a todos sus guerreros. – explicaba Cold.
- ¿Está seguro, maestro?
- Seguro, yo los había visto, que entre ellos hay una mujer que me hace odiar a los insectos
El Lin Kuei no dijo nada y se dispuso a volver a su labor, Cold no se permitía descansar y ayudaba en la ardua tarea. Cuando su mirada se topó con el cuerpo de Shinnok, uno de los peores enemigos con los que se habían topado los protectores de Earthrealm, volvió a hablar sin importar si lo escuchaban.
- Y una vez que haya acabado allí, tengo que atar cabos sueltos en otros reinos. – expresó y luego dirigió sus palabras al cadáver del dios caído en voz baja. – Crees engañarme con clones, pero iré por ti también, anciano.
Bueno, así inicia este nuevo fic de mi OC, seguramente muchos tomarán como imposible la victoria de Cold ante Shao Kahn, pero como siempre hago con ese villano, uso su lentitud como su peor debilidad.
Hasta el siguiente capítulo.
