ANTES! de que empiecen a echar tierra y pestes, las advertencias: Este fic fue realizado por RutLance -CrystalFairy, South Park y otros detalles no son míos ni me interesan, solamente publico con la aprobación y consentimiento de la autora. No gano nada excepto pasar un rato más en la pc haciendo esto (en lugar de escribir xD) ¿Dudas? Las haré llegar a la autora. El crédito de esta historia no es en absoluto mío.

Nota aclaratoria de la autora: Los personajes de la serie de South Park no me pertenecen; hago esto por el simple hecho de entretenimiento, más que nada para entretenerme yo. Les agradezco de antemano a todos los que lo leen. Esta historia es ficticia, cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.

Este fanfic tendrá dos dedicatorias, la primera es para xEmerald-Isle, que ha escritos fanfics muy tiernos, en inglés claro.

Y la dedicatoria especial es para mis gatitos, en orden del mayor al menor: "La Gatilla Alegre que no respeta las reglas" (Si preguntan, la culpa es de "Los padrinos mágicos" por Ryan McKaine, un policía gatillo alegre que no respeta la ley), "Gatininillo", "LaTonche", "Everett" (Qué se nos perdió cuando nacieron los más pequeños, T-T), "Eric-Kyle", alias "Mantequita" (Tuvimos que llamarlo así porqué no hacía caso al otro nombre =S), "Arturo", "Selene", "Valentín Lasaña" alias "Val"(Como el de la película de Héctor Suaréz, XD) y cuatro gatitos más que nacieron hace dos días, en el aniversario de bodas de mis papás. (¡Cómo si no fueran suficientes! Mi papá dijo que como ya teníamos nuevos gatos, teníamos que tirar a los otros. XD)

La idea para este fanfic fue por culpa de Mantequita, que es tan bonito y choncho. ¡Aah, te quiero Mantequita! =3

El título de este capítulo es parte de una canción de Chava Flores llamada "El gato viudo", la cuál me encanta mucho a pesar de que no he podido aprenderla. La uso sólo para entretenerme, nada más.

Por cierto, necesito comentarles algo muy serio, sé que muchos se desesperan porqué en vez de actualizar me pongo a publicar nuevos fanfics, pero es a causa de qué necesito realmente publicarlos, sino pierdo el interés y me quedo sin ideas, sin nada. Por eso es que trato de publicar un capítulo por semana para así mantenerme en "forma". La cosa mala es que uno de mis hermanos está aún de vacaciones, lo cuál provoca que no pueda usar la pc como antes. Imagínense, antes podía usarla dos o tres horas al día, pero ahora sólo tengo de tres a treinta minutos y si tengo mucha suerte, cada dos días, en ocasiones, podría estar casi una semana sin siquiera verla. No puedo ir a un cyber-cáfe porque de por sí no tengo mucho dinero.

Me disculpo sinceramente, quisiera poder actualizar lo más rápido que quisiera más no puedo. Lo único qué sí puedo hacer es entregarles algo, no digamos espectacular, pero sí de perdido lo mejor de mí.

Mi corazón ríe, llora y sueña. Y al momento de escribir, tengo el corazón en la mano.

Disfruten el capítulo. 8=3


Los gatos deben de usar la caja de la arena

Capítulo 1: Cuando la luna se pone regrandota como una pelotota y alumbra el callejón.

Stan, Kyle y Kenny estaban en la parada del autobús escolar, cuando de pronto llega Cartman corriendo con una gran sonrisa en el rostro...

- ¡Chicos, chicos!- Se detiene para tomar aire.

- ¿Qué sucede Cartman?- Le preguntó Stan.

- La cosa más genial del mundo.- Dice con orgullo el morenito.- Y es sólo mío.-

- ¿Mmm mmm mmm?- Preguntó Kenny.

- Mejor que eso, Kenny.- Comienza a saltar.- ¡Na, na, na, na, na, na, na! ¡Yo tengo uno y ustedes no tienen nada!-

- ¡Carajo, Cartman!- Contestó irritado Kyle.- ¿De qué mierda estás hablando?-

- De esto, ¿verdad que es la cosa más genial del mundo?-

Saca de uno de sus bolsillos una especie de collar para perros con una pequeña bocina cuadrada...

