Disclaimer: Los personajes de South Park pertenecen a Trey Parcker y Matt Stone. CardCaptor Sakura (Kaadokyaputaa Sakura) pertenece a las geniales escritoras de manga (mangakas) del grupo CLAMP. Mi interés no es ganar dinero, sino entretener a la gente.
Kyuubi: Bueno esto surgió de la siguiente manera:
*O* Mini FlashBack *O*
Sheza: Oye, qué haces?
Kyuubi: Veo quiés se ve más violable: si Butters en traje de chica o Gregory en traje de chica.
Sheza: Y hasta ahora qué decides?
Kyuubi: Ambos son violables con trajes de chicas
Sheza: -.- Ahora me pregunto qué es ese traje de Butters?
Kyuubi: Ay, tontita... No lo recuerdas? Es el traje que usó en el capítulo donde quieren atrapar a la carta Thunder que al final se queda con Shaoran y- Un segundo... ¡Claro! *se tira sobre su Netbook a escribir*
Sheza: Y ahora qué pasa?
Kyuubi: Ya lo verás, Sheza... Ya lo verás...
*O* Fin Mini FlashBack *O*
Kyuubi: Y así surgieron el 90% de mis fics, por pura casualidad xD Ahora, los dejaré con la historia.
Aclaraciones importantes:
1- Los nombres de las Cartas Clow van a estar en INGLÉS.
2- Ike no será de Canadá, será japonés, pero su forma de hablar combina acentos canadiense y japonés.
3- Y creo que más importante: Habrá slash así que si eres una persona que no le gusta o que simplemente tiene homofobia y no aceptas las relaciones entre chicos te pido amablemente que retrocedas a la página de fics en español de South Park y busques otra lectura para pasar el rato.
4- No voy a tolerar bajo ningún concepto reviews que tengan insultos ya sean para mí, para mi historia o para los reviewers. Esos reviews insultantes serán borrados y, si la persona comentó con su propia cuenta, será denunciado.
5- Ante cualquier duda sobre el fic o el anime/manga de CardCaptor Sakura no olviden de preguntar. Para los que no hayan visto el anime o leído el manga (cosa que dudo porque CardCaptor Sakura es más conocido Bush) les resultará después bastante sencillo seguir la trama algo compleja de CardCaptor Sakura.
6- Y último, porque no quiero que me tiren con una bomba molotov, el fic será una mezcla tanto del manga como del anime así que habrán detalles que en uno no estén pero en el otro sí. Un ejemplo es Meilin, la prima de Shaoran, que sólo es puro relleno porque en el manga no aparece, o el hecho de que son en realidad las Cartas Clow no son tantas, son unas cuantas menos.
Ahora sí, disfruten la lectura.
Escuchó un goteo lento, ante sus ojos aparecía un extraño libro rojo con un misterioso dibujo en la tapa, la torre de Denver apareció frente a él, se vio a sí mismo y notó que vestía un traje extraño y colorido, junto a él venía una pequeña criaturita humanoide con alas, una lluvia de cartas caía del cielo nocturno, la Luna llena se veía enorme y casi podía tocarse, llevaba un extraño báculo en sus manos, subió al barandal del edificio donde estaba y un par de pequeñas alitas aparecieron en sus zapatillas, de repente saltó y...
Capítulo 1: Butters y el Misterioso Libro Mágico.
PIP. PIP. PIP. PIP. PIP.
¿Qué era eso? Lo que fuera, estaba seguro que era un ruido muy molesto y deseaba que parara de una vez. Sintió que algo golpeaba su cabeza y se levantó rápidamente tomando el objeto que lo había golpeado entre sus manos.
- ¿Eh...?- el objeto había resultado ser su reloj despertador, que de tanto sonar y vibrar, cayó sobre su cabeza; y cuando vio la hora...- ¡Ahhhh! ¡Se me hace tarde!
Se levantó de un salto y se sacó su pijama para ponerse el uniforme de su escuela. Su nombre es Leopold, pero todos lo conocen como Butters, tiene diez años y va a cuarto grado de primaria, su cabello es rubio, sus ojos azules como el cielo y una bella sonrisa que iluminaba su rostro y que podía animar a cualquiera con sólo verla. Bajó rápidamente las escaleras con su mochila cargada en el hombro y entró en la cocina comedor, donde lo esperaban otras dos personas.
