Hola, ¿como están? Espero bien. Y por si alguien se preguntan, yo bien, seca de ideas para terminar o seguir otros fics. Y aquí hay de dos, no poder escribir o que surja una nueva historia.

Así que sin mucho que decir, les dejo con esta nueva historia. Espero les guste.

DESCLEMIER : Love Live School Idols Proyec, NO me pertenece...

DESCLEMIER : Crédito a quien corresponda la imagen. La cual fue parte de mi inspiración.


Sean bienvenidos a estas historias de una organización, que si bien cuentan con una fachada inocente sus miembros; no lo son, al contrario estas mujeres son de mucho cuidado.

20:19 p.m. En un callejón.

—Así que, me estas diciendo que el pago para H-sama, ¿no lo tienes todavía? ¿Eh?—Pregunto una pelirroja de unos ojos violetas tan relucientes que en la oscuridad parecían que brillaban. Mientras que sacaba un celular del bolsillo derecho de su traje negro.—¿Que pensara de eso H-sama?

—De verdad, lo siento... pero el negocio a perdido ventas desde que se rumorea que la pandilla de las musas anda por estas zonas.—Respondió un hombre que se encontraba arrodillado.—Puedo conseguirlo si me dan un poco mas de tiempo. Por favor, su majestad.—Suplicaba completamente pegado al piso, sin alzar la vista, besando también los zapatos de su cobradora.

—JA.—Bufo en alto y con una sonrisa maliciosa.—Tienes suerte Makoto.—Dijo tomándolo de los cabellos para alzar su vista y mirarlo amenazante.— Mi jefa es cortés y te dará un plazo de 48 horas más, solo porque siempre has sido constante.—Soltándolo de golpe, causando que su cara se encontrara con el asfalto.—Pero, solo eso. Si no lo tienes para ese entonces despídete de este mundo.—Dijo haciendo más gruesa su voz.

—Si, señorita M. Lo tendré listo.—Dijo con alivio, mientras aplicaba presión en la nariz que empezaba sangrar.

—Tsk, es tarde.—Mustio molesta al ver la hora.—Nos vemos en 48 horas.—Dijo después de dar una patada mas al rostro del hombre.—No vale que intentes huir.—Agrego antes de poner en marcha la moto a la que se había subido. Así como la luz que apenas iluminaba, ella ya se había marchado. Sacando al hombre un suspiro de alivio y una pequeña sonrisa, que parecía mas una mueca.

Esta pelirroja, de ojos violetas, siempre portaba un cubre bocas de cuero negro son el dibujo de una sonrisa amplia similar a la de un demonio. Condujo lo mas rápido que podía hasta una bodega abandonada, donde resguardaba su coche. Había prometido llegar antes de las nueve esa noche, pues lleva un mes llegando pasadas la una de la madrugada. Suspiro, antes de retirarse el ostentoso articulo que impedía al que iba a cobrar mas aya de la terrible mirada que había heredado. Resoplo mientras ajustaba el retrovisor y arranco una vez se asegurada de tapar correctamente la moto. Para que las cosas no afectara a esta hacia los trabajos en otra zona muy lejos de su terreno original. Así que había mucho camino que recorrer antes de llegar a casa y poco tiempo.

Como todas ellas, M, era de aspecto duro, irritable, un carácter único y frió. Un rostro amenazante y un collar distintivo que solo mostraba cuando hacia un trabajo. Pero ¿quien es, fuera de esto? Nishikino Maki, dueña de los hospitales Nishikino, negocio familiar desde algunas generaciones atrás. Pero esto era solo una fachada que se tomaba con la misma seriedad, al igual que su primer responsabilidad; servir a la actual Kousaka-sama, Honoka, líder y cabeza de las cuatro mafiosas distribuidas en el norte y sur, este y oeste. La pelirroja, era la encargada del norte y mano derecha de esta. Una vez llego al cuidado de los hospitales, tomo responsabilidad de este cargo.

Pero eso solo en su trabajo, ya que llegando a casa, era una persona diferente y con expresiones más amables. Ya que su esposa e hijas desconocían esto, y era algo que cuidaba, ya que no quería es que estas se enrollaran en problemas y peligros innecesarios. Evitar que su hija mayor fuera la siguiente, se volvió en su convicción, ya que conocía lo que se tenia que hacer.

