Una Ultima Oportunidad.

-La estamos perdiendo…-fue lo último que escuché antes de envolverme en una fría oscuridad, si realmente ya estaba muerta debo decir que jamás tuve la sospecha de que seria de aquel modo, creo que leyenda urbana hablaba de una luz que te brinda calor y que te hace sentir feliz, pero por lo contario sentía miedo, no quería abandonar mi vida. Por primera vez desde hace muchos necesitaba aferrarme a la mas mínima posibilidad de volver, no iba permitir perder lo que había logrado en aquellos pocos meses, no te voy a perder pensé.

Capítulo 1

EXPLICACIONES.

Los días pasaban con tanta lentitud que en aquellos momentos que deseaba estar muerta, mi vida siempre había sido controlada y medida, sin duda era una estúpida niña en vasija de cristal, pese a que ya me encontraba en edad adulta, bueno tenia 20 años de los cuales mas de 10 me los he pasado de hospital en hospital lo cual sin duda me ha hecho madurar a pasos agigantados, fue por eso mismo que comencé a tomar mis propias decisiones a temprana edad.

Cuando finalmente me gradué de la escuela un año antes de lo normal, decidí darle un vuelco a mi vida, y me mude a Estados Unidos, sin antes recibir unos buenos gritos de mi familia por mi inesperada decisión, nadie estaba dispuesto a dejar ir a la pobre Ginny Weasley, la niña que sufría aquella maldita enfermedad.

-Ginevra Molly Weasley, no iras a ninguna lado señorita aun eres menor de edad y harás lo que yo te ordene…- en ese momento recuerdo que la voz de mi madre se corto y paso de ser dura a tornarse en un suave susurro que para mi sonó a una desesperada suplica- no nos puedes dejar pequeña, me moriría de la angustia si te llegara a suceder algo y yo no estuviese ahí para socorrerte.

Al parecer mi madre y mi familia no entendían lo que yo sentía en aquellos tiempos, pero el hecho de ser la única hija mujer entre seis varones extremadamente sobre protectores te colmaba la paciencia de forma definitiva, me pase 16 años de mi vida viviendo en una burbuja, midiendo mis acciones para que estas no tuvieran alguna repercusión en mi salud, fui tratada con guante blanco siempre juzgada por mi condición y limitaciones antes que por mi aptitudes, fue por eso que me atreví a huir, como dijo mi mejor amiga Hermione el pajarito salió de su jaula y hablando de ella, claro no había viaje si alguien no estaba ahí para vigilarme y para ser el fisgón de mi familia así que en entre mi madre, padre o alguno de mis hermanos, la elegí a ella. Hermione que siempre ha sido mi fiel amiga se vino conmigo dejando Londres atrás y con el todo mi pasado.

Fue un tanto difícil acostumbrarme a un nuevo país pero sin duda el lado positivo de aquello que desde el día que baje del avión comenzaba mi nueva vida, una vida donde nadie sabría de mi condición salvo mi mejor amiga y claro los doctores que estarían a cargo de mi caso ya que era imposible huir de aquello, si bien anhelaba la libertad no me convertiría en una irresponsable, sabia más que nadie lo difícil que era esconder mi condición pero hacia todo lo posible para ser normal frente a los demás. Comencé la Universidad junto con mi amiga empeñada en cambiar los ridículos pronósticos que se referían a mi tiempo estimado de vida, si me quedaran uno, dos o mas años estaba decidida a vivirlos los mas provechosamente posible, pero con el pasar del tiempo y junto con el algunos años mi salud comenzó a empeorar significativamente y con ella mi falso teatro se comenzó a derrumbar, era un tanto complicado comenzar a esconder las recurridas asistencias a la enfermería, mis extensos reposos en cama producto de "enfermedades virales" , la perdida de conciencia en los salones de clase; las sospechas de alguno de mis compañeros de mi aparente estado de embarazo gatillaron el hablar de mi verdadera condición con el director de mi facultad y la voz se corrió hasta llegar al mismísimo decano de la universidad, de ahí todo cambio.

