Prologo: Hajime.

El mundo hace mucho que dejo de ser lo que era, en el año 2077, la gran guerra devasto la tierra en el fugo nuclear, pero aquello no fue el fin del mundo, pues la humanidad, en sus distintas facetas, sobrevivió a la aniquilación nuclear. Ahora es el año 2286, de entre las ruinas del viejo mundo, la humanidad vuelve a florecer lentamente en un mundo nuevo, lleno de criaturas tanto antiguas como nuevas, y las nuevas tradiciones toman forma, mientras que algunas antiguas que sobrevivieron del viejo mundo, continúan existiendo en secreto.

Es en este nuevo mundo que, en una vieja estación del sistema de metro de Washington D.C., ahora acomodada con el estilo de un dojo tradicional japonés, se llevaba a cabo una sesión de entrenamiento de una de las pocas artes marciales que aun existen, era nada menos que el Ninjutsu, y quienes lo practican, son cuatro hermanas, las cuatro con 15 años que cumplían ese dia, pero no eran hermanas comunes y corrientes, sino cuatro zorros blancos de tamaño humano y aspecto antropomórficos, es decir que podían caminar en dos patas, y en el caso de estas hermanas, con una agilidad casi sobrenatural.

Ellas son Yuki, la mayor de sus hermanas, blandiendo una katana en posición tradicional de pelea, todas las hermanas llevaban bufandas y pintura facial sobre sus ojos de colores distintos, las de Yuki eran de color celeste brillante. Frente a ella estaba la menor de sus hermanas, esta era Nami, quien también en posición de pelea portaba su baston Bo que podía dividirse para formar un sansetkuson o nunchako triple, siendo su bufanda y pintura facial de color verde oscuro. Al lado de Yuki estaba Ren, quien era seguida en edad solo por Yuki, estaba en posición de pelea más seria que el resto de sus hermanas empuñando sus tekko-kagi o garras ninja en sus manos, siendo su bufanda y pintura facial de un color rojo oscuro. Finalmente frente a Ren y junto a Nami estaba Yuzu, quien le seguía en edad a Nami, apuntando con su arco y flecha a Ren, su bufanda y pintura facial eran de color amarillo brillante.

En ese momento, se encontraban en un combate de práctica, Yuki se mantenía serena en su posición con su katana frente a ella apuntando a Nami, mientras que esta se encontraba algo ansiosa por comenzar girando repetidas veces su baston Bo.

-Espero estes lista Yuki- decía Nami entusiasmada por iniciar su combate contra su hermana mayor.

-Después de ti- respondió Yuki con una sonrisa serena. Segundos después Nami corrió hacia su hermana para luego saltar eh impulsarse con su baston para lograr mayor altura y así lanzar el primer ataque, Yuki rápidamente se hiso a un lado esquivando el ataque de su hermana sin bajar la guardia en ningún momento, pues ni bien Nami volvió a ponerse en posición en menos de un segundo se encontraban chocando sus armas y esquivando sus ataques de una manera muy rápida y fluida, en un punto de la pelea, Nami presiono un relieve de su baston Bo el cual se separo en tres partes formando así un sansetkuson cuya flexibilidad y rapidez le hacía difícil a Yuki el esquivar o bloquear los ataques, finalmente vio su oportunidad cuando en un ataque que logro evitar, Nami tenía un extremo de su sansetkuson en el suelo, por lo que Yuki sonriendo con confianza lo piso sorprendiendo a su hermana y tras dar un paso pisando nuevamente el arma de su hermana, Nami es impulsada involuntariamente hacia adelante para luego ser golpeada con la empuñadura de la Katana de Yuki directamente en el estomago, haciéndola caer de rodillas en el suelo sosteniéndose su estomago teniendo sus mejillas infladas y ojos muy abiertos a lo que luego dejo ir un gran suspiro al igual que su lengua, casi como si hubiera vomitado para luego caer de frente al suelo, dándole así la victoria a Yuki.

Al mismo tiempo Ren y Yuzu se miraban fijamente esperando a que una de ellas hiciera el primer movimiento, sin bajar nunca la guardia o quitarse de vista una de la otra.

-Muy bien hermanita, suelta el arco y las flechas, y te prometo que no voy a lastimarte- decía Ren con un tono algo amenazante.

-Eso dijiste la ultima vez, y aun así me lastimaste- respondió Yuzu sin creerse en ningún momento lo que su hermana mayor le había dicho.

-Cierto, pero menos de lo que lo haría ahora- decía Ren tratando de convencer de nuevo a su hermana.

