Al fin llegue a este punto ToT y aunque la serie no ha tenido mucho éxito, estoy feliz por el progreso que creo haber logrado aquí.
Bueno aca es donde explico como escribo para que les sea mas facil leer la historia.
Siempre que haya un guión (-) en frente es diálogo.
Si esta con esta letra es recuerdo o sueño.
Uso esta separación para saltos temporales, cambio de narrador o cambios de ambiente:
"0OoO0"
Si no hay guión (-) es narración o pensamiento.
La historia esta narrada de diferente forma, según el capitulo cambia el narrador y a veces hay doble y hasta triple narrador.
Gracias por leer, saludos.
0000000000000000000000000000 0000000000000000000000000000 00000000000000000
Akatsuki vs Akunin
Kasumi y yo nos alejamos de Amegakure con rumbo a Machibuse, una importante ciudad en el país del Campo de Arroz. Había rumores de que miembros de la Legión Infernal habían sido vistos allí causando destrozos lo cual nos inquietó por sobremanera ya que ningún miembro había sido enviado a ese lugar. La Legión Infernal ya no existía pero había un deseo, casi oculto en Kasumi, que anhelaba transmitir a Akatsuki la fama de la Legión. Por supuesto, esa fama está libre de ataques vulgares y sin sentido, ningún Akatsuki se atrevería a deshonrar sus raíces, ningún infernal sería tan idiota como para cometer los crímenes que combatíamos.
Al acercarnos al poblado, el aire campirano lleno nuestros pulmones y notamos con sorpresa que los verdes campos eran cosechados por aldeanos con kamas, sin poder evadir este detalle dije– ¿no te resulta extraño que estén cosechando con armas?
-Evidentemente temen ser atacados mientras trabajan –soltó secamente Kasumi quien parecía tener un panorama más claro de la situación que yo.
La mirada desconfiada de quienes trabajaban a nuestro alrededor se volvía más intensa conforme avanzábamos hacia la ciudad, parecía ser que no éramos bienvenidos. Tal vez las capas negras que cubrían gran parte de nuestros cuerpos los alertaron, tal vez no están acostumbrados a recibir visitas o tal vez había algo de cierto en el rumor que recorría las aldeas, tal vez alguien había estado intimando la paz del lugar.
De cualquier modo, hicimos caso omiso del ambiente negativo que se estaba creando y seguimos adelante hasta que finalmente alguien se interpuso en nuestro camino, obligándonos a detenernos. Era un aldeano común de unos cuarenta y tantos, piel rasgada y reseca por la actividad que realizaba, cabello corto y grisáceo y mirada profunda y acusadora.
-Hey ustedes dos… ¿acaso buscan algo? –preguntó sin esperar nada bueno de nosotros.
-Solo somos viajeros que pasamos por esta ciudad –mintió la Terumi, sin buscar en verdad engañar al sujeto.
-¡Ja! ¿Esperas que te crea eso? –se burló el hombre mientras otros más se acercaban para apoyarlo.
-No espero nada de usted –soltó Kasumi sin sentirse atemorizada en lo absoluto.
-¡Mocosa insolente, más te vale que me digas la verdad o te rebanare en trozos! –amenazó molesto por la impertinencia mientras agitaba su kama.
-Solo hemos venido para reestablecer el orden en esta aldea –habló con el mismo tono neutral que llevaba desde que empezó la discusión.
-Hemos escuchado rumores de que miembros de la Legión Infernal han estado causando problemas aquí y hemos venido a detenerlos –comenté y la multitud comenzó a inquietarse.
-También pensamos que eran miembros de la Legión Infernal, pero resultó ser un grupo completamente diferente –manifestó uno de los hombres más jóvenes de la muchedumbre.
-¡Cállate! Eso no es asunto de ellos, demás… ¿Qué podrían hacer estos mocosos en contra de unos bandidos como ellos? –habló el hombre que lideraba el grupo.
-Un grupo diferente –repetí mirando a Kasumi quien se mostraba igual de sorprendida que yo.
-¿Sabe a dónde se dirigieron? –indagó Kasumi interesada.
-Ya te dije que no hay nada que puedas hacer niña, ellos violaron y asesinaron a varias personas de la aldea… –dijo con impotencia en la voz y luego miro a la pelirroja a los ojos y soberbiamente preguntó– ¿qué podrías hacer tú? ¿Tirarles flores?