- ¡Buenos días!- saludó felizmente.
- B-buenos días, B-Butters.- ese era Tweek, un chico de dieciséis años, pelo muy desordenado y rubio al igual que Butters, ojos violetas, con una extraña obsesión por el café, con varios tics incontrolables. Iba a cuarto año de secundaria y vestía su uniforme reglamentario que consistía en una camiseta de manga corta con el escudo de la escuela del lado izquierdo, un pantalón de algodón color negro y corbata negra.
- Bonjour, Leopold.- éste era Christophe. Él era moreno de ojos cafés, de veintiún años, camiseta color negro con mangas largas, pantalones de camuflados, una cadena colgada en su bolsillo derecho. El joven hablaba con acento francés ya que cuando era muy pequeño pasó gran parte de su infancia y algo de su adolescencia estudiando en Francia, por lo que el acento había echado raíces en él y no había forma de quitárselo.
- Buenos días, mamá.
El joven saludó a una mujer de cabello rubio y corto hasta los hombros, hermosos ojos azules y una sonrisa encantadora. Tenía un vestido hermoso y de color verde esmeralda, con detalles delicados color blanco. La joven era la madre de Christophe, Tweek y Butters. Por desgracia, la mujer murió hace cuatro años y los chicos quedaron solos con su padre, que viaja por todo el mundo y casi no pasa tiempo en su casa. Por más que ésa pérdida fue mucho para todos, lograron salir adelante.
- Veo que otra vez te levantaste tarde, no me extraña de un monstruito como tú.- se burló Christophe comiendo una tostada.
- ¡No me digas así! No soy ningún monstruo.- dijo inflando tiernamente los cachetes.
- Entonces eres un enanito idiota, porque ahora te veo y no has crecido nada.- se volvió a burlar pero ésta vez acercándose al menor y comparando su altura.
- ¡Argh! ¡Chris, d-déjalo!- defendió Tweek.
- Como sea.- Butters le dio una tierna sonrisa al rubio mientras Christophe le dejaba el desayuno en su lugar. No debía preocuparse, él sabía que algún día crecería mucho y lograría así aplastar a su hermano idiota.- ¿Hoy estudiarás hasta tarde en la universidad de Arqueología?
- Oui, pero creo que vendré para la hora de cenar.- respondió mientras se daba la vuelta y tomaba las dos pequeñas cajas con el almuerzo de los chicos.
- ¿Ya te-terminaste, Butters?- preguntó Tweek, que se puso de pie, tomó su mochila y su almuerzo.
- ¿Eh? ¿Ya te vas? ¡Espera!- Butters se apresuró a ingerir su desayuno a toda velocidad, atragantándose un poco en el proceso, y tomó su almuerzo; lo metió en la mochila, se la cargó al hombro y salió a todo correr hasta la entrada donde se puso sus rollers y salió de la casa.- ¡Nos vemos, Chris!
- ¡Tengan cuidado por dónde van, no se pierdan!
El rubio se apresuró a recorrer las calles de Denver, que por suerte a esa hora de la mañana no estaban tan llenas de gente y era más seguro andar con rollers por la calle. Dio un giro rápido en la esquina y casi chocó con Tweek en su bicicleta, quien iba a una velocidad muy lenta. Lo miró extrañado y volteó nuevamente al frente y vio la causa de su lentitud.
Con una bicicleta a su lado estaba Stanley Marsh, amigo de Tweek, iba a la misma clase que él, su cabello era negro, tenía ojos azules y llevaba un sombrero azul con rojo. Stan tenía algo especial, pues era el chico por el que Tweek suspiraba y amaba con todo su corazón, pero sospechaba que tal vez Craig, otro compañero del rubio, y Stan se gustaban entre ellos y no quería interferir. Además cabe destacar que Tweek era un chico con el autoestima muy bajo y no creía que alguien como Stan se fijara en él.
- ¡Stan!- saludó el rubio menor con la natural sonrisa que traía.
- Hola.- el moreno saludó con la mano amigablemente.- ¿Nos vamos?
