Summary: Kuchiki Rukia ha vivido hasta ahora una historia bastante trágica, ha perdido a numerosos seres queridos y se ha visto privada de la compañía de su hermana Senna. Ahora tendrá la oportunidad de encontrarla pero ella no estará sola, estará acompañada de sus mayores enemigos. Kuchiki Rukia luchará con todas sus fuerzas contra éstos enemigos de su familia pero también luchará contra su propio corazón ¿Ganará la partida?

Disclaimer: "Bleach" no me pertenece, tampoco sus personajes, son propiedad de Tite Kubo; solo soy poseedora de esta historia alternativa.

Aclaraciones:

Diálogos: -

Flashbacks: Título en negrita

Cambio de escena: Raya divisoria (-)


Capítulo I "Carta del destino"

Caminar abajo de la lluvia ¿Por qué le resultaba tan gratificante? Era una de las preguntas de toda su vida, no entendía por qué pero le resultaba divertido. Lo admitía, era un mal hábito pues podía enfermar pero aún así, siempre lo hacía. En especial en momentos
difíciles.
Su padre había recibido una carta esa tarde, una carta que no sabía si recibirla con alegría o preocupación, y es que su tío Aizen volvería de Francia. Era un regreso algo anticipado por una razón, Senna su hermana gemela, a quien no veía desde hace años estaba con él.
Luego de la anunciada separación de sus padres, Rukia y Kuchiki Byakuya, que así se llamaba su querido progenitor, habían vuelto a Japón en donde su padre había sacado adelante una de las mejores investigadoras del país y vivía sin pensar realmente en su madre y su hermana que había quedado bajo su tutela. Desde que tenía memoria su padre le dijo que Senna se había quedado con su madre por el hecho de que ésta quería convertirla en una artista, pues la niña contaba con un talento alucinante. Todos pensaban que su padre estaba equivocado, que había dejado escapar a una mujer perfecta, incluso su hermano Aizen que decidió quedarse con su cuñada y sobrina rompiendo toda relación con
su único hermano.
La carta expresaba que su madre había muerto hace un año y que Senna deseaba ver a su padre y a su querida hermana. Pero la pregunta era ¿Qué estaba tramando su tío? Hace un año, hace un año se produjo el deceso de su madre y nadie le había dicho, es decir aunque ella la hubiera abandonado y jamás hubiera pensado en su hija, aún así era su madre. Y ahora, después de un tiempo quiere volver con Senna, que en toda la separación no había escrito ni una sola vez. Es por esto que necesitaba aclarar y despejar su mente.
-Estoy en casa- dijo Rukia dejando su abrigo en la entrada en señal de cansancio.
- ¡Bienvenida! ¿Te ha ido bien hoy en la prueba?
- No lo sé Kon, puede que sí ¿En dónde está mi papá? Necesito hablar con él.
- Byakuya no está.
-¿Y Hitsugaya?
- Aún no ha vuelto.
- Por dios, seguro está con Matsumoto. Bueno voy a tomar una ducha y...- es interrumpida mientras Kon la toma del brazo suavemente.
- Alguien te ha estado esperando todo este tiempo en el salón, me dijo que no te dijera de quién se trataba.
- Kon, solo dímelo. Estoy rendida, hablo en serio- Rukia calla al escuchar la hermosa melodía de un violín, pero no una melodía cualquiera, ésta era una que ella conocía de sobra y que llenaba su oscuro corazón de sentimientos de felicidad- ¿Renji?- murmura al ver al chico de rojo tocar el instrumento con tanta pasión- No lo creo, simplemente no
lo creo.
- ¡Rukia! ¡Cuánto tiempo!- sale disparado a abrazarla.
- Es verdad, siéntate ¿Hace cuanto llegaste?
- Hoy. Tenía que contarles algo de lo que supe en Francia cuando...
- Ya lo sé, mi tío volverá. Envió una carta.
- ¿No estás feliz? Tú la querías de vuelta contigo.
- Sí, pero tengo miedo ¿sabes?! Ella ha sufrido como yo. Tengo miedo de que me odie.
- ¿Por qué lo haría? Tú misma lo has dicho, tú también sufriste con el fracaso del matrimonio de sus padres.
- Sí pero yo me quedé con mi padre y he vivido acomodadamente, él se casó de nuevo y, aunque lastimosamente mi madrastra haya muerto, soy muy feliz con Hitsugaya y Kon, los quiero como si fueran mis hermanos. En cambio yo no sé si ha sido igual para ella. Se quedó en Francia con mi madre y mi tío y nunca supimos nada de ellos hasta hace unos días.
Mi padre los buscó pero fue imposible, era como si la tierra los hubiera tragado.
En ese momento entra Kuchiki Byakuya. Al ver a Renji camina hacia él y le da un apretón de manos.
- Renji, ha pasado tiempo ¿Cómo te fue en Irlanda? – dice el japonés muy entusiasmado aunque no lo demostrara mucho.
- Hola Kuchiki-sama. Me fue muy bien, he cursado la carrera y ahora soy Psiquiatra. Es bueno volver- expresó con una sonrisa- me he enterado en mi paso por Francia del asunto de Aizen.
- Sí, al parecer llega dentro de unos días. Al parecer no solo de visita, viene a fijar su farmacéutica aquí, en Tokio.
- Sí, escuche de ella. Es el líder de Hueco Mundo..
- Así es, no lo sé. Al parecer lo hace para molestarme. Se lanza al mercado japonés como rival de la Sociedad de Almas, una compañía que me ha costado levantar. Bueno dejemos esta incómoda charla ¿Viste a Kon? Es hijo de mi difunta esposa.
- Sí lo he conocido. Pero hay uno más ¿No es así?
- sí ese es Hitsugaya, pero al parecer aún no llega, fue a ver a su padre un momento. Me dijo que cenáramos sin él pues cenaría con Ukitake, así que vamos. Hay mucho de qué hablar.

