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> > > Cap 1: Sol de invierno. > > >
Era de noche, una fría noche de invierno. Así es, el invierno había llegado y con él, las lunas anchas y los pequeños días. El poderoso viento arrasaba con todo lo que estaba a su paso, los vidrios del castillo resonaban con una increíble fuerza a causa de la lluvia que no había dejado de caer durante tres días seguidos.
La chica se asomo a la ventana de su habitación, en la época en que el sol reinaba, desde allí podía ver la inmensidad del reino, pero ahora los cristales estaban opacados por la oscuridad. Siguió aburrida el lento camino de una pequeña gotita que se deslizaba libre sobre el cristal o por lo menos, eso era lo que ella creía.
- Tú eres completamente libre de hacer lo que te plazca – dijo mirando con melancolía como la pequeña gotita desaparecía junto a sus hermanas en la oscuridad.
- No es como cree princesa – dijo una voz conocida y firme a sus espaldas.
La chica giro de inmediato alarmada y vio la sonrisa en el rostro de su tutora, la mujer la miraba desde el umbral de la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho.
- Impa, me asustaste – dijo llevando una mano a su pecho, suspirando aliviada.
La mujer se acerco y se inclino un poco para poder ver mejor el rostro de la joven.
- Eso lo pasa por estar distraída – le reprocho coloco una de sus manos sobre el hombro de la princesa – es hora de cenar, el Rey la esta esperando.
- Si, iré enseguida – le dijo resignada a obedecer.
La mujer se aparto de la chica, comenzando lentamente a alejarse.
- Espera – la llamó – ¿A qué te referías con lo que me dijiste cuando llegaste? – le pregunto curiosa.
Impa sonrió ante la pregunta de la chica, pero la joven no lo noto, ya que la mujer se encontraba de espaldas a ella.
- Las pequeñas gotas de lluvias son esclavas de su destino – le respondió sin siquiera mirarla – ellas hacen un viaje muy largo a través de su vida y lo repiten una y otra vez, es un ciclo interminable – le dijo tomando la perilla de la puerta y girándola con lentitud – además… no pueden decidir cuando ni donde van ha caer – le termino de decir dirigiéndole fugaz mirada a la chica, antes de desaparecer tras la puerta.
La joven princesa volvió a quedarse sola en su cuarto, pero ahora su mente divagaba en lo que su tutora acababa de decirle, se sintió extraña, y ahora al mirar el cristal veía con melancolía la lluvia que no dejaba de caer.
- Debe ser muy triste vivir esclavizada a un destino que ni siquiera puedes escoger – dijo sintiéndose de pronto muy identificada con esas pequeñas gotitas que se deslizaban por el cristal.
Se levanto de una salto y trato de apartar esas tontas y locas meditaciones que no la llevaban a ningún lado. Bajo con gran agilidad las largas y casi interminables escales del castillo, dirigiéndose a las enormes puertas del comedor, se detuvo frente a ellas al escuchar la voz de su padre conversando amistosamente con alguien.
- No quiero… no quiero repetir nuevamente esta rutina – susurro apoyando sus manos sobre una de las gigantescas puertas – y no pienso hacerlo – dijo con determinación, alejándose de las puertas y dirigiéndose al salón principal.
Impa y el Rey estaban llevando a cabo una amena conversación, mientras esperaban a la princesa. La mujer escucho como la chica se acercaba hasta el salón y también pudo oír como sus pasos se alejaban presurosos del lugar.
- Discúlpeme señor, comience a cenar, volveré enseguida – le dijo levantándose de su asiento, para luego atravesar a toda velocidad el enorme salón.
La chica se cubrió con una capa encapuchada de un color lavanda oscuro y sin pensarlo dos veces se acerco hasta la entrada del castillo.
- ¡Princesa! – escucho nuevamente la voz de Impa que la llamaba – no puede salir a estas horas.
- ¿Por qué no? – le pregunto empujando lentamente las puertas.
- Es muy peligroso, además estamos en medio de un verdadero temporal.
- Un poco de lluvia no le hace daño a nadie – dijo al tiempo que salía del castillo.
Impa siguió a la joven, pero se detuvo en la puerta, observando como esta se alejaba corriendo, atravesando el jardín de la entrada del castillo y engañando a los guardián se apartaba de los territorios reales.