Desperté una mañana demasiado alterada y con una fuerte molestia en mi lado izquierdo un síntoma muy común para una persona en mi condición pero esta vez sabia que era distinto, un poco más doloroso que las veces anteriores, la imposibilidad de respirar hacia que mi piel adquiriera una pigmentación azul, el sudor se había apoderado de mi rostro, le grite a Hermione que despertara haciendo un esfuerzo sobrehumano para que mi voz se escuchara.

-Herm… me duele, por favor haz algo…- Fue lo ultimo que recuerdo de aquello, para después despertar en un hospital, odiaba la sensación que produce el respirador artificial cuando esta sobre tu nariz y boca, esa sensación de dependencia hacia un aparato inanimado acababa con la poca seguridad en mi misma que me quedaba en aquellos momentos, mire hacia todos lados buscando señales de mi amiga hasta que di con ella, se encontraba en la sala subsiguiente a la mía hablando con el doctor y por la mala cara que esta tenia supuse que no se trataban de buenas noticias, al cabo de alguno minutos esta entro fingiendo una sonrisa intentando levantar un animo que para esas horas estaba por suelo.

-Se sincera – articule mirándola detenidamente a los ojos, debía se intimidante si quería oír lo que realmente ocurría, o bien perderme el alguna escusa barata que articulara su brillante cerebro –no quiero amortíguate Herm, necesito saber que esta pasando – mi voz sonó lo mas dura posible, para no darle tiempo de trastabillar.

Pude percatarme de que unas lágrimas se acumulaban sus ojos y enseguida me vi sucumbir en un abismo sin aparente final, sus palabras fueron lentas y arrastradas, sentí como mis facciones cambiaban y se ponían tensas.

-Habrá una reunión dentro de dos horas y una comisión atenderá tu caso, me preguntaron si era posible que tu madre o alguien de tu familia estuviese en ese momento, pero les explique que solo tú y yo estamos en este país, así que yo asistiré en tu nombre.

-No iras sola, yo debo estar ahí… No me mires con esa cara pues no cambiare de parecer es mi salud es mi vida, si hay que tomar decisiones no crees que yo soy la mas indicada para eso – agregue en completa lucha hacia mis derechos, si bien tenia la absoluta confianza en ella, debía conocer por mis propios medios que era lo que me estaba pasando.

Así al cabo de una buena rabieta de mi parte logre que los doctores me dejaran asistir a aquella reunión y poderme enterar de mi precaria situación, todo fue bastante aburrido, una mezcla de nombres científicos que me sabia de memoria, unos un poco nuevo que de plano no sabia su interpretación, hasta que dieron con lo que estaba esperando.

-Señorita Weasley, Señorita Granger me temo informales – mi corazón comenzó a latir rápidamente, si te vas a detener creo que este el mejor momento dije en un susurro pero gracias a mi comentario recibí un codazo de Hermione que me miraba angustiada – bueno como comentaba con mis colegas, su condición a empeorado, me explico – se aclaro la garganta para seguir clavando el puñal cada vez mas profundo- desde muy pequeña usted a sufrido una serie de malformaciones cardiacas, las cuales han sido tratada durante su infancia y adolescencia, pero me temo que todos los anteriores intentos han fallado, actualmente nos enfrentamos a una cardiopatía congénita conocida como HLHS – levante una ceja en señal de reclamo y puse cara de no entender aquel nuevo termino así que esta vez una doctora tomo la palabra – como decía mi colega usted sufre el Síndrome del Corazón Izquierdo Hipoplastico lo que quiere decir que la mayoría de las estructuras del lado izquierdo de su corazón son pequeñas y subdesarrolladas y es producida por alguna anomalía cromosómica o al defecto de algún gen.

-Cuanto tiempo me queda de vida – pregunte rápidamente, Hermione apretó mi brazo y me miro suplicante, la doctora me miro con un dejo de preocupación y continuo hablando.

-Señorita Weasley estamos aquí para descartar esa opción – dijo la mujer con tono seguro, pero fije mi mirada en ella haciéndole entender que quería conocer aquel punto – bueno en el caso de que no se sometiera al tratamiento y a la cirugía me atrevería a decir – miro al resto de sus compañeros para que estos le diera la estúpida aprobación – 8 meses aproximadamente – el numero reboto en mi cabeza produciéndome dolor, Hermione soltó un sollozo y apretó con mas fuerza mi brazo, solo 8 meses mas de vida y el mundo se olvidaría de mi existencia.