- ¡Si!- canturreó Butters mientras avanzaba más en el camino.
- ¿Vamos, Tweek?- preguntó Stan.
- S-si, vamos.- el rubio mayor bajó unos segundos la mirada y se maldijo a sí mismo cuando sintió que sus mejillas ardían.- "Mierda, seguramente debo estar completamente rojo..."
Siguieron el recorrido hasta llegar. La secundaria estaba junto a la primaria, lo cual favorecía mucho a ambos rubios hermanos a la hora de necesitar algo. Butters se despidió de los demás mientras entraba en el patio de la escuela. Antes de entrar al edificio se sacó su equipo de rollers para ponerse sus zapatillas comunes. Hubiera preferido entrar con los rollers pero hacerlo rayaría los pisos y causaría un ataque al pobre conserje. Llegó alegre como siempre a su casillero, saludando a algunos de sus compañeros en el proceso, y guardó todo allí. Al cerrar la puerta casi le da un infarto al ver a dos personas con máscaras de monstruos.
- ¡Wah!- dio varios pasos atrás y se llevó una mano al pecho.- ¡Casi me matan!- exclamó una vez vio quiénes lo habían asustado.
- No te enojes, Butters. Fue una broma.- pidió un rubio ojiazul quitándose su máscara y llevando a su cabeza su boina color crema favorita.
- Pip tiene razón.- dijo otro rubio de ojos grises.- Sólo es una broma.- ¿Perdiste tu sentido del humor? Pues deberías recuperarlo.
- No lo perdí, es sólo que me asustaron de verdad, Gregory.- bufó.- Un día de éstos me van a matar de un infarto.
Esos dos chicos eran sus mejores amigos y los conocía desde que iban a primer grado. De camino al salón Pip no dejaba de hablar sobre varios trajes especiales que había hecho durante la semana. El rubio quería ser diseñador en un futuro y le encantaba diseñar trajes coloridos y extravagantes. Butters admiraba mucho a Pip, siempre tan sonriente y con tantos ánimos para hacer de todo aunque su pasado no fue tan bonito y sufrió mucho. También sentía mucha admiración por Gregory, no sólo por su habilidad de negociación con la que podía conseguir lo que quisiera, sino también por su gran amabilidad al estar dispuesto a ayudar a quien lo necesitara y su enorme talento en la pintura. Además un pasatiempo que tenía Gregory era grabar todo lo que veía y le llamaba la atención con una cámara de video. Tenía dos sueños: Uno era ser director de cine y otro, si no llegaba a estudiar cinematografía, era el de ser un gran empresario.
- Muy bien, alumnos.- dijo el profesor Garrison cuando entró al salón.- Vamos a pasar lista y luego iniciaremos con los trabajos de hoy.
Pasó la primera hora de clases y a esa le siguió la segunda. Butters casi toda la hora se la pasó dibujando a la pequeña criatura que vio en su sueño. Parecía ser un niño de cabello algo alborotado, alitas pequeñas y redondeadas, tenía una cola fina y larga que finalizaba en un pompón de pelo erizado y orejas grandes redondeadas. En su mente aún recorría la pregunta de si ese joven allí arriba, en la torre de Denver, era él o alguien muy parecido. Pip, que se sentaba junto a él, apartó la vista de su libro de texto para ver el dibujo y sonrió. Le dio un pequeño golpecito en el brazo y el otro volteó ligeramente a verlo.
- ¿Y eso?- murmuró.
- Oh, es... no sé lo que es.- contestó con una sonrisa nerviosa.
- ¿Dónde lo viste?
- Lo vi en un sueño. La verdad que no tengo idea por qué lo soñé...
- Pues es una criatura muy tierna, de verdad.
- Joven Leopold.- llamó la profesora de lengua.- ¿Puede continuar la lectura?
- ¡S-si!
- Página dieciocho, párrafo dos.- agregó el inglés mientras el rubio se levantaba.
- Gracias.- se aclaró la garganta mientras tomaba su libro.- 'Nos dimos cuenta desde luego de la imposibilidad de cargar con un peso tan enorme.'- leyó.- 'Afortunadamente, la tapa no estaba sujeta más que por dos cerrojos que hicimos correr, pálidos y temblando con ansiedad.'