- Voy ha tener ir por ella, no puedo creer que se le ocurra escaparse en un día como este – dijo resignada.
Volvió tras sus pasos, en busca de algo para cubrirse de la lluvia, si no encontraba rápido a la chica el Rey mandaría a toda la guardia real a buscarla y seguramente eso solo empeoraría las cosas.
La joven corrió por las desiertas calles del pueblo Hyrule, toda la gente estaba resguardada en sus hogares a causa de la tormenta. Iba tan ensimismada que no se percato que a unos cuantos metros delante de ella iba caminando tranquilamente un joven, que al parecer no le molestaba para nada la intensa lluvia.
- Auh – dijo al chocar con fuerza contra la espalda del joven.
Gracias al golpe y al piso resbaladizo fue a parar directo al suelo. El joven giro de inmediato y vio a la desafortunada chica que se encontraba sentada en el húmedo suelo.
- Lo lamento – dijo preocupado, extendiendo una de sus manos para ayudar a que la joven se levantara – en verdad lamento mucho lo ocurrido.
La chica que mantenía una mano sobre su cabeza y hasta el momento no había levantado la mirada para ver con que se había estrellado se sorprendió al escuchar la conocida voz del joven.
- ¿Link? – pregunto aún confundida, mirando por primera vez el rostro del joven.
Si, era él, a pesar de la oscuridad y la lluvia pudo distinguir la preocupada expresión del chico y ver con claridad sus brillantes ojos azules, que desde pequeña la habían cautivado.
- ¿Nos conocemos? – pregunto él algo confundido, la verdad es que la voz de la joven se le había hecho peculiarmente conocida, pero de ninguna manera podía ser la chica en la que estaba pensando – no puede ser la princesa…
La chica acepto la ayuda del joven, tomando su mano y él de inmediato la ayudo a incorporarse.
- ¿No me reconoces? Soy Zelda – dijo quitándose la capucha, ya que esta era muy grande, tanto que cubría parte de sus ojos.
El joven miro algo embobado el rostro de la joven, incluso se paso ambas manos sobre los ojos como si acabara de despertar y lo que estaba viendo era solo una ilusión. La joven rió divertida al ver la expresión confundida en el rostro del chico.
- Zel… Zelda – dijo tartamudeando – disculpe… quise decir… princesa Zelda – agrego bajando la mirada algo avergonzado.
- ¿Qué pasa¿te sientes bien? – le pregunto preocupada, acercando una de sus manos al rostro del chico.
La joven vestía casual, por lo que ese día no traía puesto ni sus guantes ni las incomodas hombreras de oro. Link sintió como los delicados y fríos dedos de la princesa se posaban con extremo cuidado sobre su frente.
- No… digo si… demonios Link… comportare normal, pareces un idiota… estoy bien, no se preocupe por mi – le dijo tomando con delicadeza la mano que la chica había puesto en su frente y apartándola lentamente – pero usted esta muy fría, no debería haber salido del castillo en un día como este.
- Creo que no lo pensé antes de salir – le confeso bajando su mirada, sintiendo como lentamente la mano que Link tenía entre la suya se iba entibiando.
Link se percato que aún sostenía la mano de la chica y la aparto rápidamente, nuevamente avergonzado. La chica noto de inmediato como el frió viento volvía a congelar su piel cuando la mano del joven se apartaba de la suya.
La verdad es que a pesar que estuviera lloviendo hacía un frió increíble, seguramente muy pronto estas gotas de lluvia se transformarían en pequeños cristales de hielo y comenzaría a granizar.
De pronto el silencio broto entre ambos, al tiempo que las nubes se estrujaban con más fuerza dejando caer aún más lluvia. Link miró el rostro entristecido de la joven y una enorme angustia hizo que su corazón se acelerara, lo que menos quería era verla así, e impulsado por un extraño sentimiento se atrevió a hablar.
- ¿Qué le parece si damos un paseo? – pregunto rompiendo el silencio.
La chica le dirigió una mirada confundida, le parecía algo extraño el ofrecimiento del joven, se estaba imaginando que en cualquier momento él le diría que debía regresar al castillo o algo por el estilo.
- ¿Un paseo¿Con este clima? – le pregunto colocando una mano sobre su frente, para que la gotas no se estrellaran sobre sus ojos al mirar al joven.
- Claro, un poco de lluvia no le hace mal a nadie – le dijo sonriente tomando sin pensarlo una de las manos de la joven.