Suspiro y checo que no se hubiera despeinado al momento de cambiarse la ropa por algo mas cálido en colores, la ropa con la que había salido esa mañana. Guardo las prendas bajo su asiento y coloco el seguro para entrar al fin a su casa, tomar un descanso es lo que mas deseaba, tras acabar la cena que seguro era todo un manjar, pues su esposa siempre fue buena en la cocina y la mejor chef en los últimos dos años de todo japón.

20:46 p.m. Casa Nishikino.

—Mamá a llegado. Ruby, esta feliz.—Dijo una pelirroja igual de intenso a la recién llegada, con emoción al momento de saltar a los brazos de su madre.

—Ruby, pensaba sorprenderlas. Pero, parece que alguien es muy astuta, ¿o adivina?—Pregunto divertida, tras depositar un beso en la nariz de la pequeña.— ¿Nico, donde esta?—Pregunto con una sonrisa, regresando a la pequeña Ruby al piso.

—En su cuarto terminando de arreglarse.—Respondió la pequeña con una sonrisa amplia y unos ojos llenos de brillo, que resaltaban ese color verde que los adornaban.

—¿Arreglarse... a donde va?—Pregunto nerviosa al no recordar.

—Hoy es mi recital de piano,—interrumpió una niña de cabellos negros, ojos del mismo color que la otra niña presente, solo que mas intenso y oscuro; ademas de un lunar que adornaba su rostro cerca del labio inferior a lado derecho— ese donde se supone me enseñarías.—Dijo con tono molesto mientras se terminaba de colocar el chaleco negro que hacia juego con el vestido que traía.— Así que, me alegra que al menos vayas.—Agrego al acercarse a su lado y sentarse para colocarse los zapatos.

—Dia...—Logro decir al sentir la indiferencia de su hija al igual que el tono de odio.— Lo siento, me la he pasado ocupada.—Fue lo único que se le ocurrió decir.

—No importa.—Dijo con un tono indescifrable para Maki. Era un reflejo de ella cuando pequeña, sabia lo que era no tener el apoyo y amor de los padres. Ademas del desarrollo sorprendente de sus habilidades y pasión por la música. No pudo evitar mostrar una expresión de dolor. Estoy repitiendo el patrón que el tuvo conmigo... pensó antes de suspirar resignada.—Lo siento,—Escucho con vos apenada—Se que te esfuerzas para mantener en alto el apellido que te toco cuidar, así como yo.—Sonriendo a medias.

—No, eso no importa, debería de...—intento buscar algo que decir, pero fue interrumpida por la voz de su esposa, que por unos instantes despego la mirada del espejo que tenia en mano.

—Maki-chan, ¿iras así?—Pregunto con cierto tono de desaprobación.

—Si. No hay que perder mas tiempo.—Dijo con emoción y tomando a Dia entre brazos.—Que ya quiero ver a la mejor pianista de japón.—Agrego besando su frente.

—Claro.—Aseguro Nico con una sonrisa al ver sonreír a su hija a lado de la pelirroja que años atrás había capturado su corazón.—Hoy conduces tu, cariño.

Claro que la relación entre madre e hija no iba del todo bien, ya que desde siempre ha cuidado estar al día con ambos trabajos, para que vean su eficiencia y no piensen en su hijas como una opción. Pero eso le traía problemas con su pareja y la mayor de sus hijas, Dia, quien había agarrado el mismo gusto que ella de pequeña por tocar el piano y la batuta para ser la próxima heredera. Se estaciono y pidió unos minutos para ir a cambiarse al baño con el traje que traía en la cajuela, mientras su hija iba a trasbanbalinas. Le deseo suerte antes de ir a cambiarse. Fue interceptada al salir por su esposa e hija menos, la cual pedía que la cargara.

21:16 p.m. Auditorio xxxxxx.

—¿Apagaste tu celular, verdad?—Pregunto una mujer de cabellos negros, un poco mas baja que ella y con unos ojos color rojo, esperando una respuesta positiva. Mas al tardar en responder la pelirroja, solo suspiro.—Hazlo antes de entrar, ¿quieres?—Apoyando su manos en la cintura.

—Lo haré,—Dijo resignada y sacándolo con la mano libre— espera me llego un mensaje...—Pidió al ver su bandeja.

—Ni lo pienses Maki-chan,—dijo Nico señalando con advertencia a su pareja— esta sera apenas la segunda vez que asistes a uno de sus presentaciones, así que no te iras, pide un relevo y quédate.—Indico, tomando en sus brazos a su hija para que esta pudiera hacer lo que pedido. Suspira.—Mira si estoy contigo es porque se lo maravillosa y cariñosa que puedes ser, que realmente eres. Pero no se te olvide que tienes una responsabilidad con tus hijas: ellas no lo han visto y deseo que eso pase. No le falles de nuevo, no hoy que te vio y la has traído. Por favor.