Ya terminadas las clases de salón sólo faltaba la de educación física. Algunos deportes son una actividad obligatoria tanto para chicas como para varones, y sólo algunos deportes serán por separado. Ahora Butters y los otros chicos estaban haciendo un pequeño partido de tenis, uno de los deportes favoritos del rubio. Las chicas también estaban jugando tenis, como era el caso de una de ellas que ahora estaba jugando contra Butters. El partido estaba bastante peleado, pero fue cuando Butters estaba por golpear la pelota que, inconcientemente, deslizó la mirada hacia su raqueta de tenis y, por unos segundos, le pareció que esa raqueta se había transformado en el báculo azul con punta parecida a un pico de loro y unas alitas en él.
- ¿Eh?- Butters perdió la concentración por un segundo y, en consecuencia, detuvo su golpe a medio camino, dándole paso a la pelota para que golpeara su frente.- ¡Auuuuch!- se quejó agachándose y apoyando sus manos sobre la zona golpeada.
- Eso debió doler...- dijo Pip.
- ¿Te encuentras bien, Butters?- preguntó una chica junto a él.
- ¡S-si, estoy muy bien!- se levantó rápidamente y desvió la mirada para que no se le notaran las lágrimas en sus ojos.
*O*O*O*O*O*O*O*O*
- ¡Ya llegué!- dijo el rubio entrando a la casa.- ¿Hola? ¡Tweek!- entró a la cocina y leyó la pizarra que estaba junto a la puerta. La misma decía que Tweek tenía práctica de piano y tardaría bastante. Si a eso le sumamos que Christophe estudiaría hasta tarde en la universidad, él estaría sólo durante un largo rato.- Oh, van a llegar tarde...
Pasó un rato y él se ocupó de limpiar la casa mientras tanto. Cuando terminó de lavar los platos suspiró y se dirigió feliz escaleras arriba dispuesto a ordenar su habitación, fue entonces que escuchó un extraño ruido que venía de la biblioteca de su padre, una biblioteca llena de libros que el hombre mandaba por correo o llevaba para sus hijos. Tomó su raqueta de tenis y se armó de valor para entrar. ¿Qué era? ¿Un ladrón? ¿Un animal que se había colado en su casa? Sea lo que sea, iba a descubrir lo que era y luego llamaría a la policía. Aunque lo más correcto hubiera sido llamar a la policía, él trató de imaginarse que no era nada, que quizá sólo era su imaginación.
- ¿Por qué no mejor llamo a la policía? ¡Ésta historia no tiene sentido!
¡Sólo apégate al guión, maldita sea!
- Bien... Vamos, debo ser valiente...
Entró al estudio con cuidado y vio hacia todos lados, no había nada. Pasó por entre un par de estantes y no había rastros de que alguien o algún animal hubieran estado allí, pero los ruidos seguían y se hacían cada vez más fuertes a medida de que se acercaba a la esquina. Con un rápido movimiento dio vuelta a la esquina y se preparó para golpear a lo que fuera que estuviera allí. No había nada.
- ¿Pero qué eran esos ruidos entonces?- se preguntó.
En eso, uno de los libros brilló tenuemente, se acercó a tomarlo, el brillo del libro desapareció, y con sorpresa descubrió al tomarlo que era el mismo libro de su sueño. Tenía en la portada el dibujo de una pantera o un león enorme y de color amarillo, con un collar color bronce, una joya roja en el centro, un casco también de color bronce en la cabeza y una joya también en el centro, ojos amarillos y dos grandes alas blancas, en la parte superior había una especie de cinta semi-doblada que tenía inscripto el nombre del libro, en la parte inferior había dibujado un enorme Sol con quince puntas.
En la parte trasera había un gran círculo amarillo, por dentro tenía otro círculo más grueso y tres cuadrados superpuestos y un poco corridos para formar múltiples puntas, el cuadrado que estaba puesto correctamente tenía círculos en las puntas con varios Kanjis también, en la parte superior derecha del círculo había otro mucho más pequeño y dentro de él había una Luna en su fase de cuarto menguante, en el centro del círculo, rodeado por esos cuadrados, había la imagen de un Sol con doce rayos gruesos y varias pequeñas y finas líneas saliendo de él, también tenia varias letras occidentales rodeando el Sol. Debajo del todo había una cinta que decía 'The Moon'.