-Pero si me someto al tratamiento y la cirugía, aquella probabilidad cambiaria ?- intente notar segura pero mi voz tembló delatando mi angustia y miedo.

-Si la cirugía saliera con éxito, le garantizamos que vivirá hasta conocer a sus nietos – agrego otro doctor un tanto mas joven sonriéndome, quizás esperaba que con su comentario aminoraría la carga que habían puesto sobre mis hombros pero no hubo resultado.

-Si saliera, que esta queriendo decir con eso – esta vez no fui yo la que hablo, Hermione se encontraba de pie con las manos apretadas en la mesa mirando detenidamente al joven.

-Toda cirugía tiene su riesgo señorita Granger, y bueno – como odiaba a los doctores, siempre dilatando los asuntos – hay un 50 de probabilidades de que esta operación resulte, verán Ginevra se ha sometido a tres intervenciones anteriormente, en esta serie de operaciones, el ventrículo derecho se utiliza como la cavidad de bombeo principal del organismo y el flujo sanguíneo se redirige a los pulmones y al cuerpo con diversas conexiones quirúrgicas pero lamentablemente la conexión que dirige la sangre desde la vena cava inferior hacia la arteria pulmonar derecha se ha roto, lo cual al interrumpido el bombeo normal de su corazón y el trasporte sanguíneo, así que debemos actuar rápidamente y someterla al tratamiento indicado.

Hermione me miro y vi en su mirada el miedo, entendía que solo era un 50 de posibilidad de vivir, pero haría lo que fuese para no darme por vencida, esta maldita enfermedad me había quitado los mejores momentos en mi vida, me había desmembrado cuidadosamente volviéndome en una joven fría, temperamental, despreocupada, arranco todas las añoranzas, metas y sueños que alguna vez había albergado en mi interior, pero esta vez no le iba permitir que me siguiera destruyendo no sin antes atreverme a dar la lucha.

-Empecemos el tratamiento cuanto antes posible – agregué decidida llamando la atención de los doctores, estos me miraron y asintieron, por primera vez desde hace algún tiempo volví a sonreír.

Me tuve que pasar una semana más internada en el hospital para que hicieses todos los exámenes pertinentes, el día de mi alta parecía un verdadero colador, tenía contado cada aguja que había puesto en mi cuerpo y el recordar el número me producía nauseas.

-Y bien que has decidido- me pregunto Hermione mientras me ayudaba a empacar mis pertenencias, me di media vuelta para quedar de frente y poder mirarla a los ojos.

-Me vuelvo a Londres- pronuncie muy segura, mi amiga me miro y me sonrió, creo que ya había pensado en aquella decisión, porque no hubo protesta alguna, sabia que tendría que acostumbrarse a vivir sola ya que su mas fiel compañera se volvía a su hogar, articule una sonrisa boba y la abrasé, dándole las gracias por haber compartido conmigo aquellos 4 años en un país completamente desconocido, por haberme dado su apoyo incondicional y su amistad sincera, sin duda era pésima para las despedida y sin imaginármelo llore.

-Si no te conociera tan bien, apostaría a que te estas despidiendo de mi, es que acaso pretendes dejarme acá sola – dijo entre sollozos y era que Hermione siempre había sido una sentimental, su inteligencia y sagacidad era impresionantes pero siempre se quebraba con una frágil cascara de huevo – Ginny si tu te vuelves a Londres yo me voy contigo, solo dame alguno días para solucionar algunos puntos en la universidad, además solo serán tres meses, creo que nos vendría bien cambiar de aire – volví a abrazarla ,ambas lloramos como niñas y sentí que en aquel llanto se iban todos mis pesares.

La semana que se tomo Hermione para resolver todos los asuntos en la universidad se había terminado, con el ticket en la mano nos volvíamos a nuestro país natal. Ansiaba ver a mi familia, los regaños de mi madre, las palabras dulces de mi padre, las bromas de los gemelos y las estupideces de Ron, nostalgia eso era lo que sentía en aquellos momentos y miedo, miedo de lo que vendría después de esos tres meses, la operación ya había sido fijada a mi regreso y me encontraba con el 50 de vida en cuenta regresiva.