Yo sabía que después de esa pregunta Kasumi estaba verdaderamente molesta, así que prudentemente di dos pasos hacia atrás mientras notaba como su chakra se incrementaba.
-¿Que podría hacer usted? ¿Darles arroz? –repreguntó ella con la misma soberbia.
-¡¿Cómo te atreves?! –preguntó enfadado el hombre mientras agitaba su kama.
-Linda hoz –acotó Kasumi con aterradora voz mientras comenzaba a desplegar niebla– ¿Le molesta si le muestro la mía? –preguntó sarcásticamente y convocó su gran guadaña dejando muy en claro nuestras identidades.
Y no puedo evitar dejar salir un suspiro mientras pienso que siempre actúa así de apresurada en batalla aunque esta sea verbal.
-Pero… si ella es… ¡ella es…! –gritaron desde la multitud.
-¡Es el demoño pelirrojo! –se escuchó.
-¡Corran por sus vidas! –alguien ordenó.
-Eres… l-la líder de-de la Legión Infernal –tartamudeo el hombre sin poder creerlo.
-La Legión ya no existe –estableció ella y luego pidió– quiero que me digas todo lo que sepas sobre los bandidos, nosotros vamos a cazarlos.
-Cuando los confundimos con ustedes ellos se mostraron enfadados, decían que eran superiores a ustedes, un grupo sin precedente llamado Akunin que lograrían superar incluso a los gemelos terror…
-Eso no se oye nada bien, debemos encontrarlos cuanto antes –opiné y luego pregunté– ¿dónde están?
-No lo sé, el ultimo que los vio dijo que se dirigían rumbo al sur –acotó aun espantado.
-¡El país del Fuego! –solté molesto.
-Vamos, no hay tiempo –me dijo Kasumi y al asentir con la cabeza emprendimos el rumbo a toda marcha, no permitiría que nada dañara a mi hermano, NADA.
Quisiera haber hecho más, Sasuke… yo… quisiera haberte enseñado la lección que Kasumi me enseñó el día que la conocí, esa lección de casi absurdo valor. Sasuke todos tenemos pinceles dentro de nosotros diciéndonos "sé tú mismo", con un poco de valentía puedes cambiar cualquier color, no luches por luchar, encuentra tu motivación, quien por nada lucha por nada cae. ¿Hasta qué punto continuara el cielo? Llena tu corazón de valor y no habrá límite; el mundo que conocemos es tan frío y cobarde, es tan estrecho que cuando oímos la voz de alguien pidiéndonos ayuda podemos fingir que no escuchamos, pero todo tiene un precio.
Al luchar reafirmamos el valor de nuestra existencia y enfrentamos las dudas de nuestro corazón. Espero hayas abandonado ese individualismo para convertirte en mi enemigo, puesto que los Uchihas llegamos a ser tan testarudos que a veces alejamos a las personas valiosas. Mirando a Kasumi puedo afirmar que he superado ese punto y espero tú también lo logres ya que nos queda mucho que aprender de las personas que nos rodean, no hay tal cosa como vidas inútiles, haz que el lienzo se extienda infinitamente.
Sacrifique a mi clan entero por ti, resguardé el honor de los Uchihas por ti, creé una aldea pacifica para ti, conserve el odio que hay en ti para que tu poder crezca, para que tengas un motivo para vivir aunque eso hiciese eterno mi dolor. Así que no permitiría, bajo ninguna circunstancia que un grupo de maleantes amateurs te hicieran daño, espérame Sasuke una vez más estaré allí sin que te des cuenta, cuidando de ti.
En poco tiempo llegamos al último poblado del país del Arroz y grande fue nuestra sorpresa cuando vimos que en el lugar solo se hallaban cenizas y restos de personas colgadas del cuello, ahorcadas como simples bestias, cuerpos incinerados y olor a putrefacción era todo lo que quedaba que aquella aldea. Kasumi y yo estábamos indignados, había al menos siete niños colgando aun de las sogas que no habían sido alcanzadas por las llamas.
-Un acto tan atroz como este solo persigue fama –soltó Kasumi con voz suave pero rabiosa.
-No tienen otro objetivo más que el superarnos… –agregué levantando un diario de entre los escombros del cual varias páginas habían sido quemadas, lo guarde entre mis cosas y concluí–…y por eso morirán.
