Hola! Aaahhh... no pude contenerme de escribir este nuevo fic donde mostraré dos de mis pasiones, el SS y el futbol. *o *

A decir verdad desde hace eones he querido escribir algo deportivo, sobre todo de fútbol que es una de mis pasiones. Quedé con ganas de escribir algo así después de un OS IchiRuki futbolero que hice hace un tiempo.

Así que aquí está, recien salido del hornito.

Espero que les guste. Tuve una buena batalla tratando de ponerle título a este fic, un poco más y me doy de golpes contra la pared. Y a fin de cuentas no se me ocurrió nada mejor TTnTT


A favor de la campaña "Con voz y voto" - Porque agregar a favoritos y no dejar comentario es como manosearme la teta y salir corriendo -

Y a nadie le gusta que lo manoseen así :P Si tienen tiempo, sean lindos y dejen sus opiniones en un review


Los personajes de Naruto no me pertenecen.

Ojo: Las ciudades, estadios, equipos y jugadores mencionados son 100% real no fake. Los torneos también son reales, aunque obviamente he modificado un poco las fechas.


DE FÚTBOL Y OTRAS PASIONES

I

El inicio de las cosas

Suita, prefectura de Osaka.

Ciento setenta y ocho… ciento setenta y nueve… ciento ochenta.

Tiempo, tres agónicos minutos de alargue ya cumplidos.

Un último pase y finalmente, el silbato del árbitro.

El estadio de Suita, pese a no estar a su máxima capacidad, vibró ante la nueva victoria del equipo proveniente de Ichihara, el JEF United Ichihara Chiba; uno de los equipos más fuertes dentro del fútbol femenino y ahora campeón por tercera vez consecutiva de la Copa Liga Nadeshiko.

Los gritos y aplausos de los asistentes, cuya mayoría usaba los colores correspondientes al equipo ganador, se mezclaban con la propia algarabía que ya reinaba en el centro de la cancha, en donde el plantel entero no podía parar de saltar y gritar de alegría.

Como contraparte a toda la felicidad reinante, estaba el equipo rival. Los colores rojo y azul del Nojima Stella de Kanagawa se veían tristes y apagados, tal como muchos de los rostros de los miembros del plantel. Habían trabajado muy duro, superando pruebas y críticas y sorprendiendo al país entero al llegar a una final después de siete años, pero aun así no pudieron derrotar al equipo rival.

Mientras las suplentes y el cuerpo técnico ingresaban a la cancha para consolar a las jugadoras y darles apoyo, en la banca del Nojima Stella una mujer de ojos verdes miraba la escena con mucha tristeza. La victoria estuvo tan cerca, de verdad pensó que esta vez su equipo conseguiría el título del campeonato. Las chicas eran muy talentosas, habían trabajado muy duro y dejaron el alma dentro de la cancha, pero a final de cuentas, no fue suficiente.

Suspiró con tristeza, no era así como quería despedirse de ellas.

A su lado, una chica de cabello castaño recogido en dos chongos se frotaba los ojos tratando de controlar las lágrimas de frustración y dolor. No sabía que le dolía más, si haber perdido el campeonato o la lesión que acababa de sufrir en su rodilla izquierda.

El corazón de la chica de ojos verdes se encogió dentro de su pecho. Se acercó un poco a ella y la abrazó.

—Tranquila Tenten, todo estará bien. —le dijo con una voz dulce. —Dieron lo mejor de ustedes, todos vieron como se jugaban la vida ahí dentro.

La castaña asintió, pero su mentón seguía temblando. Se sentía furiosa, impotente y muy, muy triste. Ella era la capitana, ella tenía que mover a su equipo, si no se hubiera lesionado a mitad del segundo tiempo tal vez…

—Oye, no te culpes. —adivinó su línea de pensamientos y la miró fijamente. —Este no será el último torneo, Tenten. —la tomó de las manos y le dedicó una sonrisa reconfortante. —Quedan muchas cosas todavía, no hay que darse por vencidas. Tú solo piensa en cuidarte por ahora y ya verás que el próximo campeonato será tuyo.

Tenten trató de levantarse, pero no podía soportar su propio peso, el dolor todavía era terrible.

—Sakura…

La castaña la miró suplicante, quería ponerse de pie y no podía hacerlo sola. Por suerte, sus compañeras llegaron justo en ese momento y la rodearon, evitándole a Sakura tener que regañar a su amiga y negarle su ayuda para no forzar su rodilla lastimada.

Tenten se vio rodeada por todo su equipo, compartiendo un abrazo y un poco de la tristeza que sentían por perder.

