Capítulo 1
Harry se encontraba en su Institución, más concretamente en el gimnasio. Estaba practicando con la espada de Godric Gryffindor. En la puerta del gimnasio estaban algunos niños, entre ellos Louis y Nataly.
Los niños pensaban que Harry no se había dado cuenta de que estaban allí, observándole… Pero se equivocaban, se había dado cuenta que iban hacia allí antes de que abriesen la puerta.
Harry no estaba solo, estaba entrenando junto con Neville.
- Me encanta esta espada. Muchas gracias por regalármela.
- No es nada, sabía que te haría ilusión, además de que gracias al eso de la espada tus músculos se fortalecerán.
- Lo noto.
- ¿Os ha gustado el entrenamiento chicos?- preguntó Harry todavía de espaldas a ella.
- ¿Cómo ha sabido que estábamos aquí?- preguntó una niña.
- Magia- contestó dándose la vuelta- ¿No deberíais estar jugando al aire libre?
- Es que nos gusta estar con usted así que hemos venido a verle- dijo Louis.
- Venga id fuera que yo voy enseguida.
Los niños asintieron y se marcharon fuera.
- Yo me voy Harry…
- Quédate… Jugaremos a fútbol, ¿te apetece?
- No sé muy bien cómo se juega…
- Tienes que estudiar libros muggles ¡eh!- se rió- Lo único que tienes que hacer es pasar la pelota a tus compañeros de equipo sin tocar el balón con las manos y marcar gol en la portería contraria.
- Bien, jugaré.
- Pues venga… Ya sé qué regalarte para tu cumpleaños.
Los dos se echaron a reír.
Llegaron al jardín trasero y dijeron lo del fútbol, se apuntaron casi todos y después de formar los equipos se pusieron a jugar.
Una hora después el partido terminó en empate.
- Venga chicos que hay que hidratarse, tomaros un refresco fresquito- dijo Andrómeda.
Habían puesto una mesa con comida, vasos y refrescos. Se pusieron a comer y beber entre risas.
- Gracias por jugar con nosotros señor Potter- dijo Louis.
- Me gusta jugar con vosotros, me encantaría hacerlo más a menudo pero tengo trabajo.
- Lo sabemos- dijo el más grande, Luca- Si nosotros no lo decimos más a menudo es por no molestarle.
Harry se sorprendió al saber eso, no se lo esperaba.
- Pero si vosotros no molestáis, podéis ir a verme al despacho siempre que queráis.
- ¿Incluso para hablar de tonterías?
- Claro Luca, para lo que sea, pero déjame decirte que nada es una tontería- sonrió- ¿Tienes algún problema?
- ¿Usted cree que soy un problema?- susurró.
- Claro que no. Ven, vamos a hablar a mi despacho.
Se fueron los dos al despacho de Harry.
- Siéntate. Dime, ¿por qué dices que eres un problema?
- Mi padre siempre me lo decía… Decía que sólo causaba problemas a los demás y que sería un inútil.
- Pues eso no es cierto. No hagas caso a lo que decía ese hombre, tú no eres ningún problema, ni tampoco un inútil. Eres un chico dulce que ayuda a los demás en todo lo que puedes.
- ¿Cómo…?
- ¿Cómo lo sé?- el niño asintió- Que esté trabajando la mayoría del tiempo no significa que no esté pendiente de vosotros. Eres un gran chico. NO pienses en lo que te dijo, no vale la pena.
- Pero es que nadie me quiere, por eso estoy aquí.
- Eso no es cierto, aquí todo el mundo te quiere… Yo te quiero. Que estés aquí no significa que nadie te quiera. Simplemente no se han dado cuenta de cómo eres en realidad.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque yo también pensaba como tú. Mis padres murieron cuando yo tenía un año y me crié en la casa de mis tíos que me maltrataban, pero ahora mírame, tengo una familia "adoptiva" que me quiere, tengo amigos, novia y os tengo a vosotros.
- ¿Te adoptaron?
- No, pero como si lo hubieran hecho. Te prometo que siempre estaré contigo.