Nos desplazamos a toda velocidad siguiendo el repugnante olor de esos sujetos, no habían pasado más que un par de horas desde que dejaron el poblado así que el rastro estaba fresco. Me costó un poco llevarle el paso a la pelirroja pero finalmente llegamos a la primera aldea del país del Fuego la cual, por desgracia, estaba en ruinas.
Frente a la devastadora escena me sorprendió encontrar Kurenai Yuhi y un equipo de genins que parecía estar a su cargo. Nuestras capas cubrían parte de nuestro rostro pero aparentemente su escuadrón es de rastreo así que de poco sirvió dicho atuendo.
La morena me miro y reconoció mi chakra de inmediato, nos obstante sin hacer escandalo se colocó frente a su equipo de manera defensiva y preguntó– ¿Qué haces en un lugar como este Itachi Uchiha?
Kasumi me miró al instante sin entender mi relación con ellos, pero no se atrevió a preguntar nada. La sorpresa por parte de los genins fue más notoria, un miembro del clan Inuzuka no pudo contenerse– ¡¿usted lo conoce Kurenai-sensei?!
-Es el hermano mayor de Sasuke -respondió ella secamente mientras todos se ponían en posición defensiva.
-¿Vas a acusarme por esto? –Indagué con sarcasmo.
-Sé que no tienes nada que ver con esto, pero se me hace sospechoso que estés aquí –respondió con desconfianza.
No pude evitar dirigirles una mirada más a los niños colgados y entonces noto que Kasumi levanta con tristeza a uno de los pequeños que ha caído mientras se contiene para que una lágrima no ruede por su mejilla. No se escucha nada más, no hay reproches ni acusaciones, solo un silencio de cementerio.
-Otra cabeza colgada continúa meciéndose humildemente, y el inerte cuerpo de un niño es tomado suavemente. La violencia causo tal silencio y en momentos como estos me pregunto quién de nosotros está equivocado… –comentó mientras sus ojos se llenan de sorpresa y pienso que quizás ahora lo puedan ver, no soy yo, no es mi familia… nosotros solo…
-¡No intentes justificar tus actos con otros más atroces! –me ordena Kurenai y entonces noto que solo los ojos que son capaces de activar el Byakugan lo han entendido en verdad, solo esa pequeña nos mira con sinceridad y cree en lo que estoy diciendo, y duda de lo absoluto de las cosas.
-Nosotros seguimos peleando porque ellos siguen peleando, con sus jutsus y kunais toman vidas inocentes sin otro propósito más que entretenerse un rato –agregué sin intensión de justificarme. Sin querer seguir escuchando el llanto, esos sollozos de aquellos que quedan atrás, que hacen eco en nuestros oídos, ¿están tratando de advertirnos? ¿O es en cambio un grito de auxilio?
-¡No te atrevas a usarlos de excusa! – me advierte la Yuhi y yo solo puedo ver a la pelirroja.
Kasumi sigue llorando en silencio, las lágrimas no recorren su rostro pero sigue llorando por dentro, yo lo sé porque también he tenido que llorar así. Y llora por los que no pueden porque ya no quedan madres que lloren por la muerte de sus hijos, sus corazones se estuvieron quebrando hasta que murieron, el odio sigue creciendo, su sufrimiento será eterno.
-Cuando la violencia causa este tipo de silencio nosotros somos los culpables ante los ojos del mundo, es el mismo viejo tema desde la primera gran guerra shinobi, unos son héroes y otros villanos, porque así está destinado a ser, porque es más fácil culpar al perdedor, porque la historia la escriben los vencedores.
-Ella no puede verlo –la suave voz de la Terumi se acopla a la discusión como si de un murmullo se tratase, llamando la atención de todos. Y entonces coloca delicadamente el cuerpo del niño en el sueño y me mira a los ojos para invitarme dulcemente– vamos a cazarlos ¿sí?
-Sí –accedí cediendo al deseo de hacer entrar en razón a los ninjas de Konoha.
-Se fueron por el sur están a unos cinco kilómetros de aquí –informó la niña Hyuga.
-¡Hinata! –reprochó confundida y alterada Kurenai, ciertamente no esperaba que su alumna nos ayudara.
-Vamos entonces –propuse y Kasumi asintió con la cabeza, luego se volteó agradeció a la genin su ayuda y partimos de ahí.