- Cartman, ¿qué coño es eso?- Preguntó Stan viendo de cerca el collar.

- Es un traductor de gatos.- Dice triunfante el gordito.

- ¿Mmm mmm mm?- Kenny se queda intrigado.- ¿Mmm mmm mmm?-

- Es simple, Kenny.- Se acomoda el traductor en la muñeca.- Lo usaré para que me obedezcan y eliminaremos a los judíos, empezando por Kyle.-

- Cartman, eres un idiota.- Le dijo molesto el pelirrojo.- Ese aparato no te servirá, imbécil. Sólo traduce lo que dicen los gatos.-

- Nooo.-

- Siií.-

- Nooo.-

- Siií.-

- Ya verás, te probaré que te equivocas, judío estúpido.- Empezó a buscar con la mirada.- ¡Ajá!-

Encontró a un gato callejero gris, lo llevó a un lado de Kyle y puso a prueba el aparato...

- Je, je. Primero le pediré que le arranque los ojos a Kyle.- Comentó sonriente Cartman.- Y después que le arranque la salchicha.-

- ¡No seas hijo de puta Cartman!- Le gritó Kyle enojado.- ¡Ese gato no va a entender un carajo de nada!-

- ¿Ah, sí?- Oprimió el único botón del traductor.- Muy bien gato, ¡arráncale los ojos a Kyle!-

Kyle se cubrió los ojos asustado poniéndose pálido, Stan estaba boquiabierto, Kenny esperaba impaciente y Cartman estaba contento, más se le borró la sonrisa al ver qué el gato comenzó a limpiarse sus "cositas", ignorando la orden qué le dio...

- ¿Qué está haciendo?- Preguntó el pelirrojo sin descubrirse los ojos.

- Mmm mmm mmm.- Le contestó Kenny.

- ¿Qué?- Se descubrió los ojos de la sorpresa.- ¿Ves pendejo?- Le gritó Kyle molesto.- ¡Tu traductor de mierda no sirve para nada!-

- ¡Cállate, hijo de puta!- Cartman se dirigió al gato y le gritó.- ¡Escucha, gato estúpido!- El gato lo mira atento.- ¡Arráncale la salchicha a Kyle!-

Cartman señaló a Kyle, que se cruzó de brazos y el gato movió un par de veces la cabeza. De pronto, bostezó y maulló...

- "Hola."- Sonó una voz chillona proveniente del traductor.

- ¡Maldito gato de mierda!- Cartman correteó al gato que se desaparece.- No puedo creer que me haya costado 15 dólares. ¡Carajo!- Se quitó el traductor y lo tiró.

- Eres un estúpido, sólo un ojete como tú creería en eso.- Le dijo Kyle.

A unos cuantos metros de ahí, una sombra oculta entre los árboles observa atento a los cuatro niños y se aleja a paso veloz...

- Al fin los encontré.- Una gran sonrisa se dibuja en su boca mientras camina entre la nieve.

En la escuela el día transcurrió como cualquier otro pero una vez acabadas las clases, los cuatro se dirigen rumbo al autobús...

- ¡Mierda!- Gritó Kyle haciendo saltar a los otros tres.- Olvidé mi cuaderno de matemáticas en el casillero.-

- Yo voy contigo, Kyle.- Stan lo sigue hasta adentro de la escuela.

Mientras ellos dos van por el susodicho cuaderno, los autobuses se alejan uno por uno, dejando vacío el estacionamiento escolar...

- Hey, gordo culón.- Bebe se asoma por detrás de su asiento.- ¿Donde están Kyle y Stan?-

- No lo sé.- Le contestó molesto de que le preguntaran por enésima vez.- Tal vez fueron a buscar un cuarto para darse un beso.-

- Stan no haría eso, es mi novio.- Wendy se ofendió con el comentario.- Así que cierra la boca, gordo de mierda.-

- ¡No estoy gordo, estúpida hippie!- Le gritó Cartman enojado.- ¡Tengo huesos grandes!-

Mientras, en la escuela, Kyle y Stan salen del edificio...

