Su corazón.

Deposita un beso en su cabello cuando ella se acomoda en su pecho, sonríe y cierra sus ojos. Comienza a tararear esa nana que fue compuesta especialmente para ella y disfruta del sonido de los latidos de su corazón. Puede sentir la cadencia de su respiración y como de a poco se duerme en sus brazos.

Ella se revuelve entre sueños, susurrando su nombre. No puede evitar mirarla, tiene los cabellos alborotados y los labios entreabiertos; luce hermosa, como siempre. Quisiera besarla, pero sabe que ella debe dormir.

A veces se sorprende de lo mucho que le gusta verla dormir, escuchar sus murmullos entre sueños y el golpeteo de su corazón. En el silencio de la noche, esa es su canción favorita.