Todo está en sus cabezas, esas mentes podridas que se han acostumbrado a la mediocridad y a su vez han sabido tomarla como propia, son las que permiten que este mundo siga impregnado de odio. Siguen discutiendo, siguen peleando, siguen odiando y empiezo a pensar que la lucha no se detendrá y mis infantiles esperanzas empiezan a desaparecer. ¿Podre evitar convertirme en aquello que tanto odio? ¿Podré asesinarlos para prevenir que sigan haciendo daño, o lo haré en cambio a modo de venganza?
"0OoO0"
No paso mucho tiempo para que diéramos con el siguiente poblado el cual aún estaba de pie. Era casi como si los criminales nos hubieran estado esperando. Itachi se veía un tanto molesto, no sé bien si era por las atrocidades cometidas por este grupo o por el encuentro con aquella mujer de rojos ojos y negro cabello. Era obvio que aquel grupo pertenecía a Konoha y es normal que el Uchiha haya recordado momentos dolorosos pero ¿por qué…? ¿Por qué él experimentó la necesidad de querer diferenciarnos de estos maleantes frente a esa mujer? ¿Será que le importa lo que piense? ¿Será que compartían un vínculo especial cuando él vivía en Konoha? Ahora mismo me siento tan insignificante y vacía, siento como si tuviera un hueco en mi corazón… pero este no es el momento de sentir.
-¿Quién de ustedes es el líder? –pregunté de manera autoritaria con voz potente. Los desagradables sujetos cesaron en sus actividades para mirarnos fijamente.
-¿Quién quiere saberlo? –repreguntó uno de los más robustos.
-Kasumi Terumi –aclamé y mientras bajaba la capucha mi capa para descubrir mi rostro, me añadí un título que había decidido dejar en desuso un tiempo atrás– la líder de la Legión Infernal.
Las expresiones en los rostros de los bandidos cambiaron rotundamente, se tornaron más amenazantes y, al mismo tiempo, felices casi como si la destrucción en masa que dejaron atrás fuera un sendero pensado para que nosotros los sigamos, encontremos y enfrentemos.
-Yo soy el líder, mi nombre es Kakusan y nosotros somos ¡Akunin! –se presentó fervientemente el sujeto, casi podía sentir los dientes de Itachi rechinar no podía ocultarme su ira aunque su rostro se mantuviese así de inexpresivo.
Invoque mi hoz y sin decir una palabra la cubrí de lava y tras un veloz movimiento decapite al líder sin piedad. Su cabeza voló tan lejos que sus súbditos se quedaron estáticos. No obstante me llamo la atención que después de varios minutos comenzaran uno tras otro a reír.
-El bastardo no tuvo oportunidad contra ella –dijo alguien entre carcajadas.
Itachi suspiro y luego, con en un tono de reproche, susurró algo refiriéndose a mí– siempre tan desesperada en batalla.
Esas simples palabras bastaron para enfurecerme, ¡¿quién se creía que era para criticar mi modo de pelear?! Estaba tan molesta por todo… si tanto le incomoda mi forma de actuar le hubiese pedido ayuda a su amiguita de la Hoja. Sin detenerme a pensar en el enemigo le respondí altanera y soberbiamente– si no te gusta como peleo eres libre de irte.
-¡Ja! –se lo escuchó mascullar para luego inquirir sarcásticamente– ¿y dejarte toda la diversión a ti?
-No habrás pensado que él era en verdad nuestro líder ¿verdad? –se burló uno de los malhechores.
-¡Ja! –se volvió a escuchar de Itachi pero esta vez con voz más potente mientras liberaba un poderoso genjutsu– no es como si importara en verdad, todos morirán de cualquier manera.
Si el poseedor del sharingan pensaba que yo me iba a quedar quieta y de brazos cruzados mientras veía como el solo destruía al enemigo estaba muy equivocado, ¡no! Estaba más que equivocado ¡estaba loco! Ni siquiera lo deje terminar el genjutsu, rápidamente me coloqué en el rango del ataque de Itachi y el no supo qué hacer ¿debía detener el ataque y salvarme o en cambio confiaría en mí? La decisión que tomara no me interesaba en este punto, yo estaba más molesta que nunca. Levanté una pared de lava de manera envolvente, como un semicírculo sobre la tierra separando a una parte del grupo del otro, encerrándome con ellos.