Zelda lo miro ahora sorprendida, esas eran las mismas palabras que ella le había dicho a Impa antes de salir.
- Si, tienes mucha razón – dijo abrazándose al brazo del joven, acercando mucho más sus cuerpos.
Link sintió como su corazón se aceleraba al sentir la cercanía de la joven, se encontraba nervioso y le estaba costando trabajo disimularlo, dirigió una mirada hacia ella, notando que esta lo observaba con gran atención, provocando que un leve sonrojo apareciera sobre sus mejillas, de inmediato desvió su mirada hacia el frente.
Las majillas de la chica también se tiñeron de rosa, no sabía que era lo que la había impulsado a acercarse de esa manera al joven, pero lo que si tenía claro es que ahora se sentía extrañamente tranquila.
- ¿Qué le parece si la invito a tomar algo caliente? – pregunto comenzando a caminar aún con la chica aferrada a su brazo.
- Me parece bien… pero… con este clima dudo que las tiendas estén abiertas – le dijo caminando a su lado.
- No se preocupe – respondió, dedicándole una sonrisa.
La chica no dijo nada, se sentía muy feliz al estar junto al joven, además que este loco paseo en medio de la lluvia junto a Link era algo que nunca se imagino.
Impa se encontraba recorriendo las calles de la cuidad buscando a la joven, pero hasta el momento no había tenido éxito.
- No se donde puede haberse metido – dijo sin detener su marcha – solo espero… que se encuentre a salvo.
Esta no era la primera vez que la princesa se escapaba del castillo y de seguro no sería la última, pero en esta ocasión había algo diferente…
Zelda esperaba a Link sentada en una banca debajo de la terraza de la tienda. La chica miraba distraída la entrada del local de donde colgaban dos pequeñas lámparas, aunque su brillo parecía congelado como si en cualquier momento fuera a extinguirse.
Link había insistido en que ella entrara con él, le había dicho que adentro de la tienda el ambiente sería mucho más acogedor, pero ella le dijo que no quería que se armara un alboroto si es que alguien llegaba a reconocerla, en este punto el chico le encontró la razón, por lo que al fin decidieron que ella lo espera afuera.
- Que frió hace – dijo abrazándose a si misma.
Era algo normal que sintiera frió, ya que al igual que el chico se encontraba completamente empapada por todo el tiempo que había permanecido bajo la lluvia y sus ropas húmedas no hacían un buen juego con el congelador ambiente que la rodeaba.
- La lluvia… el triste lamento del cielo – dijo volviendo a dirigir su mirada en las calles y en las desafortunadas gotas que caían con fuerza sobre el duro suelo – no se porque siento este vacío dentro de mi… es como si algo muriera en mi interior al contemplar tantas lluvias iguales… tantas noches y días oscuros en la soledad – pensó sintiendo como una traviesa lágrima recorría su mejilla.
- Ten, con esto recuperara algo de calor – le dijo de pronto el chico extendiéndole una tasa con un humeante líquido.
Zelda limpio con rapidez el rastro que había dejado la lágrima, el chico la había tomado por sorpresa, ni siquiera lo había sentido acercarse.
- Gracias – dijo tomando la taza con ambas manos, sintiendo la tibia loza entre sus dedos y en la palma de sus manos.
Link se sentó junto a ella, mirando la lluvia que seguía cayendo, mientras bebía el calido líquido, sintiendo como este entibiaba lentamente sus cuerpo. La joven parecía muy ensimismada, ella miraba con atención el vapor, imaginándose la neblina durante la mañana.
- ¿Se siente bien, princesa? – le pregunto al notar que la chica no había ni siquiera acercado la tasa a sus labios.
Zelda no respondió, dejo con sumo cuidado la tasa junto a ella y giro su rostro, para poder mirar el de él. Link miro algo extraño a la chica, pero pronto quedo hipnotizado con sus encantadores ojos azules. La chica se fue acercando lentamente y sin previó aviso se lanzo a sus brazos, hundiendo su rostro en las húmedas telas de el pecho del chico. Link algo aturdido al principio, soltó la taza ya vacía que tenía sujeta en su mano izquierda y esta rodó unos cuantos centímetros sobre la banca antes de caer al suelo y romperse en mil pedazos.
- Link… - lo llamo la chica abrazándolo con más fuerza.
