Summary: -¿Podría decirme donde encontrar una cafetería?- El joven tenía la mirada lejana, no parecía entender lo que le decía ¿Era retardado? ¿Extranjero?. ¡Quien diria que un bolso podría cambiar mi vida!


El Plan malvado de Pinky

...

"No todo es lo que parece...la mayoria de las veces"

...

La llama consumía lentamente la parte superior del cilindro de papel, podían empezar a verse las pequeñas porciones de tabaco cambiando de color. Fascinante.

Aspiré fuertemente mientras sentía el humo dispersarse por mis pulmones, algunas personas me miraban reprobatoriamente al notarme fumando en un lugar en el que esta costumbre no estaba permitida.

"Disculpe señorita" llamo una señora bajita su rostro, pequeño y redondo, mostraba una mueca de desagrado "pero como usted sabe, no se está permitido fumar en la biblioteca, lamento decirle" no parecía que lo lamentara en absoluto "que tendrá que apagar el cigarrillo o abandonar el establecimiento." terminó con una sarcástica sonrisa.

Tomé el cigarrillo con mis dedos y aspiré una vez más, esta vez fuertemente, y solté el humo lo más bruscamente que pude, el rostro de la anciana parecía deformarse de la rabia. Yo sonreía para mis adentros.

Puse la parte flameante del cigarro sobre la mesa y lo apreté fuertemente contra ella para que se apagase. Lo levanté y guarde lo que quedaba en mi bolsillo.

"¿Está bien así?"pregunté con una sonrisa.

"Perfecto" respondió la mujer con los dientes apretados y se retiró caminando con paso firme y acelerado. Mordí mi labio para no reir fuertemente.

En mi antigua ciudad, a la bibliotecaria no le preocupara que fumara o no en el lugar, me conocía y sabía que el olor de los libros mezclado con el tabaco me parecía totalmente inspirador. Y por esa razón me dejaba fumar en ella.

Creo que ser la única persona que iba a la bibloteca tambien ayudaba.

En realidad detestaba fumar, solamente lo hacía cuando lo necesitaba en situaciones de extremo nerviosismo o ansiedad. En este momento el nerviosismo ganaba por creces.

Suspiré y me pase las manos por el rostro tratando de volver a pensar coherentemente.

Miré hacia la hoja en blanco con odio, como queriendo echarle la culpa de todos mis males, hace bastante tiempo había intentado encontrar algo que me diera inspiración para poder dibujar algo decente. No lograba entenderme a mí misma, nada hacía que mi mente pudiera dejar de pensar en cosas tan inverosímiles como un irritar a la bibliotecaria.

Casi siempre ir a la biblioteca era suficiente como para que mi inspiración regresara a mí y pudiera volver a trabajar, por lo visto este no era el caso. Nada parecía querer funcionar, ése era el problema de todo artista, veías en tu mente la imagen que querias y cuando intentabas traspasarla al papel sólo una palabra bastaba para definirlo: Basura.

Volví a suspirar y observar el papel con furia, un chico rubio me observo desde la otra esquina de la mesa que estaba ocupando, le lanzé una mirada fulminante y bajo rápidamente la cabeza hacia su lectura.

Siempre utilizaba el mismo método que me había enseñado mi profesor de arte hace ya bastantes años: visualizaba lo que quería luego lo traspasaba hacía un papel en blanco en negro y por último al lienzo.

¡Si tan solo tuviera una maldita idea!

Guarde mis cosas y me levante rápidamente de la silla haciendo que varios rostros se posaran sobre mí, me ruborice ligeramente y seguí mi camino hacía la salida. No mire hacía ningún lado cuando cruce la puerta principal, tomé aire, no creía que mi viejo suéter y mis jeans fueran suficientemente escudo contra el frío que hacía en esos momentos, y no lo eran.

Hacia frio ¡Mierda, que hacía frío! Tampoco había comido nada ese día, no había tenido tiempo. Busqué en mis bolsillos y vi que tenía suficiente dinero como para poder tomar un café.

No conocía casi ninguna cafetería en esta ciudad, había llegado ayer y ni siquiera había terminado de sacar mis cosas de las cajas, por lo que decidí ir a probar suerte con cualquiera que tuviera una acogedora y caliente silla donde pudiera sentarme lo más pronto, no necesitaba más que eso.

Caminé bastante y al no lograr resultados positivos en mi búsqueda decidí tratar de encontrar ayuda en algunas de las personas que transcurrían la calle. Un anciano que recorría la calle lentamente con la ayuda de un bastón, parecía que estuviera cantando una canción feliz.

Ugh, no definitivamente no.