- ¡Carajo!- Stan pateó algo de nieve del suelo.- Ahora nos tenemos qué regresar caminando. Wendy se va a enojar conmigo.-

- Lo siento mucho, Stan.- Se disculpó Kyle.- Fue mi culpa que el camión nos dejara aquí.-

- No te preocupes.- Stan trató de animar a su amigo.- No es la gran cosa.-

Se encaminan a sus casas platicando acerca del Show de Terrance y Philips, cuando de pronto, por ir centrados en la charla, chocan con una mujer...

- ¡Oh, lo sentimos mucho!- Se disculpó Kyle.

Más de pronto se quedan sin aliento, ya que la mujer se volteó a verlos; vestía de manera peculiar, tenía el cabello largo y rizado color café oscuro, piel blanca, boca pequeña, dientes blancos y grandes ojos azules. Llevaba una holgada blusa verde metálica, una falda larga que le llegaba a los tobillos de color morado, usaba sandalias y un paliacate negro que le ayudaba a mantener su cabello recogido en una cola de caballo. Llevaba al hombro una bolsa de tela con bordados de aves...

- ¡Oh, no hay problema, pequeñines!- Les sonrió a ambos.

De pronto se inclinó hacia Stan y lo vio a los ojos por un momento...

- Vas a tener una ruptura muy dolorosa dentro de muy poco.- Le dijo con temple serio.- Y todo a causa de un malentendido.-

- ¡Oh!- Exclamó Stan sorprendido.- ¿Y cómo carajos sabe eso?-

- Soy una gitana. Mi nombre es Karla y puedo adivinar el futuro, leer las cartas y el café.-

- Wow.- Stan estaba emocionado, era una gitana y le estaba hablando gratis.- Genial.-

- ¡Ay, por favor!- Kyle giró los ojos fastidiado.- No le creerás toda la mierda que dice.- Kyle comienza a caminar.

- Pero Kyle, es una gitana.- Stan lo sigue.- ¿Qué tal si todo lo que dice es verdad?-

- Nah, sólo son estafadores usando trucos de mierda qué sólo te dicen lo que quieres oír.-

La mujer voltea a verlos y después les grita...

- ¿Acaso no crees en la magia, pequeño judío?- Le sonreía desafiante.- ¿Cuál es la prisa, Kyle Broflovsky? Tu padre aún sigue en la oficina de la firma de abogados, tu madre aún no prepara la cena porque está de visita con alguna de sus conocidas y tu hermanito está leyendo literatura para adolescentes ya que se sabe de memoria todos los libros qué les obligan a leer.-

Kyle se detuvo sorprendido y Karla hizo un gesto de "¿Ves? Es verdad lo que digo"...

- ¿Cómo, cómo carajos sabe eso?- El pelirrojo se le acercó asombrado de que toda la información dada era correcta.

- Es simple, si sabes adivinar el futuro, es fácil conocer el presente.- Le explicó viéndolo directo a los ojos.- De lo que hagas ahora depende el día de mañana.-

Mientras tanto, Cartman estaba a punto de llegar a su casa, deseoso de ver la televisión y comer a llenar, más se dio cuenta de que había un hombre parado entre él y su hogar mirándolo fijamente. Sus ropas le indicaban que era alguien extravagante. Era de cabello negro corto, vestía un ajustado pantalón café, una camisa blanca de manga larga, un chaleco negro y botas negras. Sus ojos negros brillaban con un raro fulgor, los cuáles no inspiraban nada de confianza al gordito. Así que sin decir nada, decidió ignorarlo continuando con su camino...

- ¡Hey, niño!- Cartman trató de no prestarle atención.- ¿No quieres ver un truco de magia genuino?-

- ¡Oh!- Cartman volteó a verlo fastidiado.- ¿Un truco de magia genuino? ¡Genial, lo que me faltaba! ¿Porqué no te metes tu jodido truco de mierda por el culo y te desapareces de mi vista, maldito hippie hijo de puta?-

- Así será.- Se inclinó despidiéndose.

Y desapareció en el acto. Cartman se quedó boquiabierto y volteó a ver a todos lados para cerciorarse de que no se trataba de una ilusión...

- ¿Qué carajos fue eso?- Se preguntó en voz alta.

- Magia.- Le dijo al oído inclinándose detrás de él.

Cartman saltó asustado y volteó a verlo, el tipo estaba ahí y se frotó los ojos pensando que se trataba de una ilusión...

- ¿Realmente crees en la magia, pequeño?- Le preguntó sonriente.