El chico quien había reaccionado con el ruido que la tasa había producido al romperse, le dedico una mirada a la joven, al tiempo que realizaba una verdadera batalla con su mente y después de unos segundos al fin logro decidirse y sin pensarlo más, por mucho atrevimiento que esto resultara, correspondió al abrazo de la joven.
- Zelda… ¿Qué sucede? – le pregunto acariciando con ternura los húmedos cabellos de ella.
- Sentía miedo de vivir atrapada en la rutina… sentía frió a pesar de estar junto al fuego… - le comenzó a decir levantando su mirada – sentía… que estaba cayendo lentamente al igual que una diminuta gotita…
- Zelda… - repitió el nombre de la chica, no sabía que responderle, en realidad ella lo había tomado por sorpresa.
Sus rostros se iban acercando lentamente y ninguno de los dos parecía reparar en ello.
- Pero al encontrarme contigo – continuó - he descubierto que eres tú el que rompe la monotonía, tus brazos el único resguardo que necesito para apartar el frió… - le dijo casi en un susurro, sintiendo como sus labios rozaban dulcemente los de él – tú eres para mi el sol que brilla incluso en medio de la tempestad…
Zelda cerró sus ojos, para luego apoyar su cabeza sobre el hombro del chico. Link mordió suavemente su labio inferir, tratando de reprimir el ya incontrolable deseo de besarla. De una forma u otra no podía creer lo que estaba pasando, las palabras de la chica habían atravesado profundamente su corazón, nunca se hubiera imaginado que ella, la princesa de Hyrule correspondiera los sentimientos que él había estado reprimiendo durante tantos años y que nunca se había atrevido a confesar.
- Ya es tarde… en el castillo deben estar muy preocupados por ti – le dijo en un susurro casi imperceptible, ya que no deseaba que ella lo oyera, no quería apartarse de su lado, no ahora.
- Tienes razón… - le dijo separándose lentamente de él – es mejor que regrese…
Luego de esas palabras ambos se levantaron y se apartaron del lugar, (N.A: ¬¬ ni se acuerdan de las pobres tazas… o.o bueno quien se acordaría XDD) comenzaron a caminar en silencio, nuevamente mojándose con la lluvia, uno junto al otro. Link aún no había respondido formalmente a la confesión que la chica le había hecho hace unos minutos, pero aún así se armo de valor y paso uno de sus brazos por los hombros de ella, atrayéndola con delicadeza hacia él.
- Disculpa si te incomodo – dijo algo apenado.
- No… claro que no – le dijo mientras con uno de sus brazos se aferraba al cuerpo del joven, para permanecer cerca.
De esta manera siguieron su lenta marcha hacia el castillo, en silencio, pero luego de unos minutos la voz de una mujer a sus espaldas hizo que se detuvieran de golpe, separándose rápidamente uno del otro.
- ¡Princesa! – dijo la mujer una vez que había alcanzado a los chicos – la busque por todos lados… me tenía muy preocupada – le dijo al tiempo que la abrazaba con fuerza – nunca me perdonaría que algo malo le sucediera.
La chica no se esperaba esa reacción de parte de la mujer. Link que miraba la escena también parecía confundido. Impa se aparto de la chica dejando ambas manos sobre los hombros de ella, mientras la miraba con reproche.
- No vuelvas ha hacer una locura como esa – la regaño.
- Lo siento mucho Impa… nunca fue mi intención preocuparte – le respondió algo apenada.
- Fue mi culpa… - dijo de pronto el joven interviniendo.
La mujer que hasta ese entonces no había reparado en la presencia del chico, lo miro algo extraña.
- ¿Link, valla cuento tiempo sin verte¿tú estabas con la princesa? – lo interrogo acercándose hasta él.
- Ehh este… si… bueno… es que – trato de responderle.
- Lo que sucedió fue que me encontré con Link y le pedí que me acompañara durante un tiempo – lo ayudo la chica, mintiendo.
- Con que eso fue lo que sucedió, bueno ya no importa, vamos el clima esta empeorando – les dijo dirigiéndose a los dos, al tiempo que comenzaba a caminar.
Los chicos la siguieron unos cuantos metros más atrás y cuando estaban a punto de llegar a las altas rejas que custodiaban los guardias Link se detuvo, Zelda lo miro extrañado y se acerco hasta él. Impa también se detuvo, pero no se acerco hasta el lugar donde los jóvenes se encontraban, solo se dedico a observarlos.