—Nico-chan...—Dijo conmovida y una sonrisa como esas pocas que se plasmaban en su rostro.—Bien, entro en dos minutos.—Agrego con decisión.

—Te creeré. Toma este es el boleto de tu asiento.—Dijo con satisfacción.—Vamos adelantándonos, Ruby.—Dijo para entrar al auditorio.

—Veamos...¿Que querrá?—Se pregunto Maki al ver de quien era el mensaje— Llámame en cuando veas el mensaje. R. —Sin mas hizo lo que decía el mensaje.

—Maki-chan, hasta que tienes tiempo. Nya.—Dijo una voz femenina, con tono molesto y cierto tono sarcástico.

—Si, ¿qué pasa ,Rin? Es extraño que quieras hablar y lo primero que digas sea en ese tono.—Reprocho algo molesta por el tono de su amiga.

—Suspirar.—Lo siento, es solo que...—Suspira.—Escucha, cuida bien de tu familia. Nya.—Dijo ya con tristeza.

—¿Por qué, dices eso...?—Pregunto algo desconcertada, ya que ese era un tema que ninguna tocaba mas haya de saber si están bien o no.

—Sospecho que nos han descubierto,—aquellas palabras causaron un escalofrió en Maki, quien se puso nerviosa.—ya solicite una reunión con Honoka-sama, pero cuida de ellas, no te apartes. Igual si se pueden no salgan, no sin antes contar con una escolta.—Digo con tanta seriedad que ni el Nya característico salio de sus labios. Mostrando la seriedad a la pelirroja.

No has respondido mi pregunta.—Dijo con la compostura lo mas cercana a su actitud.

Maki, han atacado a mi Kayochin, Maru y You.—Respondió con tono de derrota.

¿Como?, No habra sido un simple robo o...—Buscaba explicaciones que quitaran esa sospecha de su amiga y asegurara el bien de su familia.

Fue personal, es por quien somos. Dejaron una nota.—Interrumpió al ver que la intención de su amiga.

¿Que dice?—Pregunto con un nudo en la garganta. Lo peor pasaba por su cabeza y las palabras que dejo Rin solo lo empeoraron.

"La felina es la primera, ¿sera que llores como todos los que has hecho pasar por miserias? Ya lo veré. ¿Quien seguirá? Hoy daré una pista; mas adelante no lo creo. Rojos son sus cabellos, rojo deja todo a su paso. Rojo sera el color que adorne y vea en sus seres mas cercanos. Es hora de acabar con las musas."—Acabado de leer se lograba oír el llanto de la que acababa de leer.

Rin... ¿ellas, están bien?—Pregunto con miedo a la reacción que tomaría.

Maru, solo esta asustada. You entro con un doctor para que le atendiera heridas leves.—Cayo unos minutos antes de continuar.— Kayochin entro a cirugía, nada mas llegando, estoy esperando a que salga el doctor.

Ire para ayudar, ¿en donde...—Fue interrumpida.

NO,—grito— quédate con ellas y cuídalas.—Dijo antes de colgar.

Por un momento, sus piernas le traicionaron, se sentido débil y vulnerable, sintió un sudor recorriendo su frente. Tal vez la poesía no era el fuerte de esa persona, pero las palabras eren claras para ella, planeaban matar a su familia. Respiro por unos minutos lo mas hondo que podía para calmarse. Reviso el numero de asiento y camino hasta el, vio a su esposa e hija con alivio. Tomo asiento y viro la vista a donde ellas la tenían, vio con la emoción y elegancia como tocaba su Dia. Aquella melodía inundo su mente y por un momento olvido el problema, salio unos minutos del trance al sentir como tomaba su mano se pareja, la miro unos minutos y se sonrieron. Después de no mucho resonó la ultima nota, despertando a todos del viaje emocional que aquella pieza había causado. El lugar se lleno de los aplausos que aumentaron poco a poco, hasta resonar en el auditorio.

Acabado el evento, Maki abrazo a su pequeña hasta levantar la del piso, y la lleno de beso en toda la cara. Estaba orgullosa, y todas sonreían. Dia había ganado y aun sin hacerlo, para Maki era todo una ganadora.

22:36 p.m. Estacionamiento del Auditorio xxxxxx.

—¿Les parece ir a celebrar a algún lugar?—Pregunto con una sonrisa.