- ¿Está usando magia judía de mierda?- Le preguntó dudoso.

El tipo echó la cabeza hacia atrás riendo ante la pregunta, haciendo molestar a Cartman...

- ¿De qué carajos te ríes, maldito hijo de puta?- Le reclamó.

- De que me compares con tu compañero de clases. ¿Quieres saber cómo deshacerte de él sin que nadie sepa que fuiste tú?- Le preguntó con una gran sonrisa y una mirada macabra.

- Yo te puedo ayudar a cumplir un deseo, el que tú quieras.- La gitana sacó de su bolsa un pequeño frasquito color azul oscuro.

- ¿Cualquier clase de deseo?- Le preguntó Kyle dudoso.- ¿El que yo quiera, como desaparecer a alguien, por ejemplo?-

- ¿Kyle?- Stan tenía una leve sospecha de a quién se refería el pelirrojo y se puso nervioso.- No creo que esto sea una buena idea.-

- Mira pequeño.- El gitano le dio un frasquito azul oscuro a Cartman.- Te juro por mi nombre, que es Viktor, que haciendo lo que te diga lograrás desaparecerlo.-

- ¿Y qué tengo que hacer?- Kyle y Cartman les preguntaron a sus respectivos gitanos.

Ella alzó la mirada y miró a Stan, quién tuvo que voltearse sintiendo cómo si de repente un extraño animal de piel oscura saltara de atrás de la gitana y se abalanzara encima de él. Karla bajó la vista enfocándose en el pequeño judío...

- Lo que vaya a decirte debe quedar en el más profundo secreto. No se lo puedes contar a nadie ni siquiera a él.- Dijo señalando con la cabeza a Stan, que por nervios evitaba verlos.- Ya que si lo haces, la magia no surtirá efecto alguno e incluso hasta podría volverse en tu contra.-

Kyle la miró a los ojos por un instante, después observó el frasquito azul oscuro y se sonrió...

- ¿Qué es lo que tengo qué hacer?- Acarició el frasco entre sus dedos, era una oportunidad que no iba a desperdiciar por nada.

- El frasco sólo tiene 3 gotas, así que tendrás qué seguir todo al pie de la letra.- Viktor lo miró fijamente a los ojos.

- En un vaso de vidrio con agua pondrás una gota cuando se oculte el sol. Después, antes de que den las 12 de la noche, dirás tu nombre seguido de "acepto" y te tomarás el contenido del vaso.- Karla le dijo al oído al pelirrojo.

- Tendrás que hacerlo por tres días seguidos, empezando el día de hoy.- Cartman miraba el frasco sonriendo de que al fin se haría cargo de Kyle.

- Y recuerda, nada de contarle a nadie.- Stan volteó a verla.- No vayas a perder el frasco.- Le sonrió.

- Lo haré.- Kyle bajó la vista y al alzarla, Karla había desaparecido.- ¡Hey! ¿Donde carajos está?-

- Kyle, ¿qué te dijo?- El pelinegro preguntaba temeroso al ver cómo desapareció la gitana.

- Ehm, nada interesante.- Kyle guardó el frasco en uno de sus bolsillos.- Mejor nos apuramos o nos regañarán nuestros padres por llegar tarde.- Se pronto se detuvo.- Por cierto, Stan.-

- ¿Qué pasa, Kyle?-

- Será mejor que no le cuentes a nadie sobre la gitana. A mis padres no les gusta nada de esas cosas.-

- Está bien, cómo tú digas.- Le sonrió dispuesto a guardarlo como si fuera un gran secreto.

Al caer la tarde, cada uno de ellos siguió las indicaciones dadas por los gitanos. Pusieron un vaso lleno de agua en la ventana de su respectivo cuarto y dejaron caer una sola gota en él. Horas después, justo antes de la medianoche, se levantaron de la cama y sujetaron su vaso...

- Kyle Broflovsky, acepto.- Se tomó el contenido del vaso.

- Eric Theodore Cartman, acepto.- Bebió hasta la última gota.

Quisieron esperar algún resultado más el cansancio les ganaba, por lo que durmieron de nueva cuenta. A la mañana siguiente, en la Casa de los Broflovski's...

