~Buena suerte~
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Se me vino a la mente en la mañana de ayer,
como si acomodara piezas de cristales rotos.
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"Yo lo se... Tweek... es el amor de mi vida y probablemente yo soy el suyo. En mi corazón no hay maldad, en el suyo tampoco... ¿Que es lo que nos hace dañarnos de esta manera? " Ese pensamiento lo destruía.
Ya estaba escrito. Craig lo sabía de antemano... entonces, ¿por que permitió que se diera inicio a tal locura? Sus rodillas lo dejaron caer al suelo. Jaló de su cabello con fuerza intentando ahogar todos esos gritos que querían salir de su alma. No era el Tucker de siempre, la angustia lo corrompía. No quería que todo terminara, pero tal vez, solo tal vez, la elección mas difícil podía ser la mejor... para ambos.
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Un día se miraron a los ojos y ya no se vieron.
No se dijeron nada al respecto. Guardaron silencio.
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Otra vez.
Altaneros, por fin, los ojos azules y los ojos verdes deciden enfrentarse. Se exploran, se indagan, se estudian y se aprenden de memoria cada mínimo recoveco del alma ajena. Se miran, pero no sonríen. Es la tentación de mirar los párpados casi cerrándose por el placer lo que los mueve a mirarse. Es una competencia, una guerra cuerpo a cuerpo... no tiene demasiado sentido.
Sólo se miran por eso, no porque necesiten mirarse, no porque busquen hacer feliz al otro o a ellos mismos... o tal vez si... Se miran sólo porque es una batalla, o eso quieren creer, porque las armas son los ojos y las dagas penetrantes son las manos, las uñas que en ese segundo se clavaron en la espalda del pelinegro.
El sudor se pierde de nuevo entre las sábanas. Las espaldas se arquean y se olvidan del pudor, gritando lo primero que se les ocurre, lo primero que el calor insoportable los obliga a alardear.
Los ojos del rubio comienzan a llorar, no él, solo sus ojos. Leves espasmos comienzan a sacudir su cuerpo, pero no tiene ni la menor intensión de mostrarse vencido. Frunce el ceño y desliza lascivamente su lengua sobre el pecho de su aman... No. No era su amante.
Se abrazan. Se buscan sin buscarse, se miran sin mirarse. Y ojalá se pudieran sentir sin sentirse.
Pero no. Ellos, muy dentro de sus corazones desean que sea así. Ellos desearían que eso tan solo fuese una descarga de lujuria, una forma de descargar su mas oscuro morbo, pero saben a la perfección que no es así, saben que es otra cosa la que lo obliga a besarse, desnudarse, y terminar en la cama cubiertos de sudor.
No es otra cosa más que un sentimiento odiado. Un sentimiento que ninguno de los dos quiere sentir. Un sentimiento que provoca tanto dolor...
En ese momento el mas bajo estiró su cuello intentando alcanzar los labios del pelinegro.
-No-
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El vínculo entre nosotros se ha apartado y esta muriendo todos los días
Adiós mi amor, se acabó. Tenemos que seguir sin mirar atrás
...
-¿Que?- Pregunto Tweek con la voz quebrada.
...
Esta lloviendo muy fuerte en mi mente, estoy aturdido, mi visión es borrosa.
Me estoy muriendo. A pesar de mi determinación, el dolor aún es penetrante.
...
Craig besó la frente del pequeño y frágil chico, en silencio, y bajo la mirada atonita de este, recogió sus cosas. Antes de salir por la puerta pronunció -Buena suerte, Chau...- Adiós.