Un chico moreno que miraba las calles con la boca abierta, como si nunca hubiera visto la luz del sol.

Nop, creo que no. Yo estaba lo suficientemente loca como para hablar con otras personas en el mismo estado.

Un hombre se encontraba caminando tranquilamente, tenía una capucha que tapaba su rostro y caminaba aceleradamente pero dentro de los límites normales, quizas solo estaba atrasado.

Y el ganador es…

Apresuré el paso para poder llegar hacía él, cosa difícil de hacer ya que tenía piernas pequeñas y el hombre tenía unas extremidades que podrían competir con las de una jirafa.

"¿Señor…?" lo llamé cuando llegué a su lado. El hombre siguió caminando ignorando mi llamado.

Toqué suavemente su hombro para llamar su atención y me encontré con el rostro de un joven confundido mientras se daba la vuelta y observaba mi rostro con sonpresa.

"Hola, perdón…" carraspeé " Disculpe que lo moleste pero no conozco bien esta parte de la ciudad ¿Podría decirme dónde encontrar una cafetería? Decente"pregunte observando al tipo.

El joven tenía la mirada posada en un punto detrás de mi hombro, la verdad no entendía que podía parecerle tan interesante como para no responder mi pregunta. No es que yo me considerara tan interesante, pero por lo menos por una cuestión de cortesía…

Creo que el anciano con complejo de cantante no parecía tan mala idea ahora.

El chico pareció salir de su nebulosa mental, cuando me miro pude notar, aparte de desconcierto, que sus ojos eran de un color esmeralda intenso.

"Señorita, ¿Qué desea?" preguntó mirándome lascivamente, Si definitivamente el anciano hubiera sido mejor opción.

Decidí ignorar que el hombre estaba chiflado totalmente y le pregunte lo que deseaba hacer antes de que el joven se desconectara del mundo, nuevamente...

"Busco una cafetería, soy nueva en la ciudad" prefería omitir mi nombre aunque el joven no parecía no prestarme atención, no prestaba atención en nada en realidad.

El tipo, no sabía su nombre, carraspeó y yo levante una ceja ¡Que hombre tan idiota! Para Bella Me requiminé Quizás el hombre tiene sindróme de atención dispersa. Pobre tipo...me hacía recordar al ratoncito de la serie que miraba cuando era más pequeña, ¡Hasta era igual de pálido y alto como él!.. Desde ahora llamaría a este hombre Pinky, siempre diciendo tonterías cuando Cerebro le contaba sus planes malvados ¡Como adoraba a ese ratoncito!

"Si..." dijo Pinky mientras dirijía su mirada hacía lo que parecía un lado lejano sobre mi hombro, tranquila Bella el hombre-ratón no sabe lo que hace, me recorde" Hay una cafetería bajando dos calles" dijo señalando hacia atrás, sus ojos nunca dejaron el lugar dondequiera que estuviera mirando, Raaaro "Es bastante sencillo no es muy costoso, pero hacen buenos cafés" Wow el hombre parecería casi normal, claro si me estuviera mirando.

"Bien, muchas gracias" dije pasando por su lado, encaminandome hacía la cafetería ¡Como deseaba un café para descargar mi frustración!

Mire al hombre, Pinky, una vez más y esté se fue corriendo.

¿Se fue corriendo?

¡Se fue corriendo!

Por todos los santos ¿Qué sucedía con este hombre?, pensé en seguirlo pero luego el lado sentato ganó sobre la locura instantanéa. Wow eso era nuevo, siempre seguía mis instintos y por supuesto me metía en problemas.

Ajusté mi bufanda y seguí caminé tranquilamente las dos calles que seguían hacía la cafetería donde Pinky me había mandado, tan solo rezaba por que no estubiera llena de unicornios de colores y duendes saltarines.

Visualisé un pequeño local al final de la calle, por el vidrio se veía toda la gente bebiendo café y hablando. Seguramente no tendrían frio, no como yo en este momento que me prengunto si todavía conservo todos los dedos o perdí algunos mientras caminaba.

Por lo visto todavía no había unicornios de colores, ¡Aleluya!

Entre al lugar e inmediatamente una ola de calor y esencia a café invadieron mis fosas, quise llorar por lo bien que se sentía. ¡Esto era lo que yo quería! ¿Era tanto pedir?

Encontré una mesa cerca de la puerta de entrada y de la ventana que me permitía observar a la gente que caminaba en la calle, me senté y saqué mi celular para verificar hasta cuando podía quedarme en la cafetería, cuando levante la vista me lleve una sorpresa.

Quizás no haya encontrado unicornios de colores en el lugar, pero duendes. Definitivamente.

