Disclaimer: Harry potter y sus personajes perteneces a J. K. Rowling
Prólogo
-¡Godric! ¡Resiste, iré por las pociones de Helga y los curare a ambos!
-Ya es tarde Rowena... Ya no hay nada por hacerse.
-¡¿Pero que cosas dices?! Buscare las pociones y volveré.
Godric no hizo nada por retener a Rowena que presurosa se dirigió al castillo. Con las fuerzas que le quedaban el fundador de la casa Griffindor se levanto del suelo y arrastrando los pies se acerco a aquel cuerpo que estaba al lado del gran árbol cerca del lago negro que se encontraba iluminado por la luna creciente.
-Helga...
Recostó su espalda sobre la superficie de madera mientras colocaba a la mujer sobre su regazo, mientras ella se acomodaba sobre su hombro.
-Lo lamento... prometí... -más sin embargo la lagrimas hicieron acto de presencia impidiéndole seguir hablando.
Helga poso su mano sobre la mejilla de Godric mientas se alejaba un poco para poder verlo bien.
-No debes culparte de nada...
-No pude protegerte -Se recriminó.
-Hiciste todo lo que pudiste... y más.
Sin poder estar mucho tiempo así Helga volvió a apoyarse sobre el hombro de Godric.
-No fue suficiente.
-Deja ya esa tozudez Gryffindor...
Aquel comentario hubiera hecho sonreír a Godric si no fuera porque Helga se encontraba sollozando para ese entonces, quiso disculparse una vez más pero la fundadora de la casa hufflepuff hablo nuevamente acallandolo.
-Quiero pasar... mis últimos momentos contigo... sin ningún arrepentimiento...
Para ese momento Helga se encontraba con dificultades para hablar, su respiración se hacía más pesada y lenta.
-No hables, tienes que...
-Quiero pedirte... un último deseo -volvió a interrumpir-. ¿Podrías... podrías besarme una última vez?
Godric no respondió, no dijo nada, nuevamente no pudo evitar dejar correr lagrimas por su rostro, sabiendo que no quedaba mucho para que sus vidas se apagaran se encontró deseando que la vida de ella hubiera sido tan feliz y perfecta como había sido la de él a su lado.
La acurruco sobre su brazo para poder verla a los ojos ambarinos que tanto le gustaban, se encontraba con su usual peinado elegante todo despeinado y tenía heridas repartidas por su rostro, sin embargo Godric no podría haberla visto más hermosa con aquella tenue sonrisa dirigida a él.
Lentamente se acercó para darle lo que sería su último beso.
...
Rowena corría entre los pasillos del castillo evitando mirar los cuerpos sin vida que se encontraban esparcidos por los corredores.
Dando grandes bocanadas de aire intento hacer caso omiso al dolor de su costado donde la sangre salía copiosamente. Debía llegar rápidamente a donde Helga guardaba las pociones, necesitaba la poción para heridas y la esencia de díctamo y el antídoto para venenos comunes, pudo ver efectos de algún veneno en Helga, quizás seria mejor llevar algún bezoar pero no estaba segura de que donde se dirigía hubiera alguno y definitivamente no tenía el tiempo suficiente para ir a buscar uno en su estudio.
Por fin llego al despacho de Helga y rápidamente se dirigió a los estantes de las pociones buscando las necesitadas por sus colores específicos sin darse cuenta que podría buscarlas más rápido si leía los nombres que estaban colocados abajo.
Sin embargo antes de siquiera poder agarrar alguna de las pociones pudo sentir como alguien entraba a la recamara. Rápidamente se dio la vuelta conjurando un protego que la escudo del hechizo de desarme, dejándola más débil de lo que ya se encontraba.
-Que cobarde, atacando por la espalda ¿No tienes honor, Salazar?
-Honor, ¿De que sirve el honor? Ya viste como Gryffindor terminó.
-No eres quien para decir eso en tu estado.
Y efectivamente Slytherin se encontraba en pobres condiciones, su ropa estaba toda roída, su elegante y largo cabello negro que usualmente llevaba agarrado a una coleta baja estaba todo desgreñado, y su cuerpo estaba cubierto de sangre en varios sectores, sin embargo la herida que más llamaba la atención de Rowena era la que estaba causando que su rostro estuviera manchado de sangre recorriendo su ojo izquierdo hasta la mandíbula. Era increíble que aún pudiera permanecer en pie y aún más lanzarle aquel hechizo de desarme. Ella se encontraba muy mal, pero él debería estar inconsciente ya.
Con un fluido movimiento de varita volvió a atacar a Rowena quien ya no tenía ni siquiera fuerzas para levantar la suya. El impacto hizo que se estrellara contra el estante a sus espaldas cayendo junto con ella una gran cantidad de pociones haciendo un ruido estridente al chocar contra el piso que ensordeció su propia caída.
Tardo unos minutos en intentar orientarse nuevamente e intentar reincorporarse, sin embargo todo lo que pudo hacer fue recostarse contra la dura superficie de la pared.
Estaba demasiado cansada ya, solo tenía ganas de cerrar los ojos y descansar un rato, unos minutos para reponer por lo menos un poco de fuerzas para seguir adelante.
Abrió los ojos abruptamente (ni siquiera se había dado cuenta cuando los había cerrado) al sentir como alguien acariciaba su rostro, delante suyo se encontraba arrodillado Salazar. Rápidamente aparto su mano mirándolo con todo el odio que fue capaz.
-No me toques... ni siquiera te atrevas a tocarme... perdiste ese derecho hace mucho tiempo.
Y a pesar de lo que ella pensaba iba a hacer a continuación (como golpearla por ejemplo) no hizo nada más que alejarse un poco de su persona, sin embargo no se levanto, seguía ahí inclinado sin dejar de mirarla. La incertidumbre ciertamente la estaba matando.
-Si vas a matarme... mátame de una vez -Salazar simplemente suspiro, como desilusionado.
-Realmente no se que hacer contigo -confesó pensativo.
-Sabes que moriré, aún si tu no haces nada... ya es tarde para mi.
-Podría salvarte..., si me lo pides.
Y nuevamente hizo ademan de posar su mano en el rostro de Rowena, pero esta vez ella no se lo impidió, permitió su actuar incuso al ver como él se inclinaba lentamente hacía ella.
-Podría darte todo si te quedaras a mi lado.
Y segundos después la beso intentando profundizar un poco el beso al sentir como ella le respondió, sin embargo segundos después se alejo rápidamente chocando contra una mesa cayendo ambos al suelo.
Rowena veía como Salazar observaba el vidrio en su muslo que se apresuro a sacar, la sangre en seguida empezó a salir a una velocidad alarmante. Syletherin miro con odio a Rowena, ella sin embargo le sonrió con pocas fuerzas.
-No tardaras mucho... en desangrarte Salazar. La herida va directo a la arteria femoral.
Él no se levanto, seguía mirándola, miraba como ella cerraba los ojos, viendo sus últimos momentos, como se alejaba de él, por que sabía que fueran donde fueran después de dar su último aliento no irían juntos.
-No creas... que escaparas de mi tan fácilmente... Rowena.
Nuevamente ella abrió los ojos entornandolos para enfocar bien la vista que ya estaba empezando a ser borrosa.
-Sabes que te encontrare... Dondequiera que vallas.
...
Bueno, este es un pequeño prólogo de mi primera historia de Harry Potter que espero les haya gustado ^^