- ¿Y esto?- bajó la vista.- ¿The Clow?- dijo leyendo el título en la parte superior del dibujo de la extraña pantera.
El libro tenía un cerrojo que parecía no abrirse. De repente, al acercarlo un poco más para verlo mejor, desapareció, dejando que el libro se abriera. Butters se asustó y casi se le cae el libro, pero se animó a abrirlo. En la contratapa había un escrito con letras japonesas que Butters no entendió y lo que contenía era una baraja de cartas. Tomó la primera carta y la miró con detenimiento, era rectangular, en la parte superior tenía dibujado la mitad de un Sol con un extraño Kanji, a la mitad de la carta tenía dibujadas dos estrellas de seis puntas y en la parte inferior había una Luna en cuarto creciente y debajo de él había una especie de pergamino con un nombre escrito.
Tenía un dibujo que parecía una hermosa mujer color crema, que era rodeada por un velo semitransparente que se originaba en su cabello, tiene los ojos cerrados y las manos cruzadas y abiertas cubiertas por sus alas, daba alusión a ser la guardiana de ese libro y sus cartas. El reverso de la carta también tenía un diseño extraño. Era igual a la parte trasera del libro sólo que en vez de tener el pequeño círculo con la Luna a la derecha lo tenía a la izquierda y la carta en cada punta tenía una estrella de seis picos.
- ¡Qué carta más rara!- exclamó volviendo a voltearla para ver el dibujo.- Me pregunto por qué papá lo enviaría... no recuerdo que Chris nos lo haya mostrado... ¿Y éste nombre?- se dio media vuelta y no se dio cuenta que el extraño círculo en la parte de atrás de la carta apareció a sus pies.- ¿Será éste su nombre? Me pregunto si el nombre se pronunciará en nuestro idioma... Ah, ya sé lo que debe ser. Debe ser de algún juego de esos donde usas magias y demás, y donde el prota grita el nombre del conjuro para que funcione.- rió ante la idea y, tomando el rol de un personaje principal de una historia mágica, levantó la carta en alto y gritó su nombre.-¡Windy! (Viento)
De pronto, el círculo debajo de él brilló, la carta también, y una ventisca poderosa sopló en todo el estudio tomando por sorpresa al Butters. Por lo fuerte del viento, todas las cartas que había en el libro salieron despedidas por el aire y atravesaron el techo y las paredes, esparciéndose por toda la ciudad. Butters, en su inocencia e ingenuidad, no se dio cuenta de lo que había desencadenado en ese momento. La ventisca se detuvo, el rubio aún tenía la carta The Windy en su mano, el libro había caído al suelo bocabajo. De la tapa del libro salió una pequeña criatura humanoide que él reconoció que era la misma de su sueño y su dibujo. Pudo notar ahora que era un pequeño niño moreno, con una remera y bermudas amarillas, el mechón de pelo en la punta de su cola era negro como su cabello y sus alitas eran blancas, estaba descalzo.
- Mmm...- abrió los ojos lentamente y reveló su color oscuro.- ¡Konnichiwa!- saludó alegremente.
- ¡Ahh!- Butters se cayó hacia atrás y trató de alejarse un poco del pequeño ser.- ¿Qué... qué cosa eres?- preguntó.- ¿Un muñeco...?
- ¡Iie! ¡No soy un muñeco! ¡Mi nombre es Ikeroshi! (N/A: Se pronuncia Aikroshi)- se presentó.- ¿Tú eres quien me despertó?
- ¿Despertarte?- Butters notó la extraña forma en que hablaba su pequeño nuevo amigo. Tenía algo de acento canadiense pero hablaba de forma muy rara...
- Hai, yo estaba durmiendo aquí en la tapa del libro. (Ike habla algunas palabras en japonés. Glosario al final.)
- Así que esos ruidos... eran tus ronquidos...- razonó el rubio arrodillándose y levantando la vista.- ¿Y qué hacías en...? Bueno... En la tapa del libro... Ikero...- suspiró.- Ike...