Sakura se apartó un poco y se reunió junto a su propio equipo, mirando la escena con un nudo en la garganta. Esa era la parte que no le gustaba del fútbol, el ver al equipo perdedor y ser testigo de todo el sufrimiento que acarreaba. Ella sentía mucho aprecio y cariño por todas las chicas del equipo, pero con Tenten había forjado un vínculo especial. Era la única a la que consideraba su amiga y por eso verla así de triste le rompía el corazón.

El técnico, un hombre calvo de ojos fieros pero sonrisa gentil, se acercó a ella y puso una mano sobre su hombro, llamándola para alejarse un poco y hablar en privado.

—¿Qué tan mal está?

Los ojos verdes de Sakura viajaron hacia Tenten y entonces regresaron hacia el técnico.

—Lo más probable es que sea una ruptura del ligamento cruzado anterior, pero necesito una resonancia magnética para confirmar.

El hombre asintió, su rostro ensombrecido demostraba su preocupación.

—¿De verdad te irás? —preguntó tentativo, esperaba que reconsiderara su partida.

Sakura lo pensó por unos minutos. Sí, se iría. Se sentía triste por abandonar al equipo que la había cobijado y le dio su primera oportunidad, pero su aspiración profesional la obligaba a dejarlos para poder perseguir un objetivo más alto. Esa decisión la había tomado hace bastante tiempo. Y por suerte, Tenten y el DT la entendían.

Aun así no pensaba irse de inmediato, primero tenía que encargarse de la recuperación de las chicas.

—No se preocupe, no me iré hasta tratar la lesión de Tenten. No puedo dejarla en estos momentos.

El técnico sonrió. En verdad le tenía mucho aprecio y sus jugadoras confiaban plenamente en ella, cosa que no había conseguido con los médicos anteriores.

—Te lo agradezco. —su mirada se suavizó. —Has sido un excelente aporte para este equipo, Sakura. No se qué será de nosotros cuando no estés, solo sé que las chicas quedarán devastadas.

—No exagere, Arima-san. —sonrió ella, divertida. —Ya le dije que no me iré hasta que Tenten se recupere y asegurarme que las demás chicas estén en perfectas condiciones. Así que no se moleste en usar palabras dulces para alabar mis habilidades y extender mi estadía.

El hombre soltó una pequeña carcajada, algo que contrastaba con el ambiente de tristeza que aun volaba sobre sus cabezas.

Sakura también rio y regresó con su amiga castaña. Tenían que ayudarla para la premiación que ya se estaba preparando.

- o -

Un mes después.

Saitama, prefectura de Saitama.

El salón de conferencias del edificio estaba repleto. Faltaba poco para las dos de la tarde y los periodistas se acomodaban en sus respectivos lugares, preparándose para la rueda de prensa en donde se presentaría al nuevo director técnico del equipo de fútbol Urawa Red Diamonds, uno de los más populares dentro de la primera división de la J League.

Una muchachita joven acomodaba las botellas de agua, los refrescos y los vasos sobre la mesa de conferencias, repartiéndolos a cada lado de uno de los dos micrófonos. De fondo, los logotipos de los auspiciadores servían de telón y la bandera con los colores, el símbolo y el nombre del equipo, terminaba de decorar el salón.

Un par de minutos después la puerta del salón se abrió, los fotógrafos tomaron algunas capturas de los recién llegados; directivos y algunos ejecutivos del equipo, quienes tomaron asiento en la primera fila.

Y cuando faltaba exactamente un minuto para las dos de la tarde, la puerta se abrió. El primero en aparecer fue el veterano presidente de los Urawa Red Diamonds, Hiruzen Sarutobi, quien saludó a la prensa con una sonrisa amable. Detrás de él venía un hombre mucho más joven, alto y de complexión atlética, con una expresión despreocupada y un alborotado cabello plateado. El recién llegado saludó con una ligera inclinación de cabeza y caminó detrás de Sarutobi para tomar asiento a su lado.

Una mujer rubia de anteojos subió hasta un pequeño podio a un costado de la mesa de conferencias. Ella era la jefa de prensa del equipo, su nombre era Shiho.

Después de saludar y agradecer la asistencia de los periodistas, Shiho comenzó con las presentaciones, primero con Sarutobi, a quien ya todos conocían.

—Y ahora con ustedes dejo al nuevo director técnico de los Urawa Red Diamonds, el señor Kakashi Hatake.

El aludido hizo una nueva inclinación de cabeza para saludar a la presa. Los fotógrafos comenzaron a tomarle fotos otra vez, las cámaras se concentraban en él y los periodistas ya esperaban ansiosos a que comenzara la ronda de preguntas.