- ¡Buenos días mami, buenos días papi!- Los saludó al sentarse en la mesa.- ¡Hola Ike!-

- ¡Cielos, Kyle!- Su papá se asomó a través del periódico.- Parece que amaneciste de buen humor hoy.-

- Es que hace un día muy bonito.- Le contestó sonriente.- Tendí mi cama, recogí mi ropa y mis juguetes, revisé mis tareas, me lavé los dientes y me bañé.-

- ¡Vaya!- Sheila arqueó una ceja sorprendido.- Parece que amaneciste con mucha energía, Bubba.-

Mientras, en la Casa de los Cartman's, Eric no solamente hizo lo mismo que Kyle en la mañana, sino que también...

- ¡Eric!- Lianne miraba sorprendida la mesa.- ¿Tú hiciste solito el desayuno?-

En la mesa estaba servido el desayuno, que eran huevos suaves, jamón frito, pan tostado, jugo de naranja natural, leche fresca, café con crema y toronja. Ella se acercó y se sentó en la silla aún conmocionada por la sorpresa. De pronto, su pequeño se le subió a las piernas y estirándose un poco, le besó la mejilla y le echó los brazos al cuello...

- Te quiero, mami.- Sonrojado y sonriente, la abrazó.

- ¡Oh, mi amor!- Las lágrimas asomaron a su ojos por la tan inusual muestra de amor.- Yo también te quiero Calabacín.-

Lo abrazó a su vez y le besó la frente y las mejillas repetidas veces, guardando en su memoria cada detalle por más mínimo que fuera. Rato después, en la parada del autobús escolar...

- ¡Hey, chicos!- Kyle saludó a Stan y a Kenny.- ¿Qué hay?-

- Hey, Kyle.- Le respondió Stan mientras Kenny apenas si asomó la cabeza sin quitarle la vista a la revista porno.- Luces muy contento.-

- Es que hoy hace un buen día.- Le respondió.

- Hola, chicos.- Voltean a ver al recién llegado.- ¿Cómo están?-

- Hey, culón.- Lo saludaron los tres.

- Hoy hace un buen día.- Dijo sin dejar de sonreír.- Incluso, podría irme caminando a la escuela.-

- O corriendo.- Kyle le dirigió una mirada traviesa.

- ¿A la escuela?- Se pasó la lengua por los labios.

- A la escuela, desde aquí.- Marcó una línea en el suelo y el gordito se acerca.- En sus marcas.-

- Listos.- Ambos toman posición.

- ¡Fuera!- Gritaron al unísono mientras se alejan a toda velocidad de la parada del autobús escolar, que recién llegaba.

- ¿Mmm mm mm mmm?- Preguntó Kenny arqueando una ceja.

- Ni idea, yo también estoy confundido.- Y los dos subieron al medio de transporte.

Y si bien ambos pequeños enemigos llegaron al mismo tiempo antes que todos los demás los sorprendió; el verlos todo el día sin gritarse, pelearse o haciendo apuestas tontas los hizo dudar de su salud mental. El día siguiente también fue lo mismo, uno hasta podría decir que, de una manera "rara", se estaban llevando "bien". Llegada la tercera noche...

- ¡Sí!- Kyle saltó de la cama.- Por fin, esta noche me desharé de ese gordo de mierda.-

Se dirigió a la ventana, tomó el vaso de agua entre sus manos y antes de beberla, pronunció la misma sentencia que dos días seguidos repitiera...

- Kyle Broflovsky, acepto.- Y se bebió todo el contenido del vaso, sonriendo satisfecho.

Más de pronto se le borró la sonrisa al sentirse completamente tieso, cayó al suelo de espaldas mientras un terrible escalofrío le recorrió en todo el cuerpo. Quiso gritar pero no encontró su voz, quiso moverse más el cuerpo no le respondía, las ventanas se abrieron con el terrible silbido del aire enfriando completamente la habitación y una silueta brilló con la luz de la luna llena, caminó de un lado a otro, sólo para caer encima del pequeño judío, que asustado, en su mente y en su agobiado corazón creyó que iba a morir. Cerró sus ojos esperando lo peor, pero la silueta se acercó a su rostro y lo observó...

- Trato hecho.- Y le sonrió con una mirada llena de maldad.

- ¡NOOOOOO!-


Mi ID: 433618