- Yo soy el guardián del Libro The Clow.- levantó una mano al tiempo que un halo de luz amarilla envolvía al libro y lo levantaba.- Me encargo de resguardar las Kuroo Kaados.
- ¿Las qué? ¿Por qué hablas así?- Butters estaba muy confundido.
- Gomen ne, pero soy de Japón y no me acostumbro mucho a hablar inglés. Quise decir Cartas Clow. Yo las protejo para que no caigan en manos malvadas y...- desvió la vista hacia el libro abierto, sólo para descubrir que no había nada en él.- ¿¡Eh! ¿¡Qué! ¡L-las Cartas! ¡No están! ¡Oh, Kami-sama, no!
- ¿Te refieres a esto?- Butters le mostró la única carta que tenía en la mano.
- ¡Ah! ¡Siiiii!- tomó la carta muy alegre y sonrió.- ¿Y dónde están las otras?
- Bueno... Leí el nombre de la carta... y... salieron volando...- dijo lentamente.
- Salieron... volando...- repitió con la misma lentitud la criatura.
- Ajá...
- Ya veo...
Un rato después...
- Así que sólo leíste el nombre de la carta Windy y todas las Cartas salieron volando... Bueno, eso es interesante.- Ikeroshi estaba levitando gracias a sus alas, con las piernas y los brazos cruzados.
- Si, pero no entiendo por qué.- Butters le trajo un pequeño flan con una cuchara.
- ¡Comida!- se abalanzó contra el flan, tomando la cuchara y comiendo con ansias.- Bueno... eso muestra que eres una persona con poderes mágicos.
- ¿Poderes mágicos? No juegues, no creo en todas esas cosas de magia, hasta los tipos de Hollywood o Las Vegas haciendo magia sólo aparentan hacerlo...
- Es enserio. Sólo una persona con grandes poderes mágicos puede abrir el cerrojo del libro. Además al pronunciar el nombre de la carta todas las demás salieron volando por una fuerte ventisca, eso indica que pudiste usar los poderes de una de las cartas. El mago que las creó, Clow Reed, tenía muy fuertes poderes mágicos y puso un sello que sólo gente con altos poderes mágicos pueden liberar.
- Si, pero...
- Por eso también será tu misión recuperar todas las cartas.- continuó.
- ¿¡Qué! ¿¡Por qué!- protestó.
- Tú fuiste quien dispersó las cartas.
- ¡Tú fuiste quien se durmió en su trabajo de guardián!- contraatacó.
- Bu-bueno, pero eso es algo distinto.
- No lo es.- Leopold frunció el ceño pero en ese momento se escuchó la puerta.- Ay no, mi hermano. Llegó temprano, seguro su maestra faltó de nuevo... Escúchame, debes quedarte aquí hasta que te lo diga. Si te ve empezará a hacer preguntas.- pidió el rubio.
- Está bien, yo me quedaré aquí.- terminó su flan y quedó sumamente satisfecho.- ¡Sabía delicioso!
- Si te portas bien te traeré más, Ike.
- ¿Ike? No me llamo Ike. ¡Mi nombre es Ikeroshi!
- Tu otro nombre es muy difícil de pronunciar, además Ike es más lindo.- Butters sonrió y se fue escaleras abajo.
Mientras tanto, el ahora rebautizado Ike, concentraba todo su poder mágico para encontrar las cartas. Si el sello mágico de cada una se liberaba, era posible que sus poderes salieran a la luz y causaran desastre en la ciudad y el mundo. Aunque usaba todos sus poderes, debía ser conciente de que ahora que las cartas habían sido esparcidas él había perdido casi todos sus poderes; para recuperarlos debería sellar todas las cartas nuevamente. Pasó todo el resto de la tarde pensando en qué hacer y en si era buena idea pedirle a Butters que lo hiciera. Está bien que era culpa de Butters el hecho de que las cartas se hubieran dispersado, pero el rubio era sólo un niño, y recolectar las cartas era una tarea muy dura... Pero debía hacerlo. Se juró a si mismo que protegería al rubio y lo ayudaría en lo que fuera necesario.
- Ike.- el rubio entró sonriente a la habitación, trayendo un pequeño flan en un platito.- Mira, te traje flan.
- ¡Siii!