-Si Claro…- le respondió Yuzu preparándose a disparar una de sus flechas de punta de goma de entrenamiento, menos de un segundo después Ren corrió hacia ella lista para atacarla, rápidamente y en sucesión Yuzu disparo alrededor de 5 flechas, Ren logro bloquear y esquivar las flechas para luego comenzar a atacar a su hermana de una forma casi salvaje pero altamente estilizada mientras que Yuzu se las arreglaba para esquivar aquellos para luego responder con ataques igual de estilizados con arco como si fuera una espada de madera, chocando ataques con Ren en varias ocasiones, hasta que Ren en un rápido movimiento, y sin que Yuzu se lograra percatar, le arrebato tanto su arco como su estuche con flechas, mirando incredulamente como su hermana sostenía ambos en sus manos de forma burlesca. -¿Debí soltar el arco y las flechas?- dijo ella ahora algo temerosa de lo que vendria.

-Debiste hacerlo- respondió Ren quien luego dejo caer ambas cosas para así tomar de un brazo a Yuzu y de un rápido movimiento la lanzo por encima de sí misma y directo hacia el suelo, dejándolo totalmente aturdida y fuera de combate.

Finalmente solo quedaban las hermanas mayores, quienes se colocaron frente a frente mientras que sus hermanas menores ya fuera de combate se sentaban una al lado de la otra para darles espacio para combatir. Yuki mantenía una mirada calma pero sería mientras tomaba la funda de su katana y la sostuvo a la altura de su cintura para luego guardar su katana en esta, en posición para volver a sacarla nuevamente, al mismo tiempo Ren ahora con una expresión más fiera en su rostro se preparaba para pelear, empuñando con mucha fuerza sus tekko-kagi.

-cuando tú quieras Ren- dijo Yuki tentando a su hermana para que esta la atacara primero.

-con todo gusto…- respondió Ren a lo que se lanzo al ataque mientras gritaba con gran fiereza, al llegar a cierta distancia lanzo el primer ataque hacia adelante, el cual Yuki logro evadir para al mismo tiempo desenvainar a gran velocidad su katana y así atacar a Ren quien al atacar había bajado la guardia, o eso había pensado, pues con la misma rapidez Ren había logrado colocarse en buena posición para así bloquear la katana de Yuki cruzando sus tekko-kagi frente a ella y así empujar hacia atrás a su hermana, luego de ello las dos comenzaron a intercambiar golpes y bloqueando los mismos a gran velocidad y con gran agilidad en un combate que pareciera que podría durar para siempre, sin embargo en un rápido e inesperado movimiento, Ren logro desarmar a Yuki, quien nunca vio venir lo que ocurrió, enganchando sus tekko-kagi en la katana y tirando fuertemente de esta, la cual se clavo en el suelo del dojo y acto seguido con una patada horizontal directo al estomago Yuki era lanzada al suelo sacándola del combate, dejando como ganadora a una exhausta Ren.

-¡suficiente!- dijo una voz masculina, a lo que rápidamente las hermanas procedían a sentarse una al lado de la otra de rodillas, cuando el dueño de aquella voz se hiso ver, se trataba de su maestro, Kurosaki Kurama o maestro Kuro para ellas, un hombre de aspecto japonés ya mayor de corta barba gris, igual a su cabello corto del mismo color quien vestía un kimono japonés de color azul oscuro, en cuyo pecho y espalda llevaba el dibujo de un zorro encerrado en un circulo.

-bien hecho mis hijas, hoy todas ustedes han hecho un excelente trabajo- decía el maestro Kuro mientras caminaba frente a ellas claramente satisfecho por lo que había presenciado, mientras las hermanas se mantenían firmes en su posición.

-claro, aunque yo gane al final- decía Ren de una forma presumida haciendo que Yuki la mirara desaprobando aquel comentario.

-Esto se trata de auto perfeccionamiento y disciplina Ren, no sobre ganar o perder- respondió el maestro Kuro tratando de hacerle ver su error a su hija y discípula.

-lo se sensei…- dijo Ren al principio mostrandose arrepentida pero luego volvió a su expresión y tono presumidos diciendo -pero yo gane y se sintió muy bien- sin que ella se diera cuenta el maestro Kuro ya estaba detrás de ella para así apretarle justo la punta de su oreja derecha, provocandole mucho dolor -¡auch, auch, auch! ¡pero lo importante es que todas hicimos nuestro mejor esfuerzo! ¡buen trabajo chicas!- gritaba ella con mucho dolor y ni bien lo hace el maestro Kuro deja ir una pequeña risa de satisfacción antes de soltar su oreja dejándola respirar aliviada aunque acariciando su adolorida oreja, mientras que sus hermanas no podían evitar reírse por como Ren nuevamente era disciplinada por su padre.

Luego de el maestro Kuro se puso frente a ellas con sus manos tras su espalda diciéndoles con mucha firmeza.

-¡de pie!- las hermanas hicieron caso inmediatamente a lo que el maestro Kuro agrego -¡de frente y saluden!- las hermanas se colocaron frente a frente una a la otra y tras una reverencia dijeron al mismo tiempo.

-¡arigato gozaimasu!- con ello dio fin aquella sesión de entrenamiento, uno más de las que las hermanas habían tenido desde siempre, sin embargo ellas aun no sabían que dentro de poco, sus vidas cambiarían para siempre.