Mi sorpresa se debía al hombre, que digo hombre, al pequeñisimo humanoide que me observaba con una expresion entre severidad y aburrimiento, creo que mi boca estaba demasiado abierta en este momento.

Cerrar boca. Listo.

"Mi nombre es Fred" Dijo en un tono rezongón "¿Que puedo servirle, señorita?"

Carraspeé para salir de mi estupefacción el peque...digo hombre debe pensar que era idiota o algo por el estilo, aunque algo me decía que su expresión no se debía a mí especificamente, sino a todo el jodido planeta.

"Quiero un café mediano, por favor." dije usando todo mi esfuerzo por no reirme, si lo hacía seguramente el pequeñin me asotaría con la libreta que tenía en la mano. Siempre se supo que la gente que menor estatura tiene una fuerza sobrehumana.

"¿Algo más, señorita?" preguntó toscamente, ¡El hombre me detestaba!¿Pero que le había hecho? ¿Quizás podía leer mi mente? ¡Oh dios, no! Pero no creo que me preguntase si necesitaba algo más, solamente lo vería en mi mente, asi que esa opción estaba descartada.

"No, muchas gracias Fred" respondí, forzando una sonrisa que por supuesto no fue correspondida. El hombrecito se fue caminando, tan solo esperaba que no escupiera mi café o lo envenara con polvo de hadas, luego saliera volando y Peter Pan me raptara hacia el país de Nunca Jamás ¡No! Peter Pan era pedófilo y yo ya era grande. Já toma esa Campanita.

Esperé pacientemente a que Gruñon, demándame si encuentras un mejor apodo para él, me trajera el café mientras disfrutaba de ver a la gente que caminaba por las frías calles, Era malvada y estúpida: me reía de la gente con frío y yo estaría congelándome de vuelta en menos de una hora.

Visualizé una mujer anciana, bueno tal vez no era anciana pero no era lo que se dice una Rosa floreciendo, era mas bien una flor seca de esas que usan para aromatizar en los popurris.

La mujer, vamos a llamarla así, entró precipitadamente sosteniendo fuermente dos bolsos en la mano, ¿Que hacía con dos bolsos? Bueno Bella quizás todas sus cosas no entraban en el uno solo. Duh.

¡Que inteligente que estaba el día de hoy!

Lo que me sorprendía de la mujer era la expresión de pánico que surcaba por su rostro ¡Dios, hasta parecía una de esas malas actrices de peliculas de terror!

Caminó lentamente hacia una mesa que estaba alejada de la puerta pero aún así yo podía verla, creo que era la única persona en toda la cafetería que notaba que la mujer parecía estar a punto de explotar de los nervios.

Gruñon dejo mi café sobre la mesa y yo empece a tomarlo mientras observaba a la mujer/flor seca pedir su orden, relajarse y colgar sus bolsos en el respaldo de la silla. Se escuchó en ruido de la puerta de vuelta y volteé a ver quien había entrado.

¡Era Pinky! ¿Que hacía él aquí? ¿Y por qué parecía buscar algo deseperadamente? ¡Esto era mejor que las series de acción que veía en el canal de cable!

Pinky, no pareció darse cuenta de que yo estaba allí, era bastante probable que tampoco lo hiciera por que estaba bastante alejada de la puerta, al parecer encontró lo que quería por que una sonrisa se plantó en su cara. Wow ¿Quién diría que Pinky era tan apuesto?

Se dirigía hacía la mesa de la mujer mayor que había entrado, ya saben "la portabomba" pero no parecía que ella lo viera a él ¿Era su madre quizas? ¿O tal vez su pareja? Diaj, aunque viniendo de Pinky y la mujerbomba no me sorprendería seguramente su casa estaría llena de mimos asesinos que hacen malabares con cuchillos afilados mientras bailan salsa, ¿Quien sabe? quizás hasta Gruñon vivía con ellos.

Pinky se acercó a la mujer, ella parecía no notarlo, estaba muy concentrada observando el menú, entonces, él tomó uno de los dos bolsos de la mujer. Y se fue caminando sigilosamente hacía la salida.

Por segunda vez en el día pensé en lo que debería hacer ¿Dejaría que Pinky se robara el bolso? ¿O lo perseguiría hasta conseguir que lo devolviese? Quizás tuviera un arma...¡No importaba, mi padre fue un oficial de policia y estaría orgulloso de saber que impedí un robo!

Mientras tanto Pinky, había salido por la puerta y ahora caminaba más rápidamente, escapando.

¡No lo creo!

