los personajes no son míos y no son utilizados con fines de lucro.


¿Por qué escondes tus deseos?

Cortaste mi cuello blanco y lo ensuciaste de pétalos rojos.

Dame más de esos deseos grotescos e inocentes.

Ven a mí

Te enseñare como caer en el placer.


Raito se encontraba en el salón, tocando una melodiosa sinfonía en el piano. Yui curiosa, se acercó a él con confianza, ¿Por qué tener miedo cuando ya era un vampiro? Un ser de la noche, no podrían tomar más de su sangre.

- Raito-kun.

No hubo respuesta de su parte, estaba perdido en el espacio, no había indicios de haberla escuchado, se le veía, triste, algo muy raro en el dado su carácter frívolo y pervertido.

-etto, ¿estás bien?, ¡Raito-kun!- Yui acerco una mano a él joven guapo sentado frente al piano, ella podía ver que sufría de alguna manera, quería ayudarlo.

Raito al fin salió del tortuoso trance en el que se encontraba y al instante tomo la mano de la rubia, jalándola hacia él y recostándola en sus piernas.

-Bitch-chan, me alegra que estés aquí, comenzaba a tener hambre, ven a mi.

El tomo por la cintura con el brazo izquierdo apretando fuertemente, mientas que su mano derecha se encargaba de sostener la barbilla de la joven, dejando al descubierto su delicado cuello, blanco, con venas azules recorriendo la tersa superficie.

-AAA (suspiro), me gusta que tu sangre se mantenga con el mismo olor, me pregunto si también con el mismo sabor.

-Por favor, para, Raito-kun, me lastimas.

La lengua de él acaricio el cuello de la joven, aquel pelirrojo jugaba con Yui como un lobo con su presa, probando, lamiendo y haciendo que se paralizaran del miedo en la espera de su muerta, consiguiendo que la ansiaran más que nada en el mundo. Estaban tan cerca, ella temblaba, "nada ha cambiado, sigue siendo mi presa", pensaba Raito, pero resulta que las cosas eran un poco diferentes, Yui podía escuchar el rumor de la sangre en el cuello del vampiro que la sujetaba y en un arranque vampírico, con un brusco movimiento, la situación gira, ahora era ella quien mantenía preso a Raito contra el piano, tenía sed y deseaba saciarla.

-Bitch-chan, tus deseos salen a la luz, me gusta como están las cosas, el predador se convierte en presa.

Yui lamió lentamente el cuello de Raito y después lo mordió fuertemente. La sangre de él sabia tan bien, lo asociaba con el jugo de manzanas y al chocolate amargo.

Un quejido salió de la boca del pelirrojo, todo eso le parecía erótico, pudo habérsela quitado de encima, pero jamás pensó que el que bebieran tu sangre fuera tan excitante, tanto que comenzó a moverse un poco, logrando que las teclas del piano se quejaran con sonidos discordantes. Raito rodeo con sus brazos el menudo cuerpo de la joven y el abrazo fuerte.

- Mmm, bitch-chan.

Los rosados ojos se abrieron con horror al notar lo que acababa de hacerle a Raito, se alejó de él, pegándose a los libreros. El blanco de su piel, manchado de rojo. Sus ojos como dos esmeraldas centellaban de la emoción, haciendo un sexi contraste con su cabello de un color rojo-anaranjado.

-simplemente no puedo esperar por más de esa parte tuya tan salvaje.

Yui salió corriendo, no podía ver más de esa escena, no podía entender que había sido aquella sensación que había tenido, le asustaba en lo que era, no podía ser de otra forma, quería seguir siendo humana. Mientras dejo atrás a un vampiro que tenía el presentimiento de días más divertidos a partir de ese momento.

-sigue, bitch-chan, te falta por aprender, no te preocupes te recompensare, al mostrarte lo que es el placer.

Una sonrisa traviesa asomo en sus labios.

- Muy pronto lo haré.


Este es el segundo fic que escribo, serán cuatro capítulos en total, espero que les agraden.

Por favor manden reviews, me gusta saber sobre la forma en la que escribo ya que soy, digamos, primeriza.