Este es mi primer fic de Ouran, les diré que he visto los 26 capitulos y estan simpaticos aunque el final me dejo algo decepcionada ¿será porque me gusta el yaoi?, sobre todo porque quería ver más de losgemelos...enfermitos...
En fin la historia tendrá romance, algo de humor, va a ver violación y drama. Será principalmente un KyouyaxTamaki pero tambien estarán los gemelos y seguramente nuestro pequeño honey-chan y mori-chan..¡lindos!. Por cierto tambien Haruhi, pero no será principal, me cae la chica no es tonta pero es algo despistada y descuidada...en fin...pero es inteligente
Bien ninguno es personaje mío, salvo dos que serán familiares de Tamaki...es un agregado importante de la historia, todos los demas le pertenecen a su creador...
Ojala la disfruten...
CAPITULO 1: "Finalmente me doy cuenta..."
Ya habían pasado varios meses desde la total negativa que le diera Haruhi a su declaración amor. Era más que lógico, la pequeña castaña si bien sintió cierto interés por el rubio en un momento, este fue dejado de lado por su única motivación: mantenerse como una de las primeras de su clase y así realizar su sueño de convertirse en una gran abogada, cosa que era muy probable, lograría. Finalmente se dio cuenta que lo único que podía sentir por todos los miembros del club era una bonita y sana amistad.
El alma del hermoso y sensible rubio fue destrozada y echa añicos ese día en el que Haruhi se negó a su declaración, indicándole que ese momento no deseaba algo más que amistad de su senpai.
No pudiendo resistir a esta completa negativa, no pudo evitar buscar algo de consuelo en el único y verdadero amigo que tenía y que conocía desde hace tres años: Kyouya Ootori. Nunca supo exactamente la razón, pero fue algo instintivo correr donde su Okasan para solicitarle, mejor dicho implorarle por confor en su alma. Llorando a mares por el desprecio de quien el creía sería su único y verdadero amor.
Tamaki idiota...
Fue lo único que el pelinegro expresó ante el espectáculo prácticamente circense que su amigo daba en cada movimiento desesperado por tal tragedia.
Y así fue, de eso habían pasado casi seis meses, seis meses en los que había buscado huir de la castaña acompañando en cada acto, función y labor a su amigo Ootori. Nunca imaginó que la vida iba a darle un giro inesperado. En esos seis meses, su Okasan, demostrando una paciencia incólume y admirable, había aliviado todo el dolor que habitaba en su corazón haciéndole olvidar de todo cuanto implicaba ese tremendo sufrimiento que padeció
Ahora, seis meses después, se acicalaba con gran ahínco, feliz y contento por lo que deparaba el día. Y es que era un día muy especial: el cumpleaños de Kyouya, de su vicepresidente, de su amigo, de su Okasan. Salió de la ducha canturreando esa melosa canción que tanto le gustaba y que parecía su himno de combate. Cubierto con una simple toalla alrededor de su cintura camino hacia el espejo de pie, ese que le permitía ver toda su anatomía...
realmente Tamaki...hoy no se te escapa...- se dijo a sí mismo con esa sonrisa de triunfo cerrando uno de sus ojos en señal de complicidad hacia su persona. Cambiose inmediatamente volviéndose a bañar en un río de colonia, y nuevamente el espejo para ver su atuendo...
Sí Tamaki...definitivamente hoy no se escapa...-repitió acomodándose el cabello rubio revoltoso.
Pero ¿qué era lo que a Tamaki no se le iba a escapar?. Si habían pasado seis meses de el otrora, lamentable incidente con Haruhi, no habían pasado ni cinco días desde que este atolondrado y tonto rubio se diera cuenta de que en esta vida, el amor puede volver a tocar a tu puerta.
Así fue, hace tan sólo cinco días Tamaki dio por enterado a su mente, corazón, alma y cuerpo de que no podía seguir negando ese sentimiento tan poderoso que estaba surgiendo nuevamente, llamado amor. Pero esta vez direccionado en otro sentido, dirigido hacia la persona que menos podía creer, pero que siempre estuvo allí: Kyouya Ootori. No pudo creerlo, ni siquiera cuando comenzó a sentirlo, él jamás e daba cuenta de nada. Y hubiese seguido así, hasta la noche en que por azares del destino y de Morfeo tuvo un esplendoroso sueño, en el que veía a su amigo más querido acercándose a él como todo un cazador a su inofensiva presa, atrapándolo entre sus brazos y apoderándose de sus labios, besándolos de manera insaciable.
Fue solo un sueño, pero fue tan real. Tamaki se despertó sudando agitado, temblando...pero misteriosamente feliz. Tanto que no durmió en el resto de la noche hasta esclarecer lo que él siempre supo: que estaba perdidamente enamorado de su amigo, su vicepresidente, su Okasan, Kyouya Ootori.