—SI.—Gritaron todas las encuestadas.

—¿A donde les gustaría ir?—Pregunto mientras caminaban de regreso al coche.

—Podría ser ese restaurante que sirve unos postres ricos.—Propuso Dia, la cual era una amente del té con un postre a lo tradicional.

—Me parece una idea deliciosa...—Apoyo Nico, quien no dejaba de sonreír.—¿Que pasa Maki-chan?—Pregunto al verle callada.

—Nada.—Respondió al sentir la mirada de todas. Pero la verdad le daba desconfianza subir al coche ahora que lo pensaba. Fingió, la caída de las llaves y reviso lo mas rápido que pudo la parte de abajo del coche. No sintió nada, pero la angustia no la dejaba.

Sorprendente mente el lugar se había vaciado rápido, no quedaban mas que algunos coches, seguramente de los trabajadores y algunas personas que todavía no salían. Cosa en la que no se fijo, hasta muy tarde.

—Vamos...suban al coche.—Ordeno al ver a unos cinco hombres que se acercaban a ellas con la imitación de la mascara que ella reconocía bien.

—¿Por qué la prisa?—Pregunto Nico.

—Nishikino Maki, ¿es usted?—Pregunto una de las voces.

—Si que desea.—Dijo con tono frió y amenazante.—Nico,lleva a las niñas con...—No pudo terminar cuando uno le lanzo un golpe en la cabeza.

—Mamá...—Gritaron las niñas asustada que se abrazaban a Nico.

—Maki, ¿Que esta pasando?

—Llevatelas...—Volvió a decir mientras intentaba levantarse, pero fue atacada por varios golpes que apenas y si se dio cuenta de donde venían.

—Ahora sera la despiadada M.—Dijo otro mientras tomaba uno de sus brazos, mientras otro sujetaba el opuesto a ese.

—Hora de acabar con una de las puntas mas importantes.—Dijo otro, que se puso en cunclillas para tomar su mentón y escupir le. Acto seguido chasqueo los dedos y ante el llego uno de los hombres con Ruby.

—Mamá...—Decía entre llanto y asustado, al sentir el tacto del hombre sobre sus hombros. Fue cuando Maki se dio cuenta de que tenían a Nico y Dia amenazadas con un arma.

—¿Que es lo quieres?—Pregunto después de escupir un poco de sangre.

—No lo se...—Dijo acariciando sobre sus ropas a la pequeña, causando que esta se encogiera, para finalmente retirarle la falda. Sacando a Maki un gesto de molestia y causando que empezara a forcejear de nuevo.

—No hagas eso. Suéltalas, lo que quieras conmigo, tratalo conmigo. Pero no la toques así animal.—Dijo mientras trataba de librarse.

—La pantera, se molesto.—Dijo divertido.—Estoy seguro de que alguna ya te contacto. Sobre todo la felina, ya que es amiga tuya.—Dijo sentando a la niña sobre su pierna y evitar que se moviera, deteniéndola con el brazo.—Sabes a que vengo.

—Eres el que ataco a la familia de Rin.—Usando un tono mas de afirmación que de pregunta.

—No, te equivocas. Ese fueron unos amigos. Pero trabajamos bajo la misma organización, así que se podría decir que si.—Dijo divertido.

—¿Maki, de verdad que esta sucediendo?—Pregunto Nico al lograr quitar la mano de quien la sujetaba de su boca. Se notaba lo desesperada e impotente.

—Lo pondré fácil para ti señorita M, ¿A quien mato primero?—Pregunto sacando un arma y apuntando a la cabeza de la niña en sus piernas.

—A mi, porque ellas no tienen nada que ver. Déjalas. Son inocentes de todo, yo soy la única que merece morir, por favor, te lo pido no les hagas daño.—Pidió entre lagrimas y la mirada al piso. No por las lagrimas que caían de su sus ojos, si no, para evitar ver la mirada de Nico y sus hijas.

—Pensé que ustedes nunca se humillaban. ¿Que pensaría tu jefa?—Pregunto alzando su rostro y apuntando su frente.

—¿Qué es lo que quieres de mi?—Pregunto derrotada.

—Información, eso es todo. Tu me dices lo que necesito y ellas quedan libres, y cumpliré tu pedido, morirás tu.—Dijo con tono satisfactorio, al ver que había conseguido lo que quería.

—¿Cuál?—Dijo rindiéndose a conseguir liberarse.