Salté, literamente, de la silla y salí corriendo del local ¡Mierda, que frío! espero que la mujerbomba me agradezca algo por lo menos. Corrí hasta alcanzarlo y tomar el bolso color borgoña que sostenía fuermente.

"¿Que haces?"pregunto mirándome encolerizado, tomando un lado del bolso que sostenía en mis manos, ahora estabámos tirando un lado del bolso cada uno.

"Tú, sucia rata" me hubiera reido de la coincidencia sino estuviera tan enojada" ¡Le robaste el bolso a la mujer dentro de la cafetería!"

Para mi sorpresa, no trato de negarlo, ni se encolerizó, ni saco un arma de su abrigo (agradezco a Dios por eso) sino que empezó a reir fuertemente, pero todavía sin soltar el bolso.

¿Que le parecía tan gracioso? Gracioso era ver videos accidentes en internet, esto no era para nada gracioso.

Traté de tirar de la cartera una vez más, pero el bastardo era rápido y la sostuvo antes de que pudiera quitarla de sus manos, el ya había parado de reir. Pinky tenía sindróme de atención dispersa, era ladrón y bipolar ¿Que futuro le esperaba a este hombre?

"Yo no robe el bolso a esa mujer, ella se lo había quitado a mi hermana y se había escapado en esa cafetería" dijo ya más tranquilamente"¡Espera tu eres la chica café!" dijo abriendo los ojos como platos.

Al parecer no era la única que inventaba sobrenombres rápidamente.

Era díficil creerle a este hombre, no lo conocía en nada tan solo sabía que conocía una cafetería y que tenía un parecido increible con un raton de televisión. ¿Pero conocía a la mujerbomba? No. ¿Que debería hacer entonces?

"Escúchame, no te conosco y tú no me conoces" dije desafiándolo" pero no voy a dejarte robar este bolso."

Su rostro se contrajó en exasperación.

"¿Que parte no has entendido?" preguntó "Yo no robe esta cartera, esa ladrona lo hizo y luego se escabullo la venía persiguiendo cuando tu me preguntaste donde podías encontrar una cafetería."

Eso explicaba bastantes cosas, al parecer el chico no era raro sólo estaba persiguiendo a alguien y eso que miraba detras de mi hombro era ese alguien.

¡Un momento! Era por eso que la mujer estaba tan nerviosa, no tenía una bomba consigo sino que había robado y tenía miedo de que la atraparan ¡Por eso tenía dos bolsos! no era que necesitara otro para poner sus maquillajes.

Bien, detective Swan creo que ha hecho su trabajo estupendamente.

"Entonces este es el bolso de... ¿tu hermana?" pregunté tontamente.

Pinky sonrió y asintió con la cabeza antes de agregar:

"Si, ella esta unas calles más abajo de dije que me esperara allí mientras iba a recuperar su cartera, Por cierto soy Edward." dijo extendiendo la mano con la cual no estaba sosteniendo el bolso.

La situación era divertida: dos extraños todavía sosteniendo una cartera en el medio de la calle con un frío aterrador. Solté el bolso y sonreí mientras tomaba su mano con la mano con la que antes habia estado forcejeando.

"Soy Bella" dije mientras los dos sonreíamos por lo estúpido de la situación.

Se escuchó un grito, Edward y yo, ya no iba a llamarlo Pinky...bueno quizas sí, nos dimos la vuelta y pude ver al pequeño mesero con un policía a su lado.

"¡Por aquí oficial, ella, se escapó del lugar sin pagar!" gritó furiosamente mientras me señalaba.

Yo no sabía que hacer, y opte por hacer lo que cualquier persona dominada por el horror haría: Corrí.

Como siempre fuí una atleta excelente, inserte cartel de sarcasmo aquí, mis piernas se enredaron entre ellas y caí fuermente contra el frío pavimento

"¡Levántese, y ponga las manos donde pueda verlas!" escuché que gritaban

Maldito Gruñon y su puto polvo de hadas.


N/a: ¡Otra de mis locas ideas! Antes de que pregunten la encuesta de "0800Cullen" fue cerrada, la mayoría votó por que no haga la secuela y si conté tambien sus comentarios, pero verdaderamente prefería escuchar sus opiniones y saber lo que preferían porque no me sentía completamente segura de hacer la secuela y no la haré...por el momento. No prometo no hacerla nunca, sólo que por ahora estoy bien así.

¿Les gustó, encantó, lo odiaron, les pareció tan horrible que ni el cadaver de Bin Laden debe verlo?

Como siempre esperando que dejen sus hermosos comentarios y queriendo saber si quieren que siga esta historia.

Over and Out.

AilinTilin.