Durante toda la noche no pudo pegar un ojo. No sabía que era pero algo hacía que estuviera preocupada, y tenía que ver con un recuerdo del pasado. Ignoraba la causa pero con frecuencia recordaba la ocasión en que escuchó a Senna cantar en compañía de su madre. Ésta había sido una famosa pianista pero su fama acabó cuando se casó con Kuchiki Byakuya, magnate de negocios y científico japonés que se enamoró de ella en uno
de sus recitales. Al poco tiempo quedó embarazada y nueve meses después dio a luz a unas gemelas que solo se diferenciaban porque la pequeña Senna tenía los ojos tan dorados como el sol en primavera, muy parecidos a los de su madre; mientras Rukia tenía ojos índigo como los de su padre. Esta mujer había pasado por muchas discusiones familiares
a causa de que sus padres, japoneses y tradicionalistas, ya habían arreglado su compromiso con un joven muy adinerado; pero al negarse ésta a casarse con el asiático y renunciar a todo incluyendo su carrera de pianista para casarse con el dueño de La sociedad de almas se despidió para siempre de su país y su familia y así juró jamás volver, yendo a Francia con su esposo. Ya en Francia y con el paso del tiempo se dio cuenta de que su hija Senna podía algún dio convertirse en una cantante famosa, ya a su edad se la podía considerar como una meso-soprano. Entonces contactó a su maestro de canto, a aquel hombre que la llevó a la fama, Mayuri Kurotsuchi.
Era un recuerdo concurrente, el de Senna al ritmo que le fijaba su madre con el piano. Siempre lo había sabido, que su madre tenía preferencia hacia Senna. Esto quedó confirmado durante el divorcio. Ella había pedido solo que Senna estuviera bajo su cargo.
Renji le decía siempre que las quería igual pero que su madre veía plasmada en su hermana melliza toda su juventud. Como fuera Senna jamás le había demostrado ni una pisca de cariño y menos aún su tío, Aizen.


Rukia sale corriendo y sube al metro, se había levantado tarde y tuvo que correr lo más rápido posible. Si perdía el último tren llegaría tarde a su examen, se terminaba el semestre y estaba estudiando mucho para aprobar las pruebas en la Universidad. Ella quería ser científica, pues en el futuro se ocuparía de La sociedad de almas.
- Entra rápido, Rukia. Vas a perderte el examen- le grita Hitsugaya reclamándole sobreprotectoramente como de costumbre.
- Ya lo sé, no molestes.
Entra corriendo, abre la puerta de la universidad apresuradamente y se precipita a ingresar. Pero no se había dado cuenta de su presencia, aquel hombre venía en dirección opuesta bajo la atenta mirada de todos. Era demasiado tarde, no podía detener el paso. Un gran
estruendo se escuchó en los pasillos cuando la gente al fin empezaba a dispersarse.
- lo siento, es que estoy apurada y no lo vi. Perdone por favor ¿Lo herí?- pregunta Rukia al alzar la mirada y encontrarse con un joven increíblemente atractivo de cabello anaranjado. Éste vestía un traje negro y le sonreía mientras se sacudía.
- No, no te preocupes- contestó este al fin- no me pasó nada. Fue mi culpa, estoy algo ocupado y no vi mi camino. Es difícil concentrarse con tantas personas posando miradas de curiosidad sobre tu persona- la observa detenidamente- ¿Cómo te llamas?
- Kuchiki Rukia, gusto en conocerte- contestó tímidamente. Al escuchar ese apellido el joven se sorprende un poco, pero luego le dirige una sonrisa un poco socarrona- Ha sido un placer, nos vemos- le dijo luego con una sonrisa mientras se levantaba y se iba.
- ¡Demonios, llegaré tarde!- dice en voz baja y sale corriendo.
El hombre se da vuelta a ver a la joven de pelo corto y tez blanca alejarse.
-Será divertido estar aquí- dice para sí Kurosaki Ichigo mientras apuraba el paso.


Notas de la Autora:

¡Hola, mis cordiales saludos a todos los que estén leyendo esto! Bueno esta historia la había escrito para un fic de otro anime pero creo que funcionará mejor con Bleach. Es una historia totalmente distinta a la del anime, espero que les guste.

Quiero decirles que actualizaré cada semana, sin falta porque luego comienzo la universidad y pasaré mis noches estudiando. Tendré todo terminado para ese entonces. Sin más espero que me apoyen ¡Gracias por leer!

El escritor es un ingeniero del alma humana (STALIN)

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Saya Christopher.