- Y, dime...- empezó mientras se sacaba la ropa y se ponía el pijama.- ¿Pudiste encontrar algo?
- Iie, por desgracia.- engulló una generosa cucharada de flan.- Ahora que las cartas se han dispersado y se ha abierto el sello del Libro la gran mayoría de mis poderes se perdió. Para recuperarlos las cartas deben ser selladas.
- Ya veo... Qué mal.- ya estaba con su pijama de gatitos y se disponía a acostarse cuando un fuerte viento abrió su ventana.- ¿Qué...?- se asomó por la ventana y con mucha sorpresa vio un enorme ave blanca del tamaño de una casa volar por el cielo.- ¿¡Qué es eso!
- ¡Es una Carta Clow! Es la Carta The Fly, el Vuelo.- dijo Ike asomándose por la ventana.- Hay que hacer algo porque sino...- al momento de decir esto, el ave gigante agitó fuertemente sus alas y de su boca salió un chillido bastante agudo, que rompió varios vidrios de ventanas.- ¡Sino puede pasar eso! ¡Causará una catástrofe si no hacemos algo! ¡Alguien saldrá mal herido!
- ¿Heridos? Ay, no... ¿Y qué hay que hacer para capturarla?
- Pues...- Ike se dirigió al libro y del cerrojo salió una pequeña luz que creció hasta transformarse en una llave parecida al pico de un loro.- Párate en el centro de la habitación.- Butters hizo lo ordenado y debajo de él apareció el mismo sello de antes.- Ese sello es el Sello Clow. Es esencial para cuando hagas lo que ahora te enseñaré.- la pequeña llave flotó hasta Butters.
- Qué curiosa llave...- el rubio ladeó la cabeza.
- Bien. Llave del Sello, aquí presente se encuentra una persona que acepta la misión. Éste niño, de nombre Leopold, bríndale los poderes que guardas en tu interior... ¡Libérate!- exclamó. La pequeña llave creció y tomó la misma forma del báculo, largo, azul, un pico de loro en la punta y alas pequeñas. Una onda de energía empujó a Butters unos pasos atrás.- ¡Leopold, debes tomar el báculo! ¡Hazlo rápido!
- ¡E-eso intento...!- el rubio extendió su brazo izquierdo lo más que pudo hasta que finalmente lo alcanzó. La onda de energía se detuvo al instante.- Uff...
- Muy bien. ¡Felicidades! ¡Ahora eres un CardCaptor! ¡Cazador de Cartas!- Ike sonrió feliz moviendo su cola de un lado a otro.
- ¿Eh? ¡E-espera!- se frotó los nudillos mientras miraba del báculo a Ike y viceversa.- ¡Yo no acepté ser nada! ¡Sólo quiero detener a esa ave porq-!
- No hay tiempo para eso. Si no detenemos a la carta The Fly será peligroso.
Aunque resignado, el rubio aceptó ir llevando sólo su pijama y su equipo de rollers, además de la carta y el báculo obviamente. Ike iba en su hombro indicándole el camino. Cuando llegaron junto al ave ésta los miró furiosamente, como sabiendo de ante mano que el rubio venía a capturarlo, y no dudó en atacarlos. Leopold esquivó el picotazo patinando lejos de la criatura y subiendo por la pendiente de la calle, el ave batió fuertemente sus alas para levantar vuelo y siguió de largo.
Recordó que a unas cuantas calles había otra pendiente, ese sería el momento oportuno para atacar. Con toda la fuerza de sus piernas, el rubio patinó hasta la pendiente y, dando un salto, se subió al lomo del ave. La carta Fly seguía elevándose cada vez más, llegando aún más alto. Si Butters no se apuraba la carta terminaría volando tan alto que no lograría capturarlo sin poner en riesgo su vida.
- ¡Leopold!- Ike salió volando por no poder sujetarse bien y sólo pudo observar cómo el ave alcanzaba cada vez más altura.- ¡No, Leopold! ¿Qué hago? Si llega a salir herido jamás me perdonaría a mí mismo...
- Ya está bien.- musitó Butters aferrándose al ave con toda la fuerza de su mano libre y ocultando el rostro entre sus plumas.- ¡Ya es hora de que vuelvas a ser carta!
