Hola este es mi primer Fic y espero que les guste de verdad me costo mucho trabajo y admiro mucho el que muchos de ustedes hacen, se aceptan revisiones y sugerencias.
Los personajes son propiedad de S. Collins yo solo escribo por diversión y por que me encanto la historia
"Soy Katniss Everdeen, Tengo 18 años, Fui tributo en los 74° juegos del hambre, sobreviví , ayude a derrocar al capitolio después del Quartel Quell, mi hermana murió. Ahora vivo con Peeta Mellark, también fue tributo en los juegos y fue secuestrado, le lavaron el cerebro y trato de matarme 3 veces, pero el prometió que se quedaría conmigo siempre"
Este es mi mantra de todos los días, mientras me levanto y veo el golpeteo de una rama de árbol por mi ventana. Estiro los brazos en busca del calor de Peeta, pero encuentro la cama bacía. Seguramente está en la cocina horneando. Probablemente tuvo una mala noche y no quiso despertarme. Una punzada de culpa me golpea en el estómago, el siempre se despierta cuando yo despierto gritándole a mi padre que corra o escapando de los mutos del capitolio. Y el nunca me dice nada cuando sus pesadillas lo atormentan en la noche, o cuando tiene esos ataques en los que se le ve la mirada perdida y aprieta la parte trasera de las sillas del comedor, aunque ya no es tan frecuente, aún tengo miedo de perderlo, de que piense que soy un horrible muto diseñado solo para herirlo.
Huele a pan
Peeta estuvo horneando toda la noche y huele delicioso.
Me deslizo con rapidez fuera de la cama y bajo calladamente las escaleras de la casa que está en La aldea de los vencedores, la casa que compartía con mi madre y con Prim. Mi madre sigue en el distrito 4 ayudando con el hospital. A veces hablamos por teléfono y lloramos juntas, yo sigo llorando escondida en el armario de mi recamara cuando creo que no hay nadie en la casa. Pero muchas veces escucho como se abre la puerta de la habitación y de inmediato Peeta llega a sostenerme entre sus brazos y a mecerme como cuando estuvimos en el Quell, cuando los charlajos imitaban los gritos de Prim. Solo que esa vez no eran reales.
Cuanto más me acerco a la cocina más fuerte es el olor a pan recién horneado. Y ahí está el, el chico rubio con ojos azules que muchas veces sacrifico su propia seguridad con tal de salvar mi vida, y eso le costó muy caro.
-Ya estas despierta- Dice el mientras gira con una bandeja de pan recién horneado
- No estabas en la cama cuando lo hice
- Lo siento- Musita con voz apenas audible y veo como un color rojo invade sus mejillas blancas
-El pan se ve rico
El solo se limita a sonreír, sabe que no me gusta quedarme sola en la cama, menos cuando sé que él no ha podido dormir.
Desayunamos en silencio mientras Sae la Grasienta llega con tocino y huevos para nosotros.
-Katniss…
El tono de su voz es de profunda tristeza, y noto como hay una nota de duda en ella
Solo le respondo con la mirada, una mezcla de tristeza, enojo y duda por lo que me va a decir.
-No puedo volver a dormir contigo …
Ni siquiera lo dejo terminar me levanto de golpe y le contesto con un grito que hace que Sae brinque de sorpresa
-¡¿POR QUE?! Tú prometiste que te quedarías conmigo- y siento como el calor de la ira inunda mi cara y mi cuerpo en general
- Porque tengo miedo de herirte-
Y antes de que me dejara contestar el continua
-Esta noche tuve otro ataque, estabas dormida, apenas y pude contenerme, no quiero herirte, ¿sabes?, no tendría sentido que tratando de protegerte fuera yo quien terminara haciéndote daño
Pero ya no lo estoy escuchando, lo único que más me aterra es que Peeta se vaya y me deje, ya no tengo casa, no tengo hermana, no tengo a mi junto a mi madre, él es lo único que me queda y está diciéndome que no lo puedo tener.