-Ginny! – grito Hermione sacándome de mis pensamientos y de paso dejándome un poco sorda- esa es la llamada para nuestro vuelo, vente – y me jalo de mi brazo, no pude ocultar la mueca de dolor y volví a repasar mentalmente la cantidad de agujeros que me habían hecho en mi brazo y las nauseas volvieron a flote.

Ya a bordo del avión tome todas la precauciones dictadas por los especialistas, tome cada medicamento para no alterarme durante el vuelo y ante cualquier inconveniente cargaba conmigo o mejor dicho en mi cuello la "medicina milagrosa" colgada en un hermoso collar que me había regalado Herm, en caso de posible muerte saque la medicina de aquí había sido la broma que le hice a mi amiga pero el resultado fue un disgusto descomunal, con tu salud jamás vuelvas a jugar había sido su respuesta luego de aquel impas el cansancio me venció, debió ser una mezcla de todos los relajantes que venían incorporados en las dosis.

Desperté agitada odiaba soñar con mi cirugía y obtener de ella malos resultados, siempre despertaba cuando oía el pitido de la maquina anunciando mi muerte; inmediatamente la mano de Hermione se poso en mi calmándome y atrayéndome la realidad– estamos por aterrizar faltan unos pocos minutos, así que no creo que sea conveniente que te vuelvas a dormir – fue su sugerencia, y con gusto la acepte no tenia la intención de volver a pisar un quirófano por ese día aunque fuese en sueños.

Mi vista se poso en la ventanilla y pude vislumbrar la ciudad, una cantidad de sentimientos se mezclaron en mí ser, al fin en casa pensé, y la voz de mi amiga me volvió a interrumpir.

-Perdón por interrumpir tu pensamientos pelirroja pero se me había olvidado entregarte algo – me miro en señal de disculpa y comenzó a escarbar en su bolsa, al cabo de alguno minutos y con la clara convicción que debía hacer una limpieza en lo que ella llamaba bolsa, saco una tarjetita y me la entrego, no la leí esperando primero que mi amiga me explicara de se trataba.

-Y bien me vas a decir para que es la tarjeta – pregunte cuando note que no había explicación, Hermione se rio y se aclaro la voz para hablar.

-Bueno este tiempo que pasaremos en Londres que es el lapso que debemos esperar para que tu tratamiento funciones, y luego de aquello nos debemos volver a Estados Unidos para tu operación – la mire con mala cara, lo que acaba de decir no era nada nuevo y estaba nerviosa porque hilaba bastante mal las palabras- bueno lo que quiero decir que en esa tarjetita tiene el nombre del doctor que te tratara acá en Londres durante estos tres meses, según los doctores el esta al tanto de tu reporte clínico, así que no deberías tener ningún problema – concluyo con una fingida sonrisa, y era que a veces mi amiga era tan predecible, sabia perfectamente que yo seguiría el tratamiento pero que no tenia intensión de frecuentar a otro doctor durante mi estancia en casa y ahí esta ella entregándome la tarjeta de aquel hombre, con un inminente ataque de furia saque la tarjeta y la leí.

Doc. Harry James Potter.

Especialista en Cardiopatías Congénitas CHD.

Hice una mueca de asco cuando leí su nombre, y sin pensarlo dos veces la rompí en pedacitos, Hermione me miro con burla e inmediatamente saco de su bolsillo una tarjetita similar a la que había roto y me sonrió.

-Sabia que la romperías así que yo me quede con la original, y ya te pedí una cita – creo que mi expresión de odio no la amedrento – es solo de rutina, para chequear que todo esta bien y que el viaje no te afecto- intente mirarla con desprecio para que sufriera un momento su traición pero me fue imposible aquella castaña greñuda había hecho bastante por mi, así en dentro de 2 días el Doctorcito Potter me esperaba para el tortuoso chequeo de rutina.

...

...

...

Hola ... este es mi primer fic de Harry Potter, por lo que ya han notado no hay magia... quise darle un rumbo distinto...

Espero sus comentarios... creo que no hay nada mas gratificante para un escritor que poder leer su critica, ya sea buena o mala, siempre hay algo que aprender.

Saludos y gracias..

Belen.