Levantó la mirada, un brillo decidido centelló en sus ojos, iba a luchar. Sujetándose lo mejor que pudo con la mano ocupada sosteniendo el báculo al ave y de su sacó del bolsillo de su pijama la única carta que tenía. La lanzó hacia delante, pasó su báculo a la mano derecha y lo hizo girar en su mano con una agilidad que ni él sabía que tenía.
- ¡Conviértete en cadenas de la justicia...!- la carta se deslizó hacia él al tiempo que el Sello Clow aparecía bajo su cuerpo y alcanzó a golpearla con su báculo exactamente en el centro de la carta.- ¡Windy!
De la carta salió la bella dama de blanco que antes estaba dibujada en ella, de su cuerpo salieron varias cintas blancas, que fueron envolviendo a la carta Fly y la obligaron a aterrizar. Una vez en tierra firme, Leopold saltó para alejarse de la carta y quedar junto a Ike.
- Llegó el momento de sellarla.- dijo el pequeño morenito.
- Muy bien.- sostuvo el báculo con ambas manos y lo levantó en alto.- Regresa a la forma humilde que mereces... ¡Carta Clow!- bajó el báculo con fuerza y en la punta del mismo apareció una colorida luz que tomó forma rectangular. El mismo rectángulo empezó a absorber a la carta que se movía inquieta y tratando inútilmente de escapar. Pronto fue capturada y automáticamente se deslizó a la mano de Butters. La apariencia de la carta en su exterior era idéntica a la de The Windy, sólo el dibujo cambió pues se trataba de la misma ave gigante que cubría todo su cuerpo con sus grandes alas, sólo dejando ver sus patas, cuello y cabeza. Ahora en vez de ser blanca el ave mostraba ser amarillenta, como Windy, con ojos azules.
- Lo hiciste bien. ¡Hiciste un trabajo excepcional!
- ¡Tuve mucho miedo!- gritó.- ¡Pensé que iba a morir!
- Oh, no te preocupes por eso. Mientras yo esté contigo no te pasará nada.
- Gracias.- Butters sonrió, avergonzado.- Pero no creas que acepté ser un CardCaptor.
- Ahora...- Ike atrajo la carta Windy hacia él.- Es hora de ir a casa.
- Pero estoy cansado, no creo poder llegar a tiempo...
- Pues usa la carta que acabas de adquirir.- el moreno le guiñó un ojo.- ¡Usa a The Fly! Ella seguro te llevará a casa en un abrir y cerrar de ojos.
- Bueno... Veamos...- lanzó la carta al aire y la golpeó con la punta de su báculo.- ¡Fly!- las pequeñas alitas del báculo crecieron en gran medida, transformándose en preciosas alas emplumadas.- ¡Qué bonito!- exclamó.
- ¿Soo, ne? Ahora, sube al mango del báculo e imagina que puedes volar, como si tú movieras las alas.
Butters hizo lo dicho y sintió cómo se iba elevando por encima de las casas, con la Luna acompañándolo, Ike iba junto a él y sonreía alegre. Butters reía mientras volaba hacia casa en báculo. Miraba las luces de la ciudad brillar con Tal vez... ser CardCaptor no era tan malo. Pero esto era sólo inicio de una aventura jamás vista para el rubio de diez años de edad.
Kyuubi: Y éste es el primer capítulo! Espero sinceramente que les haya gustado. Va a ser un poco difícil adaptarlo al anime pero ya veré cómo lo hago xD Y ya saben, dejen reviews con muchas galletitas xD! Saludos!
P.D.: Aquí va un glosario:
Kanji: Se utilizan en la escritura japonesa. Generalmente una palabra se forma por varios Kanjis, aunque si hay varios que se combinan en uno sólo para formar una palabra para describir un objeto o algo, como en el caso de las Cartas Clow.
Konnichiwa: Buenos días.
Hai: Respuesta afirmativa a una pregunta.
Kuroo Kaado: Carta Clow.
Gomen ne: Viene de la palabra Gomenasai que se usa para pedir disculpas.
Kami-sama: Dios.
Iie: Respuesta negativa a una pregunta.
Soo, nee?: Así es, ¿no?