—¿Cómo se llama H-sama? Nombre y apellido. ¿Cómo funciona la organización? ¿Cuantos son y quienes?—Pregunto fingiendo pensar unos segundos.

—No se quien son las otras, pero se que en total somos cuatro. Según hasta donde se, este es mi zona, clasificada como norte y como has visto no cuento con guardas ya que soy la mano derecha de H-sama. Aun así no le conozco, ya que es por seguridad de ella y solo ella, porque la única que esta en riesgo y sola soy yo. Que divertido no.—Dijo mirando a los ojos al hombre frente a ella.

—Me crees idiota...—Fue ahí cuando aprovecho para levantarse y darle una patada al rostro. Lanzo uno y luego otro golpe con los pies en la zona baja de los hombres que la sostenían, para luego proporcionar un cabezo a cada uno. Tomo un arma y dispara al hombro de quien se fue para atrás y cayo, labrando a Dia de su captor...

—Piénsalo bien, le disparare si me disparas.—Dijo el único en pie que sostenía a Nico.—Rinde te, si no quieres que ella muera.

—Dispara si lo vas a hacer.—Dijo Nico quien guiño el ojo a su pareja.

—Presiona, piénsalo, no creo que quieras morir...—Dijo antes de ser interrumpido por un cabezazo en la barbilla y en segundos Nico de encogió lo mas que pudo.—Ahora.—Ordeno la pelinegra. Sin perder mas tiempo Maki disparo, dando en el pecho al hombre, llevando a este a causar un quejido del dolor.

—Belleza te olvidaste de mi.—Dijo el hombre que había sacado otra arma de quien sabe donde y apuntaba a la cabeza de Ruby.—Te equivocaste al enfrentarnos...—Fue lo ultimo que se escucho de el, antes de ver como su cabeza caía.

—Lamento la tardanza, M. H-sama, esta apenada de no evitar que esto llegara hasta este punto.—Dijo una mujer peliazul que guardaba de nuevo la espada en su funda y inclinarse ante la pelirroja.

—Has matado al líder.—Dijo irritada.

—Quedan eso tres.—Dijo señalando a los hombre que se encontraban en el piso.

—Dos.—Bufo molesta.

—Pero el del disparo en el hombro no ha muerto.—Dijo la de cabellos azules.

—Se retraso en un pago, el día de hoy. ¿Verdad, Makoto?—Pregunto una vez llegando a su lado.—Parece que el plazo de 48 horas acabo.—El hombre le veía asustado, mas cuando le retiro la mascarilla. Ver esa sonrisa, que tapaba el cubre bocas, causaba mas miedo del que creía y antes de decir algo le propino un golpe en el cuello, reventando la vena que llevaba sangre al cerebro.

—Dos, entonces. Me acompañaran para que les lleve a un lugar seguro. Sus problemas los podrán arreglar después.—Dijo al ver la mirada de la pelinegra que quería decir mucho y a la vez no encontraba palabras con la cual iniciar.—Por cierto, desaste de todo que usaste cuando visitaste a ese idiota. Creemos que usaron un localizador para rastrearte.

—Pero si nunca me toco algo de la... Maldito.—Grito retirándose los zapatos.

—Ya hay un coche esperándonos, y una patrulla especial de nuestro servicio se encargara de esto.—Dijo para encaminarse al vehículo que no estaba tan lejos.

—Vamos...—Dijo cansada.—Te lo explicare todo, por ahora si te preocupa el bien de nuestras hijas, hay que hacer lo que nos pide U.—Agrego y explico a Nico al ver su mirada desaprobatoria, ademas de aterrada.


Ya lo revise, lamento no haberlo notado antes de publicar. Gracias a Katengecchi, por decirme este detalle.

Bien, hasta aquí lo dejare. De verdad espero que les guste. Ya veremos que tan bien recibida es, para ver si esta fic ira para adelante. Quise probar un estilo diferente y mas detalla. Espero haya quedado bien.

Y en mi caso con un comentario, favorito o seguidor es suficiente para saber que mi trabajo no quedo tan mal. Y que alguien quiere ver un poco mas.

Y en esta ocasión, preguntare y a la vez daré un pequeño adelanto.—Claro si esto gusta.— ¿Quieren que, Nozomi al igual que su hija sobrevivan o mueran? Espero saber que opinan, ya que dejarlo a mi suerte, puede no ser buena idea.

Observaciones, sugerencias y comentarios son recibido...

Mil disculpas si hay algún error ortográfico...

Y sin más por el momento, hasta otra. Bay.