Esos últimos cinco días fueron una especie de suplicio, al tomar conciencia de sus sentimientos. Estar junto a su ya no tan sentido amigo, sino posible amante, según Tamaki, sus nervios le jugaban malas pasadas, tanto así que incluso tartamudeaba cuando el de anteojos le hablaba para algo del host.
Fue mucho mayor el sufrimiento al que tuvo que ser sometido, cuando Kyouya, algo preocupado por el rubio, un día de estos últimos cinco días, decidió verificar si éste no tenía fiebre...
Inicio del flasback
¿te ocurre algo eh Tamaki? –preguntó el pelinegro dejando de escribir en su infaltable carpeta.
¿eh?...¿a mí?.. ¡no.. nada!- dijo muy nervioso el rubio tratando de no dejar salir el color en sus mejillas.
¿nada? –dijo incrédulo el pelinegro acercándose a su amigo con intenciones de verificar algo –a mi me parece que algo tienes...
¡seguramente esta esperando que salgo Haruhi de cambiarse!- grito Hikaru, y luego mostró de esas macabras sonrisas a su gemelo Kaoru que le sonrío igual.
Ah...es eso...-respondió Kyouya acomodandose los anteojos y con un dejo de desanimo enmascarado con indiferencia. Claro está que cierto rubio pequeño y moreno alto no pasaron desapercibidos – entonces no tienes nada..
¿qué?..¡¡no!!- gritó el rubio cuando vio que su amigo se alejaba haciendo que este se detuviera y lo mirara un poco sorprendido- ¡¡¡no es eso!! ...¡ustedes dos dejen de fastidiar!!
Ok ok mi señor – respondieron al unísono con cara de fastidio.
¿y entonces qué tienes? – Kyouya serenamente volvió a la carga. Cosa rara en él pero desapercibida si tomamos en cuenta su manera de enmascarar sus actitudes. Se acercó aún más que la primera vez a su amigo y este se quedó mudo y esta vez el sentirlo tan cerca aspirando su loción, lo hizo ponerse algo rojo.
Eh..eh...eh...y...
Tamaki...- lo miró fijamente y después...- estas rojo...¿tendrás fiebre?- fue lo único que dijo antes de poner su mano en la frente para cerciorar la temperatura.
El rubio tembló más, el contacto con esa mano y el acercamiento con Kyouya lo hicieron padecer y asustarse. Lo peor vino después
no pareces caliente pero...déjame ver- Kyouya bajo su mano hacia la base del cuello del rubio tocándola para corroborar su diagnóstico. Eso fue todo Tamaki sintió más de cerca el olor de Okasan y como si fuera una caricia. En el acto recordó ese sueño lleno de besos y caricias furtivas entre ambos. Su corazón en un microsegundo aceleró los latidos.
"Kyouya...Kyouya..." - pensó y por instinto retrocedió, sin darse cuenta que atrás había una pared con la que chocó. Por inercia Kyouya también lo hizo pegándose más y sin querer a su amigo, por supuesto que se asustó levemente al sentir el golpe del cuerpo de Tamaki contra la pared.
Ten cuidado...-le reprendió- no te muevas...-Kyouya volvió sus negros ojos hacia los azules temblorosos de Tamaki
"¿por qué...por qué tiemblas...?"-fue lo que pensó el pelinegro, permaneciendo allí unos minutos –"será ...será que yo..."
¡Ya va a salir Haruhi!- canturreo nuevamente el gemelo malévolo, haciendo volver a la realidad al pelinegro que bajó la mirada disimulando desilusión y con total indiferencia dijo..
Parece que no tienes nada..
Sin más se alejó. Tamaki estaba pegado a la pared como estampilla y ni se movió después de lo ocurrido...
¿qué te ocurre mi señor? –dijo Hikaru quien se había alejado de su gemelo para ir y fastidiar a Tamaki- ¿no se ha dado cuenta que Kyouya senpai ya se fue?...mmm- continuó, haciendo un gesto pensativo – no..no, creo que no...ya se dio cuenta...por eso está así..- y hablándole en complicidad – quería que se le pegue más
¿¿¿¿¡¡¡EEEEHHH???!!!! – grito Tamaki y todos voltearon a verlo
¿Qué le ocurre a Tamaki-senpai, Kyouya-senpai?- la castaña entró ya cambiada para iniciar su arduo día
El de lentes la miró y luego viró sus ojos hacia el rubio que se agitaba como un loco y estaba blanco como un papel
Parece que aún no se da cuenta de lo que quiere...- fue lo único que dijo y se alejó de Haruhi, con quien, si bien tenía una buena relación, no era de mayor confianza.
Tamaki seguía con su actitud infantil, mientras que Hikaru seguía con sus burlas pero, curiosamente sin Kaoru, algo que el rubio nunca llegó a notar...