Shiho dio por iniciada la ronda de preguntas y Kakashi bebió un poco de agua, preparándose para responder. Hablar frente a tantas personas nunca había sido su fuerte pero tenía que ir acostumbrándose.

—Kakashi-san, aquí para Friki Sport Networks. —se presentó un tipo gordo. —Sabemos que es su primera incursión como director técnico. ¿Qué lo hace pensar que está calificado para digirir al equipo estrella de Saitama?

—Mmm… —Kakashi se rascó la barbilla, pensativo. —Me he preguntado lo mismo. —respondió con simpleza y varios rieron. —Como bien has dicho, todos aquí saben que esta es mi primera campaña como técnico así que presumir tener experiencia en la dirección de un equipo sería una tontería. —más risas. —¿Qué puedo decir entonces? Solo que estoy comprometido a dar todo de mi para llevar a este equipo al máximo.

—Siguiente pregunta. —ordenó Shiho y apuntó a otro periodista. —Crow Sports.

—Kakashi-san, ¿qué tiene para decirles a aquellos renuentes a su contratación alegando el tema de su juventud?

—Mmm, les diría que…muchas gracias por decirme joven. —un estallido de risas inundó el salón. Sarutobi sonrió y negó con la cabeza, divertido. —Pues, el asunto de las edades siempre ha sido conflictivo, muchos de los directivos y colegas en el deporte aun me consideran un mocoso, pero en comparación con algunos jugadores ya soy un señor. ¿A quién le creo entonces? Lo importante aquí es lo que puedo hacer por el equipo y aprovechar que aun estoy en condiciones de correr y entrenar con ellos de igual a igual. Tal vez incluso les gane. —esbozó una sonrisita burlona que hizo reír a varios más.

—C-continuemos, por favor. —Shiho sentía las mejillas enrojecidas. ¿Por qué el nuevo técnico tenía que ser tan guapo? —Siguiente pregunta, Nobu-san, revista deportiva JPN.

—Kakashi-san, ¿es cierto que aceptó el trabajo solo porque ya no tiene nada más que hacer después de ser forzado a retirarse?

Varios voltearon a mirar con reproche al periodista impertinente.

—Para nada. —Kakashi sonrió despreocupado. —Aunque muchos lo duden aun, mi retiro fue totalmente voluntario. Mi carrera profesional ya había llegado al máximo y ya era momento de apartarme y disfrutar de los muchos frutos que había cosechado. —una sonrisita levemente presumida adornó sus atractivas facciones. —Por fin tendría tiempo para leer mis libros y jugar con mis perros. —varias risas resonaron en el salón. —Si ahora estoy aquí es porque el fútbol sigue siendo mi pasión y cuando terminas de aprender, es momento de enseñar. —sonrió amigable. —Creo que puedo sacar el máximo de las capacidades de estos jugadores, contribuir a la mejora de sus habilidades y recuperar un poco del terreno perdido.

Alguien más levantó la mano, la rubia le cedió la palabra.

—¿Y por qué el Urawa Red? Pudo haber solicitado el puesto en cualquier otro equipo de Japón. Se sabe que es un tiempo de cambios, estando a puertas del comienzo del nuevo torneo.

Kakashi bebió de su agua y sonrió otra vez. La jefa de prensa sentía que se desmayaría en cualquier momento.

—Porque el rojo siempre ha sido mi color, siendo un nativo de Saitama, siempre quise ser parte de ellos. Y así fue, el Uwara Red fue el único equipo de primera división en el que jugué antes de dejar Japón.

Varias exclamaciones de asombro se escucharon en el salón. Un jugador estrella ahora regresaba a dirigir a su antiguo equipo. Sonaba casi poético.

Las preguntas no paraban en ningún minuto y el técnico no tenía problemas en responderlas, incluso las más idiotas como si era soltero, cuántos años tenía o si su color de cabello era natural.

—Kakashi-san, ¿qué cambios piensa hacer dentro del cuerpo técnico?

El aludido se rascó la barbilla.

—Eso aún está en evaluación, no puedo adelantar nada todavía.

Las preguntas siguieron fluyendo durante una hora más antes que Shiho diera por terminada la conferencia.

—Fuiste un éxito Kakashi. —señaló Sarutobi una vez quedaron solos. —Los periodistas te adoraron.

—¿Lo hicieron?

El anciano soltó varias carcajadas y le dio un golpe en un brazo.

—Auch. Tan vigoroso como siempre, Hokage-sama.

—Ahhh… había olvidado ese viejo apodo. —los ojos del presidente se volvieron nostálgicos. —Aun recuerdo como ustedes, bribones, me llamaban así. —sonrió al recordar viejos tiempos.