- ¿Qué sucede Link? – le pregunto la chica poniéndose frente a él.
- Es mejor que yo regrese – le dijo desviando la mirada, cerrando con fuerza los puños.
Un viento helado recorrió el ambiente, provocando un temblor en el cuerpo de los dos chicos, que al parecer no sabían como expresarse con claridad.
- ¿Mañana nos veremos? – le pregunto de pronto ella, mirándolo intensamente.
El joven se sorprendió por la pregunta de la chica y sin darse cuenta volvió a mirarla, notando como los claros ojos de ella le devolvían la mirada, como tratando de expresarle lo mucho que deseaba volver a encontrarse con él.
- Claro, mañana vendré temprano al castillo y le pediré al rey que me de su permiso para poder salir con su hija – le respondió sonriente, rindiéndose ante la encantadora mirada de ella.
Zelda sonrió feliz al escuchar la respuesta del joven y sin pensarlo, como agradeciéndole, acorto la distancia que los separaba.
- Entonces… nos vemos mañana…
Y colocándose de puntillas le dio un fugaz beso en los labios. Link se sonrojo ante la inesperada acción de la chica que ahora se había girado dispuesta a alejarse, pero antes de que diera un paso él, guiado por un extraño impulso tomo su mano y la jalo hasta él atrapándola entre sus brazos en un cariñoso abrazo.
La chica se encontraba algo sorprendida por el repentino abrazo, pero sin pensarlo lo correspondió. El chico se separo solo unos milímetros de ella para poder tomar la barbilla de la chica entre sus manos, mientras acercaba su rostro hasta el de ella.
- Link… - susurró al cerrar los ojos, dejando que él se encargara de guiarla.
Impa desvió su mirada mientras retomaba su camino hacía el castillo, aunque algo en su rostro había cambiado, ahora un dulce sonrisa lo adornaba, al fin se había dado cuenta que la princesa ya no era una pequeña niña indefensa, ahora había crecido y hoy, en medio de la tormenta, había encontrado la felicidad que le otorgaba el amor.
Y, esa noche, bajo los grisáceos colores que adornaban el cielo, la chica volvió a recuperar su sonrisa, hoy por primera vez durante mucho tiempo volvía a sentirse viva.
- Eres como una hermosa flor en primavera, bañada por el roció – le susurro antes de acortar definitivamente la distancia que los separaba, uniendo sus labios en un beso.
La joven sintió la dulce caricia que le proporcionaban los labios de él y dejándose llevar coloco sus manos en la nuca del chico, profundizando aún más beso, mientras él acercaba sus cuerpos enredando sus fuertes brazos en la estrecha cintura de ella.
Y al separarse ambos notaron, como ese beso aún permanecía en sus labios, temblando, enredándose entre los múltiples velos de la lluvia que caía sobre sus cuerpos y sus miradas volvieron a cruzarse, siendo atrapadas un mágico hechizo que había llegado, para quedarse.
- Y tú… el más brillante sol de invierno – le susurró la joven antes de volver a unir sus labios a los de él.
Continuara…
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Bueno, aquí estoy yo de vuelta XD, con otra de mis locas historias n.nUU, de seguro deben pesar que esto es lo más tonto, extraño y cursi que hayan leído XDD, claro, eso si alguien llega a leer este fic n.n. Pero a pesar de eso, espero, que quien se de el tiempo de leerlo le agrade.
Como ya deben de sospecharlo, este fic constara de cuatro capítulos, uno para cada estación del año y si se preguntan porque decidí empezar con esta estación y no otra… eso tiene una sencilla respuesta XD, eso se debe a que acá estamos en pleno invierno, lluvia, tormenta, frió, vientos congelados, inundaciones, etc XDD. El siguiente capitulo será de la primavera, para ir en orden XD solo por eso. Quiero confesarle que todas las diferentes estaciones eran historias separadas, pero al releerlas considere que muchas de ellas se parecía entre si, es por eso que decidí modificarlas para fusionarlas en un solo fic, que fuera más o menos coherente n.nU.
Y recuerden, que por muy oscuro que este el cielo siempre es posible encontrar aunque sea una pequeña luz n.n… ya ahora si que me despido XDD, hasta el siguiente capitulo ;D… ¡Nos vemos! non