El Uchiha nunca detuvo el ataque, sabía que si algo salía mal yo contaba de mi extraordinaria velocidad para escapar. Podría haberlos asesinado con el simple uso de mi hoz, pero la verdad es que la cantidad de oponentes me estaba dificultando las cosas, así que haciendo uso de mi Jutsu Técnica de Niebla Corrosiva logré dificultarles las cosas. Quienes no morían por el jutsu lo hacían por mi hoz, la técnica era tan poderosa que para mí todos se movían en cámara lenta así que no era difícil derrotarlos, incluso a aquellos que no mostraban aberturas. Una vez que nadie a excepción de mí respiraba ahí dentro desmoroné la construcción de lava. Itachi había derrotado a otro grupo de ellos y ahora solo quedaban don shinobis en pie.
-Supongo que para esta altura ya habrán notado que la función de ellos era agotarlos –soltó uno de ellos.
-Puesto que seremos nosotros quienes los derrotemos –completo su compañero.
-Es natural que no hayan querido enfrentarse a la única ninja con dos Kekkei Genkai desde un principio –comentó el Uchiha burlándose de ellos y rápidamente le dirigí mi mirada, ¿acaso me estaba elogiando?
-Es verdad que su chakra es un elemento a tener en cuenta por eso yo soy el indicado para combatirla –aclamó uno de ellos– he estado entrenando esta técnica el tiempo suficiente.
-¿Si es así porque necesitaste del sacrificio de tus compañeros? –indagué de manera acusadora como queriendo desmentirlo.
-Ellos eran basura, merecían morir… de hecho ahora que lo pienso –manifestó mirando al único aliado que le quedaba en pie– lo has hecho bien pero ya no eres útil – le dijo y colocándole la mano en el hombro absorbió todo su chakra asesinándolo.
-¿Solo son objetos para ti verdad? –inquirió Itachi molesto.
-Los seguidores son fáciles de conseguir, solo muéstrales un poco de tu poder y estarán contigo ¿verdad, Kasumi? –preguntó mirándome fijamente.
-Claro que no, ni siquiera tienes un motivo para hacer lo que haces –recriminé.
-¿Eso crees? Una vez que te asesine tomaré tu lugar como líder de la Legión Infernal y entonces todos comenzaran a temerme.
-Ridículo –califico el Uchiha.
-Inaceptable –opiné yo y desde entonces las palabras cesaron.
El sujeto en cuestión saltó varios metros hacia atrás dejándonos ver que era un shinobi de larga distancia, por lo general este tipo de sujetos son lentos y no tienen mucha movilidad. De inmediato invocó un jutsu masivo, he de admitir que nunca había visto algo como eso. Él llamó a su jutsu Dragón Demonio Tormenta y el mismo comenzó a sustraer nuestro chakra por lo que nos alejamos lo más que pudimos del rango. La situación era complicada, no podía vencerlo si no podía acercarme y el rango de su jutsu era superior al rango de todos los míos.
-Creo que esta vez te lo dejo a ti –le dije a Itachi quien abrió los ojos de par en par, adivinando lo que estaba por hacer.
-¡Espera! –me ordenó pero yo ya estaba en camino. Ninguno de mi jutsus tenía el alcance necesario pero había un jutsu de Itachi que, aunque debilitado por la masiva absorción de chakra podría llegar a ser efectivo.
Corrí rápidamente hasta donde se encontraba el sujeto que me sonreía sínicamente mientras yo sentía como mi fuerza y energía era drenada con velocidad. El sujeto dejo caer un trueno fugaz sobre mí que por poco no esquivo, mi velocidad disminuía, mis reflejos eran mediocres pero yo solo quería resistir hasta el momento oportuno. Ya no podía utilizar mis Kekkei Genkai, me encontraba exhausta pero seguía corriendo esquivando a duras penas sus ataques eléctricos que no eran serios, él solo se divertía.
Cuando vio que ya casi lograba romper con la distancia que nos separaba se puso serio y al sentir el chakra de Itachi acercándose yo deje de correr permitiendo que uno de los truenos del bandido me alcanzara. Aun estuve consiente cuando este sonrió triunfante y de repente las llamas negras del infierno comenzaron a quemarlo, Amaterasu logró alcanzarlo y sus gritos de dolor me llevaron a sonreír y creo que luego me desmayé. Lo único que recuerdo es el olor de Itachi en mi nariz y sus pasos, como si me estuviera cargando, como si me llevara a algún lugar.
