Lunara estaba aburrida recostada en el suelo del bosque. Limpiándose las uñas. Encima de ella su padre se la estaba cogiendo con fuerza. Una especia de ritual que marcaba quién era el líder de la manada al tener la mejor hembra o algo así. La verdad a Lunara ya le daba igual esas cosas, más aún después de probar la libertad del nexo. Su padre demostraba cada vez más y más que era inútil y este espectáculo confirmaba que también lo era en la cama.

Básicamente Canrius se basaba en que al ser medio ciervo tenía una polla de tamaño de un caballo. Se basaba solo en eso, el tamaño. Pero ni en eso era bueno. Diablo la tenía mucho más grande y era mucho más fuerte. A Pesar de ser un demonio y eso. Que bien se sentía cuando la levantaba con una mano. Agarrándola de su lado de caballo y la penetraba por el ano una y otra vez como si fuera una especie de Omholl, con esa enorme y gorda polla corrupta de demonio.

Ojo no es que lo hicieran todo el tiempo. Pero cada tanto necesitaba un macho duro y bruto de verdad. No como el cobarde de su padre.

Aparte de eso Censrius no tenía nada. Ni siquiera algo de técnica. El simplemente actuaba como un animal.. en el mal sentido. Entrar frotar, correrse irse. El que si tenía técnica era Dehaka. Esa extraña raza salvaje alienígena. Principalmente se habían conocido por su gusto por lo salvaje. Pero un día probaron algo más que la amistad y si que era bueno el Zerg. Lograba alcanzar todos sus puntos una y otra vez. Le hacía temblar las piernas, las cuatro. Mientras se corría más de una vez antes que él termine.

Según el era una medida para atender a las reinas de los Zerg o algo así, que le había pedido la mismísima Kerrigan. En conclusión. Que la reían de espadas sabe cómo mantener contentas a sus reinas. Con razón eran tan fieles.

Pero Cenarius ni de cerca. Uno le daría que al menos había algo de romanticismo o del juego del proibido. Pero ese se perdió pronto. Lucio era romántico y amable. Todas las veces que le agradecia por su ayuda como support. El humano era tan dedicado y tan cuidadoso con sus caricias y mimos que ella terminaba corriendose antes que el entre. Las manos del DJ eran tan buenas con los platos como con sus pechos y cuando acariciaba su espalda con tanto cuidado pero haciendo la fuerza justa. Lunara se ponía caliente de solo pensarlo. Siempre acaba haciéndole una paja con sus tetas.. ¿Para terminar? No ese era el inicio.

No vamos a hablar de la incapacidad de Cenarius en este punto. Ya queda claro que el supuesto semidiós que no es capaz de defender ni su tierra ni sus aliados era un desastres. La pobre Lunara se quedaba mirando el bosque esperando que su padre termine de una vez por todas.