Kakashi se frotaba su brazo adolorido. El viejo seguía igual de fuerte. Definitivamente no extrañaba eso.

—¿A qué hora es la reunión con el equipo mañana?

—Están citados a las nueve. —entrecerró los ojos y lo miró con sospecha. —A las nueve de la mañana, Kakashi. No llegues tarde.

—Claro que no. Soy un adulto responsable ahora. —la sonrisa que le dedicó no transmitió nada de confianza al viejo Sarutobi, quien solo suspiró cansado. —Estaré aquí temprano, debo hablar unas cosas con Mitokado-san antes de presentarme con el equipo.

—¿Es sobre su renuncia?

—¿Ya lo sabía?

Sarutobi asintió.

—Traté de convencerlo de quedarse al menos hasta final del próximo torneo, pero se negó. Dice que quiere descansar y aprovechar el resto de tiempo que le quede en compañía de su familia. —el anciano suspiró. —Y bueno, no pude insistir más, Homura tiene más que merecido el descanso después de toda una vida trabajando con nosotros.

—Lo sé y es por eso que necesito hablar con él para que me ayude a encontrar un reemplazo. Después de todo él conoce a los chicos desde hace mucho tiempo y seguro no querrá dejar su salud en manos de cualquier médico. Su opinión me será de gran ayuda.

—Estoy seguro que estará feliz de ayudarte. —lo animó. —Y le dará gusto verte después de tanto tiempo.

Kakashi sonrió nervioso, recordaba los regaños que el viejo jefe del cuerpo médico solía darle cada vez que se lastimaba o se salía de las indicaciones que él le daba.

Esperaba que se hubiera suavizado un poco con los años.

- o -

Turín, Italia.

El estadio de Turín estaba a máxima capacidad, con más de un 60% de sus asistentes animando al equipo local, el Juventus FC. Los colores negro y blanco inundaban el ambiente, la alegría y los gritos nerviosos eran ensordecedores.

En la portería de dicho equipo, un muchacho asiático de cabello negro se acomodaba los guantes mientras paseaba de un lado a otro, viendo la disputa del balón en el lado contrario de la cancha. El sudor resbalaba por su cara y cuello y los nervios lo carcomían.

Era la final de la Copa Italia, faltan veinte minutos y van perdiend contra el AC Milán. ¡Tenían que conseguir el empate! ¡Y después convertir otro más! ¡Tenían que ganar! El pelinegro veía a sus compañeros y gritaba y animaba aun sabiendo que no podrían oírlo a esa distancia.

De pronto, una jugada increíble entre el croata Mandžukić y el colombiano Cuadrado logra el empate. El público se pone de pie para aplaudir la jugada y los ánimos se renuevan otra vez. ¡Podían ganar! Aun quedaban once minutos.

El contraataque de AC Milan fue rápido, el italiano Bonaventura recibió un pase y pateó con mucha fuerza, pero los guantes del portero japonés pudieron detenerla.

Se reanuda el juego.

El público se pone de pie cuando los delanteros del Juventus se acercan a la portería y el estadio retumba cuando a cinco minutos del final la pelota atraviesa el bloqueo del arquero rival, Gianluigi Donnarumma.

¡Sí! El equipo de Turín ha tomado la ventaja. ¡La copa ya casi era suya!

El juego entonces se concentra en la mitad opuesta hasta que el error de uno de los de blanco y negro provoca que la pelota sea robada por un rival, quien se lanza en carrera hacia la portería del pelinegro. Y en el momento en que todos se concentran en el área para detenerlo, el árbitro cobra falta.

El pánico se apodera de todos, los reclamos, súplicas y gritos de los jugadores no sirven para nada. Es un penal a favor del Milan.

El portero se golpea la cara suavemente, buscando calmarse y toma posición bajo su arco. Todos sus compañeros y la aficionada negra y blanca, pendientes de su actuación.

"Cálmate, cálmate" se dijo a si mismo y respira profundamente.

Da un par de saltitos y extiende sus brazos para tocar el travesaño, preparándose.

Ante el sonido del silbato, el jugador del Milan se lanza en carrera y patea el balón con el borde interno del pie derecho. El portero adivina la posición y se lanza correctamente, atrapando la pelota con las manos y rebotando contra el césped.

El pelinegro se levanta casi enseguida, celebrando con un grito de júbilo que es compartido por el resto de sus compañeros. Todos corren a felicitarlo, el estadio vibra de emoción.

El juego continúa. El árbitro da tres minutos de tiempo agregado.

Solo tenían que resistir, resistir y proteger el área. Y entonces todo terminaría.