FIN DEL FLASHBACK
Pero ahora ya estaba más que claro, como el agua. Estaba más que enamorado de su adorado amigo, compañero Kyouya Ootori. Lo amaba, estaba seguro. Lo había amado desde el primer día que lo vio con ese traje de instituto medio y su delgada pero caballerosa figura. Lo había amado con cada detalle que hacía por él y lo había amado con cada detalle que no había hecho por él. Incluso lo amo estando enamorado de Haruhi, porque total, sucede en ocasiones que nos enamoramos de dos personas al mismo tiempo, pero es de una con la que tenemos vínculos únicos, irrompibles e inquebrantables. Y ese era el caso que tenía con Kyouya.
Miró el reloj.
¡¡AAAHH MALDICIÓN!! ¡¡¡ES TARDE!!- corrió hacia la puerta pero se detuvo...- ¡¡ay idiota...el regalo!
Regresó sobre sus pasos hacia su inmensa y fina cómoda, abrió uno de sus cajones y sacó de entre ellas una caja con un sutil lazó azul. Color favorito de su Okasan.
¡sé que te va a encantar...querido Okasan!- dijo con ilusión y salió corriendo de su cuarto.
Atravesó los jardines y justo antes de salir de ese inmenso laberinto se topó con esa amargada mujer a quien él de forma casi inimaginable llamaba abuela y quería como tal..
Obachan...¡buenos días!-saludó sonriente, con su rostro de príncipe encantado que ninguna joven de Ouran despreciaba. Pero eso era Ouran, esto era la vida real, su vida familiar.
No te me acerques...Niño asqueroso...-fue la respuesta única que recibió. El alma casi se le desquebraja, el maltrato era supremo y lo peor su padre nunca hacía nada, ¡nunca!
Volvió a su sonrisa cordial...
Espero que tengas buen día obachan...-fue lo único que respondió y justo cuando iba a iniciar su caminó la mujer vieja lo detuvo.
¡Espera!..-los pasos del rubio se entornaron para fijarse en su abuela - ¿a dónde vas?
Nuevamente su sonrisa no fingida...
¡Voy a Ouran Obachan...! hoy es cumpleaños de mi amigo...
¡No me importa!- interrumpió la vieja a su nieto tratado como sirviente...- ¡en la tarde regresas!
¿quieres que vuelva Obachan?-preguntó muy extrañado el rubio
¡Así es!...Hoy es el día que llegan tus primos: Ken y Kyra Suoh
¿primos?-preguntó curioso el rubio
Sí...y es preciso que TÚ estés aquí para recibirlos...son personas muy importantes, ambos jóvenes con gran talento, miembros honorables de la familia...¡no como tú!- aclarando su tono despectivo hacia Tamaki-...así que deben ser tratados con gran pompa...
Pero...¿está tarde?- volvió a preguntar Tamaki
¡¡¡Sí... y te estoy dando una orden, no quiero recibir ninguna negativa!!! –completó la abuela completamente dictatorial.
Tamaki bajó la mirada preocupado y vio todos sus planes echados por la borda del barco. Pensaba quedarse con Kyouya toda la tarde disfrutando del regalo que le había hecho y luego invitarlo a caminar y finalmente completar el día con su declaración que estaba seguro, porque lo sentía, no sería rechazada y así terminar como el novio oficial de Kyouya Ootori. Algo que, por supuesto, aumentaría las ganancias del Host club.
Pero la que estaba al frente era su abuela, aunque no lo crean, respetaba a su abuela, sino lo hacía iría contra su propia naturaleza. Así que más siguiendo sus principios filantrópicos que sus deseos por los brazos del moreno, decidió cumplir la orden..
- ¡Esta bien Obachan!..¡volveré en la tarde para recibir a mis primos! –respondió con esa sonrisa dulce y sincera envidiada por muchos y deseada por todos.
La abuela no le contestó, girose y siguió su camino. Tamaki no le dio importancia a ese gesto, ya estaba acostumbrado a los desplantes de la mujer anciana.
Sonrío, vio su reloj...
-¡¡dios mío...!!¡tengo que apurarme!!- corrió hacia la salida, estaba seguro que aún lo encontraría, así era lo que él mismo le había dicho el día anterior: "si..si.. te esperaré Tamaki". No había duda sería un gran día, o por lo menos una excelente mañana.
El rubio corría por el jardín ignorante de que su abuela curvaba su boca en un gesto malévolo y demoníaco, disfrutando de lo que sería a partir de ahora la vida de su nieto. Las horas estaban contadas, en poco tiempo Tamaki Suoh dejará de ser el joven bello y alegre enamorado de Kyouya Ootori, para convertirse en un ser sombrío, temeroso esperando por una esperanza para seguir viviendo..
CONTINUARA...
