Digimon no me pertenece.


Se refregaba la cara con agua fría tratando de despertarse, se cepilló los dientes y se miró al espejo ahora con los ojos más abiertos. El problema es que se despertó, y vió las marcas que tenía en su cuello y hombros - y vayan a saber en qué otros lugares más de su cuerpo -. Frunció el ceño, lo iba a matar.

Salió corriendo del baño con un solo objetivo.


Yamato estaba preparando el desayuno cuando de un momento a otro sintió mucho peso de más sobre él y cayó al piso, pero eso no era todo, unos dientes se clavaban entre su cuello y hombro derecho.

— ¿Listo? — dijo el rubio después de un rato, resignado y acostado boca abajo en el piso.

— No — Mimi seguía sobre él, con cada pierna a un costado del torso del ojiazul haciéndole chupones por toda la espalda y cuello.

Yamato rodó los ojos y puso los brazos debajo de su cabeza usándolos como almohada, decidió relajarse mientras la castaña cometía su venganza. Aunque a pesar de eso, sentir la lengua de Mimi sobre su cuerpo nunca podría sentirse mal.


¿Se dejan chupones?

Bau: Por supuesto. Yamato siempre le deja chupones a Mimi y ella se enoja, así que, con lo vengativa que es, lo muerde por todo el cuerpo dejándole "marcas".