El Milan no se daba por vencido y lanzaba golpes desesperados que la defensa y el portero se encargaban de desviar.

Solo un poco más…

El sonido del silbato anunció entonces el fin del partido y una ola de gritos alegres retumbó en todo el estadio y se expandió por las calles de la ciudad de Turín.

El plantel del Juventus salta y se abrazan unos a otros.

Los jugadores corren hacia el portero y se lanzan a abrazarlo, dejándolo casi sepultado bajo una montaña humana. Una vez que estuvo libre, la celebración continuó, lo abrazaban, le revolvían el cabello y besaban su frente, coronándolo como el hombre del partido.

—¡Uchiha! ¡Uchiha! —coreaban todos y el pelinegro levantó un puño, en señal de victoria.

Lo levantaron en andas y lo llevaron hacia la banca del equipo, donde el entrenador también lo abrazó y felicitó con emoción.

El pelinegro sonreía a más no poder. A pesar de ser un hombre no muy expresivo y con un temperamento un tanto especial, la pasión y la emoción que sentía en cada partido, especialmente después de una victoria de ese tipo lo hacía enormemente feliz.

Los fotógrafos ya rodeaban a los campeones y los periodistas buscaban obtener algunas palabras de las estrellas del partido.

El festejo duró por varios minutos más hasta que se dio lugar a la premiación del equipo campeón.

- o -

Ya habían pasado dos semanas desde la final de la Copa Italia y los jugadores disfrutaban de su merecido descanso. Excepto Sasuke Uchiha, quien estaba en medio de una conversación muy importante.

—¿Estás seguro? —su agente, un hombre de cabello naranja sentado frente a él lo miraba fijamente.

El pelinegro asintió. Lo había pensado mucho.

—Puedes seguir creciendo aquí en Italia. —insistió. —Sabes que el portero titular se retirará pronto y tú eres la primera opción para cubrir su lugar. Mira lo que has conseguido, has jugado cinco finales en torneos importantes y tu equipo siempre ha ganado contigo. Eres uno de los pocos porteros asiáticos que sobresalen en Europa. ¿Seguro que ya no quieres seguir aquí? Si te molesta Italia podríamos buscar otros equipos.

—Estoy seguro, Juugo. —su voz sonaba tranquila. —Tienes razón, he logrado muchas cosas aquí en Europa, pero ya fue suficiente por ahora. Ah, no me malentiendas. —agregó ante la expresión de sorpresa de su agente. —Quiero seguir jugando, pero… creo que ya es tiempo de regresar.

El de cabello naranja lo miró fijamente.

—¿Alguna razón en particular?

—Ninguna. —respondió sincero. —Puedes llamarlo añoranza por la patria, si quieres. —sonrió ante lo ridículo de sus propias palabras. —Solo quiero regresar a Japón y jugar en un equipo nacional. No puedo explicarlo de otra forma. —se encogió de hombros. —Además mi contrato estaba por finalizar, ¿verdad? Encárgate de todo, por favor. —dicho esto, tomó su celular y salió de la sala para encerrarse en su habitación.

Jugo miró a su cliente y amigo y suspiró. El cuello había comenzado a dolerle desde que Sasuke lo llamó esa mañana para discutir su futuro. Sonrió sarcástico. ¿Cuál discusión? Él solo le comunicó su decisión, nada más. Apenas y lo dejó dar su opinión.

Ahora por culpa de Sasuke tenía una tonelada de trabajo sobre sus hombros. No solo tenía que organizar su salida del Juventus, lo que de por si ya significaba semanas de reuniones y juntas, sino también coordinar el regreso a Japón y buscar alguna opción para ingresar a algún equipo de la J League.

La tensión en su cuello aumentó. Se levantó perezosamente y salió del departamento. Tenía mucho trabajo por hacer.


chan chan! Espero que les haya gustado. El Juventus FC es mi equipo italiano favorito y Mandžukić mi consentido. Sigo llorando porque Croacia merecía ganar el mundial TToTT Y bueno, si Sasuke de verdad jugara ahí, pues me gustaría aun más *babea * jajaj.

Pero bueno, ojalá les haya gustado.

- Copa Italia: es un torneo en donde juegan los equipos de la series A, B, C y D de Italia. Terminó en mayo de este año y la final fue como en este fic, aunque con diferencia en el resultado. La Juventus ganó 4 - 0 contra el AC Milan. * o *

- Copa Nadeshiko League: Torneo donde se enfrentan los equipos de primera división dentro del fútbol femenino japones. En la competencia del 2017 el equipo ganador fue JEF United Ichihara Chiba Ladies, aunque disputó la final con otro equipo.